OESTE EEUU - DIA 21. San Francisco: en bici por el Golden Gate

24 de Septiembre de 2010.

Cuarto día en San Francisco y cuarto día con un cielo completamente despejado y radiante. ¿Quién decía que siempre estaba con niebla, bruma y demás inclemencias meteorológicas? No lo dudo y la verdad que nos considerábamos auténticos afortunados de poder estar disfrutando de este tiempo privilegiado tantos días seguidos.

Por eso mismo, hoy cambiaríamos el pegarnos largas caminatas por hacer algo diferente. Alquilaríamos unas bicicletas en Fisherman´s Wharf y con ellas haríamos una preciosa ruta que nos llevaría a algunos de los lugares míticos que nos faltaban por conocer en la ciudad.

Tengo que reconocer que montar en bici no es de las actividades que más me gusten, tal vez porque, aunque parezca mentira, no lo controlo demasiado bien. No mantengo bien el equilibrio y a veces soy un peligro público, en espacios no demasiado anchos, pero aún así me animé alquilando una donde pude bajar el sillín y ponerlo de tal forma que mis pies llegaran perfectamente al suelo. Una imagen cómica pero, para mí, segura para poder afrontar con garantías el trayecto hasta, seguramente el símbolo por excelencia de San Francisco: el Golden Gate.

Al alquilar las bicis (empresa blazingsaddles) nos darían un plano con los lugares interesantes para ver por lo que eso es lo que haríamos. Tomaríamos el paseo marítimo e iríamos, tranquilamente, parando en varios puntos de Crissy Beach, una playa de arena fina, desde donde se toman muy buenas perspectivas del coloso rojo. Cuanto más cerca estábamos del puente más impresionante era. En la zona también nos encontraríamos con el palacio de Bellas Artes rodeado de una pequeña laguna artificial que provocaba su reflejo, convirtiendo la mezcla de ambos en otra imagen destacable de la ciudad.

Golden Gate Bridge

Fort Point supone la entrada estratégica de la bahía de San Francisco y casi el inicio para empezar a cruzar el Golden Gate. Es una fortaleza de ladrillo y granito cuyos cañones tenían el principal objetivo de defenderse del ejército confederado durante la guerra civil de Estados Unidos, aunque nunca tuvieron que utilizarse. En este punto volveríamos a hacer una parada antes de disponernos a atravesar la famosa estructura de metal.

Golden Gate Bridge

Tras el descanso empezamos a pedalear de nuevo y en pocos minutos llegaríamos al corazón del puente, justo al centro del mismo. La sensación era sobrecogedora tanto por la altura, como por encontrarte debajo de las imponentes vigas de hierro, como por las vistas de San Francisco, Alcatraz y varios kilómetros más a la redonda.

Golden Gate Bridge

Golden Gate Bridge

Hay que decir que atravesar el puente no fue tarea fácil ya que no hay demasiado espacio en la zona habilitada común a peatones y bicicletas pues están obligados a entenderse y hay que hacer constantes paradas para no llevarse a nadie por delante y para dejar pasar, muchas veces, a los que vienen de frente porque aunque también tienen habilitado su carril, la gente en muchas ocasiones lo invade y ya está el lío armado. Había más de una persona que se cabreaba, sobre todo americanos, que me imagino residían por allí y esta situación debe ser el pan de cada día para ellos. En nuestro caso no supuso ningún problema porque estábamos encantados en tirarnos lo que hiciera falta sobre el Golden Gate.

Al final llegaríamos al otro lado y nada más salir del puente torceríamos a la derecha para disfrutar de un nuevo mirador llamado Vista Point. Esta perspectiva del puente me gustaría algo menos que las que llevábamos vistas, aparte de haber bastante gente y tener que esperar durante un rato hasta conseguir un sitio en primera fila desde donde poder hacer alguna foto y poder recrearnos unos momentos.

Golden Gate Bridge

Sausalito sería nuestra siguiente parada, pueblo al que llegaríamos, ya sin entretenernos, para pasar allí unas horas. La distancia que habíamos recorrido hasta esta villa había sido de trece kilómetros. Aquí existe un inmenso parking de bicicletas donde poder dejar estas amarradas y así poder marcharte a pasear tranquilo. Se encuentra además justo al lado de la terminal de Ferries que te vuelven a llevar hasta Fisherman´s Wharf en San Francisco.

Este pequeño pueblecito porteño se caracteriza por su tranquilidad y los paisajes fabulosos por los que se encuentra rodeado, además de tener un área comercial de lo más elegante donde poder disfrutar comiendo en alguno de sus restaurantes de marisco y pescado fresco. No sería nuestro caso, pues nosotros optaríamos por comprarnos unas hamburguesas y comérnoslas sentados en un banco del paseo marítimo con las vistas de la bahía como telón de fondo.

Sausalito

El Ferry de vuelta lo tomaríamos a las 15.45 y la gran preocupación que teníamos con el tema de las bicicletas, nos dimos cuenta que era una tontería, pues aquí está todo perfectamente pensado y planificado y las embarcaciones tienen su lugar para poder situar estas y olvidarte de ellas durante el trayecto de vuelta, el cual sería una auténtica pasada con nuevas y maravillosas perspectivas del entorno que nos rodeaba.

San Francisco desde Ferry de Sausalito

De nuevo en tierra, sería el momento de volver a separarse dado que Cristina estaba ya bastante cansada y quería descansar, por lo que Sergio se quedaría con ella y Raúl y yo nos marcharíamos con las bicicletas hasta un lugar que tenía especial interés en conocer: la playa de China Beach, una apacible ensenada arenosa que esconde una de las mejores vistas del Golden Gate.

El camino hasta ese lugar fue duro pues suponía volver a recorrer todo el paseo marítimo y casi antes de llegar al puente afrontar algunas subidas terroríficas de las calles de San Francisco. Al final el esfuerzo merecería la pena pues esta perspectiva sería la más espectacular del puente que había podido contemplar. Aquí estaríamos algo más de media hora y tras pensárnoslo decidimos claudicar de la idea que traíamos de bajar hasta la arena, pues eso nos hubiera supuesto un sobreesfuerzo y no llegar a la hora a la que habíamos vuelto a quedar con Sergio y Cristina.

Oceano Pacífico desde China Beach

Golden Gate Bridge desde China Beach

Ni en el mejor de mis sueños hubiera podido imaginar que mi estancia en San Francisco acabaría tirado en la playa de Crissy Beach, sin camiseta y levantándome, de vez en cuando, a meterme hasta los gemelos en las frías aguas de la bahía. Quien me iba a decir a mí que la primera vez que probase las aguas del Pacífico iba a ser de esta manera y con la atenta y cómplice mirada de Alcatraz y el Golden Gate en la lejanía.

La tarde empezaba a caer y era el momento de decir adiós, con esa mezcla de sentimientos que te provocan muchas veces las despedidas, entre la alegría de lo que has vivido y la tristeza de que algo grande se termina, pero siempre con la esperanza de volver a repetirlo.

Aunque habíamos podido cumplir muchos de los planes que llevábamos en la cabeza nos íbamos a quedar con las ganas de visitar varios parques como Lincoln Park, Golden Gate Park y Buena Vista Park, que sabíamos que merecían mucho la pena. Quién sabe si algún día podremos volver para conocerlos.

Para llegar al hotel esta vez tomaríamos un autobús y nos despediríamos de la ciudad cenando en un chino, bastante económico, en las cercanías del hotel.

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