18 de Marzo de 2013.
Quería
aprovechar todo lo que pudiera el día de hoy, dado que era mi último día en la
ciudad y a saber cuándo tendría la oportunidad de volver por aquí, por lo que
después de ponerme hasta arriba en el desayuno como los días anteriores, mi
objetivo primordial era entrar a dos de los lugares que sólo tuve oportunidad
de contemplar por fuera cuando vine por primera vez y que para mí eran primordiales
en la capital británica: la Catedral de St. Paul y la Torre de Londres.
Por tanto,
cogería el metro hasta el primero de ellos y a las 08.30 de la mañana ya me
encontraba allí que era la hora a la que habría el colosal templo. Después de
pagar las 15 libras que supone la entrada y recoger la guía multimedia con
auriculares en castellano al que te da derecho el acceso, comencé a escuchar la
historia del monumento y un sinfín de datos, fechas y curiosidades del mismo.
Desde su estilo neoclásico hasta que en la pequeña iglesia anterior, que aquí
se encontraba, era el lugar donde se quemaban vivos a las brujas y a los
herejes que eran condenados.
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Catedral de San Pablo |
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Catedral de San Pablo |
Por cierto
que tampoco te dejan hacer ni una sola foto en todo su interior, por lo que si
te apetece hacer alguna te las tienes que ingeniar de tal manera que no te
pillen.
Al rato de
haberme informado bien sobre tantos y tantos detalles, comenzaría a andar por
la nave central, combinando el paseo con idas y venidas a las capillas
laterales, así como alguna que otra sentada en los bancos para seguir
escuchando información. Como la guía multimedia está estructurada por zonas y
con un mapa, tú vas seleccionando lo que más te interesa escuchar, de esta
manera y aunque había estado siguiendo durante un buen rato el orden, me di
cuenta que si seguía así me iba a tirar allí toda la mañana, por lo que decidí
abreviar y ya centrarme en los elementos más importantes. Seguí documentándome
sobre la increíble cúpula, la segunda más grande el mundo, después de la del
Vaticano con 66,5 metros de diámetro y decorada con frescos que representan
escenas de la vida de San Pablo; el Altar Mayor, hecho de mármol y madera de
roble tallada dorada y el Coro.
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Catedral de San Pablo |
Y sin más
preámbulos comencé la subida de los 257 escalones que me llevaron a la galería
de los susurros de la cúpula, desde la que pude admirar de cerca los frescos y
ver una panorámica espectacular de toda la nave, además de comprobar cómo se
oía y entendía lo que decía la gente desde el lado contrario, hablando muy
bajo, razón por la que se llama como se llama esta galería.
Luego
vendría mi gran decepción del viaje por no haberme informado adecuadamente, por
lo que la culpa es sólo mía y nada más que mía. Lo que pasó es que cuando fui a
pagar la entrada, el señor de las taquillas me informó señalándome en un plano,
porque no le entendía bien, que únicamente estaba abierta al público la galería
en la que ahora me encontraba y cerradas las otras dos. A lo que yo le dije que
vale, que no había ningún problema, pero lo que yo no sabía es que esta galería
era interior y las otras dos eran exteriores, por lo que las vistas de todo
Londres se conseguían justo desde esas mismas: la de piedra y la Dorada, por lo
que me quedé sin ver las panorámicas, por huevón. Parece ser que esas dos las
abren a partir de Abril, por lo que me quedé a 13 días del magnífico espectáculo
que debe suponer observar tales vistas. Además había puesto en este lugar mis
expectativas de ver la siempre vista aérea que me gusta tener de cualquier
ciudad y al no poder salir al exterior me quedaba sin ella, ya que no tenía más
tiempo para subir a otro lugar, por lo que me disgusté un poco.
Pero bueno,
tampoco íbamos a hacer un mundo de esto, por lo que fui bajando de nuevo hacia
la nave y una vez en está, me dirigí hacia las escaleras que descienden hacia la
cripta, la más grande de Europa, donde pronto me volvería a alegrar ya que aquí
pude encontrar otro importante pedacito de la historia inglesa, nada más y nada
menos que las tumbas del Almirante Nelson, héroe de la batalla de Trafalgar, y la
del Duque de Wellington, a su vez héroe de la de Waterloo, donde venció a
Napoleón. Volví a poner la guía multimedia y a escuchar un poco los datos que
esta te daba sobre estos impresionantes sepulcros y cuando terminó y tras darme
otro paseo por los interminables pasillos y corredores del subsuelo, donde pude
ver más tumbas, tesoros y placas conmemorativas y explicativas, puse fin a mi
visita y salí al exterior. Había estado dentro dos horas y cuarto, sin haber
subido a los dos anillos más altos de la cúpula, lo que te permite hacerte una
idea de todo lo ofrece esta obra religiosa. Aunque también es cierto que yo me
recreo demasiado, por lo que lo mismo se puede reducir considerablemente el
tiempo, dependiendo de cada uno.
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Cúpula de la Catedral de San Pablo |
Una vez que
me harté de hacer fotos por el exterior y de acercarme un momento a ver el
puente del milenio, que estaba prácticamente en frente de San Pablo, anduve
unos minutos hasta la estación más próxima de metro y me fui en este, hasta la
que te deja al lado de la Torre de Londres.
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Torre de Londres |
Como siempre
en todo lo que se refiere a organización y orden los ingleses lo bordan, por lo
que nada más salir al exterior y echar un pequeño vistazo a los alrededores
pude ver un enorme cartel que ponía taquillas, además de pequeñas filas en
alguna de las hasta ocho que tienes para sacar tus entradas. Compré la mía por
21,45 libras y me dirigí hacia la entrada, unos metros más abajo. Aquí la audio
guía no está incluida en el precio del monumento, lo cual me parece una
vergüenza con lo caro que es, por lo que si aparte quieres una te cuesta 4
libras y te la dan en su interior. Decidí pasar de ella porque no me daba la
gana pagar más dinero y porque me hubiera eternizado con ella y opté por ir
recorriéndola yo a mi aire con la información que había sacado de internet y el
mapa que te dan en la puerta.
Esta inmensa
fortificación tiene su origen en épocas de Guillermo I, cuando éste se dio
cuenta que tenía que controlar militarmente el próspero puerto de la ciudad,
por lo que mandó construir la torre central en el año 1078. A partir de este
momento el castillo se fue ampliando en varias fases por los diferentes reyes
ingleses y especialmente por Ricardo Corazón de León, Enrique III y Eduardo I
en los siglos XII y XIII. Ha jugado un papel decisivo en la historia de
Inglaterra tanto por sus vestigios y tesoros como por los acontecimientos
trágicos que en ella se dieron. Ha funcionado a lo largo de los siglos como
armería, prisión, zoológico, tesorería, etc. Por lo que podemos decir que es
otro de los monumentos imprescindibles a la hora de visitar Londres.
Atravesé por
tanto las dos puertas que te llevan a su interior, la Middle Tower y la Byward
Tower, y me encontré en el primero de los dos anillos de murallas defensivas
que protegen los edificios interiores. Aquí me daría de bruces con la Bell
Tower donde estuvieron encarcelados Tomás Moro, John Fisher e Isabel II, entre
otras celebridades históricas, y tras unos pasos llegaría hasta el Palacio
Medieval, donde subiendo unas escaleras llegaría a varias salas donde me
encontré con una representación de un acontecimiento importante acaecido en la
Torre, con personajes vestido de época. Lástima que no pude enterarme de lo que
decían, por lo que sólo estuve unos minutos y volví a bajar de nuevo al primer
corredor de murallas, por el que avancé unos metros y tras llegar al arco de la
Wakefield Tower y en frente la puerta de la Traición, torcí a la izquierda y me
introduje en el interior de la segunda muralla defensiva, donde me encontré con
el descomunal patio que alberga los edificios y las torres más importantes,
guardianes de espléndidos tesoros en su interior.
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Middle Tower y Byward Tower.Torre de Londres |
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Torre de Londres |
Destacando
sobre cualquier otra torre y en pleno centro de aquel enorme espacio estaba la
White Tower o Torre Blanca, el monumento más antiguo de Londres, por el que
continuaría mi visita, encontrándome en su interior una asombrosa colección de
armaduras de reyes ingleses, instrumentos de tortura, armas y curiosos objetos
de siglos pasados.
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White Tower.Torre de Londres |
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Armadura.White Tower.Torre de Londres |
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White Tower.Torre de Londres |
Cuando salí
de ver todo lo que ofrecía esta soberbia e imponente construcción, decidí hacer
el paseo que te lleva por encima de las murallas, pasando por un montón de
nuevas torres como la Salt Tower o la Broad Arrow Tower entre otras, acompañado
de algunas vistas de los alrededores y en muchas ocasiones del cercano y famoso
Tower Bridge.
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Martin Tower.Torre de Londres |
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The Shard desde Torre de Londres |
Este paseo
me llevaría hasta la parte contraria del gran patio donde entraría de nuevo a
otra edificación para ver el Royal Fusiliers Museum, el cual alberga una
colección de objetos del Regimiento, como insignias, uniformes, banderas, etc.
Y ahora sí, nada más salir de aquí me encaminé, pues ya no podía esperar más,
hacia la entrada del Waterloo Block o dicho de otra manera el sitio donde están
custodiadas las Joyas de la Corona.
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Waterloo Block.Joyas de la Corona.Torre de Londres |
Ni que decir
tienen que la seguridad es máxima y por supuesto que no se permite realizar ni
una sola fotografía.
Tras atravesar varias salas casi diáfanas donde se
proyectan videos referentes a la historia de la monarquía, por fin se llega al
lugar donde se exponen las preciadas joyas en vitrinas y las cuales tienes que
observar, al menos las de mayor valor, sobre una lenta cinta corredera que no
te permite pararte. Puedes pasar por ella cuantas veces quieras, por un lado y
por otro, pero siempre estarás en movimiento, por lo que la idea de llevarte un
pequeño recuerdo de aquí, es ciertamente complicada. Entre los ostentosos
caprichitos que puedes ver se encuentran cetros de diferentes monarcas, la
corona imperial, la corana de la India con 6000 gemas, la corona de la Reina
Madre de platino con el impresionante diamante, etc.
A la salida,
decidí irme en busca de algún Beefeaters para hacerme una foto con alguno de
ellos. Estos son llamados también Yeomen Warders y son los guardianes
ceremoniales de la Torre. Su misión era vigilar a los prisioneros que eran
encerrados aquí y a su vez velar por la seguridad de las Joyas de la Corona
Británica. Hoy en día su principal cometido es hacer de guías turísticos con
ese llamativo y tradicional traje por el que se caracterizan. Conseguí mi
objetivo con un amable señor y me dirigí después a ver algún que otro lugar
como el Tower Green, lugar donde se ejecutaba a los condenados; la Bloody
Tower, donde fueron encerrados y asesinados, misteriosamente, dos niños por
orden de Ricardo III; los exteriores del Queen´s House, lugar donde reside el
guardián de las llaves u otra pequeña sala de torturas.
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Torre de Londres |
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Tower Green y Queen´s House.Torre de Londres |
A las 14.10
pasadas daba por finalizada mi visita, después de un poco más de tres horas en
su interior, saliendo por la puerta de Enrique III. Había sido otra de las
grandes experiencias en la capital, con la que había disfrutado como un enano,
pero mi tiempo comenzaba a agotarse, por lo que nada más salir me dirigí al
paseo que transcurre a la orilla del Támesis y mientras iba paseando hacia el
cercano Tower Bridge, me fui recreando con este y haciendo un montón de fotos
hasta encontrarme pegado al mismo.
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Tower Bridge |
Subiría
hasta la pasarela peatonal que lo atraviesa, me compré en un puestecillo que
había allí un vaso de cacahuetes cubiertos de caramelo por dos libras, y
comencé a andar hacia el otro lado del río, siendo testigo de las tremendas vistas
que se obtienen desde aquí, pudiendo contemplar la totalidad de la Torre de
Londres por un lado y el moderno Ayuntamiento con el rascacielos más alto de
Europa llamado “The Shard”, por otro.
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Tower Bridge |
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The Shard and City Hall desde Tower Bridge |
Hacia esta
última zona era donde se dirigían mis pasos. Pronto llegaría hasta el epicentro
de este futurista enclave, nada que ver con el Londres tradicional. Eché un
vistazo algo rápido, me detuve, después, a ver por fuera el gran buque de
guerra HMS Belfast y justo en el momento que empezó a descargar el tremendo
aguacero que desde hacía ya un rato venía amenazando, me metí en la estación
London Bridge Station para dirigirme hacia el hotel donde me tomaría un último
café con mi buena amiga Sayu antes de despedirme y de recoger la maleta que
tenía en consigna.
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La City y Torre de Londres |
Con el
tiempo más que justo para volver a deshacer, de la misma manera que lo hice al
venir, el camino al aeropuerto de Gatwick y con la única salvedad de que en
esta ocasión el Easybus tardó la friolera de más de una hora y media en llegar
a mi destino, como consecuencia del terrible tráfico que había en hora punta,
conseguía embarcar en el avión, apenas 10 minutos antes de que se cerraran las
puertas a las 19.10 de la tarde. Algún día me quedaré en tierra por tentar
tanto a la suerte.
Ya en mi asiento y habiendo despegado, mi cara
delataba la gran satisfacción con la que volvía a Madrid, pues había tenido la
oportunidad de disfrutar de grandes momentos, con una buena amiga, por la
capital inglesa, había conocido gran parte de los lugares que no tuve oportunidad
de visitar en mi primera estancia en Londres y me llevaba el, creo que siempre
bueno, sentimiento de querer volver más pronto que tarde, para poder seguir
descubriendo un sinfín de experiencias y nuevos lugares que esta transgresora
ciudad está siempre dispuesta a ofrecerte.
Gracias Dani. Seguiré tus pasos cuando vuelva por Londres. La mejor manera de conocerla.
ResponderEliminarA ti por seguirme. Cualquier cosa que te pueda ayudar me dices y encantado!!
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