4 de Septiembre de 2020.
Fue durante muchos siglos la ciudad más rica de Polonia,
hasta que en 1308 pasó a depender de la Orden Teutónica. En 1361 se incorporó a
la Liga Hanseática (asociación de ciudades mercantiles bálticas), lo cual
aceleró su desarrollo económico. Desde 1466 hasta la Segunda Partición en 1793,
la ciudad perteneció a Polonia; fue el mayor puerto báltico del país y un
importante núcleo comercial con el resto de Europa. También fue un notable foco
artístico: orfebres y joyeros diseñaban piezas para las cortes reales europeas
y los talleres de piedras preciosas y ámbar eran muy conocidos. En 1793 pasó a
depender de Prusia y no volvió a ser ciudad libre hasta la firma del Tratado de
Versalles, tras la Primera Guerra Mundial. Fue aquí donde se hicieron los
primeros disparos de la Segunda Guerra Mundial, conflicto que la devastó casi
por completo, pero la reconstrucción posterior recuperó muchos edificios
hermosos y buena parte de su ambiente histórico. También fue aquí donde el
comunismo empezó a desmoronarse, tras las huelgas de astilleros de 1980. Hoy,
junto con la localidad costera de Sopot y el puerto de Gdynia, forma la
extensión urbana llamada Triple Ciudad, inmensa metrópolis que rodea la bahía
de Gdansk.
Mi idea era haber dedicado tres días para conocer tanto
Gdansk como sus alrededores, pero el adelanto del vuelo por el coronavirus en
un día y medio me obligaría, como ya comentaba ayer, a tener que replanificar
la ruta y renunciar a algunos lugares, por lo que decidiría que lo mejor sería
quitar un día de esta zona, ya que dos días bien aprovechados podían darme para
mucho y el medio restante lo quitaría de Breslavia, aunque me supusiera tener
que condensar toda la visita en una jornada.
Con las ideas claras, comenzaba, por tanto, la visita a
Gdansk bien temprano, parando, en primer lugar, en una pequeña panadería de
barrio donde degustaría mis primeros paçzkis,
es decir unos dulces tradicionales polacos parecidos a los donuts pero sin
agujero y rellenos de mermelada de diferentes sabores. Estaban realmente
buenos.
Ya con el estómago lleno y sin mucho tardar me daría de
bruces con dos edificaciones religiosas, una enfrente de la otra. Se trataba,
por un lado, de la iglesia de San
Bartolomé, la cual fue prácticamente destruida durante la II Guerra Mundial
y cuya reconstrucción duró más de 25 años. Una gran parte de sus fieles son de
origen ucraniano. Y, por otro, la iglesia
de San Jacobo, de estilo gótico tardío, con un peculiar y estrecho pórtico
de entrada. Destaca una gran vidriera interior.
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Iglesia de San Bartolomé |
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Iglesia de San Jacobo |
Sólo una manzana después me encontraría con la Biblioteca de la ciudad, un edificio
arquitectónico realmente hermoso y con una amable escultura en su exterior
correspondiente a su director, Marian Pelczar, que también fue un prestigioso
historiador.
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Biblioteca Pública |
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Escultura a Marian Pelczar |
Aunque quedaba un poco alejada desde donde me encontraba,
unos veinte minutos, no me parecía distancia, tras lo andado en Varsovia, la
que había hasta la colina de Gradowa,
por lo que me encaminé hacia ella. Ojo que para llegar es fundamental encontrar
un paso elevado que atraviesa las vías de tren y se encuentra un poco escondido,
sino la vuelta que hay que dar es terrorífica. Desde este lugar se consiguen
unas vistas espectaculares de la ciudad y de la enorme zona de los astilleros.
En la colina también destacan los restos de una fortificación del siglo XIX
aprovechados para crear el centro
Hawelianum, un museo interactivo dedicado a la astronomía y que no
visitaría y la gran Cruz del Milenio
que representa la tolerancia hacia cualquier tipo de religión.
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Gdansk desde Colina de Gradowa |
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Astilleros de Gdansk desde Colina de Gradowa |
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Cruz del Milenio. Colina de Gradowa |
Estaría un buen rato disfrutando de las panorámicas que
tenían ante mí, para poco después deshacer buena parte del camino que había
hecho hasta aquí para llegado el momento dirigirme hasta la plaza de la Solidaridad sobre la cual
se elevan tres cruces de 42 metros de altura con anclas. Es el monumento a los Trabajadores caídos de los
Astilleros que fueron asesinados durante la huelga y las manifestaciones de
1970 por el Ejército Popular. Se encuentra cercano a donde cayeron las tres
primeras víctimas. El monumento fue inaugurado en el décimo aniversario de los
trágicos acontecimientos y era el punto de partida en la década de los ochenta
de las manifestaciones del sindicato Solidaridad.
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Monumento a los Trabajadores de los Astilleros |
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Monumento a los Trabajadores de los Astilleros |
Eran justo las 10:00, hora a la que abría sus puertas el Centro Europeo de Solidaridad, justo al
lado de donde me encontraba y que es fácil identificarlo al corresponder su
estructura a una nave enorme que por fuera recuerda un casco oxidado de un
barco. Este museo (25 PLN con audioguía incluida) es uno de los que más ganas
tenía de conocer en Polonia, dedicándose enteramente a la interesante historia
de Solidaridad, el sindicato y movimiento de resistencia civil polaco cuya
influencia sería decisiva en la caída de la República Popular de Polonia y el
nacimiento de la Polonia libre en el año 1989.
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Museo Centro Europeo de Solidaridad |
En el interior y gracias a la audioguía podría ir conociendo
como tuvieron lugar los diferentes acontecimientos históricos, además de poder
contemplar objetos y elementos tan interesantes como el tablero original con
las 21 peticiones de los huelguistas escritas a mano, el Papamóvil de Juan
Pablo II, así como un montón de vídeos y fotografías históricas, entre otras
muchas cosas.
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Museo Centro Europeo de Solidaridad |
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Museo Centro Europeo de Solidaridad |
Al final de la exposición tendrás también oportunidad de
subir a la azotea, donde se tienen excelentes vistas de la zona de los
astilleros y donde la audioguía te explica claramente cómo y dónde tuvieron
lugar los hechos más importantes de la huelga y todo desde este mirador
histórico y privilegiado.
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Astilleros de Gdansk desde Terraza Centro Europeo de Solidaridad |
Se me ha olvidado comentar que para acceder a la entrada del
museo tendrás que pasar por la igualmente histórica Puerta Número 2, la cual se encuentra decorada con banderas y
pancartas conmemorativas de los acontecimientos que tuvieron lugar aquí en el
año 1980, especialmente los discursos del líder del sindicato, Lech Walesa.
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Puerta Número Dos. Centro Europeo de Solidaridad
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Serían dos horas intensas de visita, donde abarcaría
prácticamente todo lo importante del museo, hecho lo cual continuaría hacia la
zona más céntrica de Gdansk, donde me cruzaría primeramente con la iglesia de Santa Brígida, la cual fue muy
famosa en Polonia durante los años ochenta como lugar de culto y refugio de los
miembros de Solidaridad. Se construyó sobre una capilla del siglo XIV dedicada
a Santa María Magdalena, donde se expusieron las reliquias de Santa Brígida en
1374. En el interior lo más destacable es su altar mayor, realizado en ámbar y
el monumento al padre Jerzi Popieluszko, asesinado en 1984 por agentes de
seguridad polacos.
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Iglesia de Santa Brígida |
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Iglesia de Santa Brígida |
Al lado de la anterior, podría visitar también la iglesia de Santa Catalina, la principal
y más antigua de la Ciudad Vieja. Se construyó por iniciativa de los duques de
Gdansk – Pomerania. En 1945, buena parte del mobiliario gótico, manierista y
barroco fue saqueado o destruido. Su torre ofrece magníficas vistas de la ciudad,
pero estaba cerrada al público en estos momentos. Aquí se encuentra también la
tumba del famoso astrónomo Johannes Hevelius.
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Iglesia de Santa Catalina |
Poco después me encontraría con el Molino Grande, uno de los mayores edificios industriales de la
Europa medieval. En la parte delantera había una panadería de dos plantas y al
lado había grandes pértigas donde se montaban las muelas para las distintas
clases de cereal. Se incendió en 1945 y se reconstruyó tras la guerra. A poco
distancia impresiona igualmente la silueta de la torre de Jacobo, la cual formaba parte de la muralla medieval que
rodeaba Gdansk en el pasado.
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Molino Grande |
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Torre de Jacobo |
Otra importante construcción de la zona sería el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja, un
notable ejemplo de arquitectura manierista holandesa. Se trata de un edificio
compacto y provisto de una torre defensiva. Bajo cada repisa hay dos máscaras
distorsionadas que personifican el vicio y otras dos mofletudas y sonrientes
que representan la virtud. Justo delante se encuentra la escultura de Johannes
Hevelius, el astrónomo ya mencionado en varias ocasiones en este capítulo.
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Ayuntamiento de la Ciudad Vieja y Monumento a Jan Heweliusz |
A la izquierda del anterior se puede observar el canal Radunia, construido en el siglo
XIV por la Orden Teutónica para poner en funcionamiento una serie de máquinas,
así como el llamado Dom Mlynarza, un
edificio histórico reconvertido en hotel.
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Canal Radunia y Molino Grande
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Mis siguientes paradas serían en monumentos algo menos
importantes como la iglesia de San José,
construida en el lugar de un antiguo hospital y en la que sucedió un oscuro
acontecimiento histórico en el que el Ejército Rojo quemó a más de cien
personas en su interior; la iglesia de
Santa Isabel, importante lugar de culto de los calvinistas en el pasado y
que también siguió el mismo destino que la de San José; o el imponente monumento de rey Juan III Sobieski,
famoso por derrotar a los turcos, en la plaza
Targ Drzewny.
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Iglesia de San José |
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Iglesia de Santa Isabel |
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Monumento del Rey Juan III Sobieski |
Era el momento de afrontar la zona más importante de la
ciudad, correspondiente a la Ruta Real en
la cual se concentran una gran cantidad de magníficos monumentos, siendo un
paseo a través de la historia, de los
secretos sombríos, victorias gloriosas y esfuerzo de generaciones de la más
independiente de las ciudades de Polonia. Trascurre por la calle Dluga que significa calle Larga, la cual se encuentra
flanqueada de hermosas fachadas de casas burguesas y a cada paso vas
encontrando tiendas, cafeterías y restaurantes, por lo que en condiciones
normales es habitual que casi no quepa un alfiler por ella. Todo lo contrario
que en esta época de pandemia donde me la encontraría prácticamente desierta.
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Ulica Dluga o Calle Larga |
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Ulica Dluga o Calle Larga |
Los monumentos que se irían sucediendo en mi paseo serían
los siguientes:
Puerta Alta:
señala el comienzo del Camino Real, que baja en dirección hasta la puerta Verde.
Se construyó como parte de las fortificaciones que se levantaron en el límite
oeste de la ciudad entre 1571 y 1576. En el nivel superior se pueden observar
escudos de armas; el de Polonia, sostenido por dos ángeles; el de Prusia,
llevado por unicornios y el de Gdansk, sostenido por leones.
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Puerta Alta |
Torre de la Cárcel:
su mezcla de estilos arquitectónicos es fruto de sucesivas reconstrucciones.
Cuando perdió su función defensiva pasó a utilizarse como cárcel, tribunal y
cámara de torturas, teniendo lugar en ella espeluznantes interrogatorios. En el
muro oeste hay una columna de flagelación, donde también se realizaron
ejecuciones. Actualmente alberga el museo del Ámbar que narra la historia de
este mineral y expone una selección de joyas. No lo visitaría por falta de
tiempo.
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Torre de la Cárcel |
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Torre de la Cárcel |
Puerta Dorada: se
concibió como un clásico arco de triunfo romano por el que pasaba el Camino
Real a su entrada a la ciudad. Encarna el espíritu de la edad de oro de Gdansk.
En lo alto hay estatuas talladas que representan la paz, la libertad, la
prosperidad, la gloria, la justicia y la armonía. La decoración se complementa
con inscripciones en latín y alemán alusivas a las virtudes cívicas.
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Puerta Dorada y Palacio de San Jorge |
Palacio de San Jorge:
sería el lugar donde se reunía la Hermandad de San Jorge, una sociedad de
arqueros. La primera planta tenía una sala de tiro con arco y almacenes. Los
miembros se reunían en el gran salón, que también servía para ceremonias,
banquetes y como teatro.
Ayuntamiento
Principal: es otro de los edificios imprescindibles que ver en Gdansk en el
que resalta su hermosa y estilizada torre con un reloj que marca la hora. Es
sede del Museo de la ciudad y no dudaría en comprar la entrada, pues su
interior no le va a la zaga al exterior, además de poder subir a su torre. Sus
estancias están decoradas por ilustres pintores y artesanos de la época, lo que
dio como resultado uno de los más hermosos ayuntamientos del norte de Europa,
testigo de la riqueza y el poder de la ciudad. Lo más llamativo es el salón Rojo, antigua Gran Cámara del
Consejo. Destaca su espectacular chimenea renacentista realizada en mármol o la
pintura principal del techo conocida como “Apoteosis
de Gdansk”, aunque la sala entera hace que te quedes perplejo ante tanta
belleza.
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Ayuntamiento Principal |
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Ayuntamiento Principal |
Otras salas ofrecen objetos relacionados con diez siglos de
historia de la ciudad, aunque lo mejor son las vistas desde la torre que ofrece unas panorámicas
increíbles tanto de la calle Larga (Ulica Dluga) como de la calle del Mercado
Largo (Ulica Dlugi Targ), así como de la iglesia de Santa María.
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Ulica Dluga desde Torre del Ayuntamiento |
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Iglesia de Santa María desde Torre del Ayuntamiento |
La entrada cuesta 12 PLN y su horario es los miércoles,
viernes y sábados de 10:00 a 16:00, los jueves de 10:00 a 18:00 y los martes de
10:00 a 13:00. Lunes cerrado.
Fuente de Neptuno:
la escultura del rey de los mares fundida en bronce fue colocada delante de la
Casa Señorial de Artús en el año 1633 y pronto se convertiría en uno de los
símbolos de Gdansk. Según la leyenda, Neptuno golpeó las aguas con su tridente
y desmenuzó las monedas de oro, con cuyos copos creó el famoso licor Gdansk
Goldwasser. El brillo del oro pulverizado adorna ese licor de hierbas.
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Fuente de Neptuno |
Palacio Artús:
era el lugar de reunión de los burgueses ricos de la ciudad, inspirados en las
tradiciones caballerescas del rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda.
Hermandades semejantes hubo en toda Europa, pero causaron especial furor en las
ciudades de la Liga Hanseática. Los socios acudían al palacio a tratar los
asuntos cotidianos y a beber buena cerveza, que se servía en cantidades
ilimitadas. En su interior destaca la gran estufa de 12 metros de altura del
siglo XVI, con intrincada decoración de mosaicos renacentistas.
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Fuente de Neptuno y Palacio Artús |
Dlugi Targ: es
una calle corta y ancha que es continuación de la transitada hasta ahora Ulica
Dluga y termina a orillas del río Motlawa. Es el último tramo del Camino Real,
que atraviesa el centro urbano desde la Puerta Alta. En el pasado sirvió tanto
de mercado como de lugar de ejecuciones públicas de presos aristócratas. Las
hermosas casas que la flanquean son el resultado de una minuciosa restauración,
al igual que las de todo el casco antiguo, al quedar destruidas tras la Segunda
Guerra Mundial.
Puerta Verde: con
su tejado de pináculos y su decoración escultórica, no parece una puerta de
ciudad al uso, sino más bien una mansión. La razón estriba en que, además de
puerta, cumplía la función de residencia de los reyes durante sus visitas a
Gdansk. Sin embargo, solamente se utilizó una vez para este fin cuando María
Luisa Gonzaga llegó de Francia para casarse con el rey Ladislao IV, en 1646. Su
interior acoge una sección del Museo Nacional, pero que no visitaría por falta
de tiempo.
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Puerta Verde |
Sin duda que este es el paseo estrella de Gdansk y
disfrutaría una barbaridad realizándolo, tanto que se me había olvidado hasta
comer, por lo que a punto de terminar, mis tripas me lo recordaron, calmándolas
con algo rápido como un sencillo gofre con helados y chocolate que vendían en
un puesto callejero cercano. Ya tendría tiempo de relajarme en la cena.
Ahora decidiría retroceder unos metros sobre mis pasos hasta
que tomaría una calle perpendicular a Ulica Dluga que me llevaría directamente
hasta otro edificio imprescindible y que había visto ya desde la torre del
Ayuntamiento. Me refiero a la monumental iglesia
de Santa María, que se eleva sobre las casas de tejados rojos. Se trata de
una de las iglesias de ladrillo más grandes del mundo, con una torre de 82
metros de altura. Su construcción duró más de 150 años, iniciándose en 1343.
Aquí también decidiría subir a su torre, como haría en el Ayuntamiento,
afrontando sus más de 400 escalones para llegar a lo más alto, aunque tengo que
decir que me decepcionaría el cómo está conformado el mirador, pues la altura
de su tejado hace que no puedas disfrutar como es debido de las panorámicas,
habiéndolo hecho muchísimo más desde el Ayuntamiento. Respecto a su interior
destaca especialmente el reloj astronómico situado en el transepto, a la
izquierda, llegando a ser en su época uno de los contadores de tiempo más
modernos del mundo.
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Iglesia de Santa María |
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Gdansk desde Torre Iglesia de Santa María |
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Gdansk desde Torre Iglesia de Santa María |
Casi adosada a la anterior se encuentra la Capilla Real, por lo que me acercaría a
verla. La construiría, el ya nombrado en multitud de ocasiones, Juan III
Sobieski, como lugar de culto y ceremonia de los católicos, aunque se
convertiría en protestante a partir de 1529. Su interior no es tan ostentoso
como la fachada.
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Capilla Real |
Dado que por la mañana había olvidado contemplar el edificio
del Arsenal, optaría por ello en
este momento ya que no estaba demasiado lejos. Y no sería mala decisión pues es
el máximo exponente del estilo manierista holandés en Gdansk. Su fachada de
ladrillo rojo y arenisca no te deja indiferente.
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Arsenal |
Volvería sobre mis pasos para dirigirme a otra calle que no
puede faltar en la visita a la ciudad y que se conoce con el nombre de Ulica Mariacka, considerada la más
bonita de Gdansk y que es un claro muestrario de la arquitectura tradicional de
la urbe. Las antiguas casas, propiedad de adinerados mercaderes y orfebres,
tienen fachadas altas con rica decoración, por lo que no es extraño que haya
inspirado a pintores y artistas a lo largo de los siglos.
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Ulica Mariacka |
Aunque el final de la calle anterior te lleva hasta el río
Motlawa y el viejo malecón, optaría mejor por salir hasta él desde la Puerta
Verde, para tener así de primeras una de las más famosas e idílicas imágenes de
la ciudad. Allí y desde el puente que atraviesa el río me tomaría mi tiempo
para deleitarme con esta perspectiva. Tras ello y antes de pasear por esta
famosa zona, decidiría acercarme un momento a observar otra de las puertas que
funcionaban como defensa de la ciudad si esta era atacada y que por su forma es
conocida como puerta de la Lata de leche.
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Brama Stagiewna o Puerta de la Lata de Leche |
Ahora sí que volvería al viejo malecón y comenzaría un
relajado paseo por el llamado Paseo
Largo que fue el corazón del antiguo puerto de Gdansk. Aquí llegaban los
barcos mercantiles trayendo mercancías del mundo entero que se conocía en aquel
tiempo. Hoy en día esta zona vibra de vida, flanqueada a ambos lados por un
sinfín de restaurantes y locales de moda.
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Muelle y Río Motlawa |
No obstante hay una construcción que resalta por encima de
cualquier otra, la cual recuerda un poco un molino de viento sin aspas. Es la
restaurada grúa portuaria de
mediados del siglo XV. Era otro de esos monumentos que me apetecía mucho
conocer por dentro, pero desgraciadamente me darían con la puerta en las
narices al ser la hora de cierre por lo que me perdería su ingenioso mecanismo
de dos pares de ruedas cuya fuerza motriz eran los músculos de los que
caminaban dentro de ellas. Con ayuda de esta grúa se podían levantar dos
toneladas de carga a una altura de 27 metros. Por lo general servía para elevar
barriles de cerveza o de vino, para levantar lastre o colocar los mástiles.
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Grúa de Gdansk en el Muelle del Río Motlawa |
Entre la ida y venida por ambas orillas y los diferentes
parones para disfrutar del propio entorno, la noche se me echaría encima por lo
que me pareció buena idea buscar una terraza para cenar, pues hacía la noche
perfecta. Las que me hubieran gustado que correspondían a hamburgueserías
estaban llenas, así que me acabaría decidiendo por un Fish and Chips donde
tomaría una sopa de cebolla y un filete de pescado rebozado con patatas fritas
acompañado por una buena cerveza fría. (40 PLN).
No tenía ganas todavía de volver al hotel, por lo que
decidiría recorrer otra vez los lugares más hermosos de Gdansk bajo la luz de
la luna y las estrellas, con las calles casi desiertas y el silencio y la
soledad como acompañantes. Y si por el día la ciudad es hermosa, por la noche
parece que se engalana con sus mejores galas consiguiendo dejarte prendado para
siempre de ella.
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Fuente de Neptuno y Palacio Artús
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Noria de Gdansk |
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