EGIPTO - DIA 01. Llegada a la tierra de los Faraones

09 de Noviembre de 2008.


Aunque nunca me han gustado demasiado los viajes organizados, tengo que reconocer que a veces por las circunstancias personales de cada uno o la situación de un determinado país, es la única manera de conocer ciertos lugares sin correr excesivos riesgos.

Y aunque la situación de la tierra de los faraones en el año 2008 era más que estable y nada hacía presagiar los acontecimientos actuales, ya sea por las trabas que el gobierno egipcio te pone para moverte por ciertas partes de su territorio, ya sea por las dificultades para visitar por tú cuenta determinadas zonas arqueológicas, ya sea por el quiste terrorista siempre al acecho, ya sea por el complicado idioma, el caso es que esta aventura la iba a vivir con un tour operador.

Bandera Egipcia

Creo poder afirmar, con cierta seguridad, que una de las civilizaciones que más interés despierta en aquellos a los que nos gusta la historia es, sin duda, la egipcia. Esta emociona por ser una cultura milenaria repleta de templos majestuosos y tumbas imponentes, por la finura de los grabados y relieves que adornan los monumentos, por la sensibilidad de su arquitectura, en definitiva porque cada piedra habla de la grandeza y de las pasiones que abrigaron los poderosos de tiempos pasados.

Grabados del Templo de Edfú

Si a todo ello le añadimos la navegación por el Nilo, la corriente de agua que dio vida al viejo Imperio y a lo largo de la cual se levantaron necrópolis y ciudades que estremecen todavía por su grandeza y por el talento con que fueron concebidos muchos de los templos que se construyeron en sus orillas, está claro que un viaje por Egipto podía resultar un despliegue de experiencias únicas e inolvidables y es por todo ello que sería el segundo país elegido, después de EE.UU, para salir del viejo continente.

Para realizar este viaje contaría con Tony, un apasionado de la cultura árabe y que ya había tenido contacto con otros países de la zona, por lo que era una garantía de éxito a la hora de llevar a cabo unos cuantos planes en donde no íbamos a contar con el respaldo de la agencia. Aunque es cierto que en estos momentos todavía no éramos grandes amigos y no habíamos viajado juntos, no me equivocaría en la elección, pues después de este viaje vendrían otros cuantos, además de afianzar la amistad para el futuro.

En lo que a datos y consejos prácticos se refiere, a continuación hablo de algunos de ellos:

DOCUMENTACION: Se requiere pasaporte, con una validez mínima de seis meses, y visado que se consigue y se paga de forma directa a la llegada al aeropuerto.

CLIMA: Fuera de lo que es la costa, sometida al régimen climático mediterráneo, el clima es desértico con un invierno muy breve, de diciembre a febrero, y un verano que puede llegar a ser insoportable, de junio a septiembre. De marzo a mayo existe un viento llamado el Khamesin que procede del sur, que es asfixiante, aunque hay otro peor llamado sobaa que arrastra arena y polvo en suspensión y puede complicar moverse de un lugar a otro. La lluvia es casi que un fenómeno extraño, lo que hace que el clima de Egipto sea uno de los más secos del mundo. En invierno las noches son frías.

VESTIDO: Es aconsejable llevar ropa cómoda como las prendas de algodón y pantalones de lino y algún jersey o cazadora para las noches. También son imprescindibles un buen protector solar, un repelente para mosquitos, una gorra y gafas de sol.

SANIDAD: Lo mejor es acercarse al centro de Sanidad Exterior (91 272 94 53 /68 /72) sito en la calle Francisco Silvela, 57 donde te informan debidamente de cuáles son las vacunas aconsejables para viajar al país.

ELECTRICIDAD: La corriente eléctrica es normalmente de 220 voltios.

MONEDA: Su unidad monetaria es la libra egipcia, que se divide en 100 piastras. En los bancos españoles no cambian a esta moneda, por lo que hay que cambiar una vez que llegas allí.

GASTRONOMÍA: Entre las carnes destaca el “kebab” de cordero, bien hecho con carne picada o en lonchas. Muy típico es también el “falafel”, una sabrosísima albóndiga elaborada con habas y garbanzos fritos que encontraremos por todas partes. En cuanto a postres existen los dulces habituales de Oriente Próximo, que suelen ser muy azucarados. Creo que no hay ni que decir que el agua siempre ha de beberse embotellada y que hay que evitar comer todo lo que haya podido estar en contacto directo con el agua común que utilizan ellos como ensaladas o frutas con piel.

COMPRAS: Egipto ofrece numerosos recuerdos para turistas con precios asequibles pero de no excesiva calidad. En la compra casi siempre habrá que regatear, pues de no hacerlo para muchos es incluso una ofensa. La rebaja que se puede esperar es de entre un 20 y un 40 % del precio inicial. En las fábricas de papiro auténtico no se regatea y, como es obvio, está totalmente prohibido sacar antigüedades del país, bajo pena de cárcel.

El domingo, a media mañana, estábamos citados en el aeropuerto de Barajas, donde nos esperaba un guía de la agencia Halcón Viajes para tener la primera toma de contacto con nosotros y darnos algunos detalles de lo que tendríamos que hacer cuando llegáramos al aeropuerto de El Cairo. Tras este breve encuentro, sólo tendríamos ya que dirigirnos a la puerta de embarque y esperar a que despegara nuestro avión. La compañía aérea sería Egyptair y la duración del vuelo no excedería de las cinco horas, desarrollándose todo sin contratiempos y teniendo un viaje tranquilo y agradable.

Nada más llegar a la capital egipcia, un señor de lo más amable, con rasgos muy marcados propios de la gente del país, nos estaría esperando para proceder a entregarnos las pegatinas de los visados las cuales pegaríamos en nuestros pasaportes y ya con este trámite listo, iríamos a pasar los controles de inmigración y de revisión de equipaje, donde no tendríamos ningún problema.

Montaríamos en una pequeña furgoneta y nos llevarían hasta el Fairmont Hotel, bastante céntrico y al lado del Nilo, pudiendo disfrutar de unas extraordinarias vistas de este desde la habitación. El interior era lujoso y limpio y el personal de lo más amable. Las camas de la habitación eran anchas y confortables y el baño espacioso y bien cuidado. La entrada cuenta con seguridad y control de equipajes. En las cercanías también hay varios centros comerciales.

Ya era tarde y estábamos cansados entre unas cosas y otras, por lo que optaríamos por quedarnos en la habitación tomándonos unos sándwiches que habíamos traído de Madrid e irnos pronto a descansar para así afrontar con fuerzas la jornada de mañana.

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