12 de Septiembre de 2014.
No tenía ni idea con lo que me sorprenderían el día de hoy, sólo sabía que dejaríamos el resto de puntos significativos de la Capital para mañana y hoy cogeríamos el coche para ir hasta un lugar que me dijeron me iba a encantar, por lo que sobre las 10.30 pondríamos rumbo hacia la costa, atravesando el valle de Casablanca repleto de vides, pues es una de las zonas vinícolas más importantes del país, y tomaríamos un desvío hacia una localidad llamada Algarrobo. Muy cerca de esta llegábamos a la que sería mi sorpresa: Isla Negra, donde se encuentra la casa de Pablo Neruda, la última que me faltaba por visitar y la preferida del poeta. Me haría mucha ilusión, pues pensaba que me quedaría sin conocerla por la distancia y los pocos días que ya me quedaban en Chile, pero gracias a mis anfitriones no sería así.
No tenía ni idea con lo que me sorprenderían el día de hoy, sólo sabía que dejaríamos el resto de puntos significativos de la Capital para mañana y hoy cogeríamos el coche para ir hasta un lugar que me dijeron me iba a encantar, por lo que sobre las 10.30 pondríamos rumbo hacia la costa, atravesando el valle de Casablanca repleto de vides, pues es una de las zonas vinícolas más importantes del país, y tomaríamos un desvío hacia una localidad llamada Algarrobo. Muy cerca de esta llegábamos a la que sería mi sorpresa: Isla Negra, donde se encuentra la casa de Pablo Neruda, la última que me faltaba por visitar y la preferida del poeta. Me haría mucha ilusión, pues pensaba que me quedaría sin conocerla por la distancia y los pocos días que ya me quedaban en Chile, pero gracias a mis anfitriones no sería así.
Casa Museo Isla Negra de Pablo Neruda |
El lugar donde esta se asienta, en un cabo azotado por el viento, es un lugar idílico, evocador, rodeado por un entorno donde domina la presencia del mar y que nada más verlo me quedé prendado de él.
Neruda, al regresar de Europa a Chile, en 1937, buscaba un
lugar para dedicarse a su Canto General, un gran libro sobre la historia y la
naturaleza americanas. Sería aquí donde encontraría una pequeña cabaña de
piedra, perteneciente a un marino español, que le entusiasmaría nada más verla.
Tras una serie de ampliaciones y remodelaciones del edificio este quedaría
listo en 1945. Aquí el poeta volvería a revivir las impresiones que tuvo cuando
fue niño. Con las vistas que obtenía desde muchos de los espacios de la
vivienda podía sentir las olas rompiendo contra las rocas, la serenidad que le
daba la playa desierta, las puestas de sol en el horizonte. Todo ello le
inspiraría para crear sus obras poéticas.
También sería en este lugar donde
viviría muchos de los mejores momentos con su amada Matilde Urrutia.
La entrada a la casa cuesta 5000 pesos y te dan una audio
guía en tu idioma y un plano, donde te van contando las características y detalles
principales de cada habitación. En la visita pude ver las grandes colecciones
del escritor: mascarones de proa, réplicas de veleros, barcos dentro de
botellas, caracolas marinas, máscaras traídas de muchos de sus viajes por el
mundo, etc. Hay también espacios que conmemoran su amistad con algunos poetas
muertos, cuyos nombres hizo grabar en las vigas del bar.
Casa Museo Isla Negra de Pablo Neruda |
Casa Museo Isla Negra de Pablo Neruda |
Casa Museo Isla Negra de Pablo Neruda |
Otro de los espacios más especiales de la casa es el llamado
“La Covacha”, un lugar donde el poeta se recluía a escribir. Le puso techo de
zinc, para escuchar el canto de la lluvia y evocar las sensaciones de la casa
que habitó en su niñez, en el lluvioso sur de Chile.
Al día siguiente del golpe de Estado del 18 de Septiembre de
1973, Neruda, gravemente enfermo, fue llevado en ambulancia a la capital, donde
muere cuatro días después.
Lo último que se visita es la tumba del Poeta y de su esposa
Matilde Urrutia, enterrados frente al mar, tal y como Neruda había expresado en
su poema “Disposiciones” de Canto General:
“Compañeros, enterradme en Isla Negra, frente al mar que
conozco, a cada área rugosa de piedras y de olas que mis ojos perdidos no
volverán a ver…”
Océano Pacífico desde Casa Museo Isla Negra |
Tumba de Pablo Neruda y Matilde Urrutia |
Océano Pacífico desde Casa Museo Isla Negra |
No hay que olvidarse una vez terminada la visita de bajar
por un camino de tierra hasta la misma playa, pues desde aquí se tiene una perspectiva general de toda la
casa y se puede ver el busto del poeta sobre una roca, mirando al mar, lo que
hace que sea una imagen de lo más bucólica.
Busto de Pablo Neruda mirando al Océano Pacífico |
En llegar a Isla Negra desde Santiago se tarda alrededor de
hora y media, por lo que entre que llegamos y visitamos la casa nos dio la hora
de comer, por lo que como no queríamos complicarnos la vida y no vimos nada
cerca de allí pues nos daríamos un homenaje almorzando en el restaurante de la
misma casa con unas vistas espectaculares al mar.
Restaurante de la Casa Museo Isla Negra de Pablo Neruda |
Tras una buena sobremesa, me volverían a sorprender
llevándome hasta la bonita playa de Algarrobo, situada muy cerca de donde
estábamos y en la que pasaríamos parte de la tarde paseando, en plan tranquilo
y relajado.
Sobre las 17.30 emprenderíamos el camino de regreso, para llegar a Santiago a las 19.00 y ya pasar
lo que restaba de tarde en casa y una vez llegada la cena degustar empanadas de
pino, rellenas de carne molida, cebolla, aceitunas y huevo.
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