CHINA - DIA 05. Pekín: Templos, mercados, Torres del Tambor y la Campana y Parque Jingshan

26 de Agosto de 2024.

Las previsiones meteorológicas no fallaron: el día amaneció con un cielo completamente encapotado, que amenazaba con descargar toda su furia en forma de lluvia torrencial. Las nubes, densas y grises, parecían contener el peso de una tormenta inminente. Y así fue. A los pocos minutos de salir del hotel, mientras me dirigía al metro, comenzó a llover con una intensidad implacable. Sin embargo, no me preocupé; había organizado la mañana en función del pronóstico, por lo que, con calma y serenidad, me encaminé hacia el primero de los lugares que planeaba visitar.

TEMPLO DE LOS LAMAS

Y este no sería otro que uno de los templos más importantes de todo Pekín. De hecho, es el templo budista más importante de la capital, y uno de los más relevantes dentro del budismo tibetano fuera del Tíbet. Originalmente fue un palacio imperial durante la dinastía Qing, pero en 1744 fue convertido en un monasterio y estuvo en funcionamiento hasta los años sesenta del siglo XX, cuando la Revolución Cultural daba sus primeros pasos y los monjes fueron maltratados y enviados a reeducar a las zonas agrícolas de China.

El templo reabriría sus puertas en los años ochenta, estando desde entonces activo con decenas de monjes budistas viviendo y estudiando en él.

El complejo consta de cinco importantes salas separadas por patios que se suceden por este orden:

Sala de los Reyes Celestiales: Al entrar al templo, esta es la primera sala que se encuentra. Está dedicada a los Cuatro Reyes Celestiales, guardianes que protegen las cuatro direcciones cardinales según la tradición budista. En el centro de la sala se erige una estatua de Maitreya, el Buda del Futuro, representado sentado y sonriente, característico de la iconografía budista. Flanqueando la estatua principal están los Reyes Celestiales, figuras imponentes y decoradas con armaduras y atributos simbólicos.

Sala de los Reyes Celestiales. Templo de los Lamas

Sala de los Reyes Celestiales. Templo de los Lamas

Sala de la Armonía Eterna: Esta sala es la segunda en importancia y contiene tres grandes estatuas de Buda, que representan las encarnaciones del pasado, presente y futuro. En el centro se encuentra Sakyamuni, el Buda histórico, acompañado por Kasyapa, el Buda del pasado, y Maitreya, el del futuro. La sala también tiene una serie de ofrendas y objetos rituales utilizados por los lamas para sus prácticas. Las decoraciones laterales y del techo son una maravilla.

Sala de la Protección y la Salud: Aquí están las estatuas de Tsongkhapa, el fundador de la escuela Gelug del budismo tibetano, así como los budas de la Longevidad y de la Medicina. Esta sala es especialmente importante para quienes buscan protección y bienestar espiritual. La atmósfera aquí es serena, y se pueden ver detalles decorativos tibetanos como ruedas de oración, banderas y esculturas intricadas.

Sala de la Protección y Salud. Templo de los Lamas

Sala de la Rueda de la ley: Este salón se utiliza para realizar ceremonias y enseñar el Dharma (las enseñanzas de Buda). En el centro de la sala destaca una gran estatua de Je Tsongkhapa de tres metros de altura, el fundador de la escuela Gelug, y una rueda de oración gigante. Las paredes están adornadas con imágenes de Budas y Bodhisattvas, y el ambiente es solemne y ritual.

Sala de la Rueda de la Ley. Templo de los Lamas

Pabellón de las Diez Mil Felicidades: Es la sala más impresionante del templo, ya que alberga una gigantesca estatua de Maitreya, esculpida en una sola pieza de sándalo blanco de 26 metros de altura, con 8 metros bajo el suelo. Esta estatua figura en el Libro Guinness de los Récords como la mayor estatua de madera tallada en el mundo. La sala tiene un diseño imponente, con múltiples pisos que permiten ver la estatua desde diferentes ángulos.

Pabellón de las Diez Mil Felicidades. Templo de los Lamas

Pabellón de las Diez Mil Felicidades. Templo de los Lamas

Estas cinco salas forman el corazón del Templo de los Lamas y cada una de ellas tiene una función espiritual y ceremonial diferente. La riqueza de sus esculturas, arte budista y arquitectura lo convierten en un destino fundamental en Pekín.

Su horario es de 09:00 a 17:00 y la entrada cuesta 25 CNY. Es muy aconsejable realizar una reserva a través de la aplicación WeChat con hasta diez días de anticipación de cuando se quiera visitar y así evitar las masas de gente a la hora de adquirir la entrada.

TEMPLO DE CONFUCIO

Continuaba lloviendo con mucha fuerza, por lo que, a pocos metros del anterior, accedería a este templo construido en 1302, bajo la dinastía Yuan. Es el segundo mayor templo dedicado a Confucio de toda China después del de Qufu, de donde es originario Confucio. Era el lugar donde los que aspiraban al examen imperial se reunían para estudiar y hacer ofrendas a Confucio por el éxito de sus exámenes.

Templo de Confucio

Es un recinto que destaca por la paz que reina en su interior y que generalmente no es muy visitado por los grupos de turistas, por lo que uno se puede relajar un poco de los ajetreos de las multitudes.

Una bonita puerta de entrada de estilo tradicional da paso a un gran patio con árboles centenarios; en las cuatro esquinas se ven las inscripciones de los funcionarios que aprobaron los exámenes imperiales a partir de la época Yuan. Al fondo se colocó en 1993 una estatua del filósofo.

Templo de Confucio

Una breve escalinata con balaustrada lleva a la Puerta de los Grandes Resultados; delante hay reproducciones de diez tambores de piedra con inscripciones de odas del siglo VII.

En el segundo patio pueden verse numerosas estelas con inscripciones alusivas a las expediciones militares de época Qing. Después se pasa al Palacio de los Grandes Resultados, el edificio más importante del templo, en estilo Qing. Aquí se conservan las tablillas de los antepasados de Confucio y se celebran los ritos conmemorativos. La sala es muy bonita, con techo decorado sostenido por grandes columnas rojas y un buen número de instrumentos musicales y objetos de culto en el altar donde están las tablillas. Las 72 estatuas de escayola dorada que rodean el altar representan a los discípulos más destacados del filósofo.

Templo de Confucio

Templo de Confucio

Su horario es de 08:30 a 18:00 y la entrada cuesta 20 CNY.

COLEGIO IMPERIAL

Dado que se encontraba al lado del templo de Confucio, me anime a visitar este antiguo centro de estudios, el cual fue la institución educativa suprema durante las dinastías Yuan, Ming y Qing, siendo su objetivo preparar a los eruditos que aspiraban a ocupar cargos gubernamentales mediante los exámenes imperiales.

Colegio Imperial

Fue fundado en 1306 y funcionaba como la universidad más prestigiosa de China, donde los estudiantes, principalmente hijos de la nobleza y funcionarios, estudiaban el confucianismo y otras disciplinas clásicas. Era el lugar donde se enseñaba la sabiduría de los antiguos textos, y se formaban a los futuros líderes del imperio.

Su principal edificio y más espectacular sería el Salón de los Esplendores Ilustrados, construido sobre una plataforma circular rodeada de agua, era el lugar donde el emperador impartía conferencias a los estudiantes y realizaba ceremonias importantes. En su interior, se encuentran inscripciones confucianas y elementos decorativos que muestran el respeto por la sabiduría y la educación.

Colegio Imperial

Colegio Imperial

Aquí se encontraba también la Antigua Biblioteca Imperial, la cual albergaba miles de libros y textos antiguos, incluidos los clásicos confucianos. Aunque la mayoría de los textos originales han sido trasladados o perdidos con el tiempo, el lugar aún transmite la importancia que se daba al conocimiento y la educación. Era una verdadera joya intelectual en la China imperial. Hoy, una parte hace las veces de sala de exposiciones.

Colegio Imperial

El colegio tiene un gran número de estelas de piedra, donde están tallados fragmentos de los clásicos confucianos. Estas inscripciones se utilizaron como material de estudio, y su conservación permite a los visitantes comprender la profundidad de los textos estudiados en aquel tiempo.

MERCADO DE LA SEDA

Aunque ya no llovía tanto como al principio del día, opté por seguir a cubierto y continuar visitando algunos de centros comerciales y mercados más representativos de la capital china.

Para ello comenzaría utilizando el metro para llegar hasta la estación Yonganli de la línea 1, donde saldría al exterior por la salida A, para encontrarme justo de frente con el Mercado de la Seda, un mercado que no quería dejar de visitar, ya que en el inmenso edificio en el que se asienta se localizan cientos de puestos en los que se vende literalmente de todo: electrónica, ropa, zapatería, artesanía, relojes, recuerdos, etc.

Mercado de la Seda

Es un buen lugar para realizar las compras en el paso por Pekín, ya que todo se encuentra concentrado aquí y es bastante cómodo. Aunque es cierto que todo son falsificaciones, es verdad que la calidad depende mucho de lo que se opte comprar. Mientras que la ropa tiene cierta calidad para lo que vale, sin embargo, con otros artículos electrónicos o con los relojes es importante tener mucho cuidado porque aquí sí que se aplicaría el lema de que “lo barato sale caro”.

Mercado de la Seda

En este centro comercial el personal me parecería correcto, sin atosigarte y dejándote a tú aire, nada que ver con el que vendría a continuación.

En el mercado también hay un montón de locales para tomar algo, pero son mucho más caros que los del exterior, por lo que merece la pena salir fuera y alejarse unas manzanas.

El Mercado de la Seda se encuentra abierto a diario de 09:00 a 21:00.

MERCADO DE LAS PERLAS

Justo enfrente del parque que alberga el Templo del Cielo, hallaría este famoso centro comercial repleto de todo tipo de tiendas y comercios. Parece mentira que hace sólo veinte años tan sólo fuese un mercado callejero, mientras que hoy cubre más de 30.000 metros cuadrados y comercializa productos de más de 10.000 marcas en trece categorías.

Mercado de las Perlas

Posee, nada más y nada menos, que seis pisos, siendo uno de los mercados más grandes de la capital, pero no todas las plantas hacen honor a su nombre, ya que los puestos de perlas o jade sólo se encuentran en los pisos cuatro y cinco, mientras que en el resto se distribuyen la gran variedad de productos que se ofertan.

Mercado de las Perlas

En la planta baja se encuentran principalmente productos electrónicos como cámaras digitales, reproductores de DVD o Mp3, tarjetas de memoria, etc. En el segundo piso se encuentran ropa de marca, zapatos, bolsos, productos de seda y bolsas de viaje, mientras que en el tercer piso tienen arte chino, productos de porcelana, adornos y parte del mercado de perlas que comienza en una parte de este piso, para como decía en el párrafo anterior, continuar hasta los dos pisos superiores.

El otro tema a tener en cuenta, aquí más que en otros lugares, es que es casi obligatorio regatear y no os creías que las dependientas a las que te tienes que enfrentar son dulces hermanitas de la caridad, sino todo lo contrario, tienen bastante mal genio y mala leche por lo que llegan a intimidarte si te ven pusilánime o con dudas. Por lo que es aconsejable ir seguro de uno mismo y teniendo claro el precio que se quiera conseguir, siempre dentro de lo que es razonable.

En la última planta se encuentra un excelente mirador donde se disfruta de unas hermosas vistas del parque del Templo del Cielo y de algunos de los edificios de este en la lejanía.

Templo del Cielo desde Mercado de las Perlas

El horario del mercado de las Perlas es de 08:30 a 19:00.

MERCADO PANJIAYUAN

Tomando el metro en la estación Tiantandongmen de la línea 5, llegaría hasta la estación Panjiayuan de la línea 10, donde llegaría al exterior por la salida B. Desde aquí sólo tendría que andar siete minutos hasta llegar al mercado de Panjiayuan, también llamado “Mercado Fantasma”.

Mercado Panjiayuan

Este mercadillo está considerado como el mercado de venta de antigüedades y artículos de segunda mano más grande de Pekín (y posiblemente de China). Aquí se puede encontrar de todo, desde joyas y hermosas piedras preciosas hasta cerámica, caligrafía, pinturas chinas, instrumentos musicales, muebles y una gran variedad de otros elementos.

Mercado Panjiayuan

Las tiendas en el mercado abren todos los días, pero los puestos callejeros solo abren los fines de semana, por lo que este es un buen momento para visitarlo y verlo todo, aunque como se ve yo no me lo aplicaría.

Mercado Panjiayuan

Mercado Panjiayuan

Se trata de otro excelente mercado para pasear, practicar el regateo y tomar muchas fotografías. Los vendedores colocan sus productos en secciones cuadradas, organizando maravillosamente los colores brillantes y las texturas delicadas para que su mesa se destaque frente a la de sus competidores. Para mí este fue el más auténtico de los tres.

El horario de Panjiayuan es de 08:30 a 18:00 entre semana y de 04:30 a 18:00 los fines de semana.

TORRES DEL CARBÓN Y LA CAMPANA

Ahora sí que estaba empezando a salir el sol, por lo que era el momento perfecto para conocer otros dos importantes iconos de Pekín: las torres del tambor y la campana, optando por llegar a ellas en metro, bajándome en la estación Shichahai de la línea 8.

Estas torres servían, como en todas las ciudades antiguas de China, para anunciar las horas, las emergencias y el momento de abrir y cerrar las puertas de la muralla.

La torre del Tambor, un edificio de color rojo con un tejado verde que tiene un balcón a media altura, alcanza casi los 47 metros de altura y albergaba hasta cuatro relojes de agua y 24 grandes tambores con los que se anunciaban las horas. La destruyeron las tropas de las potencias extranjeras durante la revuelta de los bóxer en 1900, debiendo ser restaurada posteriormente. Hoy en día sólo se puede contemplar uno de esos tambores.

Torre del Tambor desde Torre de la Campana

Torre del Tambor

La torre de la Campana queda algo más al norte que la anterior, alcanza los 33 metros de altura y es de piedra gris con cubierta de madera y tejas. Alberga una gigantesca campana de bronce que podía escucharse a veinte kilómetros de distancia.

Torre de la Campana

Torre de la Campana

Cuenta una leyenda que un artesano llamado Deng llevaba ya casi un año intentando moldear la campana de bronce para la torre, pero siempre se resquebrajaba. Los funcionarios estaban cada vez más nerviosos por el retraso y Deng empezó a temer por su vida. El artesano se encontraba ante su última posibilidad y su hija decidió sacrificarse por su padre tirándose al bronce fundido, con la intención de conmover a los dioses. Lo único que se pudo salvar de ella fue una zapatilla, pero la campana salió perfecta. El emperador, conmovido por el sacrificio de aquella chica, la declaró la “diosa del Horno Dorado” y mandó construir un templo junto al horno donde había sido fundida la campana. En las noches de tormenta la campana emitía un triste gemido que sonaba como la palabra xie que significa zapato; cuando esto sucedía las madres les explicaban a sus hijos que se trataba de esta diosa que reclamaba su zapatilla.

Pekín desde Torre de la Campana

Se puede subir a lo alto de ambas torres, consiguiendo así unas extraordinarias panorámicas de los alrededores.

El horario de ambas es de 09:00 a 17:00 y cuestan 20 CNY cada una y 30 CNY la entrada conjunta.

PARQUE JINGSHAN

El reloj marcaba las 17:00 cuando bajaba de la Torre del Tambor, apenas quedaban nubes en el cielo y se había quedado una tarde excelente, por lo que no tendría duda en dirigirme a ver el atardecer a uno de los miradores más icónicos de Pekín, para lo que utilizaría una media hora en completa línea recta.

Hablo del área que se encuentra en la parte más alta del parque Jingshan, el cual está situado en una colina artificial de 45 metros que fue creada durante la construcción de la Ciudad Prohibida por el emperador Yongle de la dinastía Ming con la tierra que se había excavado para hacer el foso del palacio. La razón para hacerlo fue seguir los preceptos del feng shui, según los cuales una residencia tiene que estar al sur de una montaña y, como no la había, se decidió crearla. Dadas las posibilidades técnicas de aquella época es sorprendente como tan solo con la fuerza de las manos y la ayuda de los animales se pudiera levantar esta colina que se eleva sobre Pekín y constituye su punto más elevado.

El parque también es conocido como la colina del Carbón, nombre con el que aún hoy es conocida y señalada en muchos mapas y planos, porque hubo un tiempo durante la dinastía Ming en el cual se apilaba carbón a los pies de la misma.

Ciudad Prohibida desde Parque Jingshan o Colina del Carbón

Este sería también el lugar de un triste suceso, cuando el último emperador de la dinastía Ming, Chongzhen, se colgó de un árbol en 1644, mientras que un ejército de campesinos comandados por un rebelde saqueaba la capital.

El parque tiene cinco pabellones que antiguamente guardaban un buda cada uno, pero que desgraciadamente fueron robados por las tropas occidentales que atacaron Pekín para acabar con la rebelión de los Bóxers en el año 1900.

Pabellón de la Eterna Primavera. Parque Jingshan

En lo alto de la colina se ubica el pabellón de la Eterna Primavera, el mejor sitio del parque con diferencia, un lugar ideal para contemplar las mejores vistas que se pueden tener de la Ciudad Prohibida, siendo especialmente bonitas al atardecer, como era el caso, cuando los últimos rayos de sol inflaman el mar de tejados amarillos que conforman el enorme palacio del emperador y que parecen extenderse hasta el infinito. Aquí permanecería hasta que se hizo de noche, bajando después con toda la multitud hasta la salida.

Pabellón de la Eterna Primavera. Parque Jingshan

Pabellón de la Eterna Primavera. Parque Jingshan

RESTAURANTE SIJI MINFU

Para terminar el día me apetecía mucho cenar en el que dicen es el mejor restaurante de Pekín para probar el pato laqueado, un plato icónico de la gastronomía china.

Restaurante Siji Minfu

En Siji Minfu, el pato se cocina con gran cuidado y siguiendo la técnica tradicional. Es cocido en hornos especiales con madera de frutas para darle un sabor ahumado y característico.

Antes de comenzar a comer, el pato se presenta en la mesa y un chef lo corta cuidadosamente frente a ti, demostrando la destreza y la profesionalidad, lo cual es toda una señal de lo que está por venir.

Restaurante Siji Minfu

A continuación, el camarero asignado a tú mesa se acerca y muy amablemente te realiza varias demostraciones de cómo debes servirte el pato y cual es la manera adecuada de preparar cada bocado, hecho lo cual sólo queda empezar el festín.

La piel es crujiente y dorada, uno de los principales factores que hace que este plato sea tan apreciado. Su textura contrasta maravillosamente con la carne jugosa del pato. El sabor es rico, con una equilibrada mezcla entre lo dulce y lo salado, típico del pato laqueado, pero con un toque de perfección debido al proceso de lacado y el horneado en horno de leña. Además, el pato se sirve con los acompañamientos clásicos: crepes finas, pepino, cebolla tierna y una salsa de ciruela, lo que permite disfrutar del pato de diferentes maneras y ajustar el sabor al gusto personal.

Pato Laqueado en Restaurante Siji Minfu

Acompañamientos al Pato Laqueado. Restaurante Siji Minfu

A diferencia de otras cadenas más comerciales o turísticas, Siji Minfu mantiene un enfoque en la autenticidad y la calidad de sus ingredientes. Aunque hay que esperar bastante tiempo para conseguir mesa, la experiencia justifica la espera. En mi caso serían treinta minutos hasta que pude sentarme en su interior.

Aunque el pato laqueado es el plato estrella, Siji Minfu también ofrece una amplia gama de platos de la cocina local de Beijing, como verduras frescas, carnes, y platillos tradicionales de la región.

Si bien no es el restaurante más económico, ofrece una gran relación calidad-precio, saliéndome todo por 160 CNY.

Para volver al hotel optaría por caminar diez minutos y luego coger el autobús 104, como ya haría en otra ocasión.

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