Mientras tomaba mi variado y contundente desayuno con vistas al Gran Canal, daba comienzo un nuevo día en la hermosa ciudad de Venecia. Estaba inmensamente feliz de poder estar disfrutando de algo así y todavía tenía que pellizcarme de vez en cuando para creérmelo.
Como ya haría ayer, y antes de salir del hotel, no podría evitar volver a salir al pequeño embarcadero privado del edificio en el que me alojaba para deleitarme con el Gran Canal y con el famoso palacio Ca´ d´Oro, que se encontraba justo enfrente. No tenía dudas de que era la mejor manera de empezar la jornada turística.
Gran Canal desde Embarcadero Hotel San Cassiano |
VAPORETTO POR EL GRAN CANAL
A continuación me dirigí caminando hacia Plaza Roma, a la que llegaría tras unos veintes minutos, después de atravesar las solitarias calles de la ciudad y es que parece que los domingos no se madruga ni en Venecia.
No tardaría mucho en fijarme en el puente de la Constituzione, conocido entre los venecianos como Ponte di Calatrava por su diseñador, Santiago Calatrava. Este puente moderno, controvertido por sus defectos estructurales, elevado coste de las reparaciones y superficie deslizante, no ha estado exento, desde hace ya mucho tiempo, de un importante aluvión de críticas. En cualquier caso comunica Piazzale Roma con la estación de Santa Lucía.
Puente de la Constitución |
Gran Canal desde Puente de la Constitución |
Era en este punto donde había decidido comenzar un paseo por el Gran Canal, navegándolo por completo hasta llegar hasta la terminal de San Zaccaria, muy cerca de la Plaza de San Marcos. Para ello optaría por tomar el vaporetto número uno, utilizando por primera vez la tarjeta de transporte que había incluido en la Venecia Unica City Pass y que ya había canjeado ayer en una de las máquinas respectivas que te permiten hacerlo, acercando simplemente al lector el código de barras del bono que te envían a tú correo electrónico. Todo está perfectamente explicado, así que sólo es seguir las instrucciones.
Conseguiría hacerme con uno de los pocos asientos que se sitúan en la proa, el día había amanecido despejado y aunque el frío era intenso, no era óbice para disfrutar yendo bien abrigado. Por delante me esperaban los cuatro kilómetros que mide el Gran Canal, atravesando serpenteante el centro de Venecia durante cuarenta minutos. Este parte a la “Serenísima” en dos, dejando tres de los seis distritos, o sestieri, de la ciudad a un lado, y tres al otro. Sin duda es la mejor manera de apreciar la magia de Venecia, ofreciendo impresionantes vistas de los palacios venecianos que lo flanquean, un compendio de 500 años de la mejor arquitectura de la ciudad y una fascinante perspectiva del día a día en la misma. El Gran Canal no deja de bullir con el paso de los barcos y otras muchas actividades y ofrece un espectáculo casi hipnótico a todos aquellos que tenemos la suerte de observarlo.
Puente degli Scalzi o de los Descalzos desde Gran Canal |
Paseo en Vaporetto por el Gran Canal |
Poco a poco se irían sucediendo los mencionados palacios, con sus impresionantes fachadas asomadas al agua, tales como el Palazzo Labia, decorado con los frescos de Tiepolo; el Palazzo Giovanelli, familia que fue admitida en el Gran Consejo tras pagar la suma de 100.000 ducados; el Palazzo Marcello, donde nacería el gran compositor; el Fondaco dei Turchi, un espléndido edificio véneto – bizantino que hoy alberga el museo de Historia Natural, etc.
Paseo en Vaporetto por el Gran Canal |
Casino desde Vaporetto por el Gran Canal |
No tardarían mucho en aparecer el Ca´ d´Oro, el más famoso de los palacios góticos venecianos en cuya fachada brillaba en su origen el oro; el Ca´Pesaro, señorial palacio barroco que alberga la Galería de Arte Moderno y el Museo Oriental; el Palazzo Foscarini, residencia de Marco Foscarini, diplomático, orador y erudito, nombrado dux en 1762, etc.
Palacio Ca d´Oro desde Vaporetto por el Gran Canal |
El barco seguiría avanzando lentamente y el canal giraría sobre sí mismo ofreciendo la visión del famoso puente de Rialto, uno de los más emblemáticos de la ciudad y el hito que señala la entrada al barrio del mismo nombre, el más antiguo y concurrido de la ciudad.
Un sinfín de nuevos palacios seguirían apareciendo como Ca´Rezzonico, hoy museo de la Venecia del siglo XVIII, para poco después encontrar de frente el Puente de la Accademia, de madera, construido en 1932 como estructura temporal que reemplazase al del siglo XIX, de hierro, y que se acabaría conservando por petición popular.
Paseo en Vaporetto por el Gran Canal |
Paseo en Vaporetto por el Gran Canal |
El tramo sur del canal se iría ensanchando poco a poco, dando paso a un abanico prodigioso de nuevos palacios espaciados y algunas de las pinacotecas más prestigiosas del mundo como La Accademia o la Colección Peggy Guggenheim, para acto seguido darnos de bruces con la maravillosa iglesia de Santa María della Salute y la Punta della Dogana.
Paseo en Vaporetto por el Gran Canal |
Puente de la Accademia desde Vaporetto por el Gran Canal |
Punta della Dogana desde Vaporetto por el Gran Canal |
El paseo estaba llegando a su fin, pero las vistas que ofrece este último trecho del Gran Canal, son probablemente de las más bellas de Venecia, cerca ya de su desembocadura, con la ensenada de San Marcos al fondo, el Palacio Ducal y el esbelto Campanile. Todo ello te acaba dejando sin palabras.
San Marcos desde Vaporetto por el Gran Canal |
SAN GIORGIO MAGGIORE
Tras desembarcar, sólo tendría que desplazarme unos metros para coger, en el muelle de San Zaccaria, el vaporetto número dos que me cruzaría en pocos minutos a la isla de San Giorgio Maggiore.
Isla de San Giorgio Maggiore desde Paseo Riva degli Schiavoni |
Aunque ya podría disfrutar de esta isla en el segundo viaje a Venecia, me resistía a no volver a hacerlo, por lo que aquí estaba dispuesto a repetir la visita.
El principal reclamo de la isla es la iglesia de San Giorgio Maggiore, la cual posee una deslumbrante fachada de mármol que se ha convertido en una de las piezas fundamentales del paisaje veneciano. El primer templo que hubo en el lugar fue destruido por un terremoto, teniendo que esperar hasta 1559 para ver la nueva iglesia proyectada por el arquitecto de Vicenza, Andrea Palladino. El diseño de la nueva iglesia reuniría muchos elementos arquitectónicos clásicos, sobre todo el majestuoso frontón con cuatro columnas que se fundirían en uno, convirtiéndose en uno de los edificios más bellos del norte de Italia.
Basílica de San Giorgio Maggiore |
Basílica de San Giorgio Maggiore |
Dentro del espacioso interior, donde la luz penetra a través de las altas ventanas, las obras más importantes son los dos sobresalientes lienzos de Tintoretto que se encuentran en las paredes del presbiterio: La caída del maná y La Última Cena. También merece la pena el coro, escondido detrás del altar mayor, por sus relieves y el efecto general que provoca, siendo impresionante.
La Ultima Cena de Tintoretto. San Giorgio Maggiore |
La Caída del Maná de Tintoretto. San Giorgio Maggiore |
Todo lo demás queda relegado a un segundo plano por las vistas que ofrece lo alto del campanario, con una panorámica única de la ciudad y de la laguna de Venecia y especialmente de la plaza de San Marcos, justo enfrente, siendo para muchos este mirador el mejor de la ciudad.
Venecia desde Basílica S.Giorgio Maggiore |
Venecia desde Basílica S.Giorgio Maggiore |
Venecia desde Basílica S.Giorgio Maggiore |
Para acceder es necesario tomar el ascensor que se encuentra al fondo de la nave de la iglesia, a la izquierda. La entrada cuesta seis euros y el horario es de 08:30 a 18:00.
JARDÍN REAL
Tras volver de nuevo en vaporetto a las cercanías de la plaza de San Marcos, me acercaría a conocer este bello jardín que es todo un remanso de paz frente a la locura y masificación que se da tan sólo a pocos metros del mismo en la plaza de San Marcos.
Poca gente sabe que la emperatriz Sissi, la famosa esposa del emperador austriaco Francisco José, disfrutaría de su tranquilidad y belleza en multitud de ocasiones, aprovechando las largas estancias en la ciudad de los canales entre los años 1857 y 1862.
Jardín Real |
El propio Napoleón pondría su sello este espacio cuando tomó la decisión de reformar toda el área en la que se iba a situar el nuevo Palacio Real, ya que se encuentran muy próximos.
En el recinto se puede disfrutar de las propias vistas de la
laguna de San Marcos, así como de multitud de especies como glicinas blancas y
violetas, narcisos, tulipanes, rosas o lirios, aunque es cierto que ahora, a
punto de empezar el invierno, no sea la mejor época para verlo en su máximo
apogeo, debiendo ser espectacular en primavera.
IGLESIA DE SAN MOISÉS
A pocos metros del anterior hallaba la iglesia de San Moisés, con una elaborada fachada barroca con estatuas, guirnaldas y bustos. En su interior se pueden contemplar pinturas y esculturas de los siglos XVII y XVIII, destacando sobre las demás la escultura de Moisés recibiendo las tablas de la ley en el monte Sinaí, en el mismo Altar Mayor, obra de Meyring, así como el lienzo de Tintoretto “El lavado de pies”.
Iglesia de San Moisés |
Iglesia de San Moisés |
SANTA MARÍA ZOBENIGO
Poco después se cruzaría en mi camino este otro templo, que es también conocida como iglesia del Giglio (del Lirio). Debe su nombre a la familia Jubanico, que según se cree, la mandó construir en el siglo IX.
La exuberante fachada barroca la financió la familia Barbaro y se utilizó para glorificar sus éxitos navales y diplomáticos. En lugar de la típica imaginería bíblica, el centro de la fachada está ocupado por una estatua del almirante Antoni Barbaro rodeado de personificaciones de varias virtudes heroicas y mapas en relieve sobre mármol de lugares en los que sirvió a la República, como Corfú y Split. Otras estatuas muestran a sus hermanos y en lo alto se encuentra el escudo de armas de los Barbaro.
Iglesia de Santa María Zobenigo |
Iglesia de Santa María Zobenigo |
El interior es más convencional, con un pequeño museo de ornamentos religiosos y estatuas representando la Anunciación. Entre sus pinturas se incluye la Sagrada Familia, atribuida a Rubens (de ser cierto, sería la única del pintor flamenco en Venecia) y dos obras de Tintoretto.
Canal de Venecia |
TEATRO LA FENICE
Era el momento de hacer acto de presencia en la plaza en la que se encuentra el teatro más popular de Venecia y, contra todo pronóstico, el lugar estaba totalmente masificado, parecía que toda la gente que no me había encontrado en otras plazas o monumentos habían decido concentrarse aquí, por lo que huiría despavorido del lugar.
En cualquier caso decir de la Fenice que fue uno de los teatros privados que ofrecían obras y óperas al público en general, sin importar su clase social. En diciembre de 1836 un incendio destruyó el interior, pero volvió a erigirse sobre sus cenizas justo un año después, como la mítica ave fénix (fenice).
En el siglo XIX, su nombre estuvo ligado al de muchos compositores italianos. Entre las obras que se estrenaron aquí destacan Tancredi y Semiramide, de Rossini, y La Traviata de Verdi.
Durante la ocupación austriaca se lanzaban al escenario flores rojas, blancas y verdes, simbolizando la bandera italiana, entre gritos de “Viva Verdi”, las letras del nombre del compositor como siglas de Vittorio Emanuele Re d´Italia.
Se realizan visitas guiadas por su interior, pero tras como
me encontraría la zona de gente, ni me lo plantearía.
CAMPO E IGLESIA DE SANTO STEFANO
Este campo es uno de los más grandes de la ciudad y me pareció uno de los más bonitos. En él hubo corridas de toros, en las que éstos eran atados a una estaca y atacados por perros, hasta que en 1802 se hundió una de las tribunas y murieron varios espectadores. También se celebraban aquí bailes y fiestas de carnaval. Hoy es una agradable plaza donde juegan los niños y los visitantes toman café en las terrazas, especialmente en la conocida como Paolin, cuyos helados son considerados por muchos los mejores de Venecia.
Campo de Santo Stefano |
La estatua central es de Nicoló Tommaseo que desempeñó un importante papel en la rebelión de 1848 contra Austria.
Flanqueando uno de los lados del gran espacio se encuentra la iglesia de Santo Stefano, cuyo interior me parece uno de los más hermosos de la ciudad, además de la increíble calma que transmite, aunque no siempre fue así, ya que tuvo que ser consagrada seis veces para borrar las huellas de la sangre vertida entre sus muros.
Iglesia de Santo Stefano |
En dicho interior, cabe destacar los pilares de mármol griego y mármol rojo veronés, un precioso techo en forma de quilla y varios cuadros de Tintoretto. Además de diferentes tumbas como la de Francesco Morosini, enterrado bajo la lápida más grande de Venecia, famoso por reconquistar el Peloponeso y volar el Partenón de un solo cañonazo. En la sacristía también merece la pena observar un precioso icono bizantino del siglo XIII.
Iglesia de Santo Stefano |
En la parte sur de la plaza, el austero Palacio Pisani ha sido el conservatorio de música desde finales del siglo XIX y en verano se puede oír la música saliendo de sus ventanas.
PUENTE DE LA ACADEMIA
El lado que se abre al Gran Canal del Campo de Santo Stefano me llevaría directamente al Puente della Academia, uno de los cuatro puentes que cruzan este, como ya comentaba en su momento. Es el que más al sur se encuentra y no se construyó hasta 1854 por un ingeniero de Inglaterra, Alfred Neville, que lo hizo en acero y de cuatro metros de alto.
Puente de la Academia |
Apenas se inauguró comenzarían las críticas, alegando que su estilo no combinaba bien con el de Venecia, que presentaba problemas de estabilidad y que daba problema para el buen tránsito de los barcos. Antes tantas quejas las autoridades tomaron la decisión de sustituirlo por uno de madera, cuya esencia ha llegado hasta nuestros días.
Gran Canal desde Puente de la Academia |
Desde lo alto del mismo se disfruta de excelentes vistas del Gran Canal, siendo otro de los mejores miradores de esta zona de Venecia.
GALERÍA DE LA ACADEMIA
Tras atravesar el Gran Canal por el puente anterior, me daría de bruces con la Galería de la Academia, un museo que me apetecía muchísimo conocer, pues es uno de los más importantes de Italia dado que en su interior se encuentra la mayor colección de pintura veneciana del mundo.
Galería de La Academia |
La Accademia abrió en 1750 como la escuela de Arte de Venecia, y se trasladó a su ubicación actual en 1807, cuando acumuló gran parte de su colección actual, procedente de las iglesias y casas religiosas cerradas por decreto de Napoleón.
Su colección es fascinante, abarcando cinco siglos, ofreciendo un completo recorrido de la escuela veneciana, desde el periodo medieval bizantino y el Renacimiento hasta el Barroco y el rococó, por lo que es imposible detenerse en todo, así que como siempre digo en estos casos, lo mejor es ceñirse a las obras más significativas de los artistas más famosos, intentando de esta manera no acabar completamente saturado.
Al poco de entrar no tardaría mucho en encontrar obras de Giambattista Tiepolo como “San Domenico en Gloria” o “La Exaltación de la Cruz”, para poco después hallar una sala con lienzos del magnífico Pietro da Cortona como “Daniel en la fosa del león” o de Luca Giordano como “Deposición de Cristo de la Cruz”.
Exaltación de la Cruz de Tiepolo. La Academia |
Descendimiento de la Cruz de Luca Giordano. La Academia |
Nuevos cuadros se irían sucediendo hasta llegar a las salas cumbre donde están los famosos cuadros “Cena en la casa de Leví” y “Desposorios místicos de Santa Catalina” del Veronés, donde se observa el maravilloso uso del color que hacía el pintor, y “El milagro del esclavo” o “Crucifixión” de Tintoretto.
Cena en Casa de Levi del Veronés. La Academia |
Milagro del Esclavo de Tintoretto.La Academia |
No faltarían tampoco cuadros de Tiziano como “La Piedad” o el famoso “La tempestad” de Giorgione, donde el tratamiento del paisaje y el uso de figuras para intensificar el estado de ánimo fue una innovación adoptada en la pintura veneciana del siglo XVI y posteriores.
Piedad de Tiziano.La Academia |
La Tempestad de Giorgione. La Academia |
No hay que olvidar visitar también la Sala del Albergo, la cual mantiene los paneles originales y el techo del siglo XV. La enorme “Presentación de la Virgen” es uno de los escasos cuadros de Tiziano de la galería. Las paredes también aparecen adornadas con un tríptico grandioso de Antonio Vivarini y Giovanni d´Alemagna.
Prsesentación de la Virgen de Tiziano. Sala del Albergo. La Academia |
El precio de la entrada es de 16 euros. Su horario es de 08:15 a 19:15.
PLAZUELA CAMPIELLO BARBARO
Para desconectar un poco de todas las obras vistas en La Academia, decidiría pasear por el barrio de Dorsoduro, donde me encontraba. Y entre sus canales y rincones hallaría una pequeña plazuela que a mí personalmente me parecería llena de encanto. Su nombre era Campiello Barbaro y lo primero que me impacto serían los árboles situados en pleno centro y es que ya se sabe que en Venecia lo verde brilla muchas veces por su ausencia.
Plazuela Campiello Barbaro |
Uno de sus laterales se encuentra delimitado por un pequeño canal por donde transcurre el llamado río delle Torreselle, llamado así por un palacio con torres, ahora desaparecido, mientras que una amplia escalera desciende desde el puente sobre el canal y el follaje de un jardín escondido desborda una vieja pared de ladrillos.
Al norte de la plaza se puede observar un palacio, el
Ca´Dario con su fachada en roseta y sus características chimeneas.
SANTA MARÍA DELLA SALUTE
Poco después llegaba a otro de los edificios religiosos más famosos e importantes de la ciudad de los Canales: Santa María della Salute, la cual además ofrece una panorámica inolvidable al estar situada a la entrada del Gran Canal.
Su origen hay que encontrarlo en 1630, cuando Venecia sufrió una epidemia de peste tan severa que el Senado prometió construir una iglesia en honor a la Virgen si esta salvaba la ciudad. La peste fue erradicada en pocas semanas y el uno de abril del año siguiente se colocó la primera piedra de la Salute, significa tanto salud como salvación. Su diseño se convertiría en modelo del barroco, siendo inconfundible su enorme cúpula, que está basada a su vez en la cúpula de San Pedro, en Roma, y es un rasgo irremplazable del paisaje veneciano.
Santa María della Salute |
En el interior, más austero, destaca a primera vista el suelo de mármol y sus seis capillas distribuidas a lo largo de su espacio octogonal original. La obra escultórica del altar representa la Virgen y el Niño protegiendo a Venecia de la peste.
Santa María della Salute |
Santa María della Salute |
Algunas de las mejores obras, como los frescos del techo Caín y Abel, Abraham e Isaac y David y Goliat son de Tiziano y están tras el altar. En la sacristía están algunas obras del Veronés, Tiziano y Tintoretto, destacando especialmente de este último “Las bodas de Caná”.
Su horario es de 09:30 a 12:00 y de 15:00 a 17:30. La
entrada es gratuita, salvo la sacristía cuyo precio es de seis euros.
PUNTA DELLA DOGANA
Eran las 14:30 cuando llegaba hasta esta punta que ofrece una extraordinaria perspectiva de la laguna de Venecia, pudiendo ver hacia un lado San Marcos y la entrada al Gran Canal y hacia el otro la isla de San Giorgio Maggiore. Sería el lugar idóneo para comer el bocadillo de rigor que cada mañana me preparaba en el comedor del hotel mientras desayunaba.
Venecia desde Punta della Dogana |
Isla de San Giorgio Maggiore desde Punta della Dogana |
El edificio que se encuentra justo en esta punta hacía las veces de puesto de aduanas marítimo y se construyó en el siglo XV para inspeccionar el cargamento de los barcos que entraban en Venecia. Esta misma función la seguiría cumpliendo hasta la década de 1980, albergando en la actualidad exposiciones temporales de arte moderno.
IGLESIAS GESUATI Y STA MARÍA DELLA
VISITAZIONE
Para volver por un camino diferente, aunque supusiera dar mucha más vuelta, optaría por regresar a los barrios centrales de Venecia por el muelle que da a la isla de Giudecca, conocido como Zattere (embarcaciones de madera) en las que se transportaba la madera de los bosques de la República.
Iglesia Gesuati y Santa María della Vizitazione |
En este agradable paseo me toparía con dos iglesias. Por un lado, Santa María della Visitazione, construida en estilo renacentista para la orden de los Gesuati. En su interior se puede observar un hermoso techo de madera pintado por artistas del siglo XVI de Umbría y la Toscana. Por otro la llamada Gesuati, que no debe confundirse con los Gesuiti, fue construida por los Dominicos, que tomaron posesión del lugar en el siglo XVII, cuando se suprimió la orden jesuita. Las obras comenzaron en 1726 y la majestuosa fachada hace que sea el edificio más llamativo de esta zona. El interior de la misma está profusamente decorado. El fresco de Tiepolo La vida de Santo Domingo, muestra su maestría en el color y la luz. Su Virgen con santos es igualmente impresionante; está en la primera capilla de la derecha.
BARRIO E IGLESIA DE SAN TROVASO
Me internaría ahora por el barrio de San Trovaso con la intención de poder ver uno de los escasos astilleros que quedan en Venecia, siendo además el más pintoresco. Su aspecto tirolés data de los días en que los artesanos provenían de la región de los Dolomitas. Salvo que se contrate una visita guiada la única manera de poder verlo es desde el otro lado del río San Trovaso, pudiendo ver algunos trabajos como la impermeabilización y reparación de góndolas, e incluso la construcción de alguna, aunque hoy en día sólo se elaboran unas diez al año.
Taller de Góndolas. Barrio de San Trovaso |
En este barrio destaca también la iglesia de San Trovaso, la cual consta de dos fachadas idénticas, una de ellas con vistas al canal y la otra a una tranquila plaza. La iglesia se alzaba en terreno neutral, entre las parroquias de las familias rivales de los Castellani y los Nicolotti, y la tradición obligaba a que hubiese una entrada para cada una. El interior acoge algunas obras tardías de Jacopo Tintoretto y el lienzo gótico del siglo XV “San Crisógono a caballo” de Michele Giambono, situado en la capilla.
CAMPO E IGLESIA DE SAN BARNABA
Mi paseo continuaba llegando hasta el campo de San Barnaba, una céntrica plaza junto a un canal, la cual era conocida en el siglo XVIII como el hogar de los patricios venecianos empobrecidos, atraídos por los bajos alquileres, y mientras unos hallaban sustento en ayudas estatales o en la mendicidad, otros trabajaban en el casino estatal.
Campo e Iglesia de San Barnaba |
La plaza se encuentra presidida por la sencilla iglesia de San Barnaba, que se ha hecho sumamente famosa por hacer de biblioteca en la película Indiana Jones y la última cruzada, donde Indy destroza una losa para descubrir un pasadizo secreto e internarse por sus túneles para volver a salir por una alcantarilla a la misma plaza. Hoy el templo se encuentra desacralizado y alberga una exposición permanente de las máquinas de Leonardo Da Vinci, por lo que me ahorraría la entrada que creo que ascendía a diez euros.
PUENTE DEI PUGNI
En sólo unos metros podría atravesar este pequeño puente que significa “puente de los puños” y cruza el pequeño río San Barnaba, distinguiéndose por los dos pares de pisadas grabadas en piedra blanca sobre lo alto de la estructura. Estos indican la posición donde debían empezar las peleas, que tradicionalmente enfrentaban a familias o facciones rivales. Al principio no había barandillas y los contendientes empujaban directamente a su rival al agua. Estas peleas llegaron a ser tan encarnizadas que se prohibieron en 1705.
Río San Barnaba y Puente dei Pugni |
CAMPO DE SANTA MARGHERITA
Junto al Campo de Santo Stefano, este es para mi gusto el otro Campo más encantador del centro histórico de Venecia. Su aire acogedor bordeada de casas de los siglos XIV y XV, sus pequeños bares y cafés, y su alegre vida callejera, recuerdan que la ciudad está viva. Aquí se reúnen los lugareños para charlar, comprar y tomar algo, mientras sus hijos juegan sobre las antiguas losas de la plaza. Entre los cafés para tomar algo habría que citar Causin, Il Caffé e Il Doge.
Campo de Santa Margherita |
En uno de los extremos del gran espacio se levanta la iglesia de Santa Margherita, hoy convertida en auditorio de la universidad. Se pueden contemplar fragmentos de la iglesia original del siglo XVIII, incluyendo las gárgolas, en el campanil truncado y en la casa colindante.
En el otro extremo estaría la iglesia de Santa María Carmini con un elegante campanil, cuya peligrosa inclinación fue rectificada en 1688. El interior es espacioso y sombrío y está profusamente decorado, con una nave adornada con estatuas de madera dorada y una serie de pinturas que ilustran la historia de la orden carmelita.
Y en el centro se puede ver un edificio aislado conocido
como la Scuola dei Varotari (de los
Curtidores), el cual posee un relieve de la Madonna della Misericordia
protegiendo a los curtidores.
IGLESIA DE SAN PANTALEON
En una de las calles aledañas a Santa Margherita, hallaría esta otra iglesia del siglo XVII, cuyo rasgo más impresionante es el techo pintado, donde destacan los efectos ilusionistas. Reúne cuarenta escenas (se dice que es la mayor obra de arte en lienzo del mundo) que representan el martirio de San Pantaleón. El artista Gian Antonio Furriani tardó 24 años en culminar la obra, y se cuenta que murió al caer del andamio.
Iglesia de San Pantaleón |
Iglesia de San Pantaleón |
Martirio de San Pantaleón |
BASÍLICA DE SANTA MARÍA GLORIOSA DEI FRARI
Prácticamente ya de noche, llegaría hasta esta magnífica iglesia gótica, siendo la más grande e importante de Venecia, superando por poco a Santi Giovanni e Paolo. Fundada hacia 1250, se convirtió en sede de los franciscanos, orden de la que tomó su nombre, frari, que deriva de fratti, hermanos.
Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari |
Su interior es una auténtica joya y debería ser de visita obligada incluso la primera vez que se visita la ciudad. Y es que el templo alberga las tumbas de personajes históricos como Tiziano, cuya tumba del siglo XIX se encuentra en el segundo altar del muro sur. Frente a ella en el muro de la izquierda, está el monumento a Canova, una inconfundible pirámide de mármol que contiene el corazón del escultor. A su derecha se encuentra la tumba del dux Giovanni Pesaro, mientras que el compositor Claudio Monteverdi está enterrado en la tercera capilla a la izquierda del altar mayor.
Monumento a Canova. Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari |
Tumba de Tiziano. Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari |
Por otro lado, el lienzo más impresionante es la Asunción de Tiziano, cuya posición sobre el altar mayor llama la atención desde casi cualquier lugar de la iglesia. Su Madonna di Ca´ Pesaro, en el último altar de la nave izquierda, es casi igual de cautivadora. Sin embargo, la obra más bella de la iglesia es el tríptico de Bellini Virgen coronada con santos, que se encuentra en la sacristía, en el crucero a la derecha. En la primera capilla a la derecha del altar mayor está la estatua de Donatello San Juan Bautista, única obra que existe en Venecia del famoso escultor.
La Asunción de Tiziano. Basílica de Santa María Gloriosa dei Frari |
Maddona di Ca´Pesaro de Tiziano. Santa María Gloriosa dei Frari |
Su horario es de 09:00 a 17:30 y el precio de la entrada es de cinco euros.
IGLESIA DE SAN ROCCO
Casi adosada a la anterior por su parte trasera, compartiendo la pequeña plaza con la famosa Escuela Grande de San Rocco, se halla esta iglesia del mismo nombre, con una mezcla de estilos arquitectónicos. En el presbiterio merecen especial atención las obras de Tintoretto que representan la vida de San Roque, un peregrino del siglo XIV que cuidó de los enfermos en su viaje hacia Roma, y desde entonces patrón de los que sufren enfermedades contagiosas. Entre esas pinturas destaca San Roque curando a las víctimas de la peste.
Iglesia de San Rocco |
ESCUELA GRANDE DE SAN ROCCO
Terminaría la jornada turística con otro sitio digno de reseñar, de hecho en una ciudad de tan excelentes y a menudo sorprendentes obras de arte, creo que no ha habido ninguno que me impresionara tanto a primera vista como el ciclo de 54 pinturas de Tintoretto, que cubren las paredes de la Escuela Grande de San Rocco.
Escuela Grande de San Rocco |
La Scuola, antiguo hospital de beneficencia, fue fundada en 1478 en honor a San Roque, santo cuya eficacia contra las enfermedades le hizo popular tras la epidemia de peste en Venecia. En 1564, la Scuola era una de las más ricas de la ciudad y organizó un concurso para la decoración de sus paredes. Lo ganó Tintoretto, que en 23 años creó uno de los mayores ciclos de pinturas de Europa.
Para ver las 54 pinturas de Tintoretto en orden cronológico, hay que ignorar los lienzos de la planta baja y de la Sala Grande, en la planta superior. Hay que comenzar dirigiéndose a la Sala del Albergo (al fondo de la Sala Grande), dominada por una enorme Crucifixión, a menudo considerada como una de las mejores pinturas de Italia. El panel central del techo es San Roque en la Gloria, obra con la que Tintoretto consiguió el encargo. Ya en la Sala Grande, las obras del techo representan episodios del Antiguo Testamento, elegidos cuidadosamente para crear paralelismos con los fines benéficos de la Escuela. Los diez lienzos de la pared muestran escenas del Nuevo Testamento. Hay que fijarse también en los maravillosos relieves en madera, realizados por el escultor Francesco Pianta en el siglo XVII. De entre las ocho pinturas de la sala inferior, las últimas del artista en Escuela, las mejores son La Anunciación y La huída a Egipto.
Escuela Grande de San Rocco |
Escuela Grande de San Rocco |
Su horario es de 09:30 a 17:30 y el precio de la entrada es de diez euros.
CAFETERÍA ROSA SALVA
No puedo negar que había sido un día sin apenas respiro, pero es que Venecia da para mucho. Me merecía un descanso y aunque de primeras pensé en irme al hotel a descansar, opté por pasear un rato sin rumbo por las desiertas calles de Venecia, hasta que el frío se hizo incómodo, decidiendo entonces meterme a merendar en esta cafetería de la que había oído buenas referencias. Era un lugar acogedor y con pequeñas mesitas donde estar tranquilo y relajado. Optaría por pedir un chocolate caliente y una tarta crostini de mermelada de melocotón. Todo estaba muy rico. Me costaría once euros.
Merienda en Cafeteria Rosa Salva |
OSTERIA NONO RISORTO
Me pasaría el resto de la tarde disfrutando de la tranquilidad de Rosa Salva, hasta que sobre las 20:30 decidiría irme a cenar a este restaurante del que me habían dado buenas referencias en el hotel y la verdad que no me disgustó.
Cenando Espaguetis en Osteria Nono Risorto |
Pediría unos espaguetis con sepia y tinta negra y una coca cola y de postre una tarta de queso, saliéndome todo por 24 euros.
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