El amanecer en Khajuraho traía consigo la promesa de un día
fascinante, continuando con la visita
iniciada el día anterior por los templos del Este pues aún me quedaban algunos
por conocer, entre ellos dos de los más destacados de este
grupo: el Adinath
y el Parsvanatha, ejemplos representativos del arte jainista
dentro del conjunto de Khajuraho.
Mientras tomaba el desayuno, aproveché para sumergirme en la
historia de los templos. Construidos entre los siglos IX y XII por la dinastía
Chandela, estos templos representan uno de los ejemplos más refinados de la
arquitectura india medieval. Originalmente, el complejo contaba con alrededor
de 85 templos, de los cuales solo unos 25 han sobrevivido al paso del tiempo,
dispersos entre la vegetación y protegidos como Patrimonio de la Humanidad por
la UNESCO.
Lo que hacía especial a Khajuraho no era solo la
magnificencia de sus estructuras, sino los intrincados relieves que cubrían sus
muros. Esculturas que narraban mitos, rituales y escenas de la vida cotidiana,
muchas de ellas célebres por su representación del erotismo dentro del
pensamiento hindú. Estas imágenes no eran meramente decorativas; respondían a
una concepción filosófica en la que la espiritualidad y la sensualidad formaban
parte de un mismo camino hacia la trascendencia.
Con la emoción de lo que me aguardaba, terminé mi desayuno,
listo para adentrarme en el corazón de estos templos que han sobrevivido al
tiempo y siguen fascinando a quienes los visitan.
TEMPLOS DE KHAJURAHO (CONTINUACIÓN
ESTE)
Como decía continuaría con los templos de Este que me
faltaron del día anterior. Estos serían:
Templo Adinath:
Dedicado al primer tirthankara del jainismo, Adinath, fue construido a finales
del siglo XI. A pesar de su tamaño moderado, presenta una estructura sólida y
bien conservada, con un shikhara que mantiene las proporciones y la
verticalidad típicas del estilo Chandela. Los muros exteriores muestran
relieves finamente trabajados que incluyen figuras de apsaras y divinidades
menores, así como algunas inscripciones jainistas. Aunque su ornamentación es
más contenida que la de los templos hindúes del grupo occidental, el Adinath
conserva una pureza arquitectónica notable, reflejo de la sobriedad espiritual
del jainismo.
 |
| Templo Adinatha |
 |
| Templo Adinatha |
 |
| Templo Adinatha |
Templo Parsvanatha:
Es el mayor y más destacado de los templos jainistas de Khajuraho, fue erigido
a mediados del siglo XI en honor al vigesimotercer tirthankara, Parsvanatha. Su
planta sigue el esquema tradicional con un mandapa, un vestíbulo y un santuario
interior. Los relieves que decoran sus muros constituyen uno de los mejores
ejemplos del arte escultórico de la época: escenas de la vida cotidiana,
representaciones de apsaras, músicos y figuras celestiales, todo ejecutado con
una precisión y un equilibrio que anticipan el estilo maduro del grupo occidental.
El templo muestra la coexistencia armónica entre la temática jainista y la
influencia decorativa hindú, un rasgo distintivo de Khajuraho.
 |
| Templo Parsvanatha |
 |
| Templo Parsvanatha |
 |
| Templo Parsvanatha |
 |
| Templo Parsvanatha |
Los otros tres templos del recinto, los de Jinanatha,
Sethanatha y Shantinatha, son construcciones más recientes y
carentes de valor histórico o artístico significativo, por lo que no merecen
una visita detallada.
TEMPLOS DE KHAJURAHO (OESTE)
Tras concluir esta segunda parte de la visita a los templos
del Este, Rajesh me
condujo hacia los templos del Oeste, el grupo más célebre y
representativo del conjunto de Khajuraho. Es aquí donde se encuentran las famosas esculturas eróticas
que han hecho mundialmente conocido el lugar. Por ello, recomiendo comenzar por
los templos del Este y continuar después con los del Oeste: la grandeza, el
estado de conservación y la riqueza escultórica de estos últimos superan
ampliamente a los primeros, y de hacerse al contrario, los templos orientales
podrían parecer decepcionantes.
 |
| Templos de Khajuraho. UNESCO |
 |
| Estanque Templos de Khajuraho |
Si el
tiempo es limitado, no hay duda de que hay que decantarse por el grupo
occidental.
Existen también templos en
la zona sur, pero no los visité, ya que había leído que su deterioro y su menor
relevancia arquitectónica los hacen prescindibles en comparación con los
conjuntos oriental y occidental.
La visita completa al recinto occidental puede prolongarse
entre dos y tres horas, dependiendo del ritmo de cada viajero y del tiempo que
se dedique a la fotografía o la observación. En un día despejado, el entorno
invita a recorrerlo sin prisa, disfrutando de la monumentalidad y la serenidad
del lugar.
A continuación, mi recorrido siguió este orden:
Templo Chausath Yogini:
Es el templo más antiguo de Khajuraho, datado en el siglo IX, y el único
construido en piedra arenisca tosca. Está dedicado a las 64 yoginis, deidades
femeninas asociadas con el culto tántrico. Aunque gran parte de su estructura
se encuentra en ruinas, conserva el trazado perimetral con pequeños santuarios
dispuestos en forma de cuadrángulo. Su sencillez arquitectónica contrasta con
la posterior sofisticación del estilo Chandela, pero ofrece una visión clara de
los orígenes del complejo y de los primeros cultos que dieron identidad
religiosa a la zona.
 |
| Templo Chausath Yogini |
 |
| Templo Chausath Yogini |
Templo Kandariya Mahadeva:
Dedicado a Shiva, es el mayor y más imponente de todos los templos de Khajuraho,
construido hacia el año 1030 bajo el reinado de Vidyadhara. Su torre principal
alcanza los 31 metros de altura y simboliza el monte Meru, eje del universo en
la cosmovisión hindú. El exterior está cubierto por más de 800 esculturas que
representan divinidades, músicos, apsaras y escenas mitológicas, todas
ejecutadas con un virtuosismo técnico excepcional. Los paneles con
representaciones eróticas forman parte del simbolismo tántrico del templo,
expresando la unión entre lo divino y lo humano. El interior, presidido por un
lingam de Shiva, transmite una atmósfera de recogimiento y solemnidad.
 |
| Templo Kandariya Mahadeva |
 |
| Templo Kandariya Mahadeva |
 |
| Templo Kandariya Mahadeva |
 |
| Templo Kandariya Mahadeva |
Templo Devi Jagdamba:
Construido en la segunda mitad del siglo XI, este templo está dedicado a la
diosa Devi, en su manifestación de Jagdambi (la Madre del Universo). Su
decoración es particularmente elegante, con relieves de gran delicadeza que
muestran a la diosa acompañada de apsaras y figuras celestiales. Aunque de
menor tamaño que el Kandariya Mahadeo, comparte con él la riqueza ornamental y
el refinamiento en el tallado de la piedra. Los frisos exteriores incluyen
también escenas eróticas, tratadas con la misma naturalidad simbólica
característica del conjunto.
 |
| Templo Devi Jagdamba |
 |
| Templo Devi Jagdamba |
 |
| Templo Devi Jagdamba |
 |
| Templo Devi Jagdamba |
Templo Chitragupta:
Dedicado a Surya, el dios del Sol, es uno de los pocos templos de la India medieval
consagrados a esta deidad. En su fachada principal se conserva la escultura de
Surya conduciendo su carro tirado por siete caballos. Los relieves interiores
muestran divinidades solares y figuras humanas en actitud de oración.
Construido entre los siglos X y XI, destaca por su excelente conservación y por
la armonía de sus proporciones, que reflejan la madurez del estilo Chandela.
 |
| Templo Chitragupta |
 |
| Templo Chitragupta |
 |
| Templo Chitragupta |
Templo Vishwanatha: Templo
consagrado a Shiva y uno de los más refinados del grupo occidental. Aunque de
menor escala que el Kandariya Mahadeo, su calidad escultórica es sobresaliente.
Presenta una planta rectangular y un diseño de torres escalonadas que conducen
visualmente al sanctasanctórum. En el interior, un lingam de mármol blanco
ocupa el lugar central. En los muros se observan figuras de diosas guardianas,
animales mitológicos y motivos florales. La armonía de sus proporciones lo
convierte en uno de los ejemplos más equilibrados del conjunto.
 |
| Templo Vishwanatha |
 |
| Templo Vishwanatha |
 |
| Templo Vishwanatha |
 |
| Templo Vishwanatha |
 |
| Templo Vishwanatha |
Templo Parvati: Situado
junto al Vishwanatha, este pequeño templo está dedicado a Parvati, consorte de
Shiva. Aunque su ornamentación ha sufrido deterioro con el tiempo, aún se
conservan fragmentos que muestran relieves de deidades y parejas divinas. Su
valor reside más en la pureza de su forma arquitectónica que en su tamaño.
 |
| Templo Parvati |
 |
| Templo Parvati |
Templo Pratapeshwar:
Es una estructura añadida en el siglo XIX durante el periodo británico,
inspirada en el estilo Chandela pero posterior a la época original. Su
arquitectura intenta reproducir el esquema de los templos medievales, con
cierto acierto en la disposición de las torres, aunque sin la maestría
escultórica de los originales.
 |
| Templo Pratapeshwar |
 |
| Templo Pratapeshwar |
Templo Lakshmi: Pequeño santuario erigido sobre una
plataforma elevada y dedicado a la diosa de la prosperidad. Su estructura es
sencilla, con un solo sanctasanctórum y una torre piramidal. A pesar de su
modestia, mantiene el equilibrio característico de los templos del recinto y
sirve como transición visual entre los edificios mayores.
 |
| Templo Lakshmi |
Templo Varaha: Ubicado frente al Lakshmana, este
templo alberga una enorme escultura monolítica del jabalí Varaha, una de las
encarnaciones de Vishnu. La figura, tallada en arenisca, mide más de dos metros
de altura y está cubierta por inscripciones y pequeñas figuras divinas en toda
su superficie. Es una de las piezas escultóricas más importantes del conjunto.
 |
| Templo Varaha |
Templo Lakshmana: Dedicado a Vishnu, el Lakshmana
Temple es uno de los templos más destacados y mejor conservados del grupo
occidental. Fue construido alrededor del año 954 durante el reinado del rey
Yashovarman, lo que lo convierte en uno de los más antiguos del conjunto. Se
alza sobre una plataforma elevada, a la que se accede por una escalinata
frontal que resalta su monumentalidad. La estructura presenta una composición
axial clásica, con un pórtico de entrada, un mandapa, un vestíbulo y el
sanctasanctórum coronado por un shikhara de gran altura. Los muros exteriores
están cubiertos por frisos y esculturas que representan tanto divinidades del
panteón vishnuita como figuras humanas y escenas cotidianas. La imagen
principal del sanctasanctórum es Vishnu en su forma de Vaikuntha, de cuatro
rostros, símbolo de su omnipresencia. El equilibrio entre la ornamentación y la
proporción arquitectónica lo convierte en una de las obras maestras del arte
Chandela, y en un modelo para los templos que se construirían en los años
posteriores.
 |
| Templo Lakshmana |
 |
| Templo Lakshmana |
 |
| Templo Lakshmana |
 |
| Templo Lakshmana |
 |
| Templo Lakshmana |
Templo Matangeshwar: El único templo del grupo
occidental que sigue en uso para el culto. Dedicado a Shiva, su estructura es
más sobria y primitiva que la del resto, lo que sugiere su construcción
anterior al siglo X. En el interior se venera un lingam de grandes dimensiones,
aún objeto de ofrendas diarias. Su atmósfera silenciosa y la presencia activa
de fieles lo diferencian del resto, ofreciendo una experiencia más cercana al
ritual original.
Tras visitar todos los templos, todavía me animaría a dar un
último paseo por el recinto e incluso tomar algo en el pequeño quiosko del
recinto para descansar un poco.
 |
| Templos de Khajuraho |
 |
| Templos de Khajuraho |
La entrada al grupo de templos del oeste cuesta 550 INR y el
horario es de 06:00 a 18:00.
Finalmente, me preparé para partir. Khajuraho, con su
historia, su arquitectura y su ambiente relajado, dejaba una huella en mi
memoria. Aunque sabía que mi siguiente destino me esperaba, siempre recordaría
ese último paseo como una manera tranquila y hermosa de cerrar otro capítulo en
este viaje por la India.
TREN DE SATNA A VARANASI
Concluida la visita, Rajesh me esperaba fuera para
dirigirnos hacia hacia Satna, desde donde partiría hacia Varanasi. El
trayecto por carretera duraba unas tres horas y media, suficiente para despedirme
del paisaje del estado de Madhya Pradesh antes de sumergirme en una experiencia
completamente diferente.
 |
| Estación de Satna |
A mitad de camino pararíamos a comer en un restaurante al
lado de la carretera, donde aprovecharía para invitar a Rajesh como despedida,
agradeciéndole su amabilidad y profesionalidad durante los días de viaje. Al
llegar a la estación, me acompañó hasta el andén y permaneció conmigo hasta la
llegada del tren. Incluso subió conmigo para indicarme cuál era mi
compartimento, un gesto que aprecié especialmente. Un apretón de manos sincero
y unas palabras de gratitud servirían para despedirnos definitivamente. Había
sido un compañero de ruta inmejorable.
 |
| Estación de Satna |
El tren partió con media hora de retraso, a las 18:50. Mi
billete correspondía a un compartimento de segunda clase con dos literas,
ocupando la parte superior de una de ellas. Compartía el espacio con dos
mujeres de unos cincuenta años, muy agradables y respetuosas, y con un hombre
de unos cuarenta, tranquilo y discreto. Todo estaba limpio y organizado, y el
personal facilitaba sábanas en sobres cerrados, lo que daba una sensación de
higiene y orden que me sorprendió gratamente.
 |
| Tren de Satna a Varanasi |
Antes de subir, había sentido cierta inquietud: había leído
tanto sobre los trenes indios que imaginaba un viaje incómodo. De hecho, cuando
vi entrar el convoy en la estación y observé los vagones más humildes, donde la
gente viajaba apretada hasta el extremo, pensé en los trenes de otra época,
casi como si fueran de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, mi compartimento
distaba mucho de aquella imagen. El trayecto resultó tranquilo y confortable;
pasando más de la mitad del viaje durmiendo.
A las 03:40 de la madrugada el tren se detuvo en la estación
de Varanasi Junction. Bajé con mi maleta, sintiendo el peso de la noche aún
viva en la ciudad sagrada. A pesar de la hora, la estación era un hervidero:
pasajeros durmiendo en bancos, porteadores ofreciendo su ayuda y conductores de
rickshaw esperando clientes. Afortunadamente, tenía organizado mi traslado, y
Golu, el conductor asignado, me aguardaba a la salida. Agradecí no tener que
negociar con nadie a esas horas. Tras cruzar el enjambre de gente y vehículos,
subí al coche que me llevaría al hotel. El trayecto, silencioso y corto, me
condujo hasta el Ganges View, donde llegué a las 04:15. Era hora de descansar;
mañana, Varanasi me recibiría con toda su intensidad. Me acosté cerca de las
cinco, rendido tras el viaje.
HOTEL GANGES VIEW
En poco tiempo llegué al Ganges View, mi alojamiento para
las próximas tres noches. Situado en el Assi Ghat, este hotel patrimonial
combina historia y serenidad en un entorno privilegiado. A esas horas, el
personal nocturno me recibió con discreción, facilitando el registro de manera
rápida y eficaz antes de acompañarme a la habitación. Aprecié la calma del
lugar tras el largo viaje.
El Ganges View ocupa un antiguo haveli
reconvertido en hotel, cuya arquitectura refleja el espíritu de Varanasi. Los
balcones tallados, los patios interiores y los muros de piedra evocan el pasado
señorial de la ciudad. En el interior, la decoración conserva un carácter
artesanal: muebles de madera maciza, pinturas tradicionales y esculturas que
refuerzan la identidad del conjunto.
 |
| Hotel Ganges View |
La habitación, sencilla y cómoda, contaba con baño privado y
aire acondicionado. Los tejidos de tonos cálidos y la iluminación tenue
contribuían a un ambiente de descanso. Desde la ventana se intuía la cercanía
del Ganges, invisible en la oscuridad pero presente en la quietud del amanecer.
 |
| Hotel Ganges View |
Me dejé caer en la cama poco después de llegar. El silencio del lugar era absoluto; la ciudad sagrada aguardaba unas horas más tarde.
No hay comentarios :
Publicar un comentario