El Danubio, además de hacer de Budapest una de las ciudades
más bellas de Europa, también es clave fundamental de la geografía húngara,
pues marca la frontera norte durante muchos kilómetros, para luego girar
abruptamente noventa grados y partir el país en dos mitades. Al oeste del río
queda la región del Transdanubio, que es la que nosotros íbamos a conocer
durante los siguientes cuatro días.
Y la primera visita iba a ser donde habíamos amanecido, en
Pécs que merece una mención aparte por su importancia histórica y su belleza.
El rey Estaban estableció aquí un obispado en el año 1009.
La invasión mongol la redujo a escombros en el siglo XIII y, aunque se
construyó una muralla defensiva después, de poco sirvió cuando llegaron los
turcos en 1543: la ciudad cayó sin resistencia.
Todo ese pasado histórico dejaría importantes monumentos que
nos íbamos a dedicar a descubrir durante lo que nos diese de sí toda la mañana,
pero antes no podía faltar un buen desayuno en una pastelería situada entre la
esquina de la calle Jókai y la plaza Széchenyi, para ir tomando conciencia de
la monumentalidad que esta encierra.
Széchenyi Ter y Columna de la Santísima Trinidad |
Tras disfrutar de ricos croissants rellenos de chocolate,
alguna que otra delicia húngara y unos zumos, nos pondríamos, ahora sí, en
marcha.
Széchenyi Ter constituye el corazón de la ciudad y está
flanqueada por preciosos edificios barrocos que albergan el Ayuntamiento y
otras instituciones importantes como el museo arqueológico y el museo Zsolnay que expone piezas de
azulejos art nouveau.
Széchenyi Ter |
Lo mejor es, sin duda, la visión conjunta de la famosa
iglesia – mezquita, el monumento de la Santísima Trinidad que conmemora las
víctimas de la peste de 1710 y la escultura ecuestre de Janos Hunyadi, la más
grande de Hungría y que rinde homenaje a este importante general del S.XV.
Széchenyi Ter |
Pero, efectivamente, lo que más nos llamaría la atención
sería la mezquita de Gazi Kasim, la
estructura islámica original más grande que se conserva en Hungría, hoy
convertida en iglesia católica y museo.
Széchenyi Ter y Mezquita Gazi Kasim |
En el interior del edificio (1000 florines la entrada)
podríamos ver citas del Corán con caligrafía árabe, pilas de agua bendita y en
el eje del muro sudeste un mihrab que está orientado hacia La Meca.
Mezquita Gazi Kasim |
Cúpula Mezquita Gazi Kasim |
Bajo el templo se conformó un conjunto de cripta abovedada
que, aún hoy en día, sirve de cementerio donde descansan los restos de
numerosos personajes famosos húngaros.
En el lado contrario de la plaza también destaca la bonita
fuente de Zsolnay, un ejemplo de diseño secesión que rinde homenaje a Vilmos
Zsolnay, fundador de la fábrica de azulejos del mismo nombre creada en 1953. La
decoración consiste en varias cabezas de animales de vidriado azul por las que
fluye el agua.
Fuente de Zsolnay. Széchenyi Ter |
Un poco más allá de esta espectacular plaza, bajando por la
calle principal Irgalmasok, llegaríamos a un nuevo cuadrilátero de enormes
proporciones que, aunque no tan monumental como la plaza Szechenyi, sí que era
agradable a la vista. Me refiero a la plaza Kossuth. En ella destaca la
sinagoga neobarroca de 1860, un claro ejemplo del poder adquisitivo que tenían
los judíos antes de ser conducidos en 1944 a los campos de exterminio nazis.
También se puede ver una escultura en honor a Luis Kossuth, político y patriota
húngaro cuya imagen puede observarse casi en cualquier rincón del país y un
enorme edificio blanco que encierra dependías municipales.
Kossuth Tér.Pécs |
Kossuth Tér.Pécs |
Desde esta plaza parte, en sentido contrario a la Sinagoga,
una pequeña y encantadora callecita llamada Citrom Utca, que se encuentra
repleta de agradables tiendas y cafeterías y que desemboca en otra diminuta
plazoleta llamada Graz Tér, donde se halla el Palacio de Correos.
Citrom Utca |
Graz Tér y Palacio de Correos.Pécs |
Palacio de Correos. Pécs |
Nuestra intención era sólo admirar la arquitectura exterior
del mismo, pero nos veríamos obligados a entrar en su interior, dado que a las
07.30 de la mañana nos pondrían una multa por tener estacionado el vehículo en
el interior de la muralla. Sí, efectivamente, en aquel momento no sabíamos que
empezaban a multar desde tan temprano y nosotros habíamos puesto los vales de
la hora desde las ocho. Así que como no queríamos que la empresa de alquiler de
coches nos sacase los ojos, pues procedimos a realizar el pago voluntario de
los 4000 florines que nos costaría la broma.
A la salida nos encaminaríamos a otra plaza peatonal de lo
más acogedora llamada Jókai Tér, la cual sufriría una importante remodelación
hace unos años y ahora es un lugar perfecto para descansar y darte un respiro
en alguna de sus terrazas. En ella hay una fuente a ras del suelo y varios
bloques de piedra de formas onduladas dispuestos en el centro de la misma, que
la dan su propia personalidad, sin que sea un espacio cualquiera más.
Jókai Tér.Pécs |
Jókai Tér.Pécs |
La siguiente parada sería para conocer otra de las visitas
ineludibles en Pécs. Me refiero a la necrópolis paleocristiana, una de las
mejor conservadas de Europa central y por ello declarada Patrimonio de la
Humanidad en el año 2000.
No hay que olvidar que en el siglo IV, Pécs era una ciudad
romana conocida con el nombre de Sopianae, cuyos habitantes enterraban a sus difuntos
en las cercanías de la urbe. Por aquellos tiempos ya no se perseguía a los
cristianos, pues Constantino había adoptado la religión cristiana y facilitó su
expansión.
El conjunto se compone de varias cámaras funerarias
subterráneas que se encuentran en un perfecto estado de conservación,
pudiéndose ver en las tumbas murales y pinturas que muestran historias
bíblicas, escenas de la vida cotidiana e imágenes de los rituales
paleocristianos.
Los lugares a visitar son una mínima parte de todo lo que se
ha descubierto. Nosotros empezaríamos en la plaza Szent István, observando
los cimientos de una antigua iglesia,
para posteriormente, y por su lado izquierdo, bajar por unas escaleras que nos
condujeron al mausoleo paleocristiano. La cámara en la que se conserva es
minúscula, pero es verdad que sorprende la calidad, tanto de las pinturas que
representan a Daniel con los leones y de Adán y Eva, como del sarcófago pegado
a la pared.
Necrópolis Paleocristiana.Pécs |
Mausoleo Paleocristiano.Pécs |
Comentar que la entrada que da derecho al acceso tanto a lo
anterior como al resto de lugares arqueológicos cuesta 1700 florines.
Para visitar el resto del conjunto hay que andar unos metros
y llegar hasta la parte trasera de la basílica de San Pedro, limítrofe a las
murallas de la ciudad, además de desplazarse hasta otro de los laterales del
edificio religioso. Lo mejor es preguntar para evitar dar palos de ciego
durante un rato, como nos pasó a nosotros.
Con todo ello puedes llevarte a casa una buena muestra de
información sobre los primeros tiempos del cristianismo.
Como se puede comprobar es realmente complicado aburrirse en
Pécs, más bien lo contrario, te falta tiempo para poder visitar todo lo que
ofrece.
Así que sin prisa, pero sin pausa, nos encaminamos hasta la
Catedral de San Pedro y San Pablo, la elegante y ornamentada iglesia que, con
sus cuatro torres, continúa siendo otro de los monumentos emblemáticos de la
ciudad.
Catedral de San Pedro y San Pablo.Pécs |
El interior impresiona al encontrarse revestido, gran parte
de él, por pinturas y frescos. Esto unido a las bonitas vistas que se obtienen
desde lo más alto de una de sus torres y a la cripta románica de cinco naves,
hacen que sea otra visita de lo más recomendable. (1300 florines la entrada).
Catedral de San Pedro y San Pablo.Pécs |
Cripta.Catedral de San Pedro y San Pablo.Pécs |
Pécs desde Torre de San Pedro y San Pablo |
Eran ya las 13.00 y había que ir pensando en abandonar Pécs,
pero antes de ello, todavía queríamos pasear, al menos un tramo, por el
exterior del perímetro amurallado, para ver otra perspectiva diferente de la
ciudad. Elegiríamos las murallas situadas en la zona noroeste que eran las que
teníamos más cerca.
Torres de San Pedro y San Pablo y Muralla.Pécs |
Tras ello, tomaríamos la calle Hunyadi, para acceder de
nuevo al centro histórico y llegar hasta la calle más famosa de este y por la
que ya habíamos estado anoche dando un paseo y cenando. Hablo de Király.
Siempre se ha dicho que un mismo lugar visto de noche y de día parece dos
diferentes, por lo que no dudamos en volver a recorrer esta vía y,
efectivamente, no tenía nada que ver. El ambiente, el barullo de la gente, las
terrazas a pleno rendimiento le daban un aire animado y de continuo movimiento
que nos encantó.
Plaza del Teatro Nacional.Calle Király. Pécs |
Además hay que sumarle la monumentalidad que encierra de por
sí, con fachadas de estilo barroco y secesión y, por supuesto, destacando por
encima de cualquier otro, el edificio más importante de todos: el Teatro
Nacional, erigido entre 1893 y 1895, que combina varios estilos y presenta
óperas y ballets de primera clase.
Teatro Nacional. Calle Király. Pécs |
Sin duda que es la calle estrella de esta impresionante
ciudad, que ya debíamos abandonar, pues estaban a punto de dar las 14.00 y el
ticket de la hora expiraba en este momento. Nos hubiera gustado renovarlo, pero
todavía nos quedaban muchos planes por hacer, por lo que con esta excusa
seguimos nuestro camino.
Nuestro siguiente destino sería Veszprém, situado muy cerca
del lago Balatón y a 240 kilómetros de donde nos encontrábamos, por lo que
decidiríamos almorzar en el camino y que nos sirviera de descanso. A la mitad
del recorrido me entraría un sopor considerable, por lo que sería la excusa
perfecta para parar en una gasolinera y comernos allí unos bocadillos con unas
coca colas.
A las 17.30 llegábamos a Veszprém, tras tres horas y media
de camino, contando la de la comida. Nos dirigimos entonces a un parking en
pleno centro para dejar el coche, pues toda la zona era de pago y no queríamos
andar con agobios en la visita a esta nueva ciudad.
Veszprém fue la sede de la primera diócesis del país y lugar
de coronación y residencia de las reinas de Hungría durante siglos. Fue
reducido a escombros por los turcos en el siglo XVII, durante su retirada, pero
resurgiría de sus cenizas con fuerza, como el ave fénix.
En torno a su histórico castillo, en lo alto de una colina,
se estructura uno de los barrios medievales mejor conservados del país magiar,
repleto de monumentos de diversas
épocas, en los que íbamos a centrar el grueso de nuestra estancia aquí.
Cada edificio, cada convento, cada iglesia encierra una rica
historia que hacen de esta ciudad un museo vivo y que trataríamos de descubrir
en las pocas horas que teníamos antes de que la noche se echara encima.
En no más de diez minutos nos plantábamos en la plaza Óváros,
al pie del barrio del Castillo y antesala a este. Está rodeada por agradables y
vistosas casitas y en ella se encuentra
el Ayuntamiento neoclásico. También en otro de sus laterales se puede apreciar
la elegante Torre de Fuego de estilo barroco y con 48 metros. Desde lo alto se
obtienen unas increíbles vistas de la Veszprém moderna, pero se encontraba
cerrada cuando llegamos nosotros.
Ayuntamiento. Óvaros Tér.Veszprém |
Torre del Fuego. Óvaros Tér.Veszprém |
Dejando atrás aquella y subiendo por una empinada y
adoquinada calle pronto encontraríamos la Puerta de los Héroes, construida para
conmemorar a los caídos en la Primera Guerra Mundial. En este mismo momento
accedíamos al barrio del castillo.
Puerta del Castillo. Veszprém |
Vár Utca es la única calle que recorre este monumental
barrio y la que te va llevando, poco a poco, a descubrir los monumentales
edificios e iglesias medievales y barrocos que la flanquean por ambos lados.
Barrio del Castillo. Veszprém |
Entre ellos destacan:
- El Palacio Arzobispal: un edificio de arquitectura barroca, donde residían los canónigos y donde, hoy en día, se guarda el archivo arzobispal.
- Iglesia Pía: una iglesia de principios del siglo XIX.
- Casa Dubniczay: construída en 1751, la casa incorpora parte de la antigua muralla del castillo.
- Plaza Patak: la joya de la corona de esta parte antigua. En ella no tiene desperdicio ni un metro cuadrado. Desde la Capilla Gizella que conmemora la vida de la primera reina de Hungría y conserva frescos del siglo XIII, siendo además el monumentos más antiguo de la ciudad, hasta la Catedral de San Miguel, levantada sobre una iglesia del siglo XI que fundó el rey Esteban. Tampoco podemos olvidarnos de la iglesia Franciscana y de la bella columna de la Santísima Trinidad, que junto con el pozo del castillo, le dan a la plaza el toque perfecto.
Catedral de San Miguel y Columna Santísima Trinidad |
Patak Tér.Veszprém |
Un precioso mirador desde el que poder contemplar la colina
Benedek con su cruz blanca en la lejanía, a la vez que cientos de casitas
distribuidas por las verdes praderas que rodean Veszprém, cerrarían la visita
al barrio del castillo, aunque no lo haríamos solos, pues nos acompañarían las
imponentes estatuas del más insigne de los reyes húngaros y su esposa, San
Estaban y Gizella.
Monumento a Szent István y Gizella |
Colina de Benedek desde Barrio del Castillo |
No muy lejos de allí, y sin tener que deshacer todo el
camino, encontraríamos unas escaleras que nos permitían bajar hasta la recién
mencionada colina Benedek, desde donde queríamos observar la perspectiva del
impugnable castillo, dominando al resto de la ciudad desde su privilegiada
posición.
Castillo de Veszprém desde Colina de Benedek |
Colina de Benedek |
Castillo de Veszprém desde Colina de Benedek |
Aquí pasaríamos media hora disfrutando del entorno y del
maravilloso tiempo que hacía, antes de volver a internarnos por el barrio del
castillo y sentarnos en una de sus terrazas para disfrutar de unas buenas
cervezas con las que cerrar la jornada cultural de hoy.
Tomando unas cervezas en el Barrio del Castillo de Veszprém |
Antes de abandonar Veszprém todavía nos esperaría una última
sorpresa y es que cuando llegamos al Parking, nos encontramos que el personal
del mismo terminaba su jornada laboral a las 19.00. Sí, no miramos a qué hora cerraban,
pensando que con meter el ticket en la máquina y echar las monedas
correspondientes sería suficiente. Pero la máquina no funcionó y estábamos
atrapados. Afortunadamente un interfono nos sacaría del apuro, ya que
contestaría uno de los dueños del parking y nos diría que nos acercáramos a la
barrera con el coche, que nos la abriría y encima sin tener que abonar nada.
Así que al final nos saldría bien la cosa.
Sólo nos separaban ya veinte kilómetros de la localidad de
Balatonfüred, una de las más importantes del lago Balatón, y donde nos
alojaríamos durante las dos siguientes noches para poder conocer un poco el
entorno de este importante centro vacacional húngaro.
A las 21:00 llegaríamos al chalet donde habíamos reservado
por booking un apartamento que ocupaba toda la parte superior del mismo con
unas vistas fabulosas de la masa de agua. Se componía de dos habitaciones
individuales, un baño y un espacio de tamaño medio con barra de cocina y
guardarropa. Se llamaba Lara Vendégház y las dos noches nos saldrían por 140
euros. Todo estaba impoluto y te sentías como si estuvieras en casa.
Chalet Lara Vendégház.Balatonfüred |
Chalet Lara Vendégház.Balatonfüred |
Chalet Lara Vendégház.Balatonfüred |
Nos recibiría una señora de edad media que nos invitaría a
pasar al inmenso salón de la parte baja, donde vivía con su familia. La mujer
era encantadora y de origen italiano. Nos invitó a sentarnos en la mesa y allí
nos estuvo contando un poco acerca de su vida y de todas las actividades que
podíamos realizar en la zona. Tras su increíble tesis, comprendíamos el porqué
es esta la zona que más visitas recibe Hungría, después de Budapest.
Sólo nos quedaba ya salir a cenar, pero entre tanta charla y
el tiempo que perdimos deshaciendo la maleta, llegaríamos al único restaurante
al que se podía llegar dando un paseo a las 22.00, encontrándonos que lo
estaban cerrando.
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