Como comentaba al final del capítulo de ayer, la tónica iba
a ser madrugar a lo largo de la semana que íbamos a pasar por las BVI, pero
esta vez, aunque pueda parecer lo contrario, no iba a ser costoso el
despertarse a ciertas horas que en otras circunstancias y otros lugares podría
suponer un calvario.
El hecho de acostarse temprano y descansar las horas
suficientes, que los rayos de sol se vayan colando por los recovecos del camarote,
el encendido del motor o el ajetreo que ocasionaba la preparación de los
desayunos, haría que sin necesidad de reloj, uno se desperezase sin esfuerzo
alguno entre las seis y las siete de la mañana.
Nuestro día a día comenzaría con la preparación del desayuno
en la pequeña cocina del catamarán. Este consistiría principalmente en bagels a
la plancha con algo de fiambre, galletas y leche o café.
Tras coger fuerzas no dudaríamos en sofocar el calor que
empezaba a hacer con el primer chapuzón del día en las aguas caribeñas, ideal
para refrescarnos antes de abandonar Norman Island y poner rumbo a nuestro
siguiente destino: Peter Island,
situada a cinco millas náuticas y cuyo trayecto tardaríamos en realizar como
una hora aproximadamente.
Navegando hacia Peter Island |
Dejando Norman Island camino hacia Peter Island |
Esta es la isla privada más grande del archipiélago,
encontrándose en Sprats Bay, una de
sus dos bahías, uno de los resorts de lujo más importantes del Caribe. Ni
siquiera llegaríamos hasta esta zona,
pues nuestro interés por esta isla estaba motivado justo por la otra bahía
donde se encuentra la playa Deadman´s
Beach, una de las playas caribeñas por excelencia con un arco de arena
blanca y multitud de palmeras.
Peter Island |
Cuenta la leyenda que sería muy cerca de aquí donde el
famoso pirata Barbanegra abandonaría a quince de sus hombres, exactamente en un
pequeño cayo de matorral, sin agua fresca
y sin grandes árboles para dar sombra, conocido como Dead Chest Cay, dejándoles únicamente
un machete y una botella de ron, pereciendo todos aquellos que para escapar intentaron,
sin saber, llegar a nado a la cercana Peter Island, siendo arrastrados a la
mencionada playa, conociéndola desde entonces por ese nombre.
Por Peter Island también pasarían Cristóbal Colón y Sir
Francis Drake, además de otros corsarios holandeses, alemanes y españoles. Pero
no sería hasta finales de la década de 1960, cuando el noruego Torolf Smedvig
se enamoró de la isla y empezó a pensar en crear un complejo turístico de alta
calidad con la ayuda de su esposa y un equipo de trabajadores.
Como decía nosotros nos decantamos por Deadman´s Beach, cuyo
acceso sólo es posible en barco y donde sólo se puede permanecer en la misma
playa, ya que más allá de esta, donde comienza la vegetación, unos carteles
indican que no se traspase esa línea al ser zona privada.
Peter Island |
Tampoco teníamos mucho interés en desobedecer pues con una
playa como en la que estábamos, para nosotros solos, poca curiosidad te suscita
lo que haya más allá.
Para llegar hasta la playa lo haríamos, una parte nadando, y
los niños más pequeños acompañados de dos adultos, en kayak, el cual habíamos
alquilado para este tipo de desplazamientos cortos. Lo haríamos en la web www.laststopsports.com, costándonos
una semana 110 dólares. También alquilaríamos una tabla de paddle surf que nos
saldría 125 dólares el mismo tiempo. El servicio incluye que te las llevan
hasta el barco en Tórtola y las cargan y colocan en el mismo.
Pasaríamos el resto de la mañana disfrutando de la idílica y
paradisiaca playa, bordeada de palmeras que miran hacia el mar Caribe,
regresando al barco para comer pasta y ensalada. No obstante, en uno de los
extremos hay un pequeño bar, donde aparte de bebida sirven algunos platos
sencillos.
Snorkel en Peter Island |
Snorkel en Peter Island |
Aunque antes de comer habíamos intentado avistar tortugas
marinas, pues nos habían comentado que este era un buen lugar para ello, no
tendríamos suerte, al igual que después de terminado el almuerzo, por lo que
nos dimos por vencidos y pusimos rumbo a Cooper
Island, nuestro siguiente destino localizado a unas 3,5 millas náuticas que
tardaríamos en recorrer unos cuarenta minutos.
Cooper Island |
Llegaríamos a Manchioneel
Bay, conocida así por el árbol con pequeñas y venenosas manzanas verdes con
ese nombre. Es un popular destino para pasar la noche, algo a lo que no dimos
importancia y nos hizo incurrir en nuestro primer error del viaje, pues dimos
por hecho que conseguiríamos una boya al llegar, pero la suerte no estaría de
nuestro lado, pues la última boya que no era de pago y estaba libre, nos sería
arrebata por otra embarcación que llegó antes que nosotros por escasos minutos,
frustrando así nuestros planes de pasar allí la noche. Había otras boyas pero
eran de pago y ya estaban todas ocupadas ya que se pueden reservar desde las
siete de la mañana en la web: www.boatyball.com,
así que conviene no dormirse y hacerlo cuanto antes en los lugares más famosos
o no llegar más tarde de la hora de comer si se quiere coger alguna de las que
son libres. La otra opción que valoramos fue fondear con el ancla, pero el
hecho de que los fondos estén formados por parches de algas marinas que pueden
impedir una retención firme de la embarcación, nos haría desistir.
Cooper Island |
Sería una pena porque nos quedaríamos con muchas ganas de
disfrutar de su hermosa playa de arena y de poder pasear por el pequeño
puertecillo que se veía desde el barco e incluso de tomar algo en el famoso Cooper Island Beach Club, un local
popular que ofrece unas vistas maravillosas y algunas especialidades como
buñuelos de caracola o pasta penne en salsa carbonara, pero el caso es que nos
quedamos con las ganas.
Cooper Island |
Cooper Island |
Teníamos que decidir dónde ir a pasar la noche y nuestro
capitán optó por lo más sencillo y cercano, que no era otra cosa que volver a Deadman´s Beach en Peter Island y
fondear allí, que era seguro y nos permitía estar en completa soledad.
Cuando llegamos todavía quedaba una hora de luz, por lo que
Guille, Raúl y yo optamos por coger el kayak y remar hasta la playa, para
disfrutar de la misma hasta que se hizo casi por completo la oscuridad.
Aconsejo llevar siempre un frontal ya que es muy útil para realizar pequeños
trayectos nocturnos entre la playa y el barco.
Juego de Mesa abordo del Catamarán |
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