LUXEMBURGO - DIA 06. Centro histórico, Valle de la Pétrusse y otros lugares

8 de Septiembre de 2018.

Me recibía un día excepcional, completamente despejado, por lo que no podía terminar de mejor manera mi estancia en la capital del gran Ducado. Hacía algo de fresco, unos diez grados, y es que se notaba que ya estábamos en el mes de Septiembre, pero con una simple sudadera era suficiente para no pasar frío.

Me volvería a ayudar del ascensor del barrio de Pfaffenthal para salvar el desnivel existente hasta el centro de la ciudad para una vez en este encontrarme, tras los primeros pasos, con el Palacio de Justicia o el Teatro de los Capuchinos, llegando poco después a mi primer objetivo interesante que no era otro que la puerta de las Tres Torres, sirviendo como prisión y siendo uno de los principales accesos a la ciudad alta en el pasado, además de que aquí se colocaría una guillotina durante la Revolución Francesa. Es otro buen lugar para disfrutar de buenas vistas.

Palacio de Justicia

Puerta de las Tres Torres

Barrio de Pfaffenthal desde Puerta de las Tres Torres

Poco después me animaría a pasear por la Grand Rue, la calle más comercial y cara de la ciudad. En ella encontraréis tiendas de lujo donde adquirir antigüedades y los regalos típicos de la zona. Pero es igualmente en esta arteria donde están instaladas todos y cada uno de los comercios de firmas extranjeras de cosmética, perfumes, ropa y complementos. Es agradable por la actividad que esta zona genera. Tampoco faltan terrazas en las que descansar del ajetreo y tomarse algo si la economía aguanta.

Grand Rue

Después de varias vueltas más por calles adyacentes y aledañas donde podría observar algún que otro edificio interesante como el de la oficina de Correos, me dirigiría al epicentro de la parte alta, donde empezarían a sucederse las plazas más importantes, elegantes y famosas de toda esta zona y que cuentan con los principales monumentos y edificios históricos. De esta manera me encontraría con:

Plaza de Armas: centro de la actividad local, en ella me encontraría con un mercadillo con gran cantidad de puestos de antigüedades y otros géneros. En ella se halla el Palacio Municipal, que se localiza en un extremo, además de algún hotel, restaurantes de lujo y cafés con terraza.

Plaza de Armas

Plaza de Armas

Plaza Guillermo II: Cada miércoles y sábado por la mañana se celebra en este recinto un mercadillo de flores, frutas y verduras con bastante colorido, así que tendría oportunidad de verlo en su máximo apogeo. En el centro de la misma se divisa la estatua ecuestre de Guillermo II, a quien está dedicada la plaza. También se observa el edificio del Ayuntamiento que se edificó en estilo neoclásico y se inauguró en 1838. Está presidido por una escalera con dos leones de bronce.

Plaza de Guillermo II

Ayuntamiento. Plaza de Guillermo II

Estatua de Guillermo II

Plaza de Clairfontaine: una placita muy cerca del Palacio Ducal. Rodeada por edificios ministeriales como el de Asuntos Exteriores, el de Agricultura o el de Finanzas, es muy visitada para no perderse la estatua de bronce “Gran Duquesa Carlota”, muy querida por los luxemburgueses. Sobre una peana se puede leer en luxemburgués una frase que significa “Te queremos”.

Plaza Clairefontaine

Casi adosada a la anterior se encuentra la catedral de Notre Dame, cuyos trabajos para su construcción se realizarían en el mismo año de la fundación de Luxemburgo. El templo gótico data de comienzos del siglo XVII y corrió a cargo de los jesuitas. Destaca su pórtico renacentista, así como la cripta donde se pueden ver los sarcófagos de miembros de la familia real y de algunos obispos de la diócesis. También el de Juan el Ciego, rey de Bohemia y conde de Luxemburgo. Como curiosidad mencionar que la catedral revive cada año una importante tradición que consiste en una peregrinación que comienza el tercer domingo después de la Semana Santa. El acto de clausura, con misa incluida, está presidido por la familia real en pleno.

Catedral de Notre Dame y Biblioteca Nacional

Catedral de Notre Dame

Catedral de Notre Dame

Tendría suerte y me sorprendería un concierto de órgano en el interior, por lo que aprovecharía para escucharlo durante unos veinte minutos, antes de continuar con las visitas.

La siguiente estaría dedicada a dos de los símbolos por excelencia de la capital situados en la Rue du Marché – aux – Herbes. Nada más y nada menos que el Parlamento y el Palacio Ducal. El segundo es de lo más preciado de la ciudad, junto con la catedral, siendo la residencia de los Duques de Luxemburgo desde el siglo XVI y albergando importantes colecciones de pintura. Es destinado también a recepciones de carácter oficial y eventos similares. Sólo se puede visitar los meses de julio y agosto con cita previa.

Palacio del Gran Duque y Parlamento

Palacio del Gran Duque

Parlamento

A la entrada del anterior uno tampoco puede evitar fijar su vista en las dos garitas con guardias en actitud hierática que cada cierto tiempo marchan de un lado a otro.

Garita del Parlamento

Después de las fotos respectivas, continuaría mi camino hacia la plaza de la Constitución, un céntrico recinto que alberga uno de los símbolos del país. Me refiero a la columna que se remata con la célebre Gëlle Fra, la dama dorada. Esta conmemora el fin de la Primera Guerra Mundial y rinde homenaje a los combatientes luxemburgueses  caídos durante la contienda. Sería destruido por los nazis y reconstruido con posterioridad. Es, sin duda, un monumento de gran significado por lo compatriotas que lucharon por la libertad y la independencia de su país.

Monumento Gëlle Fra.Plaza de la Constitución

Monumento Gëlle Fra.Plaza de la Constitución

Plaza de la Constitución

Desde este gran espacio se consiguen también unas fantásticas vistas de otro importante sector de la ciudad, teniendo ante ti el agreste valle de la Pétrusse, el viaducto y el puente Adolfo, el más famoso de la capital con 220 metros de largo. Vamos que no le va a la zaga, ni mucho menos, a otros miradores.

Valle de la Pétrusse y Puente Adolfo

Valle de la Pétrusse

También es aquí donde se halla el acceso a las casamatas de la Pétrusse, el otro conjunto defensivo imprescindible para conocer pero, desgraciadamente, estaba cerrado a cal y canto. No debe ser fácil encontrarlo abierto porque ya había leído en múltiples blogs que a casi todo el mundo le sucede lo mismo y nadie consigue poder visitarlo.

Mis pasos me llevarían a continuación, pasando por delante del casino, hasta el puente Adolfo, el cual atravesaría, teniendo así una nueva perspectiva del valle de la Pétrusse y de la plaza de la Constitución, justo enfrente, para tras llegar al otro lado afrontar la avenida de la Libertad, repleta de elegantes edificios como el Banco del Estado o la sede de la empresa siderúrgica Arcelor Mittal. Igualmente podría ver alguna que otra plaza con encanto como la place des Martyrs y la plaza de París.

Valle de la Pétrusse desde Puente Adolfo

Valle de la Pétrusse desde Puente Adolfo

Avenida de la Libertad

Sede de ArcelorMittal. Place des Martyrs

De la anterior manera me acabaría dando de bruces con la estación Central, donde bien merece la pena entrar dentro para contemplar sus vidrieras y frescos modernistas.

Estación Central de Trenes

Estación Central de Trenes

Este sería el punto más alejado al que llegaría de esta zona y qué mejor para volver al centro que hacerlo por un camino diferente, eligiendo para ello la avenida de la Gare, donde aprovecharía que hay un gran número de franquicias de todo tipo para comer en el Mc Donalds. Aquí sí que notaría que estaba en Luxemburgo pues el menú me costaría doce euros, una barbaridad si lo comparas con los precios de Madrid.

Y para bajar la comida qué mejor que hacerlo dirigiéndome a la entrañas del profundo valle de la Pétrusse que ya había contemplado en varias ocasiones desde las alturas. Para ello tomaría un pequeño camino cercano al Viaducto, por el que estaba a punto de pasar, que me permitiría ir descendiendo sin mayor problema. Casi llegando a su parte baja me llevaría la grata sorpresa de encontrarme con la pequeña y bonita ermita de Saint Quirin, muy diferente a otras construcciones religiosas vistas hasta este momento en el país. Además desde los férreos barrotes de la puerta se puede ver su interior y las imágenes del santo.

Capilla de Saint Quirin. Valle de la Pétrusse

Capilla de Saint Quirin. Valle de la Pétrusse

Este gran espacio verde es un magnífico lugar para relajarse y escapar durante un tiempo del barullo del centro histórico. En él se puede encontrar además circuitos para locomotoras en miniatura, sendas para bicicletas o instalaciones para que los jóvenes skaters puedan practicar y dejar al público, que pasa por allí, sorprendido con sus piruetas y giros imposibles sobre sus monopatines.

Viaducto.Valle de la Pétrusse

Valle de la Pétrusse

Valle de la Pétrusse

Todo lo bajado hay que volver a subirlo, por lo que no me quedaría más remedio que afrontar una empinada cuesta, por el sector contrario al que había llegado hasta aquí, para después del esfuerzo ir a parar muy cerca de la que se conoce como Plateau du Saint Esprit, lugar donde se asientan los impolutos edificios blancos de la ciudad de la Justicia, además de ser  otro excelente mirador sobre el barrio del Grund y el valle del Alzette. No puedo tampoco dejar de referirme a los suntuosos, coloridos y estrambóticos jarrones gigantes que se encuentran en esta zona y en los que es imposible no fijar la mirada la primera vez que te los encuentras.

Ciudad Judicial

Ciudad Judicial

Escultura en la Ciudad Judicial

Barrio del Grund desde Plateau du Saint Esprit

Seguramente me dejaba alguna cosa en el tintero pero ya no tenía más ganas de seguir buscando lugares nuevos, sólo me apetecía vagar y perderme sin rumbo fijo por muchos de los caminos, calles y rincones por lo que ya había pasado o por otros que me encontrara de casualidad, así que así haría durante otro buen rato pasando otra vez por sitios tan especiales como el Chemin de la Corniche, las casamatas del Bock, el muro de Wenceslado, la iglesia de San Juan o el barrio de Grund, donde decidiría parar a disfrutar de su ambiente. Buena parte de culpa de esta decisión, además del cansancio, la tendría un pequeño bar con una encantadora terraza pegada al río. Se llamaba Scott´s Pub y tendría suerte de que justo en ese momento se fuese una pareja, porque luego ya sería imposible conseguir mesa en un lugar tan privilegiado. Me pediría una cerveza Kwak que ya tendría oportunidad de probar en el viaje a Flandes de 2012 y que es servida en los curiosos vasos en forma de embudo. (seis euros)

Luxemburgo desde Chemin de la Corniche

Casamatas del Bock y Muro de Wenceslao

Barrio de Grund

Cerveza Kwak en Barrio de Grund

Parecía increíble que pudiera hacer un tiempo tan excepcional, así que el resto de tarde seguiría paseando por sus plazas, senderos y avenidas para vivir al máximo el tremendo ambiente que había por todas partes. Era una gozada y te transmitía muy buenas sensaciones y es que cuando hace buen tiempo en el centro y norte de Europa ya se sabe que la gente lo aprovecha al máximo.

Barrio de Pfaffenthal desde Casamatas del Bock

Era de noche cuando llegaba al hostel, donde prepararía la maleta y cenaría un sándwich que me había comprado en el bar. No me acostaría demasiado tarde pues mañana tocaba madrugar para coger el autobús 16 que me llevara al aeropuerto. Sería el de las 08:26. Conviene mirar los horarios pues, por ejemplo, los domingos, como era el caso, pasan cada media hora. No tendría ningún problema y a las 09:00 estaba ya en la fila del control de seguridad, para poco después, a las 10:25 despegar en hora, con la compañía Ryanair, y llegar a Madrid a las 12:30, poniendo fin a esta agradable semana por el Gran Ducado de Luxemburgo.

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