23 de Agosto de 2011.
Desgraciadamente
el mal de altura me estuvo jodiendo toda la noche, por lo que casi no dormí
nada. Cuando sonó el despertador a las 06.00, seguía con sensación de angustia
y con un mareo desagradable.
Aún así,
como pude, me vestí y me fui a desayunar. Sólo me comí medio sándwich de jamón
y queso y bastante a la fuerza, pero necesitaba tener algo en el estómago para
proceder a poner en marcha la receta que me resucitaría. Ésta consistiría en
una taza de mate de coca cargado a más no poder, más una biodramina, más una
aspirina Bayer de las de toda la vida. Yo no sé si algún médico me llamaría
gilipollas, pero lo que sí puedo asegurar es que a mí me dio resultado y en
unos cuarenta minutos me encontraba bastante bien.
Así que para
las siete de la mañana, una furgoneta de la empresa Inka tours me estaba
recogiendo en el hostal, para junto con el resto del nuevo grupo, llevarnos al
puerto de Puno, donde comenzaríamos el tour por el lago Titicaca. (El día
entero me saldría por 25 dólares con la comida incluida).
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Saliendo de Puno. Lago Titicaca |
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Navegando por el Lago Titicaca |
Esta enorme
masa de agua está considerada como el lago navegable más grande del mundo,
alrededor del cual viven y mantienen las viejas culturas quechua y aymara las
comunidades indias que todavía lo pueblan. Además la leyenda le atribuye el
origen de la civilización Inca.
Después de
unos cuarenta minutos de navegación llegaríamos a las famosas islas de los
Uros, o para que nos entendamos, las islas flotantes que se crean mediante el
uso de las totoras, unos juncos enormes y muy resistentes al agua y sobre los
cuales construyen las viviendas los lugareños. Además también los utilizan para
hacer las embarcaciones tradicionales y la artesanía para los turistas. Para
evitar que se hundan lo que hacen es ir reponiendo constantemente capas de
totoras desde arriba.
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Islas Flotantes Los Uros.Lago Titicaca |
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Islas Flotantes Los Uros.Lago Titicaca |
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Islas Flotantes Los Uros.Lago Titicaca |
Los
indígenas uro las crearían hace siglos con el fin de no entrar en conflictos
con los incas que vivían en tierra y son sus descendientes los que todavía
viven en sus mullidos suelos.
Después de
ser recibidos por la comunidad de la isla Manco Capac, nos invitaron a
sentarnos en unos troncos hechos, como no, de totora y así empezar a relatarnos
la forma en la que viven y sus costumbres, para después ofrecernos una
degustación de los famosos juncos para comprobar que aunque tienen muchas
propiedades y son comestibles, no saben a nada.
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Comunidad de la Isla Manco Capac.Lago Titicaca |
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Casas tradicionales de la Comunidad de la Isla Manco Capac.Lago Titicaca |
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Comunidad de la Isla Manco Capac.Lago Titicaca |
Tras la
interesante charla, podríamos recrearnos un largo rato con la artesanía
autóctona, donde no pude evitar comprar una barca en miniatura de esta
comunidad, unos colgantes y un tapiz bordado.
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Comunidad de la Isla Manco Capac.Lago Titicaca |
Después de
las compras nos estaría esperando un caballito de totora (embarcación pequeña
tradicional) para llevarnos a la isla central de los Uros, donde nos esperaba
el barco normal con el que continuaríamos el camino. En ese pequeño trayecto
podríamos ver el canal principal por donde navegan todos ellos, ya que nos
subiríamos a la parte alta de la embarcación.
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Islas Flotantes Los Uros.Lago Titicaca |
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Caballito de Tótora navegando por el Lago Titicaca |
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Caballitos de Tótora navegando por el Lago Titicaca |
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Caballito de Tótora navegando por el Lago Titicaca |
La isla de
Taquile sería el siguiente destino, al que tardaríamos en llegar un poco más de
dos horas y media. Desembarcaríamos en ella por la parte trasera, es decir por
donde se ven a lo lejos unas espectaculares vistas de la cordillera Real nevada
de Bolivia.
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Navegando por el Lago Titicaca |
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Isla Taquile en la lejanía.Lago Titicaca |
Un caminito
en continua subida, con una fuerte pendiente, nos llevaría en unos 30 minutos hasta
la plaza central del pueblo, donde haríamos un descanso y los que quisieron
pudieron ver una tienda de tejidos. Dicen que son unos de los de mejor calidad
del mundo, creados por las familias del lugar y están declarados patrimonio de
la humanidad.
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Isla Taquile.Lago Titicaca |
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Isla Taquile.Lago Titicaca |
La altitud a
la que nos encontrábamos era de casi 3900 metros por lo que la caminata pasaría
factura a algunos miembros de la excursión, que tuvieron que estar un buen rato
sentados y tomando caramelos de coca para sobreponerse.
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Isla Taquile.Lago Titicaca |
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Isla Taquile.Lago Titicaca |
Para la hora
de comer nos llevarían a comer a un restaurante llamado Samary, donde
degustamos trucha autóctona con patatas fritas, acompañado antes por una sopa
de quinua y mate de coca.
Nos contaba
el guía que hoy por hoy lo tienen montado de tal forma que a los grupos que van
llegando les van asignando un restaurante de la isla rotativamente, para que así
todas las familias que conforman la comunidad puedan sustentarse.
Desde aquí
emprenderíamos el regreso a la embarcación, pero por la otra cara de la isla,
bajando más de 500 escalones trazados en la roca. Las vistas y la inmensidad
del lago volvían a sorprenderme, al igual que la luminiscencia de la luz y el
juego de colores siempre cambiante de sus aguas. La singular belleza del lago
Titicaca hace complicado dejar a alguien indiferente.
Sobre las
14.30 estábamos ya todos en el barco, por lo que emprendimos el camino de
regreso a Puno.
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Lago Titicaca desde Isla Taquile |
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Lago Titicaca desde Isla Taquile |
Ya desde por
la mañana habíamos comenzado a hacer buenas migas, una pareja de Sitges
(Barcelona), otra de Bilbao y yo, por lo que el camino de vuelta nos lo pasamos
en la parte alta de la embarcación tomando el solecito y contándonos anécdotas
de nuestros respectivos viajes de otros años. Y cuando quedaba como una hora
para llegar, de repente escuchamos: prff, prff, pruumm. Parecía que el motor
había petado y que nos habíamos quedado a la deriva en medio del lago Titicaca.
Más allá de ponernos nerviosos nos empezamos a descojonar con las tonterías
típicas de estas situaciones, mientras el capitán y el guía se pusieron
rápidamente a intentar arreglar el motor, pero nada, que aquello no arrancaba y
empezaba a anochecer.
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Navegando al atardecer por el Lago Titicaca |
Mientras que
el grupo de alemanes de la parte baja tenían cara de circunstancia y no paraban
de quejarse y amenazar con denuncias y demás, nosotros seguíamos pasándonoslo
en grande con nuevas chorradas y propuestas, como la del de Bilbao, de llevarnos
a nado en su espalda a los que cupiésemos. A todo esto una embarcación de la
competencia que pasaron a nuestro lado, más allá de ayudarnos, nos saludaron
con una inmensa sonrisa en el rostro y continuaron su camino, los muy cabrones,
lo que dio pie a que siguiéramos partiéndonos de risa.
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A la deriva, arreglando el motor. Lago Titicaca |
Por fin,
tras casi una hora, conseguirían que el cacharro aquel arrancara y así sobre
las 19.30, llegásemos sanos y salvos a Puno.
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Anocheciendo en el Lago Titticaca |
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Anocheciendo en el Lago Titticaca |
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Anocheciendo en el Lago Titticaca |
Tras un
breve paso por el Hostal para dejar algunas cosas, me dirigiría al centro de la
ciudad en un paseo de diez minutos, donde pude ver el ambiente a rebosar de sus
calles con sus tiendas, mercados y puestos callejeros. Ya en el centro vi el
templo de San Juan y la plaza de Armas con su catedral.
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Plaza de Armas y Catedral.Puno |
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Catedral de Puno |
Y
justo cuando andaba tirando algunas fotos, me encontré por allí con David y
Nuria, la pareja de Sitges. Empezamos a charlar y al final acabamos en una
pizzería del centro cenando juntos (no me acuerdo del nombre, pero era peruana
y hacían unas pizzas al horno que estaban de muerte) por 20 soles por cabeza.
Al final nos darían las 22.00, por lo que tocó retirada.
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