DIA 08. BOSNIA Y HERZEGOVINA. Sarajevo: otro día fascinante en la capital del país

9 de Julio de 2021.

Había decidido comenzar la jornada por aquellos lugares que se encontraban más alejados y necesitaba el coche para llegar hasta ellos, así que tras un buen desayuno me dirigí hacia mi primer destino situado a quince kilómetros y al que tardaría en llegar unos tres cuartos de hora. No, no me he equivocado al poner el tiempo y es que la carretera por la que hay que conducir es cuanto menos complicada por no decir otra cosa. Existen tramos con unas pendientes de vértigo donde no caben dos coches a la vez, sin quitamiedos y con un vacío terrorífico en los metros finales, por lo que si no estás muy acostumbrado a este tipo de vías, lo mejor es desistir.

Ese es el camino que hay que afrontar para llegar hasta el inicio de la senda de la cascada de Skakavac, una maravilla de la naturaleza, consistente en casi cien metros de caída de agua procedente de un manantial, que fluye por un acantilado de caliza. El espacio verde de alrededor, dominado por la montaña Bukovik y los bosques de pinos y hayas y en su momento bajo control serbio como base de apoyo durante el asedio de la capital, ha sido acondicionado como zona de picnic.

Sierra de Sarajevo

Una vez aparcado el coche es necesario realizar una pequeña ruta senderista para llegar hasta su base de aproximadamente cuatro kilómetros, por un camino ancho que no tiene ninguna dificultad. A lo largo de la ruta existen también paneles explicativos referentes a la fauna y la flora del lugar.

Ruta Cascada de Skakavac

Ruta Cascada de Skakavac

El salto de agua merece mucho la pena, así como su entorno, donde permanecería un buen rato disfrutando del mismo. Una de las mejores experiencias de todo ello es situarse debajo de la cascada y empaparse, mitigando así el calor sofocante que hace en los meses de verano en esta zona.

Cascada de Skakavac

Para regresar optaría por utilizar un camino diferente al que había usado en la ida, aunque supondría algo más de esfuerzo debido a que tendría que afrontar un importante desnivel hasta llegar a cierta altura que me iba a permitir observar la cascada a vista de pájaro.

Cascada de Skakavac

Entorno Cascada de Skakavac

Al final serían unos 7,5 km tardando en realizarlos casi tres horas con paradas y fotos incluidas.

No se podía empezar mejor el día en semejante paraje natural, pero tras ello optaría por conducir hasta uno de los lugares más importantes de la pasada guerra: el túnel de Sarajevo.

Este sirvió como vía de escape de muchos ciudadanos que buscaban salvar sus vidas amenazadas durante el asedio serbio, o para hacer llegar ayuda humanitaria. Por aquí entraban en la ciudad alimentos, medicinas y munición. Se situaba en una casa al sur de las pistas del aeropuerto, en una vivienda humilde que no levantaba sospechas y que gracias a su dueña, que permitió su construcción,  se lograron salvar miles de vidas, considerándola hoy una heroína.

Casa - Museo del Túnel de la Esperanza

Aeropuerto de Sarajevo

Pero el verdadero milagro sería que el ejército Serbio no consiguiera localizar donde se situaba el mismo, ya que era consciente de que para poder resistir durante tanto tiempo había algún lugar por donde entraban esas provisiones, pero contra todo pronóstico no lo encontraron.

Casa - Museo del Túnel de la Esperanza

Casa - Museo del Túnel de la Esperanza

Hoy en día sólo se han rehabilitado unos 25 metros del mismo, pero suficientes para hacerte una idea de la situación tan complicada que tuvieron que vivir los habitantes de la ciudad.

El túnel es sólo una parte de lo que ofrece el museo del que forma parte, ya que en este también se pueden ver fotografías e imágenes de la guerra y de cómo la gente se planificaba para atravesarlo sin ser vistos por las tropas enemigas. Hay también uniformes, utensilios y hasta cartas escritas entre compañeros.

Casa - Museo del Túnel de la Esperanza

El museo se encuentra abierto todos los días de abril a octubre de 09:00 a 17:00 y de noviembre a marzo de 09:00 a 15:30. El precio de la entrada es de 10 BAM.

Tras esta interesante visita, me desplazaría, también en coche, hasta la avenida Mese Selimovica, que así nombrada es probable que no diga nada, pero que si me refiero a ella como avenida de los Francotiradores, a mucha gente le traerá tristes recuerdos. Y es que en ella murieron asesinados muchos civiles, víctimas de los disparos de francotiradores serbios que se situaban en los edificios de gran altura que flanqueaban el bulevar, lo que hacía que tuviesen un amplio rango de disparo sin obstáculos entre la posición de la víctima y el que disparaba. Pero es que además, las montañas cercanas también daban un excelente punto de visión de la ciudad y el tráfico, por lo que también se colocaban en ellas para seguir masacrando a la población.

Avenida Mese Selimovica o de los Francotiradores

Era el momento idóneo de volver a dejar el coche en el hotel y continuar con las visitas que me faltaban caminando.

Y lo primero que haría sería volver al edificio del Ayuntamiento para visitar su interior, que ayer estaba cerrado cuando lo intenté por primera vez. Este es un edificio de planta triangular que se convirtió en un símbolo de la barbarie por la destrucción que sufrió durante la pasada guerra. Posee influencias moriscas inspiradas en el arte islámico hispano (como el alcázar de Sevilla) o norteafricano. De aquí salió en su coche para ser asesinado poco después y no muy lejos de aquí, un 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando.

Ayuntamiento de Sarajevo

Ayuntamiento de Sarajevo

A finales de agosto de 1992, los cañones serbios dispararon contra él con granadas de fosforo, provocando un gran incendio y casi su total destrucción. Como resultado, entre otros miles de volúmenes, se perdieron 700 manuscritos e incunables, así como colecciones periódicas completas de la Bosnia decimonónica. Tres días duro el incendio, y algunos ciudadanos intentaron rescatar los libros, convirtiéndose en blanco de los francotiradores. Restaurado en varias etapas con dinero europeo, en 2014 el edificio volvió a abrir sus puertas para una actuación de la orquesta filarmónica de Sarajevo. Hoy día sirve para ceremonias municipales, biblioteca y eventos culturales.

Ayuntamiento de Sarajevo

Ayuntamiento de Sarajevo

Estaba hambriento por lo que me encaminé directo a un sitio que ya llevaba apuntado desde España. Se llamaba Buregdzinica Bosna y muchos coinciden que es el mejor lugar para probar el burek en Sarajevo. Este consiste en una especie de hojaldre fino relleno del ingrediente que más te guste. Yo probaría el de carne y el de queso y estaban espectaculares. Además son muy baratos. Con la bebida me saldría todo por 6 BAM.

Burek en Buregdzinica Bosna

Sin perder tiempo me dirigiría hacia la mezquita de Gazi Husrev – beg (abierta de 09:00 a 12:00, de 14:30 a 16:00 y de 17:30 a 19:00). Sería construida  entre 1530 y 1531, incluyendo una madrasa (escuela superior islámica) y unos baños públicos (hammam). Siendo así el complejo otomano más completo de los Balcanes. Arquitectónicamente, pertenece al tipo de mezquitas de múltiples cúpulas y complejos espacios, típicas del periodo temprano de la arquitectura otomana clásica. Exteriormente destaca su pórtico con arcos ojivales, cubierto por pequeñas cúpulas, y su estilizado minarete. Fue la primera mezquita en el mundo en ser iluminada con luz eléctrica en 1898. Dañada por la artillería serbia durante la guerra de Bosnia, su reconstrucción comenzó en 1996 gracias a la ayuda extranjera, eliminándose restos de decoración del periodo austro – húngaro. Al no encontrarse restos de pinturas más antiguas, se decoró con nuevas caligrafías arábigas.

Mezquita de Gazi Husrev – beg

Mezquita de Gazi Husrev – beg

Mezquita de Gazi Husrev – beg

Junto a la mezquita se pueden ver dos turbe (tumbas o mausoleos) de planta octogonal cupulada. En ellas fueron enterrados el propio Gazi Husrev – beg (que había muerto en territorio montenegrino, en 1541, combatiendo contra rebeldes serbios) y su compañero cristiano de origen dálmata.

Mausoleos Mezquita de Gazi Husrev – beg

Al lado de la mezquita se alza la torre del Reloj, de treinta metros de altura, levantada hacia el siglo XVII, aunque su mecanismo data de finales del siglo XIX, cuando fue traído desde Londres. Fue incendiada en 1697 y restaurada medio siglos después.

Torre del Reloj

Enfrente de la mezquita se encuentran el museo y la biblioteca de Gazi Husrev – beg. En ellos se exponen todo tipo de objetos relativos al periodo del que fue gobernador de Bosnia, en el primero, y manuscritos, libros impresos y documentos en diferentes lenguas, en el segundo.

Museo de Gazi Husrev – beg

Continuaría por la calle Saragi hasta el mercado Gazi – Husrev – beg, como se puede ver fue toda una celebridad el nombrado gobernador pues son muchos los lugares que llevan su nombre. Este es uno de los lugares más tradicionales de la ciudad, con un montón de tiendas flanqueando la calle, a uno y otro lado, al más puro estilo de los zocos de otros países árabes como Marruecos o Egipto. Hay un montón de tiendas de souvenirs, donde se pueden encontrar todo tipo de detalles y objetos como bolsos de muchos colores o juegos de té. También hay un montón de cafeterías y restaurantes donde poder degustar exquisiteces orientales y locales. En su costado oeste descubriría las ruinas del Taslihan, anexas al inmediato Hotel Europe. Se trata de los restos de una de las tres antiguas posadas de la ciudad que sirvió tanto a viajeros como a caballos como hospedaje. Sería el más grande y representativo de este tipo en la región.

Mercado Gazi – Husrev – beg

Mercado Gazi – Husrev – beg

Callejeando otro poco me toparía con la mezquita Buzadzi hadzi – Hasanova, un sencillo edificio blanqueado salvo por su verdosa cúpula semiesférica elevada.

Mezquita Buzadzi hadzi – Hasanova

Nuevamente, cerca del hotel Europe, podría contemplar la mezquita Ferhadija, construida entre 1561 y 1562. Junto a ella hay restos de un pequeño cementerio musulmán. El edificio sufrió daños considerables durante la última guerra, cuando varias granadas dañaron la cúpula de la mezquita, que debido a estos impactos, se derrumbó en 2007. Tuvo que ser reconstruida, y gracias a ello pueden ser  visibles algunas muestras arquitectónicas, pictóricas y decorativas que van del siglo XVI al Imperio austro – húngaro. Es monumento nacional desde 2004, y posee la estructura típica otomana del momento en que se construyó, con planta rectangular, cúpula sobre tambor y un estilizado minarete.

Mezquita Ferhadija

En una calle paralela a la anterior mezquita, llegaría hasta el Museo de los Crímenes contra la Humanidad y el Genocidio de 1992 – 1995, lugar que si tenía mucho interés en conocer.

Es este un tremendo testimonio del horror vivido durante la guerra, expuesto a través de doce unidades temáticas mediante fotografías, documentos, objetos personales de las víctimas, réplicas, simulaciones, mapas interactivos, testimonios en vídeo, documentales. Entre los objetos expuestos también se encuentran mensajes intercambiados a través de la Cruz Roja, incluso una escultura hecha con pan. Se pueden ver también objetos personales y fotografías del general serbio Ratko Mladic, principal artífice de la matanza de Srebrenica.

Escultura Hombre de Pan. Museo de los Crímenes contra la Humanidad

Y hasta aquí las visitas de hoy, porque ya estaba cansado y estaba anocheciendo, así que me perdería sin rumbo fijo en busca de un sitio para cenar, decantándome al final por un sitio llamado Metrópolis situado en la plaza de la Catedral. Optaría por pedirme un arroz con jamón, calamar y otros ingredientes cuya mezcla era un tanto peculiar. No estuvo mal, pero tampoco era para morirse. Esto junto con una cerveza me saldría por 10 BAM.


No hay comentarios :

Publicar un comentario