MALLORCA

 Agosto 2018. 

Siendo un adolescente tendría la posibilidad de volar hasta en tres ocasiones a la isla de Mallorca, pero aunque pueda parecer mentira en ninguna de ellas aprovecharía para conocer absolutamente nada. Todo se centraba en las fiestas y pasarlo bien con los amigos en las míticas discotecas de entonces como RIU o PACHA en aquellos tradicionales viajes de fin de curso.

Este año era el momento de reconciliarse con el pasado y con la isla, regresando para pasar una semana de vacaciones que, junto con mis amigos, dedicaríamos al descanso y a realizar algunas visitas esenciales, aunque podréis comprobar que serían más bien pocas y no llegaríamos a muchos lugares importantes, pero también es cierto que cuando planificamos este viaje sería con la condición, por su parte, de que se basaría más en calas y playas que en pueblos y cultura, por lo que aquí van los sitios que nosotros visitamos por si pueden servirle a alguien de referencia.

En cualquier caso aquí citaré los destinos de la isla, sin citar nada de la capital, Palma, ya que a ella la he dedicado un diario específico donde hago referencia a sus lugares más importantes, por si alguien la echa en falta aquí.

Mallorca es la más extensa de las cinco islas del archipiélago balear. Bañada por el Mediterráneo posee infinidad de playas de doradas arenas y agua transparente, numerosas ensenadas, pequeños puertos y hermosos pueblos de carácter rural que encierran la imagen tradicional de la isla. Descubramos ya que sitios visitamos en nuestra estancia.

POSIBLES VISITAS PARA REALIZAR EN MALLORCA:

1. SANTANYÍ

Esta es una de las calas más atrayentes y acogedoras de la zona sureste de la isla, a sólo diez kilómetros del encantador pueblo del mismo nombre. La playa tiene aguas transparentes y arena blanca y una longitud de unos 80 metros por 100 de anchura, ideal para familias con niños. Se la ha catalogado con bandera azul, lo que es un signo más de su limpieza y calidad.

Flanqueando la tranquila cala existen varios alojamientos de diferentes tamaños, así como varios restaurantes que ofrecen diferentes opciones para comer a precios relativamente razonables. También hay la posibilidad de alquilar tumbonas y sombrillas.

Cala Santanyí

Otra opción para los más inquietos es poder caminar por el sendero que trascurre por lo más alto de sus paredes rocosas obteniendo así una perspectiva maravillosa del entorno y de la cala a vista de pájaro, así como de las pequeñas casetas utilizadas como varadero de embarcaciones.

Cala Santanyí

En sus inmediaciones también se puede encontrar uno de los accidentes geográficos más famosos y pintados de Mallorca, conocido como Es Pontás. Su espectacular arco de piedra en medio del mar no te dejará indiferente.

Respecto al pueblo de Santanyí conserva parte de sus antiguas murallas, destacando la puerta torreada que pertenecía a dicho cinturón de protección de la ciudad. Sobre el arco de medio punto de la entrada se contempla un escudo de la villa, con leyenda, colocado en el siglo XIX.

No hay que olvidarse tampoco de los antiguos lavaderos, así como de la iglesia parroquial de Sant Andreu, construida en el siglo XVIII aprovechando algunos elementos del templo anterior. En el interior se guarda un valioso órgano.

Parroquia de Sant Andreu. Santanyí

2. CALA MOLINS (SANT VICENÇ)

Se la considera junto con Barques y Clara, las tres calas que forman parte del idílico paraje que conforma Sant Vicenç. Es una de las zonas playeras de Mallorca más hermosas, muy cerca de Pollença y Formentor. Aunque las calas Barques y Clara ofrecen playas diminutas pero impecables, con aguas y vistas de gran belleza, sin embargo nosotros optaríamos por cala Molins, situada bajo una empinada colina que le da mayor privacidad, además de tener una playa mucho más amplia, aunque es cierto que los hoteles que la flanquean por uno de sus laterales pueden afearla algo.

Cala Molins

Tiene también reconocida justamente la bandera azul, pues cuenta con aguas de azul turquesa y arena blanca y fina. En pleno verano puede estar bastante masificada ya que sólo tiene unos sesenta metros de ancho, pero sin embargo dispone de todo tipo de comodidades como tumbonas, sombrillas, duchas y restaurantes.

Al igual que en la anterior recomiendo dar un paseo por el borde de los farallones rocosos que limitan la cala, para así obtener unas perspectivas diferentes y únicas del entorno, eso sí siempre con sandalias o calzado adecuado sino quieres terminar con los pies abrasados.

Cala Molins

3. ES TRENC y SA RÁPITA

La espléndida playa virgen de Es Trenc y su continuación de Sa Rápita, dibujan con la costa y la silueta de la isla de Cabrera un paraje mágico en las islas Baleares.

Son tres kilómetros y medio de dunas, con aguas transparentes que adquieren tonos entre verdosos y topacios, oleaje moderado, finas arenas y unas puestas de sol que invitan a soñar.

Es Trenc

Afortunadamente, la zona sería salvada en los años ochenta de los desmanes urbanísticos gracias, en buena parte, a la presión popular, dinamizada en aquel momento por los grupos ecologistas, lo que desde entonces incrementó su reclamo publicitario.

Se trata de una zona de gran interés paisajístico, dado que en ella coinciden varios ecosistemas, añadiéndosele la existencia de unas salinas, con su sistema lacunar, las únicas que se explotan en la isla.

Es Trenc

Cuenta con la presencia de algunos chiringuitos y tramos de tumbonas, donde poder tomar algo y tener mayor comodidad.

4. CUEVAS DEL DRACH

Una de las cosas que no queríamos dejar de hacer en nuestra estancia en Mallorca era visitar las famosas cuevas del Drach, que aun no siendo las más espectaculares sí son las más extensas con un recorrido de 2400 metros y una profundidad máxima de 25 metros bajo la superficie.

Cuenta la leyenda que un dragón (“drac” en catalán) guardaba la entrada a la cueva y de ahí proviene su nombre. Aunque mucho antes de que las creencias populares le otorgaran esta intimidatoria denominación, varios pueblos ya habitaron en su interior.

Cuevas del Drach

Su interior es bellísimo, repleto de estalactitas, estalagmitas y columnas que abarcan desde finas agujas hasta colosales formaciones, pudiendo destacar algunas salas como la de la Inquisición, el laberinto de Ariadne o el Monte Nevado.

Pero esa belleza se complementa además con gargantas en cuyo fondo reposan estanques de aguas cristalinas con tonos verde mar y turquesa imposibles. De los lagos existentes, el Martel es el más grande, considerado como uno de los mayores del mundo por donde podríamos navegar, al final de la visita, en pequeñas barcas gracias a que son guiados por expertos gondoleros que ejecutan un elegante estilo de remo.

Cuevas del Drach

No obstante y antes de ese final apoteósico, tendríamos oportunidad de disfrutar del archiconocido espectáculo luminoso - musical que se organiza en el lago principal, donde en casi total oscuridad podríamos deleitarnos de los efectos de iluminación acompañados de composiciones ejecutadas desde una barca por un cuarteto. Entre las piezas se incluyen el Adagio de Albinoni, el canon de Pachelbel y obras de Bach, Handel y Chopin.

Como se ve una experiencia inolvidable que despierta un sentimiento de misterio y admiración al contemplar estos cavernosos parajes donde las formaciones rocosas y los lagos configuran un mundo fantástico.

Cuevas del Drach

Las cuevas se sitúan en Porto Cristo, pero se encuentran bien señalizadas como Cuevas del Drach desde la ciudad. Están abiertas  todos los días de 10:00 a 17:00 y las visitas se hacen cada hora. La entrada cuesta 15 euros los adultos y 8 euros los niños. Es aconsejable adquirir la entrada online mejor que en taquilla y con suficiente antelación, para evitar quedarte sin ella en épocas de mucha afluencia. Una vez allí basta con estar diez minutos antes de la hora indicada. Conviene llevar calzado adecuado y un jersey si se es friolero y se visitan en verano.

5. CALA ROMÁNTICA (S´ESTANY D´EN MAS)

Esta es otra de esas calas idílicas y maravillosas que posee la isla de Mallorca, esta vez en su costa este. La fantástica bahía se encuentra flanqueada en ambos lados por escarpados acantilados en los que crecen pinos y matorrales. La playa es un nuevo paraíso de arena fina y aguas turquesas y transparentes. Además apenas hay oleaje gracias a la protección que le brindan las moles de piedra que la protegen, por lo que es ideal para familias con niños.

Cala Romántica

La gran bahía de S´Estany d´en Mas cuenta además con otros dos entrantes que forman dos nuevas calas cercanas y que nosotros por pereza no visitaríamos. Se trata de Cala Mendina y Cala Anguila, que pueden ser otras dos opciones para combinarlas en el mismo día por la cercanía. Incluso hay rutas de senderismo que te llevan hasta las mismas.

En verano la playa se suele llenar con facilidad por lo que recomiendo no llegar más tarde de las 10:00. El coche se puede dejar en las calles aledañas que son gratuitas. El área también cuenta con un restaurante y un bar, además de la posibilidad de poder alquilar sombrillas y hamacas.

6. VALLDEMOSSA

El pequeño pueblo de Valldemossa es uno de los conjuntos de arquitectura popular mejor conservados de la isla, apareciendo en multitud de ocasiones en los listados de pueblos más hermosos de España, por lo que su visita no podía faltar en nuestra estancia en Mallorca.

Se encuentra emplazado en la sierra de Tramuntana y su estampa rural se extiende en cascada por la ladera de la montaña. Conserva sus viejas calles empedradas, con fuertes pendientes obligadas por la orografía, y su arquitectura tradicional con casas de piedra y teja árabe.

Valldemossa

Pero su fama, de alcance internacional, le viene dada por su vieja cartuja donde pasaron el invierno de 1838 -1839 la escritora George Sand y el compositor Chopin. En las celdas 2 y 4 pueden verse, de hecho, recuerdos de ambos como el piano del músico o su máscara mortuoria. Destaca también su claustro, donde se celebran conciertos de música clásica en verano; la recreación de la farmacia original del monasterio, así como las pinturas de la capilla realizadas por Bayeu, el cuñado de Goya.

La Cartuja. Valldemossa

Contiguo a la cartuja, se halla el impresionante Palacio del rey Sancho I, el cual conserva una gran torre defensiva y un magnífico claustro gótico. Y sólo unos metros más adelante continuando por la preciosa calle de Jovellanos, la plazuela de Rubén Darío y traspasando un hermoso arco de piedra, uno se encuentra con el impresionante mirador Miranda dels Lledoners, que ofrece unas maravillosas vistas de las casas de Valldemossa acurrucadas bajo la afilada sierra de Tramuntana.

Palacio del Rey Sancho I. Valldemossa

Mirador Miranda dels Lledoners. Valldemossa

A los pies del casco antiguo hay que señalar también la iglesia de Sant Bartomeu de estilo barroco. Se erigió en 1245, poco después de que Jaime I conquistase Mallorca, y fue ampliada en el siglo XVIII.

Pero más allá de monumentos, lo mejor en este pueblo es perderse por sus bonitas calles empinadas, aunque hay una que destaca sobre todas las demás. Me refiero a la calle de la Rectoría, cuidada con un gusto exquisito y repleta de plantas y flores en las paredes y puertas de las viviendas que la flanquean. Una visita ineludible, donde además se encuentra la casa natal de Santa Catalina Thomas, la única santa de la isla.

Calle Rectoría. Valldemossa

Otras calles destacables serían el carrer de la rosa, el del Rey Sancho o la llamada Plaza Pública, pero, de verdad, que cualquier rincón merece mucho la pena.

Valldemossa

7. CALA GRAN (CALA D´OR)

Esta cala es una de las cinco que conforman el conjunto D´Or y estaría acompañada por otras similares y muy cercanas como Cala Esmeralda, Cala Serena,  Cala Ferrara y Cala D´Or.

Es la más grande de las anteriores, aunque aun así sus dimensiones son más bien pequeñas con 100 metros de anchura y no más de 50 de longitud. Posee mucho encanto, con aguas cristalinas y un azul turquesa impresionante, que junto con sus compañeras, hacen que suela meterse muchas veces en los rankings de las mejores playas de Mallorca. Los pinos que crecen encima de las rocas permiten, todavía más, que se acrecente su belleza natural.

Cala Gran

La playa se encuentra provista de duchas, baños, hamacas y sombrillas, así como algún bar y restaurante. También cuenta con alquiler de hidropedales y posibilidad de hacer buceo.

Es otra de esas playas muy recomendadas para familias ya que sus pequeños acantilados la protegen de los vientos del este, permitiendo que sus aguas suelan estar tranquilas.

8. ISLA DE CABRERA

Durante nuestra semana en Mallorca habíamos tenido oportunidad de bañarnos en calas de ensueño, visitar sus cuevas más famosas, conocer los monumentos principales de su capital (ver diario correspondiente) o sorprendernos con uno de sus pueblos interiores más bonitos, por lo que queríamos terminar la estancia en la isla por todo lo alto y qué mejor que realizando una excursión que nos iba a llevar a uno de sus parajes más espectaculares y que teníamos muchas ganas de conocer. Me estoy refiriendo a la isla de Cabrera que pertenece al término municipal de Palma de Mallorca.

Isla de Cabrera

El archipiélago de Cabrera se encuentra a casi 11 millas de  la Colonia de Sant Jordi  y está formado por una isla mayor, llamada Cabrera Gran, y 18 islas menores, además de escollos y arrecifes. Es parque nacional marítimo terrestre desde 1986. Para visitarlo hay que contratar una excursión organizada con alguna de las empresas autorizadas: marcabrera.com o excursionescabrera.com. Nosotros optaríamos por hacerlo con marcabrera.com y la contratamos directamente en sus oficinas de Colonia de Sant Jordi, aunque también se puede realizar por su página web. El precio sería de 47 euros los adultos y 26 euros los niños.

La navegación sólo dura 40 minutos y una vez en la isla dispones de unas cuatro horas para disfrutarla al completo, ya que a hay que contar con la vuelta y la parada en la Cueva Azul.

El paisaje marítimo y terrestre de Cabrera es impactante con paisajes que no tienen absolutamente nada que envidiar a las playas de postal de los lugares más exóticos del planeta. Se trata de playas y entorno virgen, sin edificios ni construcciones a sus espaldas, sólo naturaleza pura que se puede disfrutar sin bullicio ni aglomeraciones porque tan sólo se comparten con el pasaje de la pequeña barca que parte cada día de Mallorca.

Isla de Cabrera

A Cabrera se llega a través de un pequeño puerto existente en una de las bahías del noroeste de la isla, que se abre entre acantilados rocosos. Allí apenas hay un embarcadero y algunas casetas para servicios. Es aquí donde sale a recibirte un guardia del Parque Nacional para informarte de las normas del espacio protegido y de cuáles son las actividades que pueden realizarse en él.

Tras ello, nosotros optaríamos por comenzar la visita subiendo a su imponente castillo levantado en el siglo XIV y que aún hoy preside el perfil de la isla y que constituye uno de sus grandes atractivos. Fue construido como defensa ante las constantes incursiones de piratas y maleantes que durante siglos hallaron refugio en estos islotes y los usaron como plataforma desde donde atacar el resto de las Baleares. Se halla sobre una roca de más de 70 metros de altura en la entrada al puerto, consiguiendo desde lo alto de sus murallas unas vistas espectaculares.

Castillo y Puerto. Isla de Cabrera

Isla de Cabrera desde su Castillo

A continuación llegaríamos a las dos playas más importantes de la isla por medio de un sendero autoguiado. Estas eran Sa Platgeta y S´Espalmador. Ambas caracterizadas por sus aguas cristalinas. En ellas decidirían pasar mis amigos el resto de la estancia en este idílico lugar.

En mi caso decidiría combinar un breve baño en la segunda con otra pequeña ruta senderista hasta Coll Roig desde donde podría observar la costa sur de Cabrera, el faro de Enciola y su maravilloso entorno. Dicen que su centelleo puede observarse desde la bahía de Palma en las noches claras. Por cierto que me tendría que conformar con verlo desde la distancia pues sólo se puede llegar hasta él con una de las visitas que realizan los guías del Parque Nacional.

Faro de n´Ensiola. Isla de Cabrera

Antes de regresar a Palma la excursión incluye una parada en la majestuosa Cova Blava o Cueva Azul, excavada por el mar que ha creado en las rocas una formidable oquedad que se alza hasta veinte metros de altura sobre el agua. A media tarde, los rayos del sol iluminan la cueva y se crean maravillosos tonos dorados y azules, lo que unido a un baño de unos quince minutos en semejante entorno natural hace que tengas la sensación de encontrarte en el paraíso.

Cueva Azul. Isla de Cabrera

Cueva Azul. Isla de Cabrera

Todo un espectáculo que no necesita más ni mejor sonido que el producido por el empuje de las aguas contra la cueva con cuya visita nos despediríamos del Parque de Cabrera y de Mallorca, donde estoy convencido que volveremos.


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