El Parque Nacional de Krka cubre un
área de 109 km2 y se estableció en 1985 para proteger los tramos medio e
inferior del río Krka, que desemboca en la bahía de Sibenik. El río nace cerca
de Knin, donde inicia su curso de 75 km en el interior de un cañón, que
atraviesa la meseta caliza situada detrás de Sibenik. En el último tramo se
precipita al vacío en diferentes y espectaculares cascadas, formando una serie
de lagos y rápidos inmersos entre una frondosa vegetación.
Entorno del Parque Nacional de Krka |
Es por tanto la otra visita natural
imprescindible en Croacia tras los inigualables lagos de Plitvice, y donde
íbamos a permanecer buena parte del día.
Desde Zadar nos separaban casi 80 km,
lo que en tiempo nos supuso una hora hasta llegar al mismo. El Parque está
abierto los 365 días del año, sin embargo, algunas secciones están cerradas
entre noviembre y marzo. Los horarios de apertura varían a lo largo del año,
por lo que lo mejor es consultar su página web: https://www.np-krka.hr/en/ . Ahora en verano (junio, julio y agosto) está abierto de 08:00 a
20:00.
Las entradas al espacio natural están
bien señalizadas y cada una dispone de aparcamientos, un centro de información
turística y una taquilla. Hay hasta cinco y serían las siguientes:
Entrada Lozovac: es la entrada principal del parque y la más cercana a la famosa
cascada Skradinski buk. Posee importantes instalaciones de estacionamiento
en la entrada, y entre abril y octubre, los autobuses de enlace llevan a los
visitantes al comienzo del sendero de la cascada Skradinski buk. Fuera de
estos meses, se puede ingresar al comienzo del sendero en tú propio vehículo.
Entrada de Skradin: esta es la segunda entrada más cercana a Skradinski buk. Entre
abril y noviembre, se puede realizar un viaje en barco desde la entrada Skradin
del Parque Nacional Krka hasta la cascada sin costo adicional.
Si se está de visita fuera de estos meses o se
prefiere una caminata, también hay una ruta de senderismo de 3,4 kilómetros desde el
puente Skradin hasta las cataratas. Aparcar en la entrada de Skradin es un
poco más complicado ya que los espacios son muy limitados. Es probable que se
tenga que estacionar entonces en uno de los muchos aparcamientos no oficiales y
haya que pagar.
Entrada Roski Slap: desde aquí se visitan las
cascadas superiores del parque. Aunque el estacionamiento es bastante limitado,
no debería haber problemas para encontrar espacio ya que la mayoría de los
visitantes acceden a esta área por medio de los trayectos en barco que ofrece
el Parque.
Entrada a Burnum: esta entrada permite visitar
unas ruinas romanas y es de los lugares menos frecuentados de Krka.
Entrada Kistanje: da acceso al
monasterio de Krka. También se puede llegar hasta él por medio de un paseo en
barco desde Roski Slap.
El coste de la entrada varía según la
época del año y los sitios que se quiera visitar. A nosotros por ser temporada
alta (junio a septiembre) nos costaría 200 HRK cada entrada. Por cierto, tener
en cuenta que desde enero de este año
2021 han prohibido bañarse en las famosas cascadas Skradinski buk con la intención de preservar el espacio natural. Así que
avisados estáis para no llevaros una decepción como nos pasaría a nosotros.
Nuestra ruta por el Parque Nacional Krka
comenzaría, contra todo pronóstico por la visita de la cascada Roski Slap. En esta zona el río se ensancha y gana
profundidad en el interior del bosque, antes de emerger de entre los árboles
formando cascadas con caídas de más de 25 metros.
La entrada la compraríamos en este sector del parque y como ya he comentado, aunque no hay mucho sitio para aparcar no tendríamos problemas para ello, pues apenas había gente.
Existe la
posibilidad de realizar un circuito circular alrededor de las cascadas, aunque
preferimos observarlas desde un embarcadero de madera situado justo enfrente,
entre otras cosas porque no llevaban mucha agua y no nos apetecía acercarnos
hasta allí para no verlas en su esplendor.
Área Cascada Roski Slap |
Cascada Roski Slap |
En un parte de la gran masa de agua que conforma esta zona se encuentra habilitada una zona de baño para los que quieran pegarse un chapuzón.
En esta
zona existe también una zona de molinos de agua, al igual que en el área de la
cascada Skradinski buk, donde se puede ver el
funcionamiento de estos con sus imágenes más tradicionales.
Molino área Cascada Roski Slap
Molino área Cascada Roski Slap |
Por si alguien está interesado comentar también que desde Roski Slap se puede llegar en barco hasta el monasterio de Krka en un viaje de dos horas, el cual incluye una parada de treinta minutos en el mismo. El viaje cuesta 100 HRK.
Otra opción
sería llegar a Roski Slap en barco desde Skradinski buk tras
un paseo de cuatro horas en su totalidad, con parada en el monasterio de
Visovac. Esta opción cuesta 130 kunas.
Nosotros
continuaríamos nuestro viaje en coche hacia el área del lago Visovac, donde, tras 12 km, se encuentra otro de los lugares
más pintorescos del Parque Nacional. Y es que en medio de la masa de agua, que
para ser más precisos hay que decir que corresponde al ensanchamiento del río
Krka, se halla un pequeño monasterio establecido, por primera vez, en 1445. Aunque
las vistas desde la orilla son bonitas, nosotros optaríamos también por subir
en vehículo hasta el mirador que te brinda a vista de pájaro una hermosa perspectiva
de esta zona. En este punto se encuentra un enorme monumento dedicado al rey
croata Petar Svacic, que puede servir como referencia para encontrar el lugar.
Mirador Lago Visovac |
Mirador Lago Visovac |
Lago Visovac |
Para aquellos que quieran visitar la isla, pueden hacerlo en un viaje en bote de cinco minutos desde embarcaderos cercanos como Stinice o Remetic. Incluso se puede remontar el curso del río Krka desde Skradinski buk en un viaje de dos horas, con una parada de treinta minutos en la pequeña isla, antes de regresar al punto de partida. Este viaje cuesta 100 HRK.
Era el
momento de proseguir el camino hacia la zona más famosa del parque pero de
camino nos sorprenderían, por un lado, algunas zonas con profundos y estrechos
desfiladeros donde no podríamos evitar volver a parar, y por otro, en uno de
los laterales de la carretera, un tanque de la no tan lejana guerra.
Desfiladero P. Nacional Krka |
Desfiladero P. Nacional Krka |
Su historia es apasionante y merece dedicarle unas líneas en este espacio. Y es que el 20 de septiembre de 1991, por la tarde, las fuerzas blindadas del 9º Cuerpo del Ejército Popular yugoslavo y los serbios rebeldes ejecutaron un ataque en un intento de rodear la ciudad de Sibenik y dividir Croacia en dos partes. Fue aquí donde los miembros de las fuerzas armadas croatas lograron detener la brecha hacia esa ciudad desde el norte, así como romper la ofensiva enemiga. Se destruyeron varios elementos blindados enemigos, junto con un tanque T-72, que fue el primer tanque destruido en el frente de batalla dálmata.
Tanque T-55 de la Batalla Pakovo Selo |
La acción oportuna detuvo la brecha enemiga en el campo de batalla de Drnis y estableció una línea de defensa que no se movió hasta la Operación Tormenta en 1995 y la liberación final del país. La batalla se libró en el área de Pakovo Selo y Pokrovnik.
Tanque T-55 de la Batalla Pakovo Selo |
Este tanque T-55 de la colección de armas y equipo militar del museo de la ciudad de Drnis, se colocó como recuerdo duradero de esa importante batalla.
De nuevo en
carretera, continuaríamos, sin prisa pero sin pausa, hasta la entrada Skradin del Parque Nacional
donde debido a la ocupación total del parking gratuito incluido en la entrada,
no nos quedaría otra que dejarlo en uno de pago, costándonos 50 HRK lo que
quedaba del día.
Desde este
nos desplazaríamos caminando hasta el embarcadero de Skradin para coger uno de
los barcos que llegan hasta las famosas cataratas
Skradinski buk. La navegación está incluida en la entrada. Los barcos salen a en punto
desde el pueblo y a y media desde las cascadas. No se os olvide guardar las
entradas ya que os las pedirán a la vuelta.
Información horaria barcos Río Krka
No había sido casualidad llegar a los saltos de agua remontando el río, pues nos pareció la manera más bonita de llegar hasta ellos, disfrutando así de las vistas de la población de Skradin según se va alejando la embarcación de ella, del curso de agua flanqueado por bosques de espesa y verde vegetación, del hermosos valle fluvial y de algunos de los saltos que conforman las cascadas en la lejanía cuando te vas acercando al muelle donde hay que volver a desembarcar. El trayecto dura apenas media hora de la que casi ni te enteras gracias a todos los alicientes que se van presentando.
Skradin desde la Navegación por Río Krka |
Navegando por el Río Krka |
Navegando por el Río Krka |
Una vez en tierra, lo primero con lo que te encuentras es con una amplia explanada repleta de gente con merenderos y restaurantes. A pocos metros y a continuación de esta comienza la senda de las cascadas Skradinski buk que ofrece, desde el primer momento y sobre el puente, la idílica imagen de estas cayendo sobre el río.
Se trata, realmente, de 17 cascadas que se
extienden a lo largo de 800 metros y tienen un desnivel total de 45 metros.
Como mencioné párrafos atrás hasta el año pasado estaba permitido el baño, sin embargo y por preservar el espacio natural ha sido prohibido desde este año, por lo que considero afortunados aquellos que pudieron bañarse en un entorno tan privilegiado.
Cascadas Skradinski Buk Cascadas Skradinski Buk
Nada más cruzar la pasarela el gentío y las multitudes empiezan a diluirse por arte de magia y es cuando puedes empezar a escuchar el sonido del agua correr y desplomarse de salto en salto. El entorno es de un verde brillante, consecuencia del follaje y de los altos niveles de carbonato cálcico. El agua estaba tan clara que se podían ver cientos de peces nadando.
Cascadas Skradinski Buk Cascadas Skradinski Buk
Según avanzábamos, poniendo un poco de atención y sin demasiado esfuerzo, encontraríamos más de una sorpresa, como diminutos sapos que saltaban en las orillas de algunas de las piscinas más pequeñas, o pájaros característicos de la zona que aleteaban de árbol en árbol e incluso se posaban en las barandillas de la senda permitiéndote fotografiarles.
Poco a poco llegaríamos a las zonas más altas del
camino pudiendo disfrutar de miradores que ofrecían excepcionales panorámicas
de las cataratas. También alguna otra nueva sorpresa como un viejo molino de
agua y una herrería. Esta última convertida ahora en tienda de recuerdos.
Cascadas Skradinski Buk |
Cascadas Skradinski Buk |
Cascadas Skradinski Buk |
Nuestra ruta continuaría de manera circular, continuando sobre las pasarelas de madera que iban salvando el discurrir de canales y riachuelos bajo nuestros pies. Sería en un pequeño espacio abierto en el bosque donde aprovecharíamos para comer los sándwiches que habíamos traído preparados.
Cascadas Skradinski Buk |
Cascadas Skradinski Buk |
No tardaríamos ya mucho en regresar donde comenzó todo tras una ruta circular de lo más agradable y apta para todo tipo de personas.
Nos pareció
buena idea darnos un homenaje antes de marcharnos y es que en uno de los
puestos hacían crepes y no pudimos evitar sucumbir a los mismos bañados en
chocolate.
Era el
momento de volver a coger el barco hacia Skradin, con la cámara y los móviles
llenos de fotos y recuerdos de haber pasado otro día inolvidable en uno de los
espacios naturales más hermosos de Croacia.
Skradin al regreso de la Navegación por el Río Krka |
Por delante, sólo teníamos una hora para llegar al que iba a ser nuestro alojamiento las próximas cuatro noches situado en la pequeña población de Kastel Gomilica, justo a medio camino de las ciudades de Trogir y Split. Elegiríamos este lugar porque la casa que vimos en booking nos enamoró a primera vista y, claro está, nos pareció económica, por lo que nada de lo que vimos después nos convencería ya.
Villa Fidelissima. Kastel Gomilica |
La casa se llamaba Villa Fidelissima y tenía dos plantas con cuatro dormitorios y baño en cada uno de ellos. El salón era gigante y tenía TV de pantalla plana con canales vía satélite. La cocina estaba perfectamente equipada con lavavajillas, microondas, lavadora.
Villa Fidelissima. Kastel Gomilica |
Contábamos también con jardín con barbacoa, aparcamiento y piscina privados dentro de la villa.
En esta ocasión
además nos recibiría Daniela, su propietaria, que tendría la amabilidad de
enseñarnos la vivienda y comentarnos todo lo que ofrecen los alrededores.
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