Alamo Square
es un bonito barrio de San Francisco que destaca por su inmenso jardín verde,
flanqueado en uno de sus laterales por las llamadas Painted Ladies o señoras
pintadas, es decir, seis elegantes casas victorianas que forman una de las
postales más famosas de la ciudad y que han salido en infinidad de películas y
series, como Padres forzosos. Si a todo esto le añades que a lo lejos puedes
divisar el barrio financiero, pues podemos decir que es una de las zonas que
más merecen la pena en la visita a la urbe.
The Painted Ladies. Alamo Square |
Así es como
empezaríamos el día, llegando a estas bellezas arquitectónicas en un autobús
que cogeríamos muy cerca de donde estaba nuestro hotel. A partir de aquí, a
todos los lugares de interés por los que continuaría nuestra visita llegaríamos
andando, pues es la forma que más nos gusta para conocer una ciudad.
En nuestra
larga caminata estos serían los puntos que podríamos conocer por orden de llegada
a los mismos:
- City Hall o Ayuntamiento: un imponente monumento de estilo Bellas Artes, decorado con columnas dóricas. La clásica cúpula está inspirada en la de San Pedro de Roma.
- Saint Mary´s Cathedral: evoca un barco de velas blancas con su inmensa cúpula de hormigón armado coranada por una cruz de 18 metros.
- Japantown: el feudo de los templos sintoístas, casas de té, restaurantes de sushi, etc.
- Lafayette Park: un lugar privilegiado desde donde se ve una preciosa panorámica de la bahía.
- Grace Cathedral: réplica de Notre Dame de París, es la principal iglesia episcopal de San Francisco y alza su estructura de hormigón armado en la cima de Nob Hill. Lo mejor, sin duda, el monumental portal de bronce, copia de la célebre puerta del paraíso de Ghiberti en el baptisterio de la catedral de Florencia.
- Nob Hill: la colina más alta de la ciudad y una de las siete originales. Otro lugar desde donde poder tomar buenas fotografías de San Francisco.
Tras avanzar
unos metros más allá de este último punto, encontraríamos unos agradables
bancos donde decidiríamos pasar lo que restaba de tarde, disfrutando de las
vistas del Golden Gate y Alcatraz, mientras charlábamos relajadamente.
San Francisco desde Paseo Marítimo |
Para regresar a casa, aunque ya habíamos montado en algún que otro tranvía cerrado a lo largo de nuestra estancia en la ciudad, todavía nos quedaba por probar el dar un paseo en el auténtico tranvía donde puedes ir al aire libre amarrado a una barra lateral y sintiendo el aire fresco en tú cara. Así que para volver al hotel cogeríamos el situado en Fisherman´s Wharf, auténtico y genuino como las góndolas lo son a Venecia y los autobuses de dos pisos a Londres.
Tranvías de San Francisco |
Este modelo que funciona tan sólo en tres líneas es tan auténtico debido a que se mueve sin motor y a través de un sistema de cable, avanzando a quince kilómetros por hora.
La sensación
que tendríamos es como si de repente nos hubiéramos trasladado a finales del
S.XIX cuando el tranvía era la mejor manera de subir y bajar las colinas de la
ciudad, porque además al espectáculo de viajar en este medio, ya de por sí
curioso, hay que sumarle los inconfundibles sonidos “ding ding” con los que va
anunciando su paso por las diversas paradas.
En Tranvía por las calles de San Francisco |
El tranvía nos dejaría sólo a dos manzanas de nuestro hotel, así que llegaríamos andando hasta él, picaríamos algo cerca y nos iríamos a dormir que el día había sido intenso.
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