Cuando hablamos de “Road trip” nos referimos a aquel viaje en
coche por parte del territorio de un país que te permite disfrutar, en completa
libertad, de sus paisajes escénicos, de sus monumentos culturales, de sus
históricas ciudades, de sus gentes, y todo ello a tú propio ritmo, con absoluta
flexibilidad y sin tener que depender de medios de transporte, agencias u otros
factores externos.
No hay duda que la comodidad que te brinda disponer de tú
propio vehículo es un elemento decisivo para hacer cuantas paradas te apetezcan,
permanecer en ese lugar idílico todo el tiempo del mundo o desviarte por
caminos escondidos en los que no sabes que puedes encontrar. Claras ventajas
que no permiten otro tipo viajes, gozando así de una autonomía e independencia
que te permiten disfrutar de un recorrido mucho más ambicioso que en otras
circunstancias, pudiendo llegar a ese mirador que poca gente ha escuchado, ese
pueblo al que no llega el transporte público o esa playa idílica que te ha
recomendado un paisano y que sólo él conoce.
Si existe un país que se ofrece especialmente a este tipo de
viajes, ese es Estados Unidos, donde sus inmensas rectas, en perfecto estado, y
su variedad de paisajes a lo largo de todo su territorio, permiten hacer un
número ilimitado de ellos.
Carretera de Los Cayos desde Puerto Robbie´s. Islamorada |
En mi caso ya había tenido la oportunidad de realizar de
esta manera varias rutas, una de ellas por el oeste americano, conociendo algunos
de sus parques nacionales más famosos y ciudades como Las Vegas y San Francisco
y de los viajes que he realizado por USA creo que ha sido el que más me ha
gustado por esa sensación de libertad que ya he comentado antes.
Este año se me presentaba, de nuevo, la oportunidad de
volver a coger un coche y recorrer otra pequeña parte del país americano,
concretamente una parte del estado de Florida. Y no, no se me ocurriría a mí
esta opción. Serían mis amigos, Sergio y Cristina, los instigadores de esta
idea.
Hacía ya siete años del viaje que realizamos juntos por
parte del oeste americano, donde se unirían a Raúl y a mí, en la mitad del
viaje, llegando los cuatro, desde ese momento, en un negro y flamante Ford
Mustang, a lugares tan míticos como el valle de la Muerte o Yosemite.
Todos guardábamos un gran recuerdo de aquel y siempre nos
quedamos con las ganas de volver a repetir algo semejante, pero las diferentes
circunstancias personales y los diversos planes de cada uno cada año siempre
hacían complicado poder coincidir de nuevo y preparar un viajes de tales
características.
Pero esta vez sí que conseguiríamos ponernos de acuerdo,
pues con casi nueve meses de antelación estos amigos nos lanzaban este órdago.
-¿Que os parecería un viaje a nuestro aire por la emblemática Florida
conociendo lugares como Miami, los Everglades, Los Cayos o los Parques
temáticos de Orlando?
Con tantísimo tiempo ninguno teníamos todavía nada
planificado, por lo que la idea empezó a hacerse fuerte y en pocas semanas ya
habíamos dicho que sí Raúl, Belén y yo, lo que hacía que la propuesta inicial
empezara a consolidarse y a tomar forma.
Quedaba muchísimo por hacer, pero salvo que una causa de
fuerza mayor lo impidiese todo parecía
indicar que nosotros cinco junto a Javi y Guille, los dos hijos de Sergio y
Cristina, íbamos a terminar a finales de agosto por el sureste de los Estados
Unidos.
¿Y porqué Florida? Por muchísimos motivos, pero el principal
de todos ellos sería el de conocer el mundo mágico de Disney, una referencia en
cuanto a parques temáticos se refiere para todo el planeta. Aunque pudiera
pensarse que el principal motivo de llegar hasta allí pudieran ser los dos
pequeños de siete y diez años que venían con nosotros, no vamos a engañar a
nadie, la verdad que todos nos moríamos de ganas por descubrir la fuente
inagotable de sorpresas y entretenimiento que suponen estos parques.
Castillo de la Cenicienta. Magic Kingdom. Disney World |
En mi caso, especialmente, pues de siempre he sido un
auténtico fan de los clásicos y personajes Disney y cuando pisé por primera vez
en 1992 Eurodisney en París, siempre quise dar un paso más y conocer a su
hermano mayor, origen de tanta magia y fantasía.
Si a ello le sumamos un destino donde casi la mayor parte
del año los cielos están despejados, con abundantes playas de arena fina y aguas
cristalinas, las imágenes de famosas películas y series como Corrupción en
Miami, fauna y flora salvaje en su máximo esplendor, hacen de Florida uno de
los estados más atractivos de Estados Unidos y que mejor representa el ideal de
la vida americana.
Dicho lo cual, pasemos ahora a los preparativos del viaje:
- VUELO: Ya es sabido que la compañía Iberia abre, en determinados momentos del año, ventanas donde ofertan vuelos a precios más que razonables. Uno de esos periodos es enero, por lo que casi a diario estuve pendiente de si había algún chollo interesante con el que poder abaratar costes y, efectivamente, así sería. De un día para otro me encontraría con que el vuelo de Madrid a Miami, ida y vuelta, estaba a 486 euros. Es de imaginar que daría la voz de alerta en cuanto lo vi y pocos minutos después ya teníamos comprados los billetes a este precio que parecía de broma.
- ALQUILER DE COCHE: Para nuestro Road trip, necesitábamos un buen coche, que fuera amplio y confortable, además de seguro, donde pudiéramos ir cinco adultos y dos niños cómodamente y sin pasar penurias, por eso tras mirar en muchas compañías y barajar muchas opciones, al final nos decidiríamos por contratar en Europcar un Dodge Caravan de cinco puertas con un amplio maletero y cambio automático. El precio sería de 846 USD para quince días y en el mismo estaría incluido un seguro personal de accidentes, kilometraje ilimitado e impuestos.
- ALOJAMIENTOS: Dos serían las páginas elegidas para hacer nuestras reservas. Como no podía ser de otra manera en primer lugar estaría www.booking.com y después www.airbnb.es, donde podríamos seleccionar los hoteles y apartamentos que más se adaptaban a nuestras necesidades y economía. Además para nosotros son las más cómodas y fiables para realizar las mismas. Respecto a los lugares por los que optamos los iré poniendo en el capítulo correspondiente y según se vaya desarrollando el viaje, para no alargarme demasiado aquí.
- ENTRADAS: No dudaríamos en sacarlas a través de las páginas oficiales de cada lugar que íbamos a visitar. En todas ellas se explican las mil posibilidades que existen especificando claramente cuáles son las opciones, precios y condiciones. Pero no vamos a engañar a nadie, son tantas las combinaciones y posibilidades que ofrecen que necesitamos de bastante tiempo para tomar una decisión. A este respecto me extenderé algo más en los capítulos correspondientes a los parques temáticos. Las páginas web donde las compramos serían:
- Universal Studios: www.universalorlando.com/web/es/us/index.html
- Kennedy Space Center: www.kennedyspacecenter.com/
Respecto a que ver en los Cayos y en los Everglades
decidiríamos tomar las decisiones una vez en Florida, ya que no suponen tanta
planificación como los anteriores, aunque siempre es útil llevar una idea de
todo lo que se puede realizar en la zona, como así haríamos.
MÁS DATOS
PRÁCTICOS:
- DOCUMENTACIÓN: Para viajar a Estados Unidos se necesita tener el pasaporte en regla y rellenar la solicitud conocida como ESTA que se solicita a todos los pasajeros que están exentos de visado y desean visitar el país por negocios o placer por un periodo no superior a noventa días. La misma se obtiene en la página: https://esta.cbp.dhs.gov/esta/
- SEGURO DE VIAJE: Dado que en EEUU no hay Seguridad Social como en Europa, los particulares han de encargarse de sus gastos médicos y de hospitalización. Las tarifas por estos son muy altas por lo que es más que aconsejable llevar un seguro de viaje con una buena cobertura. Como todos los años lo contrataría con MAPFRE con un límite de asistencia médica de hasta 50.000 euros, además de otros muchos servicios, por 65 euros.
- ELECTRICIDAD: En Estados unidos el voltaje es de 125, y no 220 como en España, y las clavijas de los enchufes son planas, por lo que conviene no olvidar llevar un adaptador.
- CLIMA: A Florida se la conoce como el estado del sol aunque en esta época del año, de Junio a Septiembre, es más que probable que se den tormentas pero que no suelen durar demasiado, permitiéndote llevar a cabo los planes previstos. También es cierto que es la época de los temidos huracanes que conllevan vientos fuertes y lluvias torrenciales. Otra característica es la humedad que en este periodo roza el 100%, lo que supone tener sudada la camiseta todo el día. Por tanto está claro que lo mejor es ir con ropa cómoda y fresca, aunque no está de más llevar una sudadera o chaqueta, ya que en muchos lugares cerrados el aire acondicionado está al máximo y puedes llegar a quedarte helado.
- COMPRAS: Por lo general, los precios resultan razonables y prácticamente todo (comida, gasolina, cámaras, ropa, etc.) sale más económico que en Europa. Por economía en el cambio es aconsejable llevar dólares desde España. En nuestro caso y como ya es habitual nos los cambiaría nuestro amigo Nacho que trabaja en banca y siempre consigue un cambio más favorable que el oficial.
- CARNET DE CONDUCIR: En el caso de España es suficiente con llevar el permiso de conducir de nuestro país, no siendo necesario el carnet internacional.
- PROPINAS: Las ganancias de camareros y taxistas están basadas sobre todo en la propina del cliente, prácticamente obligatoria salvo en el caso de que se haya servido pesimamente. Así en un restaurante o una cafetería hay que dejar, siempre que no sea un autoservicio, un 15% de propina calculado sobre el total antes de las tasas, que suele definirse como subtotal. Si se ha atendido especialmente bien y la comida ha estado muy buena se suele dejar hasta un 20%. Si el servicio ha dejado un poco que desear y han sido bordes se deja sólo un 10% o nada. A los taxistas se les suele dar un 10% de propia o u dólar si dicho porcentaje es menos.
- SEGURIDAD: Casi en la totalidad de las zonas turísticas no suele haber ningún problema para pasear y moverse con libertad y seguridad. Es conveniente preguntar o informarse cuáles son los barrios a los que no se debe ir bajo ningún concepto.
Tras todas estas precisiones acerca de USA, nuestro viaje
comenzaba en esta ocasión un sábado, pues los vuelos que había el viernes no
nos permitían adaptarlos al horario laboral, así que aunque nos hubiera gustado
tomar uno de aquellos, no nos quedó más remedio que salir este día.
Aunque la salida del vuelo estaba prevista para las 11:50,
la normativa de controles y seguridad para volar a los Estados Unidos te obliga
a estar tres horas antes en el aeropuerto si no quieres llevarte una
desagradable sorpresa y perder el avión. Además por si no fueran pocas las
medidas, a partir de este año se han establecido nuevos controles que se pueden
incluso llegar a realizar en la misma puerta del avión, por lo que para ir sin
agobios decidiríamos llegar a Barajas a las 08:45. Y hay que decir que haríamos
bien, pues entre unas cosas y otras, incluido desayuno, llegaríamos a la puerta
de embarque en el momento justo de iniciarse el embarque.
En los últimos tiempos parece que la compañía Iberia se ha
puesto las pilas y despegaríamos a la hora prevista. Esta vez el avión no iba
al máximo de su capacidad por lo que tendría la suerte de no tener a nadie a mi
lado e ir la mar de cómodo durante todo el trayecto. Si a ello le sumas que
también han renovado su flota y ya todos los aviones llevan incorporados en
cada asiento las pantallas táctiles en las que poder ver películas, escuchar
música o entretenerte con multitud de juegos, pues no se podía pedir más. Esta
vez las películas elegidas serían “Déjame salir”, “Contratiempo” y “Logan”,
bastante recientes en comparación con otras ocasiones.
Trayecto de Madrid a Miami en Pantalla del Avión |
Quedaba poco ya para llegar, cuando cierto alboroto por
parte de algunas de las personas situadas en ventanilla, me hicieron acudir a
donde estaba sentado Raúl, encontrándome unas espectaculares vistas de algunas
de las islas que conforman el archipiélago de las Bahamas, al cual espero poder
ir algún día para disfrutar de unas vacaciones algo diferentes y es que según
vas cumpliendo años, te empiezan a apetecer cosas que antes no las quería ver
ni en pintura. Abajo se podían apreciar el agua cristalina que las bordeaba,
así como la arena blanca y fina de algunas de sus playas.
Bahamas desde el Avión |
A las tres en punto tomábamos tierra en el aeropuerto Internacional
de Miami, tras nueve horas de vuelo.
A bordo del avión, me había fijado que ya no repartían las
papeletas que en los diferentes viajes anteriores había que rellenar para luego
presentar en inmigración, donde te preguntaban los datos y ciertas cuestiones
cuya respuesta era más que evidente. El motivo no era otro que dicho trámite
ahora se realiza por medio de unas máquinas situadas antes de los puestos de
inmigración, donde cada uno escanea su propio pasaporte y sigue las
instrucciones necesarias para que estas te tomen la huella dactilar y la retina
de los ojos. Acto seguida se imprime un recibo con tu cara impresa con el que
ya acudes a donde están los agentes los cuales se encargan de corroborar que
todo lo hecho anteriormente es o no cierto, repitiendo el mismo procedimiento y
haciéndote varias preguntas.
Esta era mi quinta estancia en los Estados Unidos y siempre
había pasado dichos controles sin ningún problema, pero esta vez no sería así.
Para todo tiene que haber una primera ocasión y tendría la mala suerte de que
no caería en gracia al agente que me tocó, probablemente por decirle que me
hablara mejor en castellano, ya que mi nivel de inglés no es bueno y no me
apetecía mucho calentarme la cabeza. Desde ese momento me daría cuenta que su actitud
conmigo sería chulesca y algo agresiva y que su intención no era otra que
cumplir el trámite básico pero no sellarme el pasaporte de entrada. Eso sería
lo que haría, pidiéndome que esperara a
un lado mientras seguía atendiendo.
A los pocos minutos, aparecería otro guardia que junto con varios
extranjeros más de otros puestos, nos llevaría a todos hasta una sala de espera
donde nos pediría que esperáramos a ser llamados. Aquí me encontraría también
con mi amiga Cristina, a la cual también le había tocado la china. Ella tendría
suerte y sólo tendría que esperar media hora a que pronunciaran su nombre para
entregarle el pasaporte sellado y poder salir. Yo no tendría tanta y pasaría
una hora y media hasta que me llamaron a uno de los nuevos puestos. El agente,
directamente en castellano, me daría un folio y me pediría que escribiese en mi
idioma el lugar de nacimiento, el nombre de mis padres, mi número de teléfono,
mi código postal y otros muchos datos. Además me preguntaría muchas otras
cuestiones sobre mi estancia. Al final del todo me diría que el motivo de todo
ello es que mi nombre era muy común al de muchos latinos y había que hacer
comprobaciones rigurosas.
Así que tras dos horas conseguía salir por fin al área de
recogida de equipajes, donde me esperaban resignados mis amigos.
Era el momento de dirigirnos a recoger el coche de alquiler
que teníamos reservado, desde hacía varios meses antes por internet. Para ello
sólo tuvimos que seguir las indicaciones que estaban por todas partes y tomar
el tren que nos llevaría hasta el centro de alquiler de vehículos, un hall
enorme donde están todas las compañías de renting. Aunque en principio se nos
había asignado un Kia Sedona, nos acabarían dando un Dodge Caravan granate, así
que lo mismo nos daba uno que otro con tal de que cumpliera su función.
Centro de Alquiler de Coches de Miami |
Nuestro Dodge Grand Caravan |
Eran casi las 19:00 cuando salíamos del aeropuerto,
dirigiéndonos hacia la casa de unos amigos de Belén y Raúl, que residían en
Miami desde hacía ya unos años y donde se iban a quedar ellos durante su
estancia en esta ciudad. Tardaríamos unos cuarenta minutos en llegar hasta el
área de Sunny Isles Beach, donde tenían ubicado su apartamento y donde
podríamos conocer a Ernesto y Sonia y a sus dos hijos, Silvia y Raúl, con los
que pasaríamos los primeros días en Miami y algunos más en nuestra estancia en
los parques de Orlando. La conexión sería muy buena desde el primer momento,
empezando por enseñarnos las increíbles vistas que se podían ver desde la
terraza de su casa de los rascacielos situados en esta zona, incluido el
edificio conocido como Porsche en el que se comenta que por la compra de uno de
los apartamentos te regalan un modelo de la lujosa marca. Así que a saber lo
que pueden llegar a costar. Pero más
allá del lujo y las altas torres si por algo se caracteriza también esta zona
es por sus kilómetros de playas de arena blanca que son mucho más tranquilas
que las más conocidas del centro de Miami, aunque en esta primera estancia en
la ciudad optaríamos por probar estas últimas, como ya se verá, dejando las de
Sunny Isles para mejor ocasión.
Rascacielos de Sunny Isles Beach |
Rascacielos de Sunny Isles Beach |
Tras asentarse una parte del grupo y conocer a nuestros
nuevos amigos, sólo quedaba que nos asentáramos el resto, por lo que nos
dirigimos hacia Miami Beach, el lugar más conocido de la ciudad y donde nos
habíamos dado el capricho de seleccionar el apartamento en el que nos íbamos a
alojar durante las tres próximas noches.
Este le reservamos por
Airbnb con el nombre Modern South Beach Home y estaba situado casi en la
esquina de Washington Avenue con la calle trece, en pleno centro de todo el
meollo. Estaba situado en el interior de un gran jardín al que daban otras
viviendas similares. El piso de abajo era espacioso y amplio, con un salón
confortable y una gran cocina con todo lo necesario para cubrir todas las
necesidades, mientras que en el de arriba teníamos dos habitaciones grandes con
buenos armarios donde poder ubicar toda la ropa. Además contaba con un pequeño
aseo en la primera planta y el baño principal en la segunda, igualmente en muy
buen estado.
Aunque estábamos muy cansados, ante la propuesta de Ernesto
y Sonia de salir a cenar, no podríamos negarnos, pues nos apetecía tener
también un primer contacto con la zona, especialmente con dos de las calles más
importantes y con más marcha de Miami Beach como Española Way y Lincoln Road
Mall, repletas de restaurantes y locales de moda. Acabaríamos eligiendo en la
segunda de ellas un italiano llamado Rosinella donde probamos las pizzas y algo
de pasta, siendo todo de una excelente calidad. La atención también fue muy
buena. El precio sería de unos 24 dólares por personas con la propina incluida
y es que hay que recordar que esta es casi obligatoria salvo que la atención
sea pésima, estando entre el 15 y el 20% dependiendo de lo satisfecho que hayas
quedado con el servicio.
Coche de Policía en Española Way |
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