8 de Septiembre de 2013.
La verdad que seis horas de descanso me supieron a bastante poco, después del palizón que nos habíamos pegado el día anterior, pero como los horarios de los vuelos mandan y hoy empezábamos el día, otra vez, tomando otro de estos, pues no nos quedaba otra que levantarnos a las siete de la mañana para ir con tranquilidad. Esta vez el taxi al aeropuerto lo compartiríamos con una pareja que la noche anterior nos había propuesto en recepción hacerlo así para economizar gastos, por lo que nos pareció estupendo. Realmente no era un taxi como tal, era una furgoneta del hotel, ya que estos para llevarse el dinero evitaban llamar a uno de la compañía Blue Bird. Pero bueno de las 60.000 rupias que costaba, acabaríamos pagando la mitad, por lo que todos saldríamos ganando.
La verdad que seis horas de descanso me supieron a bastante poco, después del palizón que nos habíamos pegado el día anterior, pero como los horarios de los vuelos mandan y hoy empezábamos el día, otra vez, tomando otro de estos, pues no nos quedaba otra que levantarnos a las siete de la mañana para ir con tranquilidad. Esta vez el taxi al aeropuerto lo compartiríamos con una pareja que la noche anterior nos había propuesto en recepción hacerlo así para economizar gastos, por lo que nos pareció estupendo. Realmente no era un taxi como tal, era una furgoneta del hotel, ya que estos para llevarse el dinero evitaban llamar a uno de la compañía Blue Bird. Pero bueno de las 60.000 rupias que costaba, acabaríamos pagando la mitad, por lo que todos saldríamos ganando.
El tema de los vuelos internos en Indonesia requiere una
pequeña explicación y es que para comprar uno de estos desde Europa, el
problema es que no te admiten por internet las tarjetas de crédito – débito
europeas con la mayoría de las compañías que operan internamente en este país,
por lo que o bien te esperas a comprarlos en Indonesia con el riesgo de que te
salgan mucho más caros que haciéndolo con antelación o lo que es peor, que no
haya plazas para el día que tú quieres, o bien te pones en contacto con una
agencia que trabaje aquí para que te lo gestionen ellos, pagándoles por
transferencia. Nosotros haríamos esto último poniéndonos en contacto vía mail
con www.come2indonesia.com,
gestionada por Norberto y su equipo, un grupo de españoles afincados en estas
tierras, que hacen un excelente trabajo. El tema del idioma a la hora de la
comunicación con ellos nos facilitaría bastante las cosas. Nos gestionarían
cinco vuelos internos. Los siguientes:
TRAYECTO COMPAÑÍA PRECIO POR BILLETE
Yakarta (Java) – Pangkalan Bun (Borneo) Kalstar
62 euros
Pangkalan Bun (Borneo) – Semarang (Java) Kalstar 52 euros
Denpasar (Bali) – Labuan Bajo (Flores) Trans Nusa 107 euros
Labuan Bajo (Flores) – Denpasar (Bali) Merpati 74 euros
Denpasar (Bali) – Yakarta (Java) Lion Air 74 euros
Todos ellos nos los tramitarían Come2indonesia y las
personas encargadas de ello. En nuestro caso fueron Norberto e Ignacio, de una
gran profesionalidad y seriedad, con los que no tuvimos en ningún momento problema
alguno. Fueron también rápidos y eficientes y nos solucionaron cualquier duda
que les pudimos plantear en todo momento, aunque no tuviera que ver con el tema
a tratar en cuestión, lo cual demuestra gran seriedad por su parte, por lo que
recomiendo esta agencia sin dudarlo.
De esta forma cogíamos el primero de los vuelos que teníamos
planificados, el que nos llevaría hasta la isla de Borneo o también llamada
Kalimantán en lengua indonesia. Esta isla es la tercera mayor en tamaño del mundo
y la mayor parte de su territorio es selva virgen e inexplorada. Casi un 20 %
de su población son indígenas Dayak y sus infinitas selvas son atravesadas por
cientos de ríos que cobijan a una gran población de más de 500 especies de
animales y plantas. Hoy muchos de estos lugares han sido declarados patrimonio
de la Humanidad por la Unesco y sería en uno de ellos donde viviría una de las
experiencias más gratificantes y espectaculares de las que he podido vivir en
todos mis viajes y en mi vida. Y es que el internarse por la selva en barco
para presenciar de tú a tú como es la vida en libertad de los orangutanes, algo
que sólo se puede hacer en esta isla y en la de Sumatra, es algo maravilloso y
una experiencia de las que no se olvidan jamás.
El vuelo a Borneo, y más exactamente al aeropuerto de
Pangkalan Bun salía de la terminal 1C, que es donde tiene su sede la compañía
Kalstar, con la que volábamos. Aquí facturaríamos el equipaje en los
mostradores de la aerolínea, sin tener que pagar exceso de equipaje por los
pelos. Si lo tienes lo pagas aquí. Después nos dirigimos a salidas y un poco
antes de llegar a las puertas de embarque tuvimos que pasar por unos
mostradores donde nos hicieron pagar lo correspondiente a las tasas de vuelo
(40000 rupias por persona). Pagadas estas, sólo tuvimos que encaminarnos hacia
la puerta de embarque y como todavía nos sobraba tiempo aprovecharíamos para
comprarnos algo de desayuno, ya que con tantas historias todavía no habíamos
tenido tiempo de echar nada al estómago. Unas galletas de chocolate y unas
oreo, un zumo y una botella de agua nos saldrían por 35000 rupias.
A las 11.00 despegaríamos rumbo hacia la gran aventura que
estaba esperándonos. La travesía de una hora y cuarto de duración sería de lo
más relajada y pasaría rápidamente, ofreciéndonos las azafatas, a pesar del
corto trayecto, una pequeña caja que contenía una botella de agua y un bollo. A
falta de un cuarto de hora para tomar tierra empezaría a ser testigo, al ir
sentado al lado de la ventanilla, de lo que la isla de Borneo estaba dispuesta
a ofrecernos, mis ojos empezaban a contemplar kilómetros y kilómetros cuadrados
de selva, sin un solo espacio abierto entre ellos. Pude ver igualmente las
curvaturas de algunos ríos de aguas marrones, retorciéndose a duras penas entre
la espesura y la gran vegetación, por los que, seguramente, navegaríamos y ello
me hacía sentirme durante unos instantes como uno de los grandes aventureros de
entonces.
Sobrevolando la Isla de Borneo |
Lo mejor de los
aeropuertos de Indonesia es lo rápido que se desarrolla todo, ya que casi sin
que haya parado el avión ya están abriendo las puertas y el desembarco se hace
en la propia pista al lado de la terminal. Además las maletas tardan poquísimo
en aparecer porque casi no hay distancia entre la nave y esta, por lo que en
nada estábamos recogiendo el equipaje y
saliendo del pequeño aeropuerto.
Desembarcando en el Aeropuerto de Pangkalan Bun |
Todo lo que viviríamos lo contrataríamos con Come2indonesia,
ascendiendo el coste total a 235 euros por persona. Ello incluiría lo
siguiente: los traslados del aeropuerto al embarcadero y viceversa, el alquiler
del Klotok (embarcación típica de la zona), desayunos, comidas y cenas, permisos
y guía, durante tres días y dos noches para dos personas. El precio por poder
utilizar las cámaras dentro del parque sería aparte cobrándonos 50000 rupias
por cada una de ellas.
Nada más salir a la calle, allí nos estaba esperando el que
iba a ser nuestro guía durante las próximas jornadas, Chris, residente en uno
de los pueblos más importantes de esta zona de Borneo, Boy Scout durante dos años
y más de seis haciendo de guía en el Parque Nacional de Tanjung Puting, lugar
al que nos dirigiríamos en tan sólo unos instantes. No haría falta mucho tiempo
para coger confianza, por lo que pronto comenzaríamos con las bromas, lo que
sería ya una constante durante todo el viaje y haría que este fuese de lo más
agradable.
Desde el aeropuerto un coche nos llevaría en primer lugar a
una pequeña tienda para hacer unas fotocopias de nuestros pasaportes y desde
aquí ya iríamos directos hasta el puerto de Kumai, donde nos estaría esperando
el Klotok con el que navegaríamos a lo largo de los ríos Kumai y Sekonyer. Es
esta una embarcación típica de la isla de Kalimantan, con dos pisos, uno el de
la cubierta donde haríamos la vida nosotros y otro inferior donde se encuentra
todo el material y accesorios necesarios para navegar y donde hacen la vida el
capitán, el ayudante y el cocinero. Chris estaría con nosotros en cubierta todo
el día y por la noche dormiría en el piso de abajo. Nosotros contábamos con una
mesa y unas cómodas sillas para relajarnos, además de unos pequeños bancos de
madera situados en la proa del barco, donde se obtenían las mejores perspectivas
durante la navegación.
Río Kumai |
Después de las oportunas presentaciones con la tripulación y
cuando lo tuvieron todo preparado, el barco arrancó y comenzamos a navegar por
el río Kumai, para tras unos 40 minutos por este, desviarnos por uno de sus
afluentes llamado Sekonyer e introducirnos en plena selva de Borneo, donde el
cauce comenzaba a ser menor y la estrechez entre una orilla y otra, también. Pronto podríamos ver un cartel que indicaba
que accedíamos al Parque Nacional de Tanjung Puting. La emoción empezaba a ser
importante ya que el pensar que estábamos donde estábamos, en uno de los lugares
más remotos que existen para acceder a él desde España, sumado a ir en la
búsqueda de orangutanes, en uno de los pocos sitios de la tierra donde íbamos a
poder verlos en libertad, hacía que estuviera ciertamente conmovido por todo lo
que estaba viviendo.
Este Parque Nacional constituye una extensión de más de
300.000 km cuadrados de tierras bajas y fue declarado como tal en 1982.
Únicamente puede accederse a él con los Klotok y es una importante reserva de
la biosfera, albergando un gran número de especies, muchas de ellas en peligro
de extinción, tales como cigüeñas, garzas, macacos de cola larga, gibones,
langures, etc. Pero además de todas ellas y de los orangutanes también cuenta
entre sus importantes residentes con los famosos monos narigudos, osos de
anteojos, leopardos nublados, etc. Un lugar fascinante que desgraciadamente hoy
se encuentra en grave peligro como consecuencia, como siempre, de la actividad
y despropósito humano y es que en él se llevan desarrollando desde hace tiempo
auténticas locuras. La principal amenaza la constituyen las plantaciones de
aceite de palma, seguidas de la minería y tala de árboles que suponen
importantes ingresos para las comunidades de la zona, pero que poco a poco está
acabando con este maravilloso ecosistema, único en el mundo.
Río Sekonyer. P.N.Tanjung Puting |
Seguíamos navegando, siempre a un ritmo relajado, lento, que
nos permitía observar cada detalle que se nos iba presentado a lo largo de
nuestro camino por el río. De esta manera y sin darnos cuenta llegaría la hora
de comer, por lo que comenzaron a
depositar en nuestra mesa una abundante cantidad de arroz, pollo con patatas
cocidas, espinacas, sandía, etc.
Nos encontrábamos hambrientos y pronto
devoraríamos, como si fuéramos una nueva especie, todo lo que pusieron a
nuestro alcance, por lo que acabaríamos llenísimos ya que las cantidades eran
importantes. Algo que siempre hacía Chris, a pesar de nuestra insistencia en
que comiera con nosotros, era apartarse a la popa de la embarcación y volver
cuando ya estábamos con el postre. Sería siempre en estos momentos donde nos
obsequiaría con algunas de sus clases magistrales, siempre en inglés y que
gracias a Raúl, yo podía comprender en su totalidad y tomar interesantes
anotaciones al respecto. En esta ocasión nos contaría algunos datos interesantes
acerca de Mary Biruté Galdikas y de los
centros de rehabilitación de orangutanes. Esta mujer se dedicaría al estudio de
tres generaciones de estos animales y fue capaz de dar a conocer el verdadero
comportamiento social de los mismos y su conducta reproductiva, así como
fomentar una activa campaña para conservar su entorno, lo que le creó
importantes enemigos. Para todo ello contaría desde el primer momento con el
gran apoyo de Louis Leakey, un
importante arqueólogo y paleo antropólogo británico, y en el que se inspiró
para realizar su trabajo. También Leakey apoyaría a las famosas Jane Goodall
estudiosa de los chimpancés y a Diane Fossey estudiosa de los gorilas. Galdikas
se instalaría, desde el primer momento, en la estación Camp Leakey, el primer centro
de rehabilitación de orangutanes que se creó y desde donde pudo desarrollar
todo su trabajo.
Klotok en Río Sekonyer.P.N.Tanjung Puting |
Nuestro Klotok en Río Sekonyer.P.N.Tanjung Puting |
Tras conocer todos estos datos, imprescindibles para
entender mejor lo que íbamos a visitar, de repente, empezaríamos a notar que la
velocidad de nuestro klotok, comenzaba a disminuir, señal de que nos
acercábamos a nuestra primera parada en Tanjung Puting. Chris nos diría que
comenzáramos a prepararnos y nos pusiéramos nuestros zapatos y cogiéramos todo
el material fotográfico, que lo íbamos a utilizar, lo que haríamos rápidamente.
Tras unos minutos más nos aproximamos a un pequeño muelle de madera en el que
ya había amarrados algunos otros klotoks. Habíamos llegado a la estación
Tanjung Harapan. En este centro, los orangutanes recién llegados pasan por su
primera etapa en el proceso de rehabilitación y aprenden a desenvolverse en un
medio semisalvaje. Se trata especialmente de aquellos que se han quedado sin
madre y han sido rescatados por las autoridades, ya que por sí solos no serían
capaces de sobrevivir.
Desembarcamos sin el mayor problema y comenzamos a andar,
para tras un breve paseo de unos diez minutos, llegar a un claro en la selva.
En este lugar, todos los días a las 15.00 se deposita, en una gran plataforma
de madera, fruta y leche para que aquellos orangutanes que quieran y no se
hayan adaptado al medio, puedan acercarse a consumirla. Pronto aparecerían dos
madres con sus dos crías y un orangután macho que nos arrancaría las primeras
expresiones de asombro.
Oran gután en la Estación Tanjung Harapan |
Oran gután en la Estación Tanjung Harapan |
Durante cincuenta minutos fuimos testigos de sus reacciones,
movimientos, gestos, acrobacias, lo que nos dejó a todos los que estábamos allí
estupefactos. A mí personalmente me fascinó ver a estos animales tan
inteligentes e interesantes actuar en su medio natural, era increíble tenerlos
tan cerca y mantenerles la mirada, un escalofrío tras otro recorría mi cuerpo
ante lo que estaba viviendo. La verdad que no habían sido muchos los que
acudieron en esta jornada, ya que según nos contaron, otros días llegan a
acercarse hasta quince de ellos, pero no me importaba, era suficiente para
sentirme completamente feliz. Además todavía quedaba todo el día mañana para
seguir disfrutando de estos maravillosos animales.
Oran gután en la Estación Tanjung Harapan |
Oran gután en la Estación Tanjung Harapan |
Antes de irnos, Chris nos contó cosas tan interesantes como que
las madres educan y muestran a sus hijos durante 6 o 7 años donde poner las
manos y los pies en los árboles, donde encontrar los mejores frutos, hierbas y
tallos, etc. De tal manera, que si ellas fallecen se quedan completamente
desvalidos. Igualmente interesante fue saber que cuando llueve los
orangutanes se protegen con el follaje
de los árboles y construyen techos a modo de protección, sin salir de ellos
hasta que la lluvia amaina. Estos animales empiezan el día desayunando mangos y
cualquier otra cosa que les de fuerzas para seguir la jornada, por lo que las
cantidades que injieren son bastante considerables.
Después de estas lecciones, retrocedimos sobre nuestros pasos
y pronto llegaríamos, de nuevo, a la embarcación sobre las 17.00, para seguir
navegando mientras el sol se iba escondiendo. Pero todavía nos quedaría por
disfrutar de una nueva sorpresa, antes de que la noche cayera sobre la selva. Y
es que esta hora es la preferida, para salir a mostrarse y a hacer de las
suyas, de los monos narigudos o también llamados proboscis. Esta es otra de las
especies que sólo se puede encontrar en la isla de Borneo. Su nariz es, como
resulta evidente, su principal característica y según los estudiosos es un
rasgo de virilidad. Esta se hincha y se torna a un color más rojizo cuando los
monos narigudos se excitan o se enfadan. Su dieta se basa en hojas y brotes y
duermen en los árboles para evitar a depredadores. Son animales sociales que
viven en grupo y a veces se ha llegado a ver hasta 80 de ellos juntos.
Monos Narigudos en la navegación por el Río Sekonyer |
Monos Narigudos en la navegación por el Río Sekonyer |
Y así como si de una historia perfecta se tratara, la
oscuridad se hacía definitivamente ante nosotros. Eran sólo las 18.00 y
prácticamente no se veía nada, por lo que consideraron que lo mejor para
nosotros era que nos entretuviésemos cenando y empezaron a servir la cena,
consistente, en esta ocasión, en pescado, verdura, arroz y mandarinas. Una vez
más todo estaba riquísimo. Mientras nosotros nos poníamos hasta arriba, la
tripulación aprovechó para ir preparando el lugar donde íbamos a dormir, es
decir que empezaron a limpiar un poco la cubierta y a poner unos colchones
sobre la misma, cubriéndolos con una mosquitera que nos protegería por los
cuatro costados. Procederían después a extender por los laterales del klotok
unas lonas de plástico, que suponían, si cabe, mayor protección contra las
picaduras de los temibles mosquitos, ya que si no fuera por estas medidas
acabarían acribillándonos.
Mientras seguíamos cenando, la noche era ya bien cerrada,
siendo tan sólo las 19.00, por lo que cuando acabamos el festín, lo que hicimos
fue sentarnos en la proa del barco con Chris y escuchar mil anécdotas que a lo
largo de todos estos años le habían ido sucediendo. El tiempo pasaría rápido y
pronto darían las 21.00, hora en la que decidimos retirarnos a descansar
vencidos por el sueño.
A TENER EN CUENTA:
- Conviene, en los diferentes trekking para ver orangutanes, llevar calzado de suela dura cerrado, pantalones y camiseta de manga larga pero de tela fina y repelente para mosquitos.
- El Malarone yo recomendaría tomarlo para evitar males mayores y así evitar la malaria. Yo lo tomaba por la noche y no me dio ningún efecto secundario, pero depende mucho de cómo lo tolere cada organismo.
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