Amsterdam
nació, como Venecia, en un entramado de islas y canales. Estos tienen aquí, sin
embargo, un trazado mucho más ordenado y nada caótico. Más de 400 puentes
salvan esta anomalía urbana, no tardando mucho tiempo en empezar a atravesar
varios de ellos, pudiendo contemplar desde los mismos tres de los canales más
importantes: Prinsengracht o canal del Príncipe, Keizersgracht o canal del
emperador y Herengracht o canal de los caballeros. Su diseño se proyectó
rodeando el centro histórico en forma de media luna y de manera paralela. Así,
el trazado de los canales seguía el curso del sol, de forma que cada casa
recibía luz en algún momento del día. Por cierto que este mismo año serían
declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. También es importante
tener cuidado con la pronunciación, especialmente si te pones a hacer el tonto
mientras estás comiendo algo y tratando de mencionarlos a la vez, pues tienes
muchas posibilidades de atragantarte, como casi me sucedería a mí.
Keizersgracht o Canal del Emperador |
Herengracht o Canal de los Caballeros |
Dejando
bromas aparte, según vas caminando, también llaman mucho la atención el
patrimonio arquitectónico de la zona y es que está plagado de edificios
antiguos y bellas mansiones que serían mandados construir por banqueros,
abogados, médicos o armadores de la época.
De repente,
aparecería ante nosotros la imponente Munttoren o torre de la Moneda, situada
en la plaza Muntplein. Fue parte de la antigua muralla que rodeaba la ciudad,
siendo una de sus entradas y cuando Amsterdam recibió el privilegio de acuñar
moneda se realizó en el interior de esta.
Munttoren o Torre de la Menta |
Pocos minutos
después estaríamos rodeados de lirios, rosas, girasoles dorados y filas
enteras de tulipanes. Nos encontrábamos
en el mercado de las flores o Bloemenmarkt, un espectáculo multicolor, cuyos
puestos aún son flotantes y están permanentemente anclados junto al canal
Singel, por el que continuaríamos nuestro camino. Este curso de agua natural
constituía la defensa occidental de la
ciudad en el siglo XV y sería reacondicionado un siglo después para acoger las
instalaciones del floreciente comercio marítimo: muelles, almacenes. Los
comerciantes ricos construyeron sus casas a lo largo del canal, pudiéndose
comprobar cómo las casas situadas en la orilla exterior del Singel son más
anchas y más modernas que sus compañeras de enfrente. Esto se debe a que el
siglo XIX, los pocos cobertizos que sobrevivieron al declive de la marina
mercante fueron transformados en viviendas. Así pues, ante nosotros estaban
desfilando cuatro siglos de arquitectura, no está mal.
Bloemenmarkt o Mercado de las Flores |
Bloemenmarkt o Mercado de las Flores |
Canal Singel |
Nuestra siguiente
parada sería para conocer el Begijnhof, algo así como un asilo destinado a
mujeres católicas, las cuales se constituían en este tipo de comunidades
independientes, dedicadas a la oración y a la prestación de servicios sociales
mediante los cuales se autogestionaban, como el cuidado de enfermos y personas
desamparadas, la creación de escuelas y hospitales para pobres, etc. No
pertenecían a orden religiosa alguna y podían abandonar en cualquier momento la
comunidad para casarse.
Begijnhof o El Noviciado |
Begijnhof o El Noviciado |
La tranquilidad
que se respira en este recinto vecinal, ajeno al paso del tiempo, es de lo más
destacable y su agradable quietud hace que no te apetezca tener que abandonar
el lugar. Por cierto que es uno de los tres beguinatos que se conservan en los
Países Bajos y uno de los patios interiores más antiguos de la ciudad.
Dada la
cercanía no perderíamos la oportunidad de pasarnos por la plaza Spui, pues en
ella queríamos fotografiarnos con la simpática escultura Het Lieverdje, imagen
del joven inconformista partidario de la
desobediencia social. Popularmente se la conoce como “El pequeño golfillo”.
Debíamos
continuar nuestro camino y lo haríamos recorriendo la llamada Rokin, una de las
principales arterias de la ciudad, llena de oficinas y comercios, por la que
antiguamente se deslizaba el Amstel. En este punto entramos en lo que era la
ciudad vieja, de la que no queda rastro arquitectónico alguno.
Calle Rokin |
Pronto
llegaríamos a la plaza Dam, la principal de Ámsterdam, el centro de este
universo acuático - terrestre y la más conocida de los Países Bajos. Esta
presidida por el Palacio Real y la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva). En el centro de
la explanada se puede observar el National Monument, una blanca y fea columna
fálica, la cual es un homenaje a las víctimas civiles caídas en la II Guerra
Mundial. Con respecto al Palacio Real comentar que fue comprado por el Estado
en 1930, convirtiéndose entonces en residencia real. La reina Beatriz no venía
casi nunca aquí, y su hijo, una vez celebradas las ceremonias de investidura,
no parece que vaya a frecuentarlo tampoco. Respecto a la Iglesia Nueva hacer
referencia a que en ella han sido coronados los reyes del país y que ha perdido
todas sus funciones religiosas.
Plaza Dam |
Plaza Dam |
Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva |
Detrás del
Palacio Real se puede pasear por la Magna Plaza, donde se halla la antigua
oficina central de correos, hoy convertida en un gran centro comercial. Es obra
de un arquitecto católico, quien no pudo evitar diseñar torres y trabajar los
detalles exactamente igual como lo hacía en las iglesias.
Antigua Oficina Central de Correos. Magna Plaza |
No hay que
olvidar que estábamos en Halloween y ello suponía que toda esta céntrica zona
estaba tomada por una pequeña feria llena de puestecillos y atracciones, lo que
impedía ver en su máximo esplendor y con una buena perspectiva el inmenso cuadrilátero.
Es cierto que
estuvimos tentados en pagar las entradas del Palacio Real y de la Iglesia
Nueva, pero por una vez lo pensamos mejor y decidiríamos hacer algo diferente.
Es por ello que a las once de la mañana estaríamos como clavos debajo del
obelisco blanco, esperando para comenzar una visita guiada por la ciudad de lo
más original. Y es que un amigo, que había estado hace poco por aquí, me había
comentado que era de lo más entretenida y didáctica, así que decidiríamos
hacerle caso. Pronto llegarían unos chicos que nos distribuirían en diferentes
grupos según el idioma que hablaras: inglés o español, para acto seguido
explicarnos que durante tres horas nos iban a acompañar recorriendo los puntos
más interesantes de Ámsterdam con interesantes explicaciones y un montón de
anécdotas. Todo ello es gratuito, aunque, evidentemente, al final de la
visita se espera que le des la voluntad,
que por lo general suele estar entre cinco y diez euros.
En la página
web www.neweuropetours.eu encontrarás toda la información
necesaria para realizar estos tours guiados en castellano, tanto en esta como
en otras ciudades europeas.
-“Desde luego
que si hay una capital de la tolerancia y el libre pensamiento en el mundo, esa
sería, sin lugar a dudas, Ámsterdam…”
Así comenzaba
nuestro improvisado guía, el entretenido y ameno paseo que nos permitiría
conocer, entre otras muchas cosas, como en el canal Singel, la fachada
correspondiente al número 182, parece que se inclina hacia delante,
preguntándose uno si será un efecto óptico. No lo es, hasta el punto de que es
un sistema que instauró el Ayuntamiento, y muchas casas son así. Se hacía para
al subir paquetes con poleas, la cuerda quedara separada de la pared. En el número 66 de este mismo canal veríamos la casa que pasa por ser la
más estrecha de la ciudad. Poco después descubriríamos como el centro de uno de
los puentes que atraviesan los canales, tiene el honor de ser la zona más alta
de la urbe. Seguiríamos con la teoría Okupa admirando las casas pintadas de
espectaculares grafitis. Nos entristeceríamos con las duras historias del
Barrio Judío, etc.
Antigua Aduana |
Antigua Casa Movimiento Okupa |
Antigua Casa Movimiento Okupa |
Serían tres
horas de lo más amenas que se pasarían volando, por lo que al final casi todo
el grupo le daría al chico diez euros por persona, pues se nos haría bastante
ameno.
Pasaban
varios minutos de las 14:00, por lo que no nos pensamos mucho comernos un
bocata de salchichas de uno de los puestos de la feria que mencionaba párrafos
atrás. Como no hacía mucho frío no dudamos en sentarnos allí mismo y saborearlo
mientras veíamos a la gente pasar.
Aunque pueda
parecer demasiado turístico, creo que otra de las experiencias que hay que
vivir en Ámsterdam es realizar un paseo en barco por sus canales, pues al fin y
al cabo es la forma en que se quiso que fuera vista. Nosotros elegiríamos este
momento para ello y así reposábamos la comida. Serían ocho euros por billete.
Tendríamos
así oportunidad de navegar por un sinfín de estos cursos de agua atravesados
por más de 1200 puentes en forma de arco, pudiendo también deleitarnos con
nuevas perspectivas de muchas de las fachadas de las casas edificadas a lo
largo de ellos, construidas por los mercaderes en el siglo XVII,
caracterizándose por ser altas y estrechas (la tierra era escasa y los
impuestos sobre su propiedad eran considerables), distinguiéndose cada una de
ellas por sus imaginativos techos a dos aguas, todos diferentes. Pero si ya era
agradable surcar los canales más grandes, lo mejor era adentrarnos por alguno
de los más pequeños conectados a ellos, creando así una atmósfera mucho más
misteriosa y de aventura.
Canales desde Crucero Fluvial |
Canales y Munttoren desde Crucero Fluvial |
Canales desde Crucero Fluvial |
Pero si
tuviera que quedarme con alguna imagen en particular para mi gusto serían dos.
La primera la que se consigue en el canal Reguliersgracht, pudiendo observar
hasta siete puentes de forma consecutiva como si de una baraja de naipes se
tratara. La segunda la del vecindario del Jordaan, con casas más pequeñas y
mayor encanto que en otras zonas. Son áreas donde además se respira la
auténtica vida de barrio, alejadas de las grandes zonas turísticas o
monumentales.
Canales desde Crucero Fluvial |
Casas tradicionales desde Crucero Fluvial |
Nuestro paseo
terminaría al lado de la Estación Central, por lo que aprovecharíamos para
contemplar de día otra de las maravillas arquitectónicas de la ciudad con su
estilo neorrenacentista. Se alza desafiante
a espaldas del muelle del Ij y asombra saber que este coloso de piedra
descansa sobre casi nueve mil pilares de madera clavados en tres islotes
artificiales, ¡increíble!
Estación Central |
Dada la
cercanía, tampoco desaprovecharíamos la oportunidad de ver la iglesia de San
Nicolás, así como para dar un paseo por otra de sus avenidas más importantes
conocida como Damrak en la que destaca la fachada del Hotel Victoria.
Después de
dejarnos llevar por los canales, sin rumbo fijo, durante un rato, apareceríamos
ante la Oude Kerk, la iglesia más antigua de Ámsterdam que se remonta a
alrededor del año 1300 y en la que se dan conciertos semanales. Su agradable
ubicación en una plaza a la sombra de los tilos ha hecho nacer cafés al aire
libre y bancos desde los que escuchar a la más vieja de las campanas de la
torre.
Irónicamente,
alrededor de la anterior, crecería el tristemente famoso Barrio Rojo, por donde
discurrirían nuestros pasos a continuación, ya casi anocheciendo. No sé qué nos
fascinará tanto a los turistas de este distrito, pero es cierto que el paseo
nocturno a través del corazón medieval del centro de la ciudad, es algo que no
falta en ninguna agenda de ningún turista.
A lo largo de
los canales y en las estrechas callejuelas, las famosas damas semidesnudas del
escaparate han dado a este barrio una reputación universal. Su nombre se debe,
evidentemente, a que cada escaparate está iluminado por un neón rojo.
Todos los
servicios están regulados por una tarifa uniforme, incluso aunque no esté
escrita. En lugar de negar y prohibir la prostitución, aquí las prostitutas
declaran sus ingresos y pagas sus impuestos como todo el mundo. De día y de
noche estas mujeres aguardan a sus clientes en esos pequeños dormitorios
expuestos a miradas indiscretas, decorados muchas veces de forma infantil. Una
persiana completa el escaparate. Si está bajada es señal de que la prostituta
está ocupada.
No hay fotos
de esta zona y es que fueron muchos los que me dijeron que podía tener
problemas si trataba de hacer alguna aunque fuera desde una perspectiva general
sin enfocar a ningún sitio en particular, así que me abstendría de ello para
que no se nos fastidiara el día. De donde no me privaría de tomar alguna
perspectiva de recuerdo sería de dos canales cercanos que se salen de los
tópicos de tranquilos y románticos, siendo bastante más movidos y es que están
llenos de sex shops, rodeados de bares e iluminados por el neón. Sus nombres
son realmente complicados tanto para pronunciarlos como para escribirlos pero
aquí los dejo: Oudezijds Achterburgwal y Oudezijds Voorburgwal.
Canal Oudezijds Voorburgwal |
Canal Oudezijds Achterburgwal |
Rembrandt Plain |
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