SUECIA - DIA 01. Llegada a Estocolmo y datos prácticos

23 de Agosto de 2019.

Hace año y medio ya de mi viaje al sur de la Patagonia argentina y chilena con el que conseguía cumplir el mayor de mis sueños, conociendo lugares tan increíbles como el macizo del Fitz Roy, el glaciar Perito Moreno o el Parque Nacional Torres del Paine, entre otros muchos lugares. Fue un viaje único y especial que desbordó mis expectativas y que veo complicado poder superar. Volvía de aquella zona del mundo en paz porque por fin había logrado lo que llevaba persiguiendo desde joven y que parecía imposible poder alcanzar, consiguiéndolo contra todo pronóstico. Pero ello también conllevó, por otro lado, que a la vuelta, de repente, me quedase con una sensación extraña, con un sentimiento diferente en cuanto al deseo que siempre había tenido por conocer culturas, países, ciudades y paisajes de forma constante.

Reconozco que me costaría admitir que había perdido algo de motivación por viajar, pero aún así y a pesar de no estar del todo ilusionado, opté por marcharme una semana en el mes de septiembre de 2018 a recorrer Luxemburgo en solitario y con un coche de alquiler. Y sí, disfruté, me gustaron sus castillos, sus paisajes, sus ciudades, pero en varios momentos no sentí la misma pasión por viajar que siempre antes había tenido y a la vuelta a Madrid decidí parar el tiempo necesario hasta que recuperase la motivación necesaria para ello, dedicándome a otros menesteres durante todo este tiempo.

Y a eso me he dedicado, a estar todo este año sin apenas salir de la Capital, salvo alguna pequeña escapada cerca de casa, que me ha servido para volver a ilusionarme y coger con ganas este nuevo viaje que ahora relato y que me llevaría a Suecia, el precioso país escandinavo.

Banderas Suecas en Estocolmo

Tenía por delante 17 días para disfrutar del aire fresco y limpio del país, de su naturaleza desbordante y sin contaminación, de sus costas arenosas y rocosas, de lagos de todos los tamaños, de infinitos bosques y de hermosas ciudades donde ninguna es estrictamente urbana, pues en muchas como en Estocolmo o Gotemburgo, todo gira alrededor de los canales. Y a todo ello había que sumarle que no es un país excesivamente turístico, salvo la capital, por lo que la tranquilidad estaba asegurada en la mayoría de lugares, evitando masificaciones y agobios.

Archipiélago de Estocolmo

Canal Göta. Söderköping

Aunque la primera imagen que se puede tener de Suecia es de un país caro, en los últimos años se han desarrollado, especialmente en verano, una gran cantidad de ofertas en hoteles, restaurantes y transportes que lo convierten en algo más asequible, además de optar por albergues, comida rápida y otras opciones, como iba a ser mi caso, que permite abaratar costes considerablemente.

El territorio de Suecia se estira 1500 kilómetros desde más allá del círculo polar ártico, por el norte, hasta la zona templada que baña el mar Báltico por el sur, por lo que era evidente que había que elegir una zona concreta, optando por planificar una ruta que no me hiciera hacer demasiados kilómetros cada día, pudiendo así no pasar demasiado tiempo en el coche y sí en pueblos y lugares característicos por su belleza. Decidiría por tanto pasar los cinco primeros días en Estocolmo para conocer los principales lugares de la capital y sus alrededores, dedicaría dos a atravesar el país de este a oeste con algunas paradas en las ciudades y lagos que, para mi gusto, más podían aportarme como es el caso de Vadstena, Gränna o el lago Vättern , otros dos días para la original Gotemburgo, llena de fuerza y carácter, seis para conocer la que dicen es la zona más bonita del país: su costa oeste denominada Bohuslän, donde se pueden encontrar pueblos de ensueño situados sobre paisajes sacados de otro mundo, y las dos últimas jornadas decidiría dedicarlas para regresar a la capital pero parando en ciudades tan importantes como Örebro, Västeras o Uppsala. Un plan ambicioso pero también más relajado de lo que en principio puede parecer, con tiempo suficiente para saborearlo todo sin prisas ni agobios.

Gamla Linköping

Smögen

Castillo de Vadstena

Paso a continuación, como ya es tradición en este tipo de viajes largos, a poner algunos datos prácticos sobre las principales cuestiones del país.

DATOS PRÁCTICOS:

REQUISITOS DE ENTRADA: Los ciudadanos españoles sólo necesitan el DNI en vigor o el pasaporte para entrar en Suecia y pueden permanecer hasta tres meses en el país.

CUANDO IR/QUÉ LLEVAR: La mejor época para viajar a Suecia va desde mediados de mayo hasta finales de septiembre, cuando las temperaturas suelen ser agradables y los días, especialmente junio y julio, muy largos. No hay que olvidarse, sin embargo, de llevar ropa de abrigo e impermeable, por si acaso,  y además hay que tener en cuenta que en los meses de verano aparecen los mosquitos en todo el país, sobre todo en el norte.

MONEDA: La moneda del país es la corona sueca, en sueco Krona. Se puede cambiar moneda en bancos, en oficinas de cambio de los aeropuertos y terminales de trenes, autobuses y barcos, así como en las oficinas de correos. Pero en general las que ofrecen un mejor tipo de cambio son las llamadas Forex, las cuales están repartidas por todo el país y cobran una comisión mínima. Respecto a las tarjetas de crédito se aceptan las principales como Visa, MasterCard y American Express. No obstante y dada mi experiencia os recomiendo no llevar dinero en metálico y pagarlo todo con tarjeta, hasta una botella de agua, pues incluso hay sitios donde no te admiten dinero en efectivo, sí, verlo para creerlo.

ASISTENCIA SANITARIA: Existe un acuerdo por el cual los turistas españoles pueden beneficiarse de las prestaciones necesarias, en las mismas condiciones y con las mismas tarifas que los ciudadanos suecos si disponen de la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE). El coste de una visita médica en un centro hospitalario es de unos 260 SEK, en cambio en una consulta médica es de 140 SEK, pero en las visitas de urgencia es de 290 SEK.

ELECTRICIDAD: Funciona como en España, a 220 voltios. Los enchufes son también iguales.

CONDUCCIÓN: Conducir en Suecia apenas presenta problemas, ya que las carreteras son buenas, poco frecuentadas y los conductores muy prudentes. Bastará poseer el carnet de conducir español, no siendo necesario presentar el Internacional. Las velocidades máximas en autopista oscilan entre los 110 km/h y los 70 km/h. En las zonas urbanas y otras carreteras regionales, la velocidad máxima permitida es de 50 km/h. Es obligatorio llevar las luces de cruce las 24 horas. Las tasas de alcoholemia permitida en Suecia son bastante bajas (0,2%) y los controles son bastante frecuentes. La gasolina es muy cara, siendo la mayoría de gasolineras de autoservicio, contando con surtidores automáticos que funcionan con tarjeta. Cuidado, especialmente en el norte, con los renos y alces, que atraviesan las carreteras de improviso. En caso de accidente se puede llamar al 112.

TRANSPORTES: El transporte público sueco es uno de los más eficientes de Europa, funcionando casi siempre correctamente ya nieve o diluvie. En las grandes ciudades existen abonos turísticos que permiten un número ilimitado de viajes en cualquier medio público de transportes y permiten ahorrar bastante dinero. Otra cuestión aparte son los horarios de los autobuses interurbanos que conectan destinos más lejanos, pues aquí uno deberá informarse adecuadamente de cuáles son los horarios establecidos, pues si no se corre el riesgo de morir petrificado en la parada oportuna.

ALOJAMIENTOS: En un país tan caro como Suecia es posible encontrar algunos sitios baratos para dormir, pero conviene planificarlo con bastante antelación para no quedarse sin ellos. Existe una gran red de albergues y hostales que permiten abaratar mucho los costes, sobre todo en ciudades importantes como Estocolmo y Gotemburgo. En el resto de zonas del país se pueden encontrar precios razonables si, repito, se hace la búsqueda con tiempo.

RESTAURANTES/BEBIDAS: Hay algunos que tienen menú del día, entre las 11:00 y las 14:00, que incluye bebida y que puede rondar los 10 euros con el servicio incluido. Si se come o cena a la carta los precios rondan los 25 o 30 euros el plato. El alcohol por su parte está bastante restringido en Suecia y es muy caro.

Como ya es habitual mi viaje comenzaría en el aeropuerto de Madrid – Barajas, eligiendo en esta ocasión los servicios de la compañía aérea Norwegian con la que iba a volar por primera vez, debido a su inigualable oferta en el momento de comprar el vuelo. Ida y vuelta con una maleta facturada de 20 kg me saldría por 155 euros.

El check – in sólo se puede realizar 24 horas antes de la salida del vuelo, así que no te puedes anticipar como en otras compañías. En el aeropuerto hay máquinas para poder realizarlo, así que no tienes que preocuparte si por cualquier imprevisto no lo has podido hacer anteriormente. Las pegatinas del equipaje también puedes optar por gestionarlas tú y así ahorrarte la fila de los mostradores.

El vuelo saldría a la hora prevista, las 14:45, y la verdad que no puedo quejarme de nada. Había leído algunas críticas de Norwegian, pero muchas más alabanzas y me quedo con las segundas, pues todo fue perfecto. Incluso el equipaje que facturaba que excedía en medio kilo de los veinte permitidos, no supuso ningún problema y la chica que me atendió hizo la vista gorda. En la puerta de embarque tampoco comprobaron pesos de maletas, ni dimensiones y no bajaron ningún equipaje a bodega, por lo que todas las referencias que había al respecto no se cumplirían. El espacio entre asientos, por su parte, es algo mayor que en otras compañías de bajo coste por lo que se va cómodo si no eres excesivamente alto.

Suecia desde el avión

Suecia desde el avión

A las 18:30 aterrizábamos en el aeropuerto de Arlanda, situado a unos cuarenta kilómetros de la capital sueca. Tras recoger el equipaje, saldría a la zona común del aeropuerto y me dirigí al Arlanda Visitors Center, donde quería hacer varias gestiones antes de tomar los transportes necesarios para llegar hasta Estocolmo.

Mi primera intención sería obtener el Stockholm Pass, del que hablaré en el siguiente capítulo, un pase que te permite entrar a buena parte de museos y lugares de interés de Estocolmo bastante más barato que si los visitas de manera individual, pero mi gozo en un pozo porque ya no es punto de canje, así que tendría que esperar a mañana para ello.

Lo segundo que haría sería comprar una tarjeta llamada SL – Acess que permite poder acceder a todos los transportes públicos de la ciudad y alrededores (tren de cercanías, metro, autobús, barco y tranvía) a un precio bastante asequible. Están las opciones de uno, tres y siete días a un precio de 13, 25 y 33 euros respectivamente. Yo compraría la de siete días que me venía perfecta, pues con ella me aseguraba la ida y vuelta del aeropuerto con lo que todo parecía indicar que la iba a amortizar sin problemas. Hay que tener en cuenta que sólo los billetes de los famosos autobuses de la compañía Flygbussarna cuestan 11,50 euros por trayecto.

Esta opción me saldría mucho más económica que incluir el transporte en la Stockholm Pass dado que esta última tiene un máximo de cinco días para poder utilizarse, mientras que yo con la llegada y la ida al aeropuerto iba a estar siete días en total. Por eso es importante valorar todas las opciones que uno tiene con el transporte, teniendo en cuenta tanto la ida y venida desde y al aeropuerto, pues te puedes ahorrar unos cuantos euros dependiendo de la opción elegida.

 Existen otras muchas formas de ir hasta el centro de Estocolmo como por ejemplo el tren Arlanda Express que cuesta 30 euros por trayecto y tarda 20 minutos o en taxi que cuesta unos 50 euros, pero como se ve son opciones mucho más caras.

Sólo me quedaba ya dirigirme al centro de la capital sueca en transporte público con mi recién comprada tarjeta SL - Access, por lo que salí al exterior de la terminal cinco y miré en un panel desde que parada salía el autobús 583. Era la número 6, con la suerte que llegaba en ese momento, por lo que no me tocaría esperar nada. En unos veinte minutos te traslada hasta la estación Märsta Station, donde hay que bajarse y tomar el tren de cercanías que te lleva hasta Stockholm City, que es el nombre que tiene la parada en cercanías pero que se corresponde con la de T - Centralen en metro. Aquí me tocaría esperar unos diez minutos, pero se puede demorar más. Por último y una vez en la estación central, sólo tendría que coger la línea verde o roja de metro y bajarme una parada después en la estación de nombre Gamla Stan.

Desde esta me desplazaría caminando hasta el que iba a ser mi alojamiento, llamado Castanea Old Town. Sólo tendría que salir por la salida de Gamla Stan, girar a la derecha, caminar una manzana y girar a la izquierda en la calle Tyska Brinken que luego se convierte en Kindstugatan, pero que es la misma. Y en el número uno de esta última estaba el Hostel.

Este se encuentra en pleno centro histórico de Estocolmo, a sólo unos pasos de la famosa plaza Stortorget, su centro neurálgico. El Hostel está ubicado en una planta de un edificio. Mi habitación era de cuatro personas y estaba limpia, pero muy estrecha, no pudiendo casi moverse dos personas al mismo tiempo en la habitación. Las taquillas no son excesivamente amplias por lo que sólo son actas para mochilas y bolsas normales. Si hay que destacar que cada cama posee su propia lámpara y un par de enchufes individuales. Los baños se encuentran en el exterior y siempre estuvieron limpios y en buen estado. Las zonas comunes como el salón y la cocina eran amplias y agradables.

Sí hay que hacer una mención aparte al sistema de entrada, pues el acceso se realiza con claves fuera del horario limitado de recepción. Este método está muy implantado en muchos alojamientos suecos por lo que es siempre importante tener en cuenta la hora de tu llegada y avisar unos días antes de la misma al alojamiento respectivo, para que te puedan proporcionar las claves de entrada vía móvil o correo electrónico, pues sino corres el riesgo de verte durmiendo en la calle o de buscar otro alojamiento con el incremento de coste en tu estancia.

Otra cosa importante a tener en cuenta es que te cobran por las sábanas y las toallas, por lo que yo optaría por llevar las mías propias y quitarme ese gasto. Conviene también no olvidar un candado para la taquilla para así estar tranquilo con los objetos de valor.

El precio por cada noche del fin de semana sería de 40 euros y de 36 euros por cada una del resto de días.

Sobre las 20:30 entraba por la puerta de mi habitación, tardando como se puede comprobar unas dos horas desde que aterricé hasta este momento, mientras que de otras maneras puedes reducir el tiempo a la mitad, por lo que ya depende de los presupuestos, comodidades y ubicación del alojamiento de cada uno el elegir una forma u otra de llegar hasta él.

Lo que restaba para terminar el día lo aprovecharía para organizar el equipaje y planificar la manera de afrontar las jornadas sucesivas, pues iban a ser seis noches las que pasaría en este lugar.

Para cenar optaría por unos cereales con leche, mientras entablaba mi primera conversación con un finlandés que había venido a un festival de música durante unos días, por lo que me estuvo contando varias cosas interesantes del evento. Sería de agradecer estos primeros momentos de charla nada más llegar.

Poco más quedaba ya por hacer, acostarme para mañana empezar a conocer una de las ciudades más bellas del norte de Europa.

No hay comentarios :

Publicar un comentario