7 de Septiembre de 2014.
Valdivia recibió el nombre de su fundador, el conquistador español Pedro de Valdivia. El asentamiento sería creado en 1552 y fue una preciada posesión para la corona española que protegió con fuertes militares durante más de 200 años hasta que fue tomada en la guerra de Independencia. Además sería invadida por corsarios holandeses y forjada por colonos alemanes.
Valdivia recibió el nombre de su fundador, el conquistador español Pedro de Valdivia. El asentamiento sería creado en 1552 y fue una preciada posesión para la corona española que protegió con fuertes militares durante más de 200 años hasta que fue tomada en la guerra de Independencia. Además sería invadida por corsarios holandeses y forjada por colonos alemanes.
Obelisco en Valdivia |
Si a este apasionante pasado encima se le suma su bello entorno natural, estaba claro que tenía que pasar por esta ciudad para al menos vivirla durante un día.
Mientras desayunaba, más sólo que la una, en el salón
comedor, el desayuno que estaba incluido y que constaba de cereales, fruta y
tostadas, de repente me di cuenta que uno de los relojes indicaba una hora más
y es que a medianoche había entrado el nuevo horario de primavera – verano. Eso
suponía que eran las diez de la mañana, por lo que me dispuse a conocer los
encantos de esta histórica ciudad empezando por acercarme hasta la ribera de
uno de los cuatro ríos que marcan su identidad fluvial. Y es que si hay algo
que destaca aquí es que la ciudad se ubica en la confluencia de cuatro ríos:
Calle Calle, Valdivia, Cau Cau y Cruces.
Mientras paseaba por la orilla del ya río Valdivia, de
repente, me encontraría con una colonia de lobos marinos. No tenía ni idea de
que esto era así, por lo que quedé bastante sorprendido de ello. Hay carteles
en los que se indica que hay que tener cuidado con ellos porque muerden, por lo
que conviene mantenerse a una distancia prudencial de los que están por el
asfalto. El caso es que los tendría a no más de dos metros de la plataforma
sobre la que descansaban. Eran inmensos y fue increíble verlos en su hábitat
natural abriendo sus bocazas y moviéndose torpemente. Pero lo más curioso fue
sin duda cuando uno de los muchos perros callejeros que andan por la urbe se
encaró con uno de los machos y este bastante enojado casi le mete un bocado que
estuvo a punto de tragárselo, El perro tendría suerte y se libraría por lo
que parece que aprendió la lección y
salió de allí por patas.
Otro gran atractivo de Valdivia es su mercado fluvial,
animadísimo, bullicioso y con un ambiente brutal de tráfico de personas y
productos alimenticios, especialmente a primeras horas donde el pescado es
fresco y hay más trasiego de gente. Podría ver merluzas, congrios, salmones,
cangrejos, ostras, etc. Esto mientras las dependientas de los puestos casi que
me dejan sordo con sus gritos para conseguir más ventas. La verdad, que me
gustó bastante el ambiente.
Un poco más allá de este mercado, hay varios puestos de
contratación de paseos fluviales, desde los que duran gran parte del día con
comida incluida (unos 12000 pesos) hasta los que en una hora y cuarto dan la
vuelta a la isla Teja, permitiéndote hacerte una buena idea del entorno natural
tan increíble que tiene la ciudad. Yo me decantaría por el segundo de ellos y
me supondría 5000 pesos. La verdad que ya sólo por este paseo y por contemplar
a los lobos marinos, la parada en Valdivia me había merecido la pena, así que
estaba encantado de la vida y más, aunque suene a broma, si tenemos en cuenta
que se había quedado un día con más de la mitad del cielo azul. Esto sí que
parece un chiste pues a esta urbe se la conoce como una de las de mayor
pluviosidad del planeta y más en invierno y mira por donde que hoy había salido
el día agraciado.
La travesía fue maravillosa porque pude ver desde pelícanos
hasta cormoranes, pasando por gaviotas propias de esta zona y más aves de la
que no recuerdo su nombre. El capitán mientras navegábamos nos iría aportando
interesantes datos como que la cuenca fluvial de Valdivia es la más extensa de
Chile, con aproximadamente 250 km. de ríos navegables, que estas tierras
soportarían el mayor terremoto y maremoto registrado en la historia de la
humanidad hasta nuestros días, el de 1960, con hasta tres olas gigantescas que
desolarían el lugar, etc. También emocionante sería ver como un montón de
parejas de cisne de cuello negro empezaban a recibir a sus polluelos pues vimos
varios de estos entre las tótoras que sobresalen del agua, etc.
Paseo Fluvial por los Ríos de Valdivia |
Paseo Fluvial por los Ríos de Valdivia |
Cisnes de Cuello Negro. Paseo Fluvial por los Ríos de Valdivia |
Paseo Fluvial por los Ríos de Valdivia |
Así que entre islas, humedales, bosques, antiguas fábricas
arrasadas por el terremoto, molinos, astilleros y las vistas de la ciudad,
acabé encantado con esta visita, la cual recomiendo a todo el mundo. Por
cierto que incluso pude ver el famoso puente levadizo que causaría una fuerte
polémica debido a que fue instalado al revés hacía unos pocos meses y con el
que todavía estaban en obras para subsanar el defecto.
Otra seña de identidad de Valdivia es sin duda la práctica
del remo olímpico, por lo que también estaría un buen rato viendo como
entrenaban en esta disciplina las diferentes escuelas, en las tranquilas aguas
de sus ríos, lo que me pareció un deporte realmente duro, pero que, sin
embargo, hay muchísimo aficionado a ello.
Pero no contento con todo esto, en su costanera todavía
podría encontrarme con un concierto del ejército de Chile; admirar un péndulo
de Foucault enorme con una buena explicación de su función; ver el submarino
O´Brien que sirvió a la marina chilena durante un montón de años; observar el
llamado torreón El Canelo, otro símbolo de Valdivia y de sus tiempos de luchas
históricas, etc.
La visita la terminaría con el discurrir de mis pasos por el
corazón de la ciudad, es decir por la plaza de la República, la Catedral, el
Ayuntamiento y el inconfundible edificio del casino. Esta parte sería para mí
la más pobre de todas, tal vez porque después de todos los alicientes que había
tenido durante la mañana, esto me sabría más a lo mismo que te encuentras en
cualquier otra ciudad y no es tan auténtico como lo que había vivido.
Muy cerca de esta zona, en una de sus esquinas, me
sorprendería un Mac Donalds, por lo que no pude evitar la tentación de comerme
un buen Big Mac. Sé que tiene delito estando en un lugar como Valdivia, pero es
que entre que no me gusta el marisco y tampoco me apetecía otro tipo de
pescado, pues no lo pude evitar.
No hay comentarios :
Publicar un comentario