Mi último día completo en India lo iba a repartir entre un
viaje en avión y nuevas visitas turísticas en la capital del país. Tocaba
madrugón: a las 05:30
pasaba a recogerme un conductor de la agencia Panipuri,
con quien había contratado el traslado hasta el aeropuerto de Benarés. Era
importante salir tan temprano para evitar el tráfico y los controles, pero el
trayecto transcurrió sin contratiempos, en un ambiente todavía adormecido por
la quietud de la madrugada.
Mi vuelo con la compañía Indigo estaba programado para
despegar a las 09:00,
y tras un embarque sin complicaciones, despegamos puntualmente rumbo a Delhi. A
las 10:20 el
avión aterrizaba sin incidentes en la capital.
Mientras el avión ascendía sobre el Ganges, mis ojos
permanecían pegados a la ventana, observando cómo Benarés, la ciudad que más me
había impactado en toda mi vida viajera, iba quedando atrás. Había algo en su
esencia que era imposible de explicar del todo: una combinación entre caos y
espiritualidad que resonaba en lo más profundo. Sus ghats llenos de vida y
muerte, su atmósfera cargada de incienso y ese aire místico que parecía
envolverlo todo no se parecían a nada que hubiera experimentado antes. Aunque
no era una ciudad fácil ni cómoda, había algo en ella que me había removido, dejándome
una huella imborrable. Una ciudad que, sin duda, se había ganado un lugar
especial en mi memoria, quizás más por lo que me hizo sentir que por lo que me
hizo ver.
Ya en Delhi, tras recoger mi equipaje, me esperaba Rajesh,
con quien sinceramente pensaba que no volvería a encontrarme. Me alegró verlo
de nuevo; me llevó de regreso al hotel Godwin Deluxe, un lugar que ya me
resultaba familiar tras mi primera estancia en la capital. Dejé mis cosas en la
habitación y, sin perder tiempo, salí dispuesto a aprovechar al máximo las
horas restantes del día, dirigiéndome a los puntos turísticos que me habían
quedado pendientes en mi visita anterior.
PURANA QILA
Después de acomodarme en Delhi nuevamente, decidí dirigir
mis pasos hacia el Purana Qila,
también conocido como el “Fuerte Viejo”, una de las fortalezas más antiguas de
la ciudad, cargada de historia y misterio. Para llegar hasta allí, tomé un
rickshaw, lo que me permitió una vez más recorrer las bulliciosas calles de la
capital, llenas de vida y actividad.
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| Bara Darwaza. Purana Qila |
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| Bara Darwaza.Purana Qila |
Construido en el siglo XVI durante el reinado de Sher Shah Suri, este fuerte de imponentes murallas de arenisca roja, no solo es un testimonio de la arquitectura indoislámica, sino también un lugar que guarda secretos de épocas aún más antiguas. Se dice que el fuerte está construido sobre las ruinas de Indraprastha, la ciudad mítica mencionada en el Mahabharata, una de las epopeyas más importantes de la mitología hindú, que relata la lucha entre dos familias reales por el trono, además de profundas lecciones sobre la vida, la espiritualidad y el deber. Esto le da al lugar un aura casi legendaria.
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| Purana Qila |
Entrando por su puerta principal, la Bara Darwaza, me encontré rodeado por un ambiente tranquilo que parecía alejarme del bullicio habitual. Dentro del recinto, descubrí una mezcla de monumentos fascinantes. Uno de los más destacados es el Qila-e-Kuhna Masjid, una mezquita de exquisito diseño con su intrincada decoración de mármol y arenisca, que parecía un oasis de paz. Muy cerca, el Sher Mandal, un pabellón octogonal, llamó mi atención. Este último tiene un significado histórico especial, ya que fue utilizado como biblioteca personal por el emperador Humayun, quien, según la historia, falleció tras caer por las escaleras de este edificio.
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| Qila E Kuhna Masjid. Purana Qila |
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| Qila E Kuhna Masjid. Purana Qila |
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| Sher Mandal. Purana Qila |
También merecían la pena las vistas desde las murallas del fuerte, con la ciudad extendiéndose en la distancia, otra estupenda perspectiva desde las alturas que podía llevarme de Delhi.
El horario del fuerte es de 07:00 a 17:00 todos los días y
el precio de 300 INR.
INDIA GATE
Tras despedirme de Purana Qila, me dirigí hacia otro de los
lugares más emblemáticos de la ciudad: India Gate y
la majestuosa Avenida Rajpath, que
se extiende como un eje central de poder y simbolismo en Nueva Delhi. Un corto
trayecto en rickshaw me dejó cerca del imponente arco de piedra, erigido como
un homenaje a los soldados indios que perdieron la vida durante la Primera
Guerra Mundial. La estructura, con los nombres de miles de soldados grabados en
sus muros, emanaba solemnidad y orgullo nacional.
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| India Gate |
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| India Gate |
Junto al arco se encuentra el National War Memorial, inaugurado en 2019 para rendir homenaje a los soldados caídos en las guerras posteriores a la independencia, incluidos los conflictos con Pakistán y China. El complejo, dispuesto en círculos concéntricos, combina la sobriedad del mármol con el silencio del entorno, creando un ambiente de respeto y recogimiento. En su centro arde la llama eterna del soldado desconocido, símbolo del sacrificio y la continuidad del espíritu de la nación. Caminé por sus pasillos observando los paneles con los nombres de miles de soldados; cada inscripción recordaba que la historia de la India moderna también se ha forjado con el valor de quienes defendieron sus fronteras.
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| National War Memorial |
RASHTRAPATI BHAVAN
Desde India Gate, continué mi recorrido en rickshaw por la
amplia avenida Kartavya Path,
anteriormente conocida como Rajpath, flanqueada por jardines y fuentes que
ofrecían una perspectiva espectacular de la capital. El paseo resultó ser una
experiencia agradable. La amplitud del lugar y la simetría de los edificios
gubernamentales que lo rodean transmitían una sensación de orden y grandiosidad
que contrastaba con otras áreas más desordenadas de Delhi. Fue un recordatorio
del importante papel que esta ciudad ha jugado, y sigue jugando, en la historia
de India. El trayecto en rickshaw me permitió disfrutar de la vista de los
principales edificios administrativos del país hasta llegar a mi siguiente
parada.
Finalmente llegaría a la joya arquitectónica de la zona: el Rashtrapati Bhavan, la
residencia oficial del presidente de la India. Este imponente edificio,
construido durante la época colonial británica, no solo destaca por su tamaño
—con más de 300 habitaciones distribuidas en cuatro pisos—, sino también por su
diseño, que combina de manera magistral elementos de la arquitectura india
tradicional con un estilo europeo clásico.
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| Rashtrapati Bhavan |
El Rashtrapati Bhavan es mucho más que una residencia; simboliza el poder y la historia de un país que ha sabido transformar sus instituciones coloniales en emblemas de soberanía nacional. Su icónica cúpula, visible desde diferentes puntos de la ciudad, es un referente visual que destaca entre los edificios gubernamentales. A su alrededor, los jardines Mughal, perfectamente cuidados, añaden un toque de serenidad y elegancia al conjunto. Aunque no es posible acceder al edificio principal sin previa autorización, los jardines Mughal están abiertos al público en determinadas épocas del año.
En mi caso, me limité a admirar la residencia desde el
exterior, maravillándome con su monumentalidad y con la precisión con la que
está integrado al paisaje de Raisina Hill. Este lugar, aunque no se pueda visitar
su interior, impresiona por su grandeza y por lo que representa: el corazón
administrativo y simbólico de la India.
CASA MEMORIAL DE INDIRA GANDHI
Tras Rashtrapati Bhavan, decidí acercarme a otro de los
hitos más relevantes de la historia reciente de India: la Casa Memorial de
Indira Gandhi. Esta residencia, ubicada en el corazón de Nueva Delhi, conmemora
a la primera y hasta ahora única mujer que ocupó el cargo de Primera Ministra
del país. Indira Gandhi, hija de Jawaharlal Nehru, lideró India durante
periodos críticos y transformadores, enfrentándose a tensiones internas y
conflictos internacionales. Fue asesinada el 31 de octubre de 1984 por sus
propios guardaespaldas, miembros de la comunidad sij, como represalia a la
operación militar que ordenó contra el Templo Dorado de Amritsar.
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| Museo Memorial Indira Gandhi |
Al llegar, los jardines y el entorno de la casa transmitían una mezcla de solemnidad y respeto. El espacio incluye un pequeño museo con objetos personales, fotografías y documentos que permiten entender su vida política y su influencia decisiva en la India moderna. También se pueden observar algunas de las salas interiores donde vivió y trabajó, así como habitaciones privadas, despachos y espacios de reunión, conservados para mostrar cómo era la vida de la Primera Ministra.
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| Museo Memorial Indira Gandhi |
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| Museo Memorial Indira Gandhi |
Sin embargo, lo más impactante es el lugar exacto en los jardines donde cayó abatida, marcado con una placa conmemorativa y flores frescas que invitan a la reflexión.
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| Museo Memorial Indira Gandhi |
Recorrer este lugar ofrece no solo un homenaje a la figura de Indira Gandhi, sino también una oportunidad para comprender mejor los acontecimientos que marcaron la década de los ochenta en India, incluidos los conflictos religiosos y políticos que derivaron en su asesinato. La visita dura aproximadamente una hora, y permite conectar de manera natural con otros espacios de memoria nacional.
La visita dura aproximadamente una hora, con entrada de 09:30
a 17:00 horas, de martes a domingo, cerrada los lunes y festivos nacionales. La
entrada es gratuita.
CASA DE MAHATMA GANDHI (GANDHI
SMRITI)
Desde la Casa Memorial de Indira Gandhi, continué mi
recorrido hacia otro lugar emblemático de la historia moderna de India: la Casa
de Mahatma Gandhi, también conocida como Gandhi Smriti. Este sitio, cargado de
simbolismo, fue la residencia donde Gandhi pasó los últimos 144 días de su vida
antes de ser asesinado el 30 de enero de 1948 por Nathuram Godse, un extremista
hindú que se oponía a sus políticas de reconciliación con la comunidad
musulmana.
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| Museo Memorial Mahatma Gandhi |
Al llegar, la tranquilidad del lugar contrastaba profundamente con las imágenes de una Delhi bulliciosa y activa. A través de sus jardines y salas, se podía sentir el peso de la historia y los ideales de este líder que cambió el rumbo del país. Los jardines están salpicados con placas que contienen citas y enseñanzas del Mahatma, cada una de ellas invitando a la reflexión.
El interior de la casa alberga una colección de objetos
personales de Gandhi, como sus famosas gafas, su bastón y su rueca, así como
fotografías que documentan momentos clave de su vida.
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| Museo Memorial Mahatma Gandhi |
Sin embargo, lo que más me impactó fue el recorrido que sigue las huellas que él mismo dejó la fatídica tarde en la que fue asesinado. Estas huellas, marcadas en el suelo, conducen al lugar exacto donde cayó abatido, ahora señalado por una columna conmemorativa.
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| Museo Memorial Mahatma Gandhi |
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| Museo Memorial Mahatma Gandhi |
Más allá de la tragedia, el ambiente del lugar parecía transmitir los valores que Gandhi defendió: la paz, la no violencia y la humildad.
Abierto de 10:00 a 18:30 horas, de martes a domingo. Cerrado
los lunes y festivos nacionales. La entrada es gratuita.
CONNAUGHT PLACE
Mi última parada del día antes de despedirme de Delhi sería Connaught Place, el corazón
palpitante de la ciudad moderna. Esta icónica plaza, conocida cariñosamente
como "CP", es mucho más que un simple centro comercial y financiero:
es un reflejo de la mezcla de culturas, estilos de vida y arquitecturas que
definen a Delhi. Diseñada en forma de anillo con calles radiales que convergen
hacia su núcleo, CP es una obra maestra del diseño urbano colonial británico,
concebida en los años 30. Los edificios, con sus fachadas blancas y elegantes
columnas de estilo georgiano, albergan una vibrante combinación de tiendas de
lujo, cafés modernos, librerías y pequeñas joyas tradicionales.
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| Connaught Place |
Llegué allí tras un nuevo trayecto en rickshaw, justo a tiempo para disfrutar del ajetreo de la plaza en su máximo esplendor. A pesar de su modernidad, el lugar conserva un aire nostálgico gracias a su arquitectura colonial. Mientras paseaba por sus amplios pasillos comerciales, me dejé llevar por el bullicio, el sonido de las bocinas y los pasos de los peatones que parecían entremezclarse en un caos organizado que solo Delhi puede ofrecer.
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| Connaught Place |
Decidí dedicarme solo a caminar sin rumbo, curiosear entre los escaparates y dejar que el ritmo de la ciudad marcara mis últimos pasos por Delhi, dejándome envolver por la energía de la plaza. Renuncié a visitar algunos lugares cercanos, como el mercado subterráneo de Palika, el histórico pozo escalonado Ugrasen Ki Baoli o el templo Hanuman Mandir, pues ya no tenía sentido conocer más monumentos.
Con el hambre apremiando, opté por una cena rápida en el McDonald’s, ubicado cerca de mi hotel, una despedida sencilla pero agradable de la ciudad. Después regresaría al hotel con la mente llena de recuerdos, consciente de que había vivido una experiencia única e irrepetible.




















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