DIA 01. FLORIDA. ¡Nos vamos a Florida! Introducción y llegada a Miami

26 de Agosto de 2017.

Cuando hablamos de “Road trip” nos referimos a aquel viaje en coche por parte del territorio de un país que te permite disfrutar, en completa libertad, de sus paisajes escénicos, de sus monumentos culturales, de sus históricas ciudades, de sus gentes, y todo ello a tú propio ritmo, con absoluta flexibilidad y sin tener que depender de medios de transporte, agencias u otros factores externos.

No hay duda que la comodidad que te brinda disponer de tú propio vehículo es un elemento decisivo para hacer cuantas paradas te apetezcan, permanecer en ese lugar idílico todo el tiempo del mundo o desviarte por caminos escondidos en los que no sabes que puedes encontrar. Claras ventajas que no permiten otro tipo viajes, gozando así de una autonomía e independencia que te permiten disfrutar de un recorrido mucho más ambicioso que en otras circunstancias, pudiendo llegar a ese mirador que poca gente ha escuchado, ese pueblo al que no llega el transporte público o esa playa idílica que te ha recomendado un paisano y que sólo él conoce.

Si existe un país que se ofrece especialmente a este tipo de viajes, ese es Estados Unidos, donde sus inmensas rectas, en perfecto estado, y su variedad de paisajes a lo largo de todo su territorio, permiten hacer un número ilimitado de ellos.

Carretera de Los Cayos desde Puerto Robbie´s. Islamorada

En mi caso ya había tenido la oportunidad de realizar de esta manera varias rutas, una de ellas por el oeste americano, conociendo algunos de sus parques nacionales más famosos y ciudades como Las Vegas y San Francisco y de los viajes que he realizado por USA creo que ha sido el que más me ha gustado por esa sensación de libertad que ya he comentado antes.

Este año se me presentaba, de nuevo, la oportunidad de volver a coger un coche y recorrer otra pequeña parte del país americano, concretamente una parte del estado de Florida. Y no, no se me ocurriría a mí esta opción. Serían mis amigos, Sergio y Cristina, los instigadores de esta idea.

Hacía ya siete años del viaje que realizamos juntos por parte del oeste americano, donde se unirían a Raúl y a mí, en la mitad del viaje, llegando los cuatro, desde ese momento, en un negro y flamante Ford Mustang, a lugares tan míticos como el valle de la Muerte o Yosemite.

Todos guardábamos un gran recuerdo de aquel y siempre nos quedamos con las ganas de volver a repetir algo semejante, pero las diferentes circunstancias personales y los diversos planes de cada uno cada año siempre hacían complicado poder coincidir de nuevo y preparar un viajes de tales características.

Pero esta vez sí que conseguiríamos ponernos de acuerdo, pues con casi nueve meses de antelación estos amigos nos lanzaban este órdago. -¿Que os parecería un viaje a nuestro aire por la emblemática Florida conociendo lugares como Miami, los Everglades, Los Cayos o los Parques temáticos de Orlando?

Con tantísimo tiempo ninguno teníamos todavía nada planificado, por lo que la idea empezó a hacerse fuerte y en pocas semanas ya habíamos dicho que sí Raúl, Belén y yo, lo que hacía que la propuesta inicial empezara a consolidarse y a tomar forma.

Quedaba muchísimo por hacer, pero salvo que una causa de fuerza mayor lo impidiese  todo parecía indicar que nosotros cinco junto a Javi y Guille, los dos hijos de Sergio y Cristina, íbamos a terminar a finales de agosto por el sureste de los Estados Unidos.

¿Y porqué Florida? Por muchísimos motivos, pero el principal de todos ellos sería el de conocer el mundo mágico de Disney, una referencia en cuanto a parques temáticos se refiere para todo el planeta. Aunque pudiera pensarse que el principal motivo de llegar hasta allí pudieran ser los dos pequeños de siete y diez años que venían con nosotros, no vamos a engañar a nadie, la verdad que todos nos moríamos de ganas por descubrir la fuente inagotable de sorpresas y entretenimiento que suponen estos parques.

Castillo de la Cenicienta. Magic Kingdom. Disney World

En mi caso, especialmente, pues de siempre he sido un auténtico fan de los clásicos y personajes Disney y cuando pisé por primera vez en 1992 Eurodisney en París, siempre quise dar un paso más y conocer a su hermano mayor, origen de tanta magia y fantasía.

Si a ello le sumamos un destino donde casi la mayor parte del año los cielos están despejados, con abundantes playas de arena fina y aguas cristalinas, las imágenes de famosas películas y series como Corrupción en Miami, fauna y flora salvaje en su máximo esplendor, hacen de Florida uno de los estados más atractivos de Estados Unidos y que mejor representa el ideal de la vida americana.

Dicho lo cual, pasemos ahora a los preparativos del viaje:
  • VUELO: Ya es sabido que la compañía Iberia abre, en determinados momentos del año, ventanas donde ofertan vuelos a precios más que razonables. Uno de esos periodos es enero, por lo que casi a diario estuve pendiente de si había algún chollo interesante con el que poder abaratar costes y, efectivamente, así sería. De un día para otro me encontraría con que el vuelo de Madrid a Miami, ida y vuelta, estaba a 486 euros. Es de imaginar que daría la voz de alerta en cuanto lo vi y pocos minutos después ya teníamos comprados los billetes a este precio que parecía de broma.
  • ALQUILER DE COCHE: Para nuestro Road trip, necesitábamos un buen coche, que fuera amplio y confortable, además de seguro, donde pudiéramos ir cinco adultos y dos niños cómodamente y sin pasar penurias, por eso tras mirar en muchas compañías y barajar muchas opciones, al final nos decidiríamos por contratar en Europcar un Dodge Caravan de cinco puertas con un amplio maletero y cambio automático. El precio sería de 846 USD para quince días y en el mismo estaría incluido un seguro personal de accidentes, kilometraje ilimitado e impuestos.
  • ALOJAMIENTOS: Dos serían las páginas elegidas para hacer nuestras reservas. Como no podía ser de otra manera en primer lugar estaría www.booking.com y después www.airbnb.es, donde podríamos seleccionar los hoteles y apartamentos que más se adaptaban a nuestras necesidades  y economía. Además para nosotros son las más cómodas y fiables para realizar las mismas. Respecto a los lugares por los que optamos los iré poniendo en el capítulo correspondiente y según se vaya desarrollando el viaje, para no alargarme demasiado aquí.
  • ENTRADAS: No dudaríamos en sacarlas a través de las páginas oficiales de cada lugar que íbamos a visitar. En todas ellas se explican las mil posibilidades que existen especificando claramente cuáles son las opciones, precios y condiciones. Pero no vamos a engañar a nadie, son tantas las combinaciones y posibilidades que ofrecen que necesitamos de bastante tiempo para tomar una decisión. A este respecto me extenderé algo más en los capítulos correspondientes a los parques temáticos. Las páginas web donde las compramos serían:
                      - Disney: www.disneyworld.disney.go.com/es-us/tickets/
                      - Universal Studios: www.universalorlando.com/web/es/us/index.html
                      - Kennedy Space Center: www.kennedyspacecenter.com/

Respecto a que ver en los Cayos y en los Everglades decidiríamos tomar las decisiones una vez en Florida, ya que no suponen tanta planificación como los anteriores, aunque siempre es útil llevar una idea de todo lo que se puede realizar en la zona, como así haríamos.

MÁS DATOS PRÁCTICOS:
  • DOCUMENTACIÓN: Para viajar a Estados Unidos se necesita tener el pasaporte en regla y rellenar la solicitud conocida como ESTA que se solicita a todos los pasajeros que están exentos de visado y desean visitar el país por negocios o placer por un periodo no superior a noventa días. La misma se obtiene en la página: https://esta.cbp.dhs.gov/esta/
  • SEGURO DE VIAJE: Dado que en EEUU no hay Seguridad Social como en Europa, los particulares han de encargarse de sus gastos médicos y de hospitalización. Las tarifas por estos son muy altas por lo que es más que aconsejable llevar un seguro de viaje con una buena cobertura. Como todos los años lo contrataría con MAPFRE con un límite de asistencia médica de hasta 50.000 euros, además de otros muchos servicios, por 65 euros.
  • ELECTRICIDAD: En Estados unidos el voltaje es de 125, y no 220 como en España, y las clavijas de los enchufes son planas, por lo que conviene no olvidar llevar un adaptador.
  • CLIMA: A Florida se la conoce como el estado del sol aunque en esta época del año, de Junio a Septiembre, es más que probable que se den tormentas pero que no suelen durar demasiado, permitiéndote llevar a cabo los planes previstos. También es cierto que es la época de los temidos huracanes que conllevan vientos fuertes y lluvias torrenciales.  Otra característica es la humedad que en este periodo roza el 100%, lo que supone tener sudada la camiseta todo el día. Por tanto está claro que lo mejor es ir con ropa cómoda y fresca, aunque no está de más llevar una sudadera o chaqueta, ya que en muchos lugares cerrados el aire acondicionado está al máximo y puedes llegar a quedarte helado.
  • COMPRAS: Por lo general, los precios resultan razonables y prácticamente todo (comida, gasolina, cámaras, ropa, etc.) sale más económico que en Europa. Por economía en el cambio es aconsejable llevar dólares desde España. En nuestro caso y como ya es habitual nos los cambiaría nuestro amigo Nacho que trabaja en banca y siempre consigue un cambio más favorable que el oficial.
  • CARNET DE CONDUCIR: En el caso de España es suficiente con llevar el permiso de conducir de nuestro país, no siendo necesario el carnet internacional.
  • PROPINAS: Las ganancias de camareros y taxistas están basadas sobre todo en la propina del cliente, prácticamente obligatoria salvo en el caso de que se haya servido pesimamente. Así en un restaurante o una cafetería hay que dejar, siempre que no sea un autoservicio, un 15% de propina calculado sobre el total antes de las tasas, que suele definirse como subtotal. Si se ha atendido especialmente bien y la comida ha estado muy buena se suele dejar hasta un 20%. Si el servicio ha dejado un poco que desear y han sido bordes se deja sólo un 10% o nada. A los taxistas se les suele dar un 10% de propia o u dólar si dicho porcentaje es menos.
  • SEGURIDAD: Casi en la totalidad de las zonas turísticas no suele haber ningún problema para pasear y moverse con libertad y seguridad. Es conveniente preguntar o informarse cuáles son los barrios a los que no se debe ir bajo ningún concepto.

Tras todas estas precisiones acerca de USA, nuestro viaje comenzaba en esta ocasión un sábado, pues los vuelos que había el viernes no nos permitían adaptarlos al horario laboral, así que aunque nos hubiera gustado tomar uno de aquellos, no nos quedó más remedio que salir este día.

Aunque la salida del vuelo estaba prevista para las 11:50, la normativa de controles y seguridad para volar a los Estados Unidos te obliga a estar tres horas antes en el aeropuerto si no quieres llevarte una desagradable sorpresa y perder el avión. Además por si no fueran pocas las medidas, a partir de este año se han establecido nuevos controles que se pueden incluso llegar a realizar en la misma puerta del avión, por lo que para ir sin agobios decidiríamos llegar a Barajas a las 08:45. Y hay que decir que haríamos bien, pues entre unas cosas y otras, incluido desayuno, llegaríamos a la puerta de embarque en el momento justo de iniciarse el embarque.

En los últimos tiempos parece que la compañía Iberia se ha puesto las pilas y despegaríamos a la hora prevista. Esta vez el avión no iba al máximo de su capacidad por lo que tendría la suerte de no tener a nadie a mi lado e ir la mar de cómodo durante todo el trayecto. Si a ello le sumas que también han renovado su flota y ya todos los aviones llevan incorporados en cada asiento las pantallas táctiles en las que poder ver películas, escuchar música o entretenerte con multitud de juegos, pues no se podía pedir más. Esta vez las películas elegidas serían “Déjame salir”, “Contratiempo” y “Logan”, bastante recientes en comparación con otras ocasiones.

Trayecto de Madrid a Miami en Pantalla del Avión

Quedaba poco ya para llegar, cuando cierto alboroto por parte de algunas de las personas situadas en ventanilla, me hicieron acudir a donde estaba sentado Raúl, encontrándome unas espectaculares vistas de algunas de las islas que conforman el archipiélago de las Bahamas, al cual espero poder ir algún día para disfrutar de unas vacaciones algo diferentes y es que según vas cumpliendo años, te empiezan a apetecer cosas que antes no las quería ver ni en pintura. Abajo se podían apreciar el agua cristalina que las bordeaba, así como la arena blanca y fina de algunas de sus playas.

Bahamas desde el Avión

A las tres en punto tomábamos tierra en el aeropuerto Internacional de Miami, tras nueve horas de vuelo.

A bordo del avión, me había fijado que ya no repartían las papeletas que en los diferentes viajes anteriores había que rellenar para luego presentar en inmigración, donde te preguntaban los datos y ciertas cuestiones cuya respuesta era más que evidente. El motivo no era otro que dicho trámite ahora se realiza por medio de unas máquinas situadas antes de los puestos de inmigración, donde cada uno escanea su propio pasaporte y sigue las instrucciones necesarias para que estas te tomen la huella dactilar y la retina de los ojos. Acto seguida se imprime un recibo con tu cara impresa con el que ya acudes a donde están los agentes los cuales se encargan de corroborar que todo lo hecho anteriormente es o no cierto, repitiendo el mismo procedimiento y haciéndote varias preguntas.

Esta era mi quinta estancia en los Estados Unidos y siempre había pasado dichos controles sin ningún problema, pero esta vez no sería así. Para todo tiene que haber una primera ocasión y tendría la mala suerte de que no caería en gracia al agente que me tocó, probablemente por decirle que me hablara mejor en castellano, ya que mi nivel de inglés no es bueno y no me apetecía mucho calentarme la cabeza. Desde ese momento me daría cuenta que su actitud conmigo sería chulesca y algo agresiva y que su intención no era otra que cumplir el trámite básico pero no sellarme el pasaporte de entrada. Eso sería lo que haría, pidiéndome que esperara  a un lado mientras seguía atendiendo.

A los pocos minutos, aparecería otro guardia que junto con varios extranjeros más de otros puestos, nos llevaría a todos hasta una sala de espera donde nos pediría que esperáramos a ser llamados. Aquí me encontraría también con mi amiga Cristina, a la cual también le había tocado la china. Ella tendría suerte y sólo tendría que esperar media hora a que pronunciaran su nombre para entregarle el pasaporte sellado y poder salir. Yo no tendría tanta y pasaría una hora y media hasta que me llamaron a uno de los nuevos puestos. El agente, directamente en castellano, me daría un folio y me pediría que escribiese en mi idioma el lugar de nacimiento, el nombre de mis padres, mi número de teléfono, mi código postal y otros muchos datos. Además me preguntaría muchas otras cuestiones sobre mi estancia. Al final del todo me diría que el motivo de todo ello es que mi nombre era muy común al de muchos latinos y había que hacer comprobaciones rigurosas.

Así que tras dos horas conseguía salir por fin al área de recogida de equipajes, donde me esperaban resignados mis amigos.

Era el momento de dirigirnos a recoger el coche de alquiler que teníamos reservado, desde hacía varios meses antes por internet. Para ello sólo tuvimos que seguir las indicaciones que estaban por todas partes y tomar el tren que nos llevaría hasta el centro de alquiler de vehículos, un hall enorme donde están todas las compañías de renting. Aunque en principio se nos había asignado un Kia Sedona, nos acabarían dando un Dodge Caravan granate, así que lo mismo nos daba uno que otro con tal de que cumpliera su función.

Centro de Alquiler de Coches de Miami

Nuestro Dodge Grand Caravan

Eran casi las 19:00 cuando salíamos del aeropuerto, dirigiéndonos hacia la casa de unos amigos de Belén y Raúl, que residían en Miami desde hacía ya unos años y donde se iban a quedar ellos durante su estancia en esta ciudad. Tardaríamos unos cuarenta minutos en llegar hasta el área de Sunny Isles Beach, donde tenían ubicado su apartamento y donde podríamos conocer a Ernesto y Sonia y a sus dos hijos, Silvia y Raúl, con los que pasaríamos los primeros días en Miami y algunos más en nuestra estancia en los parques de Orlando. La conexión sería muy buena desde el primer momento, empezando por enseñarnos las increíbles vistas que se podían ver desde la terraza de su casa de los rascacielos situados en esta zona, incluido el edificio conocido como Porsche en el que se comenta que por la compra de uno de los apartamentos te regalan un modelo de la lujosa marca. Así que a saber lo que pueden llegar  a costar. Pero más allá del lujo y las altas torres si por algo se caracteriza también esta zona es por sus kilómetros de playas de arena blanca que son mucho más tranquilas que las más conocidas del centro de Miami, aunque en esta primera estancia en la ciudad optaríamos por probar estas últimas, como ya se verá, dejando las de Sunny Isles para mejor ocasión.

Rascacielos de Sunny Isles Beach

Rascacielos de Sunny Isles Beach

Tras asentarse una parte del grupo y conocer a nuestros nuevos amigos, sólo quedaba que nos asentáramos el resto, por lo que nos dirigimos hacia Miami Beach, el lugar más conocido de la ciudad y donde nos habíamos dado el capricho de seleccionar el apartamento en el que nos íbamos a alojar durante las tres próximas noches.

Este le reservamos por  Airbnb con el nombre Modern South Beach Home y estaba situado casi en la esquina de Washington Avenue con la calle trece, en pleno centro de todo el meollo. Estaba situado en el interior de un gran jardín al que daban otras viviendas similares. El piso de abajo era espacioso y amplio, con un salón confortable y una gran cocina con todo lo necesario para cubrir todas las necesidades, mientras que en el de arriba teníamos dos habitaciones grandes con buenos armarios donde poder ubicar toda la ropa. Además contaba con un pequeño aseo en la primera planta y el baño principal en la segunda, igualmente en muy buen estado.

Aunque estábamos muy cansados, ante la propuesta de Ernesto y Sonia de salir a cenar, no podríamos negarnos, pues nos apetecía tener también un primer contacto con la zona, especialmente con dos de las calles más importantes y con más marcha de Miami Beach como Española Way y Lincoln Road Mall, repletas de restaurantes y locales de moda. Acabaríamos eligiendo en la segunda de ellas un italiano llamado Rosinella donde probamos las pizzas y algo de pasta, siendo todo de una excelente calidad. La atención también fue muy buena. El precio sería de unos 24 dólares por personas con la propina incluida y es que hay que recordar que esta es casi obligatoria salvo que la atención sea pésima, estando entre el 15 y el 20% dependiendo de lo satisfecho que hayas quedado con el servicio.

Coche de Policía en Española Way

Eran las 00:00 cuando caía rendido en mi cama tras casi 24 horas sin parar desde que salimos de Madrid, por lo que no tardaría ni un segundo en quedarme dormido.

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