FLANDES ORIENTAL Y VALONIA - DIA 4. La docta Lovaina

12 de Octubre de 2015.


Si hay algo por lo que destaca Lovaina es, sin duda, por su ambiente universitario, con sus miles de jóvenes yendo y viniendo, apresurados, con sus bicicletas; sus residencias y plazas atiborradas de estudiantes, entusiastas, que no paran de conversar sobre cualquier tema y, en definitiva, el barullo propio que caracteriza a las ciudades estudiantiles.

Su universidad es la más antigua y grande del país, además de estar considerada como la universidad católica más antigua que existe en el mundo y de los centros docentes de más prestigio en Europa, de hecho aquí se formarían  eminencias como Erasmo de Rotterdam. Treinta mil estudiantes cursan aquí sus estudios, siendo cuatro mil de ellos extranjeros lo que permite observar como toda la ciudad gira en torno a su Universidad.

Es por ello que tras tomar el desayuno, que se encontraba incluido, en el Hostal consistente en tostadas y cereales, empezaría visitando el edificio renacentista de la monumental biblioteca de la Universidad, que además como ya contaba en el capítulo anterior, lo tenía a cinco minutos escasos de mi alojamiento. En este se puede acceder tanto a la sala de estudio como a lo más alto de su torre. La entrada sin combinarlo con otras visitas cuesta siete euros.

Biblioteca de la Universidad

Subiría por las amplias escaleras hasta el primer piso y allí me encontraría la inmensa y silenciosa sala de lectura donde algunos pocos estudiantes estaban preparando sus exámenes futuros. El ambiente de concentración era total y me trajo buenos recuerdos de mis años de facultad.

Biblioteca de la Universidad

Después afrontaría el esfuerzo de subir a la torre, el cual merecería la pena, gracias a las fabulosas vistas de la ciudad por sus cuatro costados acompañadas por un cielo azul que invitaba a quedarse aquí durante un buen rato, como así haría.

Lovaina desde Torre de la Biblioteca de la Universidad

Es una pena saber que una universidad con tantos años de prestigio, al final se ha visto afectada por la escisión  como consecuencia de los enfrentamientos  lingüísticos entre valones y flamencos, creándose dos emplazamientos diferentes para unos y otros e incluso separando los volúmenes que ocupaban las baldas de tan prestigiosa institución. Una lástima.

A la salida me fijaría en una escultura que no había apreciado con anterioridad, se trataba de un globo aerostático con tres hombres y un perro listos para despegar.

Escultura al lado de la Biblioteca de la Universidad

Desde aquí atravesaría la gran explanada que se encuentra delante de la fachada principal de la Biblioteca y tras perderme un rato por las agradables callejuelas que componen los alrededores, llegaría hasta la increíble Grote Markt , la plaza más importante de Lovaina compuesta por el Ayuntamiento, la iglesia de San Pedro y el Tafeirond o Mesa Redonda.

Sin duda es la Casa Consistorial la que más impacto te produce, pues es una auténtica joya. Sería construida en el siglo XV como demostración de la riqueza de los comerciantes de la ciudad y su fachada está labrada por 236 nichos que, a raíz de una sugerencia del escritor Víctor Hugo, serían adornados por figuras representativas de la ciudad tales como los condes de Lovaina, Napoleón, el rey Leopoldo II, etc.

Stadhuis o Ayuntamiento.Grote Markt

Stadhuis o Ayuntamiento.Grote Markt

Su interior se puede visitar únicamente de forma guiada, pero como en este edificio también se celebran bodas y estaban con los preparativos de una de ellas, estaba abierta la puerta principal y pude pasar a ver la planta baja, no más, pero algo es algo. Muy normal y nada que ver con su exterior. Si quería continuar con la visita ya tenía que ser a las 15.00 y encima en francés por lo que prescindí de la misma, como es evidente.

Stadhuis o Ayuntamiento.Grote Markt

En frente del original edificio, podría entrar a la iglesia de San Pedro (3 euros), el cual no me diría absolutamente nada, después de los templos que llevaba ya vistos en estos tres días, por lo que se puede prescindir de esta visita. El edificio gótico merece algo más la pena observándolo desde el exterior y más si te alejas un poco de él y lo miras desde la contigua plaza Fochplein, un espacio triangular donde se encuentra la famosa fuente Font Sapienza, que representa a un estudiante echando agua a su cabeza hueca, expresiva representación de la población estudiantil.

Sint Pieterskerk o Iglesia de San Pedro

Font Sapienza y St.Pieterskerk.Fochplein

El último edificio en la plaza es el Tafelrond pero se encontraban restaurándolo y lo tenían cubierto con andamios y lonas, por lo que no se podía hacer gran cosa para admirarlo, por lo que tras dar unas vueltas más por la plaza, plasmándola en fotografías, andaría sólo unos metros para llegar a otra famosísima cuadrícula llamada, oficialmente, Oude Markt o Plaza del mercado antiguo y más conocida, de forma distendida, como “ la barra más larga del mundo” ya que se enlazan hasta treinta terrazas de diferentes bares.

Oude Markt

Todavía era pronto y no había mucho ambiente, pero tenía la esperanza que, con el día tan bueno que hacía, según fuera avanzando la jornada, la cosa se animara algo más. Luego lo veríamos.

Mientras tanto, continuaría con mi paseo matinal en dirección hacia la iglesia de Santiago o Sint Jacobskerk, un templo que es un conjunto de todos los estilos que se han ido dando en Lovaina.

Sint Jacobskerk o Iglesia de Santiago

La capilla de San Antonio me la encontraría por pura casualidad mientras me dejaba llevar por las diferentes callejuelas en dirección a otra de las visitas obligadas: el Groot Begijnhof o Beaterio Grande. Antes de llegar a él, también podría ver algún pequeño canal que adorna de forma agradable algún que otro rincón de la ciudad.

Canal

Antoniuskapel o Capilla de San Antonio

Si el Beaterio de Amberes era bonito, este era todavía más espectacular, nada más y nada menos que seis hectáreas con una iglesia monumental, canales, zonas verdes, puentes y encantadores edificios de ladrillo rojo. Hoy ha dejado de cumplir su función proteccionista de mujeres desvalidas para pasar a convertirse en residencia de estudiantes y profesores.

Groot Begijnhof o Beaterio Grande

Groot Begijnhof o Beaterio Grande

Groot Begijnhof o Beaterio Grande

Este lugar me entusiasmó y tengo que reconocer que fue aquí donde cambiaría sobre la marcha los planes que tenía en mente. Al ir bien de tiempo, tenía pensado acercarme hasta Malinas, a una distancia más que factible para poder llegar con tranquilidad y terminar en ella mi estancia en Bélgica, pero me gustaría tanto el lugar en el que me encontraba que decidiría dejar Malinas para mi siguiente visita a este magnífico país, pues espero volver, y tomarme con muchísima calma lo que me quedaba de la jornada.

Por lo tanto, con toda la tranquilidad del mundo, me dediqué a pasear por el magnífico Beaterio, declarado Patrimonio de la humanidad desde el año 2000, junto con los otros existentes en el país, me di el gusto de sentarme en un banco a escuchar, tan sólo, el trinar de los pájaros y el transcurrir del agua por los pequeños canales y hasta me pude tumbar en el pequeño prado que existe delante de algunas de las casas, mientras tomaba un rato el sol.

Groot Begijnhof o Beaterio Grande

Groot Begijnhof o Beaterio Grande

Tras estos momentos de paz absoluta, decidí volver a mezclarme con las tropas universitarias que iban y venían por todas partes, pudiendo ver algún que otro patio de los colegios universitarios que existen por toda la ciudad y encontrándome también la iglesia de San Miguel o Sint Michielskerk con una bonita fachada.

Sint-Michielskerk o Iglesia de San Miguel

Colegio Universitario

Eran ya las 14.30 por lo que, qué mejor que buscar un lugar para comer entre los muchos restaurantes de la zona centro. Por cierto que en esta búsqueda me encontraría también con la famosa cervecería Domus que en estos momentos estaba cerrada a cal y canto.

Cervecería Domus

Al final me convencería un sitio llamado Ribs que ofrecía un poco de todo y elegiría una hamburguesa con patatas y una cerveza llamada Tongerlo que estaba bastante buena. (17 euros). Justo en frente de este restaurante existe una pastelería espectacular con infinidad de pequeñas tartas que no pude evitar probar (3,5 euros). Era de frambuesa y me la iría comiendo de camino a la Oude Markt que la tenía muy cerca.

Cerveza Tongerlo en Restaurante Ribs

Sí, efectivamente, lo habéis adivinado, acabaría mi periplo por tierras belgas sentado en una de las terrazas de la famosa plaza, esta vez con algo más de ambiente que el que me encontraba esta mañana, pero tampoco como yo esperaba verla rebosando de estudiantes y es que debe ser que aunque con sol y un cielo totalmente despejado, el fresquito que hacía no  debe aguantarse igual de bien por todo el mundo.

Oude Markt

Tomando Cerveza Tripel Karmeliet en Oude Markt

El caso es que me pediría una Tripel Karmeliet, que no estaba demasiado fuerte y tenía un sabor muy agradable y allí sentado, la mar de a gusto, me entretendría viendo a los estudiantes pasar a pie y en bicicleta, mientras la sombra iba ganando la batalla al sol y las temperaturas cada vez bajaban más, por lo que me pondría de nuevo en marcha, tras más de una hora de relax, para dirigirme hacia la estación, donde tomaría un tren directo al aeropuerto (8,80 euros), donde tan sólo tendría que esperar a que saliera mi vuelo en hora hacia Madrid a las 20.55 y dar así por concluido mi segundo viaje al país belga.

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