DIA 16. ALABAMA. Día tranquilo en Perdido Beach

10 de Septiembre de 2017.

Amanecía un día radiante, con un cielo azul sin nubes y sin apenas viento, por lo que nada hacía presagiar que una jornada, en principio, tan perfecta, pudiera estropearse en sólo unas horas y es que no olvidemos que la caprichosa Irma estaba bastante cerca, aunque como ya contaba ayer, no se esperaba que se desviase de su recorrido hacia el norte del estado de Georgia.

Nos levantamos despacio y sin prisas e iríamos desayunando según nos poníamos en pié y sobre las 10:30 bajaríamos a la maravillosa playa de arena blanca que teníamos a sólo unos pasos desde la urbanización que se encontraba en primera línea de playa. La arena era tan fina que costaba mantener un puñado de la misma en la mano, pues pronto se escapaba entre las fisuras que encontraba. No quemaba y toda la zona estaba impoluta y no había un resto de suciedad. El agua estaba limpia y era de color verde azulado y sin ser como la del Caribe también tenía unos contrastes que eran realmente hermosos. Su temperatura era templada, pero no llegaba a estar caliente como la de Miami o los Cayos, por lo que permitía refrescarte y permanecer todo el tiempo que quisieras dentro sin pasar frío.

Perdido Beach. Orange Beach

Perdido Beach. Orange Beach

Como se ve todo era perfecto e idílico, pero tan sólo podríamos disfrutar de ello dos hora y media que se pasarían volando.

Sobre las 13:00, todo empezaría a cambiar, poco a poco fue llegando un viento frío y desagradable que haría descender las temperaturas de forma rápida, el mar en calma, que más parecía una piscina, empezaría a tener oleaje y media hora después, fuertes corrientes que hacían que te costase mantenerte quieto en el mismo sitio, e incluso si te descuidabas te empujara con fuerza hacia dentro.

Perdido Beach. Orange Beach

Perdido Beach. Orange Beach

Unos instantes después la arena, impulsada por el cada vez más fuerte viento, hacía las veces de agujas afiladas que se te clavaban con saña en la piel y que hacía imposible ya poder mantenerse ni un minuto más en lo que había sido un paraíso durante unas pocas horas. Ello se debía a los coletazos de Irma, que estando alejada tantísimos kilómetros todavía se quería hacer notar y estropearnos el día.

Ante tal panorama, decidiríamos pasar a la piscina interior y disfrutar de la misma un rato más hasta la hora de comer. Salvo otra familia no había nadie más y es que no era el mejor momento para venir a pasar aquí unas vacaciones.

Aunque estábamos bien, es cierto que todos teníamos cierta preocupación en nuestro rostro, pues aunque estábamos viviendo una aventura en toda regla, no podíamos evitar pensar en todos los perjuicios que nos estaba causando. Desde el coste extra que nos iba a suponer una semana más fuera, en todos los aspectos: alojamiento, gasolina, comida, etc. hasta la pérdida del colegio de los niños, pasando por nuestras obligaciones laborales, pues aunque los respectivos responsables de todos nosotros fueron de lo más comprensivos y nos apoyaron en todo momento, es cierto que al final no es plato de buen gusto el tener que ausentarse tantos días extras. Pero en cualquier caso siempre mantuvimos una actitud positiva y tratamos de tomárnoslo lo mejor posible.

Piscina Apartamentos Phoenix VI.Perdido Beach

La tarde ya daba muestras de que iba a ser desagradable, pero tendríamos la suerte de que retransmitían en directo la final del Open Usa con nuestro querido Rafa Nadal como uno de los dos protagonistas, así que no dudaríamos en verle y apoyarle, consiguiendo al final ganar y llevarse su tercer título en este Grand Slam.

El resto del tiempo lo utilizaríamos para jugar un rato a las cartas y ver algo más de televisión, permitiéndonos llegar, más o menos entretenidos, a la hora de la cena en la que tomaríamos unas pizzas crujientes, hechas en el horno.

Aunque pueda parecer mentira estábamos cansados y es que al final va a ser cierto eso que dicen de que cuanto menos haces más agotado estás, no yéndonos más allá de las 23:00 a dormir.

No hay comentarios :

Publicar un comentario