INDIA - DIA 21. Templos del oeste de Khajuraho y tren a Varanasi

10 de Septiembre de 2025.

El amanecer en Khajuraho traía consigo la promesa de un día fascinante, continuando con la visita iniciada el día anterior por los templos del Este pues aún me quedaban algunos por conocer, entre ellos dos de los más destacados de este grupo: el Adinath y el Parsvanatha, ejemplos representativos del arte jainista dentro del conjunto de Khajuraho.

Mientras tomaba el desayuno, aproveché para sumergirme en la historia de los templos. Construidos entre los siglos IX y XII por la dinastía Chandela, estos templos representan uno de los ejemplos más refinados de la arquitectura india medieval. Originalmente, el complejo contaba con alrededor de 85 templos, de los cuales solo unos 25 han sobrevivido al paso del tiempo, dispersos entre la vegetación y protegidos como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Lo que hacía especial a Khajuraho no era solo la magnificencia de sus estructuras, sino los intrincados relieves que cubrían sus muros. Esculturas que narraban mitos, rituales y escenas de la vida cotidiana, muchas de ellas célebres por su representación del erotismo dentro del pensamiento hindú. Estas imágenes no eran meramente decorativas; respondían a una concepción filosófica en la que la espiritualidad y la sensualidad formaban parte de un mismo camino hacia la trascendencia.

Con la emoción de lo que me aguardaba, terminé mi desayuno, listo para adentrarme en el corazón de estos templos que han sobrevivido al tiempo y siguen fascinando a quienes los visitan.

TEMPLOS DE KHAJURAHO (CONTINUACIÓN ESTE)

Como decía continuaría con los templos de Este que me faltaron del día anterior. Estos serían:

Templo Adinath: Dedicado al primer tirthankara del jainismo, Adinath, fue construido a finales del siglo XI. A pesar de su tamaño moderado, presenta una estructura sólida y bien conservada, con un shikhara que mantiene las proporciones y la verticalidad típicas del estilo Chandela. Los muros exteriores muestran relieves finamente trabajados que incluyen figuras de apsaras y divinidades menores, así como algunas inscripciones jainistas. Aunque su ornamentación es más contenida que la de los templos hindúes del grupo occidental, el Adinath conserva una pureza arquitectónica notable, reflejo de la sobriedad espiritual del jainismo.

Templo Adinatha

Templo Adinatha

Templo Adinatha

Templo Parsvanatha: Es el mayor y más destacado de los templos jainistas de Khajuraho, fue erigido a mediados del siglo XI en honor al vigesimotercer tirthankara, Parsvanatha. Su planta sigue el esquema tradicional con un mandapa, un vestíbulo y un santuario interior. Los relieves que decoran sus muros constituyen uno de los mejores ejemplos del arte escultórico de la época: escenas de la vida cotidiana, representaciones de apsaras, músicos y figuras celestiales, todo ejecutado con una precisión y un equilibrio que anticipan el estilo maduro del grupo occidental. El templo muestra la coexistencia armónica entre la temática jainista y la influencia decorativa hindú, un rasgo distintivo de Khajuraho.

Templo Parsvanatha

Templo Parsvanatha

Templo Parsvanatha

Templo Parsvanatha

Los otros tres templos del recinto, los de Jinanatha, Sethanatha y Shantinatha, son construcciones más recientes y carentes de valor histórico o artístico significativo, por lo que no merecen una visita detallada.

TEMPLOS DE KHAJURAHO (OESTE)

Tras concluir esta segunda parte de la visita a los templos del Este, Rajesh me condujo hacia los templos del Oeste, el grupo más célebre y representativo del conjunto de Khajuraho. Es aquí donde se encuentran las famosas esculturas eróticas que han hecho mundialmente conocido el lugar. Por ello, recomiendo comenzar por los templos del Este y continuar después con los del Oeste: la grandeza, el estado de conservación y la riqueza escultórica de estos últimos superan ampliamente a los primeros, y de hacerse al contrario, los templos orientales podrían parecer decepcionantes.

Templos de Khajuraho. UNESCO

Estanque Templos de Khajuraho

Si el tiempo es limitado, no hay duda de que hay que decantarse por el grupo occidental.

Existen también templos en la zona sur, pero no los visité, ya que había leído que su deterioro y su menor relevancia arquitectónica los hacen prescindibles en comparación con los conjuntos oriental y occidental.

La visita completa al recinto occidental puede prolongarse entre dos y tres horas, dependiendo del ritmo de cada viajero y del tiempo que se dedique a la fotografía o la observación. En un día despejado, el entorno invita a recorrerlo sin prisa, disfrutando de la monumentalidad y la serenidad del lugar.

A continuación, mi recorrido siguió este orden:

Templo Chausath Yogini: Es el templo más antiguo de Khajuraho, datado en el siglo IX, y el único construido en piedra arenisca tosca. Está dedicado a las 64 yoginis, deidades femeninas asociadas con el culto tántrico. Aunque gran parte de su estructura se encuentra en ruinas, conserva el trazado perimetral con pequeños santuarios dispuestos en forma de cuadrángulo. Su sencillez arquitectónica contrasta con la posterior sofisticación del estilo Chandela, pero ofrece una visión clara de los orígenes del complejo y de los primeros cultos que dieron identidad religiosa a la zona.

Templo Chausath Yogini

Templo Chausath Yogini

Templo Kandariya Mahadeva: Dedicado a Shiva, es el mayor y más imponente de todos los templos de Khajuraho, construido hacia el año 1030 bajo el reinado de Vidyadhara. Su torre principal alcanza los 31 metros de altura y simboliza el monte Meru, eje del universo en la cosmovisión hindú. El exterior está cubierto por más de 800 esculturas que representan divinidades, músicos, apsaras y escenas mitológicas, todas ejecutadas con un virtuosismo técnico excepcional. Los paneles con representaciones eróticas forman parte del simbolismo tántrico del templo, expresando la unión entre lo divino y lo humano. El interior, presidido por un lingam de Shiva, transmite una atmósfera de recogimiento y solemnidad.

Templo Kandariya Mahadeva

Templo Kandariya Mahadeva

Templo Kandariya Mahadeva

Templo Kandariya Mahadeva

Templo Devi Jagdamba: Construido en la segunda mitad del siglo XI, este templo está dedicado a la diosa Devi, en su manifestación de Jagdambi (la Madre del Universo). Su decoración es particularmente elegante, con relieves de gran delicadeza que muestran a la diosa acompañada de apsaras y figuras celestiales. Aunque de menor tamaño que el Kandariya Mahadeo, comparte con él la riqueza ornamental y el refinamiento en el tallado de la piedra. Los frisos exteriores incluyen también escenas eróticas, tratadas con la misma naturalidad simbólica característica del conjunto.

Templo Devi Jagdamba

Templo Devi Jagdamba

Templo Devi Jagdamba

Templo Devi Jagdamba

Templo Chitragupta: Dedicado a Surya, el dios del Sol, es uno de los pocos templos de la India medieval consagrados a esta deidad. En su fachada principal se conserva la escultura de Surya conduciendo su carro tirado por siete caballos. Los relieves interiores muestran divinidades solares y figuras humanas en actitud de oración. Construido entre los siglos X y XI, destaca por su excelente conservación y por la armonía de sus proporciones, que reflejan la madurez del estilo Chandela.

Templo Chitragupta

Templo Chitragupta

Templo Chitragupta

Templo Vishwanatha: Templo consagrado a Shiva y uno de los más refinados del grupo occidental. Aunque de menor escala que el Kandariya Mahadeo, su calidad escultórica es sobresaliente. Presenta una planta rectangular y un diseño de torres escalonadas que conducen visualmente al sanctasanctórum. En el interior, un lingam de mármol blanco ocupa el lugar central. En los muros se observan figuras de diosas guardianas, animales mitológicos y motivos florales. La armonía de sus proporciones lo convierte en uno de los ejemplos más equilibrados del conjunto.

Templo Vishwanatha

Templo Vishwanatha

Templo Vishwanatha

Templo Vishwanatha

Templo Vishwanatha

Templo Parvati: Situado junto al Vishwanatha, este pequeño templo está dedicado a Parvati, consorte de Shiva. Aunque su ornamentación ha sufrido deterioro con el tiempo, aún se conservan fragmentos que muestran relieves de deidades y parejas divinas. Su valor reside más en la pureza de su forma arquitectónica que en su tamaño.

Templo Parvati

Templo Parvati

Templo Pratapeshwar: Es una estructura añadida en el siglo XIX durante el periodo británico, inspirada en el estilo Chandela pero posterior a la época original. Su arquitectura intenta reproducir el esquema de los templos medievales, con cierto acierto en la disposición de las torres, aunque sin la maestría escultórica de los originales.

Templo Pratapeshwar

Templo Pratapeshwar

Templo Lakshmi: Pequeño santuario erigido sobre una plataforma elevada y dedicado a la diosa de la prosperidad. Su estructura es sencilla, con un solo sanctasanctórum y una torre piramidal. A pesar de su modestia, mantiene el equilibrio característico de los templos del recinto y sirve como transición visual entre los edificios mayores.

Templo Lakshmi

Templo Varaha: Ubicado frente al Lakshmana, este templo alberga una enorme escultura monolítica del jabalí Varaha, una de las encarnaciones de Vishnu. La figura, tallada en arenisca, mide más de dos metros de altura y está cubierta por inscripciones y pequeñas figuras divinas en toda su superficie. Es una de las piezas escultóricas más importantes del conjunto.

Templo Varaha

Templo Lakshmana: Dedicado a Vishnu, el Lakshmana Temple es uno de los templos más destacados y mejor conservados del grupo occidental. Fue construido alrededor del año 954 durante el reinado del rey Yashovarman, lo que lo convierte en uno de los más antiguos del conjunto. Se alza sobre una plataforma elevada, a la que se accede por una escalinata frontal que resalta su monumentalidad. La estructura presenta una composición axial clásica, con un pórtico de entrada, un mandapa, un vestíbulo y el sanctasanctórum coronado por un shikhara de gran altura. Los muros exteriores están cubiertos por frisos y esculturas que representan tanto divinidades del panteón vishnuita como figuras humanas y escenas cotidianas. La imagen principal del sanctasanctórum es Vishnu en su forma de Vaikuntha, de cuatro rostros, símbolo de su omnipresencia. El equilibrio entre la ornamentación y la proporción arquitectónica lo convierte en una de las obras maestras del arte Chandela, y en un modelo para los templos que se construirían en los años posteriores.

Templo Lakshmana

Templo Lakshmana

Templo Lakshmana

Templo Lakshmana

Templo Lakshmana

Templo Matangeshwar: El único templo del grupo occidental que sigue en uso para el culto. Dedicado a Shiva, su estructura es más sobria y primitiva que la del resto, lo que sugiere su construcción anterior al siglo X. En el interior se venera un lingam de grandes dimensiones, aún objeto de ofrendas diarias. Su atmósfera silenciosa y la presencia activa de fieles lo diferencian del resto, ofreciendo una experiencia más cercana al ritual original.

Tras visitar todos los templos, todavía me animaría a dar un último paseo por el recinto e incluso tomar algo en el pequeño quiosko del recinto para descansar un poco.

Templos de Khajuraho

Templos de Khajuraho

La entrada al grupo de templos del oeste cuesta 550 INR y el horario es de 06:00 a 18:00.      

Finalmente, me preparé para partir. Khajuraho, con su historia, su arquitectura y su ambiente relajado, dejaba una huella en mi memoria. Aunque sabía que mi siguiente destino me esperaba, siempre recordaría ese último paseo como una manera tranquila y hermosa de cerrar otro capítulo en este viaje por la India.

TREN DE SATNA A VARANASI

Concluida la visita, Rajesh me esperaba fuera para dirigirnos hacia hacia Satna, desde donde partiría hacia Varanasi. El trayecto por carretera duraba unas tres horas y media, suficiente para despedirme del paisaje del estado de Madhya Pradesh antes de sumergirme en una experiencia completamente diferente.

Estación de Satna

A mitad de camino pararíamos a comer en un restaurante al lado de la carretera, donde aprovecharía para invitar a Rajesh como despedida, agradeciéndole su amabilidad y profesionalidad durante los días de viaje. Al llegar a la estación, me acompañó hasta el andén y permaneció conmigo hasta la llegada del tren. Incluso subió conmigo para indicarme cuál era mi compartimento, un gesto que aprecié especialmente. Un apretón de manos sincero y unas palabras de gratitud servirían para despedirnos definitivamente. Había sido un compañero de ruta inmejorable.

Estación de Satna

El tren partió con media hora de retraso, a las 18:50. Mi billete correspondía a un compartimento de segunda clase con dos literas, ocupando la parte superior de una de ellas. Compartía el espacio con dos mujeres de unos cincuenta años, muy agradables y respetuosas, y con un hombre de unos cuarenta, tranquilo y discreto. Todo estaba limpio y organizado, y el personal facilitaba sábanas en sobres cerrados, lo que daba una sensación de higiene y orden que me sorprendió gratamente.

Tren de Satna a Varanasi

Antes de subir, había sentido cierta inquietud: había leído tanto sobre los trenes indios que imaginaba un viaje incómodo. De hecho, cuando vi entrar el convoy en la estación y observé los vagones más humildes, donde la gente viajaba apretada hasta el extremo, pensé en los trenes de otra época, casi como si fueran de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, mi compartimento distaba mucho de aquella imagen. El trayecto resultó tranquilo y confortable; pasando más de la mitad del viaje durmiendo.

A las 03:40 de la madrugada el tren se detuvo en la estación de Varanasi Junction. Bajé con mi maleta, sintiendo el peso de la noche aún viva en la ciudad sagrada. A pesar de la hora, la estación era un hervidero: pasajeros durmiendo en bancos, porteadores ofreciendo su ayuda y conductores de rickshaw esperando clientes. Afortunadamente, tenía organizado mi traslado, y Golu, el conductor asignado, me aguardaba a la salida. Agradecí no tener que negociar con nadie a esas horas. Tras cruzar el enjambre de gente y vehículos, subí al coche que me llevaría al hotel. El trayecto, silencioso y corto, me condujo hasta el Ganges View, donde llegué a las 04:15. Era hora de descansar; mañana, Varanasi me recibiría con toda su intensidad. Me acosté cerca de las cinco, rendido tras el viaje.

HOTEL GANGES VIEW

En poco tiempo llegué al Ganges View, mi alojamiento para las próximas tres noches. Situado en el Assi Ghat, este hotel patrimonial combina historia y serenidad en un entorno privilegiado. A esas horas, el personal nocturno me recibió con discreción, facilitando el registro de manera rápida y eficaz antes de acompañarme a la habitación. Aprecié la calma del lugar tras el largo viaje.

El Ganges View ocupa un antiguo haveli reconvertido en hotel, cuya arquitectura refleja el espíritu de Varanasi. Los balcones tallados, los patios interiores y los muros de piedra evocan el pasado señorial de la ciudad. En el interior, la decoración conserva un carácter artesanal: muebles de madera maciza, pinturas tradicionales y esculturas que refuerzan la identidad del conjunto.

Hotel Ganges View

La habitación, sencilla y cómoda, contaba con baño privado y aire acondicionado. Los tejidos de tonos cálidos y la iluminación tenue contribuían a un ambiente de descanso. Desde la ventana se intuía la cercanía del Ganges, invisible en la oscuridad pero presente en la quietud del amanecer.

Hotel Ganges View

Me dejé caer en la cama poco después de llegar. El silencio del lugar era absoluto; la ciudad sagrada aguardaba unas horas más tarde.


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