8 de Septiembre de 2014.
Había tenido muchísima suerte en cuanto al tiempo se refiere en este viaje. Lugares en los que es realmente complicado tener días sin lluvia y que aparezca el sol, los había podido disfrutar de esta manera y es por ello que me sentía muy dichoso. Pero hoy la suerte se acabó y amaneció con un temporal de los que incluso te dan miedo: lluvia torrencial, viento fuerte y bastante frío, pero sin llegar a lo suficiente para que hubiese nieve. Ante este panorama tan desagradable pocas opciones tenía ya que cualquier ruta de senderismo hubiera sido una locura y la casi totalidad de actividades al aire libre que ofrece la zona, también se tornaban harto complicadas de realizar.
Había tenido muchísima suerte en cuanto al tiempo se refiere en este viaje. Lugares en los que es realmente complicado tener días sin lluvia y que aparezca el sol, los había podido disfrutar de esta manera y es por ello que me sentía muy dichoso. Pero hoy la suerte se acabó y amaneció con un temporal de los que incluso te dan miedo: lluvia torrencial, viento fuerte y bastante frío, pero sin llegar a lo suficiente para que hubiese nieve. Ante este panorama tan desagradable pocas opciones tenía ya que cualquier ruta de senderismo hubiera sido una locura y la casi totalidad de actividades al aire libre que ofrece la zona, también se tornaban harto complicadas de realizar.
Por todo ello llegó el momento de sacar el as que traía bajo la manga por si me
encontraba con esta situación uno de los tres días que iba a estar en la
Araucanía, que es como se conoce a esta región de Chile. Ese no era otro que
irme a pasar el día a relajarme a unas termas, lo que suponía, por un lado, que
ya podía seguir lloviendo todo lo que quisiera y, por otro, también me serviría
para descansar después del tute que llevaba en el viaje.
Las elegidas de las muchísimas que hay por la zona serían
las llamadas Termas Geométricas. La cuestión ahora es que tenía que decidir si
alquilar un coche o contratar una excursión que me trasladase hasta el lugar,
que por otro lado, no estaba cerca. Preguntaría a Nydia, la señora de la casa,
qué era lo que me recomendaba y la
verdad que más sincera no pudo ser. Me estuvo explicando durante un rato todo y
la cosa quedó de la siguiente manera:
Yendo por mi cuenta, era cierto que iba a poder disfrutar
más de las termas, pero ello suponía los siguientes gastos: 25000 pesos del
coche de alquiler tirando a lo barato + 20000 pesos de la entrada a las termas
+ 15000 pesos aproximadamente de la gasolina, suponía 60000 pesos la broma de
las termas. Eso además de arriesgarme, con la que estaba cayendo, a cualquier
desgracia en la carretera por no conocer los caminos y teniendo en cuenta que
la última parte hasta llegar al destino es un camino de ripio, no asfaltado.
La excursión contratándola con Donde Egidio, la casa rural,
me suponía 35000 pesos (20000 de la entrada + 15000 del transporte).
Lo tenía muy claro y más después de lo sucedido en Chiloé.
Tanto por coste y por no asumir riesgos innecesarios lo contrataría con el
Hostal. Además por estar una hora más tampoco me merecía la pena jugármela.
Lago Villarrica desde Pucón |
Mirador del Lago Villarrica.Pucón |
Centro de Pucón |
En la furgoneta iban otras cuatro personas más, una pareja brasileña y dos chicas jóvenes que parecían andaluzas pero que iban bastante a su bola y con las que no crucé palabra alguna. El trayecto se demoró 1 hora y 50 minutos, haciendo dos breves paradas para hacernos unas fotografías con el lago Villarica, por la vertiente de la población del mismo nombre, y con el lago Calafquén, otro de los tesoros de la región con pequeñas islas en el centro.
Pasado el pueblo de Coñaripe y tras atravesar el camino de
ripio llegaríamos a la entrada. Una vez dentro de las instalaciones el
conductor y guía nos daría una toalla y un candado para asegurar las
pertenencias en las taquillas y nos dejaría algo más de tres horas para
disfrutar de este lugar.
Lo que vendría después sería una cara de auténtico flipado
al ver lo que tenía delante de mí: una pasarela de madera roja que atraviesa
una espectacular quebrada de medio kilómetro y bajo la cual fluyen aguas
termales que llegan a pozones a través de canaletas de madera. Hay hasta veinte
de estos y es donde te puedes extasiar en medio de un paisaje único. La
temperatura de las aguas va desde los 37 hasta los 42 grados y también tienes
alguna poza de agua fría y dos cascadas en el recorrido que lo hacen aún más
bello.
Tras cambiarme sólo restaba descansar en medio de los
bosques nativos del Parque Nacional Villarica mientras el agua de la lluvia
golpeaba en mi cara y el frío imperaba en el exterior, lo que hacía el momento
más especial si cabe. Jamás pensé que en un día de perros como el que hacía,
podría vivir otra experiencia más que sumaba a las muchas que llevaba ya
vividas. Y es que no hay nada más reconfortante que un baño termal en un día de
tormenta.
Termas Geométricas |
Termas Geométricas |
Termas Geométricas |
A las 17.00 llegó el momento de despedirse de este paraje de
ensueño y salir de las calentitas aguas, para cambiarse y estar listo, un
cuarto de hora más tarde, para regresar a Pucón, donde llegaría casi a las
19.00. Parecía que el día se había tranquilizado y ya no llovía. A ver si había
suerte para los dos siguientes días y se mantenía así.
Tras descansar un rato en la habitación, saldría a cenar un
buen menú consistente en crema de verduras, y lomo con puré de patatas, más un
crepe de dulce de leche de postre más la bebida. Todo me saldría por 8000 pesos
y el restaurante se llamaba Pelle Lafquén, situado entre las calles General Urrutia y G. de Alderete. Todo estaba
buenísimo y lo devoraría al sólo haber comido unas galletas con un zumo.
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