ANDORRA - DIA 01. Un país entre montañas. Llegada y datos prácticos

 21 de Agosto de 2020.

Creo que nadie imaginó nunca que pudiera darse una situación como la que estamos viviendo, más propia de una película de ciencia ficción que de otra cosa. Ni siquiera nuestros mayores recuerdan algo parecido, lo cual ya dice mucho de la gravedad de los hechos. Durante los últimos meses, la pandemia y las medidas de confinamiento han trastocado nuestra vida, han cambiado antiguas costumbres, han roto muchos de nuestros sueños y aplazado un sinfín de planes y proyectos, sin saber a ciencia cierta si podremos retomarlos, ni siquiera a medio plazo.

Pero es cierto que el ser humano no se deja vencer fácilmente y ante la adversidad se levanta una y otra vez y en estas circunstancias no iba a ser menos. Superado lo más complicado, al menos de momento, de esta alarma sanitaria, el deseo de movernos es ahora mayor que nunca, donde muchos no sólo no hemos perdido las ganas de viajar sino que se han acrecentado, más si cabe, que las que teníamos antes de toda esta situación. No han sido pocas las horas que he utilizado en este encierro forzoso para recorrer virtualmente los museos más importantes del mundo, ver documentales de viajes o leer libros y revistas relacionados con esta misma materia, pero es cierto que no hay nada comparable a experimentarlo y vivirlo en primera persona.

Como consecuencia de las circunstancias que atravesamos a muchos viajeros han terminado cancelándonos los vuelos a los destinos donde íbamos a pasar nuestras vacaciones, viéndonos forzados a rehacer completamente nuestros planes e improvisar sobre la marcha las vacaciones. Quienes hayan leído alguno de mis diarios sabe ya que me gusta planificar los viajes con tiempo, considerándolo como una parte más de los mismos, al disfrutar enormemente de esa fase de investigación que supone preparar la ruta a seguir y los lugares a visitar, pero esta vez esta parte del proceso quedaría mermada considerablemente.

Costa rica iba a ser nuestro destino estrella de este año, para el que teníamos ya prácticamente todo preparado y reservado: vuelos, hoteles, alquiler de coche, etc. Y aunque la idea era continuar adelante con los planes, un mail de Iberia donde nos indicaba que se cancelaba el vuelo a San José, terminaba por echar por tierra nuestras esperanzas e ilusiones.

Había que decidir qué hacer en poco más de un mes, por lo que nos reunimos todos los implicados, es decir los mismos que habíamos protagonizado los últimos viajes: Raúl, Belén, Sergio, Cristina, Javi, Guille y quien escribe estas líneas y barajamos que destinos podían ser todavía factibles. La conclusión final sería que sólo algunos países europeos iban a darnos la posibilidad de desplazarnos fuera de casa.

Por ello, no tardaría mucho en proponer, como solución a todos nuestros males: Andorra, el país de los Pirineos, un diminuto y desconocido estado, que en un noventa por ciento de las ocasiones se asocia a turismo de nieve y compras, pero que sabía bien, por otros blogueros de viajes, que rascando un poco ofrece un sinfín de actividades y opciones realmente interesantes y lo mejor de todo ello que no dependíamos de coger ningún vuelo.

Valle del Madriu

Nos pareció buena idea dedicar una semana al pequeño Principado, tiempo más que razonable para descubrir la capital, algunas de sus rutas de senderismo más famosas, así como los pueblos y construcciones románicas más importantes, además de alguna que otra actividad extra que se puede ver en los siguiente capítulos. De esta manera podríamos disponer de la otra semana que nos había quedado pendiente para dedicarla a otro destino europeo por determinar dependiendo de cómo fuera avanzando la situación sanitaria.

Ruta Lagos de Pessons

Veamos sin más rodeos como se desarrolló nuestro viaje, comenzando como ya es tradición por algunos datos prácticos y curiosos, que aunque muchos coinciden con los de sus vecinos, Francia y España, restándoles cierto interés, es cierto que en algunos aspectos sí que pueden ser de utilidad si nunca se ha traspasado la frontera del pequeño país, como era nuestro caso.

DATOS PRÁCTICOS:

REQUISITOS DE ENTRADA: Para entrar en Andorra sólo es necesario el DNI para los países miembros de la Unión Europea y pasaporte o equivalente para el resto de países.

CUÁNDO IR: Cualquier momento es bueno para visitar Andorra. Se ha de tener en cuenta el tipo de turismo que se quiere practicar. La temporada alta se centra sobre todo en invierno, que es cuando están abiertas las pistas de esquí. El verano es la siguiente estación de mayor ocupación hotelera pero no suele presentar problemas y hay ofertas interesantes en los hoteles. Es uno de los mejores momentos para practicar senderismo.

MONEDA: El euro es moneda de uso en el Principado. Como curiosidad decir que desde 2014 se emiten euros de Andorra como ya lo hacen otros microestados europeos. Aunque por su baja tirada acaban más en manos de coleccionistas que en el uso cotidiano.

Es común el uso de tarjetas de crédito internacionales como Visa, MasterCard, aunque los bancos son, salvo el Sabadell,  andorranos y tienen sucursales o cajeros en las capitales de parroquia. Se puede dar el caso que en algunas tiendas o restaurantes cobren un dos por ciento más si se paga con tarjetas.

ADUANAS: Andorra no pertenece a la Unión europea por lo que el paso hacia España o Francia supone el control aduanero principalmente por parte de las autoridades españolas. Las compras que superen los 900 euros deben ser declaradas en la frontera con límites en el alcohol, tabacos e incluso algunos alimentos.

TELÉFONOS: Telefonear desde Andorra se considera conferencia internacional y si se responde al teléfono móvil se paga la itinerancia. Mucho cuidado también con el uso de datos pues te puedes llevar una desagradable sorpresa en la factura. Lo mejor es esperar a tener wifi existente no sólo en restaurantes y hoteles sino también en las principales plazas de las capitales y otros lugares públicos.

CONDUCCIÓN: El límite máximo de velocidad en Andorra es de 90 km/h, siendo inferior en ciudades y carreteras secundarias debido a no existir autovías y ser carreteras de doble sentido. Te aconsejo que los cumplas a rajatabla dado que otra característica del Principado es que está plagado de radares por lo que si no quieres sorpresas desagradables no infrinjas las normas. Por cierto, la gasolina es bastante más barata en las estaciones de servicio de este país que en las de sus vecinos, por lo que te aconsejo lo aproveches y llenes el depósito aquí, te ahorrarás unos cuantos euros.

SANIDAD: La tarjeta sanitaria de la Seguridad Social española no Sirve en el Principado. Eso sí, hay un convenio de cobertura médica firmado con España, Francia y Portugal. En caso de accidente los visitantes que procedan de estos países deben enviar las facturas de gastos médicos y formulario de petición de reembolso correspondiente expedido por la Caja Andorrana de Seguridad Social.

ELECTRICIDAD: El voltaje es de 230 V utilizándose los mismos enchufes que en el resto de la Unión Europea, por lo que no hay que llevar adaptadores.

IDIOMA: Aunque el idioma oficial del país es el catalán, no habrá ningún problema en comunicarse en castellano, francés e incluso portugués.

POLÍTICA: Su sistema político es realmente peculiar y es imposible que no llame la atención. La jefatura del estado es desempeñada por el obispo de Urgell, con residencia en la localidad leridana de La Seu d´Urgell, y el presidente de la República francesa. Hasta hace pocos años disfrutaron de poderes casi absolutos legislativos, ejecutivos y judiciales, pero la nueva Constitución de 1993 les asigna en la actualidad un papel similar al de los monarcas occidentales que reinan pero no gobiernan. Ambos copríncipes sancionan las leyes que promulga el Consell General, es decir lo que viene a ser el Parlamento. Estos además tienen dos representantes en territorio andorrano, los veguers, y también dos delegados permanentes, uno con sede en el palacio episcopal de la Seu d´Urgell y el otro en la prefectura de Perpignan.

A grandes rasgos esos son los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de viajar a Andorra, por lo que es el momento de meternos en faena y desgranar con detalle este viaje casi improvisado y que nunca hubiéramos pensado realizar tan a corto plazo.

Ruta Lagos de Tristaina

Como ya he mencionado de pasada, dada la situación existente, queríamos huir a toda costa de tener que utilizar el avión como medio de transporte para evitar nuevas sorpresas, además hay que tener en cuenta que aun utilizando este medio los aeropuertos más cercanos son el del Prat de Barcelona, el de Blagnac en Toulouse y el de Gerona, por lo que mínimo has de conducir entre dos y tres horas hasta llegar al país, así que no tendríamos duda en coger el coche aunque supusiera un trayecto tan largo desde Madrid.

Es por ello que el viernes nada más salir de trabajar nos pondríamos en marcha hacia Andorra. Teníamos por delante la nada despreciable cifra de 624 kilómetros hasta llegar a la localidad de El Tarter, donde habíamos reservado la casa rural que nos acogería durante toda la semana y sería nuestro punto de operaciones para recorrer El Principado.

El Tarter

Lo mejor es que la mayoría del trayecto se realiza por autovía y la parte final es una carretera nacional que no tiene excesivas curvas hasta llegar a Andorra.

Entre las diferentes paradas y el propio trayecto en sí, no llegaríamos a nuestro destino hasta las 23:00 encontrándonos con una preciosa casa de montaña de varias plantas. El nombre con el que su dueño la da a conocer en Airbnb es el de Eagletreehouse Grandvalira chalet townhouse. Las fotos hacen justicia a lo que uno se encuentra: una vivienda amplísima con espectaculares vistas casi desde cualquier habitación de la casa; habitaciones, baños y cocina completamente equipados con todo tipo de detalles, utensilios y electrodomésticos, limpieza absoluta y una disposición completa de sus dueños para ayudarte en todo lo que necesites. No se podía pedir más.

Nuestra Casa de El Tarter

Nuestra Casa de El Tarter

Nuestra Casa de El Tarter

Hay que decir que nuestra llegada a Andorra había sido por separado, por un lado habíamos llegado Raúl, Belén y yo, desde Madrid, como ya he comentado tan sólo unos párrafos atrás, y, por otro, Sergio, Cristina y los niños que se desplazaban desde Jaca y suponía bastante menos paliza. Tras el reencuentro y cenar algo de fiambre, sólo quedaba organizar un poco el equipaje, asignar las habitaciones e irnos a dormir, que mañana ya empezábamos a realizar los primeros planes en el pequeño país de los Pirineos.


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