2 de Abril de 2010.
Si ayer el tiempo había
sido inmejorable, hoy tocaba justo lo contrario, pues hacía bastante frío y
todo parecía indicar que pronto empezaría a llover, así que nos abrigamos bien,
cogimos los chubasqueros y nos dispusimos a seguir conociendo esta bella ciudad
pegada al Duero.
Sin quererlo, en nuestro
primer paseo se cruzaría el Teatro
Nacional San Joao, de sobria fachada amarilla, y poco después la muralla Fernandina, nombre por el cual
es conocida la estructura defensiva que protegía la ciudad de Oporto y que se
concluiría en el reinado de Don Fernando, razón por la que recibe este nombre.
A partir de la muralla se puede admirar un bello paisaje.
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Teatro Nacional San Joao |
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Muralla Fernandina |
Actualmente la entrada se
sitúa junto a la iglesia de Santa Clara,
una de las más bellas de la ciudad, a pesar de pasar desapercibida debido a su
localización. En el exterior son visibles las señales de las diferencias
influencias que esta fue sufriendo: del gótico, del barroco y del renacimiento.
En su interior podríamos admirar uno de los mejores ejemplares de arte de talla
dorada del barroco, así como la preciosa vista de toda la iglesia desde el Coro
Alto.
No me canso de repetir que
Oporto es realmente hermoso y que en cualquier punto de la población siempre encuentras
algo que te sorprende como nos estaba pasando a nosotros y es que nuestra
intención, en principio, era llegar, de forma directa y sin entretenernos,
hasta la Sé o Catedral, lo que por
fin acabábamos de conseguir.
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Catedral |
En ella se combinan
estructuras y elementos tanto románicos como góticos, aunque predominan mucho
más los segundos. Es uno de los monumentos principales y más antiguos de la
ciudad y en su interior se ha mantenido el aspecto de una iglesia fortaleza con
almenas. A lo largo de sus diferentes capillas podríamos ver un altar de plata,
la tumba del caballero Joao Gordo y una magnífica sillería con escenas del
Antiguo y Nuevo Testamento, entre otras cosas.
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Catedral |
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Catedral |
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Catedral |
Pero si algo destaca por encima de cualquier
otro lugar, es su increíble y bello claustro, decorado con miles de azulejos en
los que se relatan algunos de los eventos históricos más transcendentales de la
nación.
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Claustro Catedral |
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Claustro Catedral |
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Claustro Catedral |
Ya llovía en el exterior,
pero aún así, no podríamos evitar pararnos delante de una bella columna de
estilo rococó conocida como Pelourinho
y que fue erguida en 1945. Justo delante de ella se consiguen unas soberbias
panorámicas del centro histórico de Oporto que no te puedes perder.
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Catedral y Pelourinho |
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Vistas desde Plaza de la Catedral |
También junto a la catedral
se puede observar el Palacio Episcopal,
cuya imponencia es visible ya desde la escalinata de acceso. Nosotros lo
encontraríamos cerrado pero, si tienes oportunidad, te sugiero visitar su
interior para así poder disfrutar de nuevas vistas privilegiadas sobre la
Ribeira y la plaza de la catedral.
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Palacio Arzobispal |
Continuaríamos atravesando
el laberinto de callejuelas empinadas y escalinatas por las que empezaba a
resbalar el agua, para admirar nuevos edificios como el exterior barroco de la casa – museo del escritor Guerra Junqueiro
o la iglesia de San Lourenzo dos Grilos,
perteneciente inicialmente a los jesuitas, hasta que fueron expulsados y esta
fue donada a la Universidad de Coimbra y luego comprada por otra orden
religiosa. En su interior se pueden ver imágenes de los evangelistas y de los
apóstoles realizadas en barro pintado.
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Iglesia de San Lorenzo Dos Grilos |
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Casa Museo Guerra Junqueiro |
Y si ayer disfrutábamos de
la perspectiva del puente Don Luis I
desde la ribera del río Duero, hoy queríamos hacerlo desde su parte más alta a
la que llegábamos ya algo calados como consecuencia de la fina lluvia que no
dejaba de caer. Esta estructura metálica fue construida para sustituir al
puente colgante que había entonces. Se inauguró en 1886 y fue clasificado como
Monumento Nacional en 1982. Posee uno de los mayores arcos de hierro forjado
del mundo y tiene dos tableros. El superior, en el que ahora nos hallábamos, es
utilizado por una de las líneas de metro, mientras que el inferior es uno de
los pasos que se puede escoger si se quiere llegar en coche a Vila Nova de Gaia,
que era hacia donde nosotros nos dirigíamos, aunque paseando. Las vistas que se
consiguen desde esta increíble estructura te cortan la respiración y,
probablemente, sea una de las más bellas de la ciudad.
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Oporto y Vila Nova de Gaia desde Puente Luis I |
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Oporto desde Puente Luis I |
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Oporto desde Puente Luis I |
Cuando conseguimos
reaccionar, decidiríamos acabar de recorrer el camino hasta Vila Nova de Gaia y una vez en esta
meternos en varios bares hasta que dejara de llover, pues ya habíamos tenido
suficiente ración de agua por hoy.
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Comiendo en Vila Nova de Gaia |
Esta población, totalmente
independiente de Oporto, es donde se encuentran las famosas bodegas donde
envejece el popular vino de Oporto, valga la redundancia. La visita al interior
de las mismas es una gran experiencia y, es evidente, que nosotros no nos la
queríamos perder, así que entre cerveza y cerveza, decidiríamos ir a sacar las
entradas, para después de comer, a una de las más conocidas: Sandeman.
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Bodegas Sandeman |
Pronto llegaría el esperado
momento y allí estábamos, junto a otras quince personas aproximadamente,
dispuestos a iniciar la visita.
Por cierto que para
aquellos que el nombre de Sandeman, también conocida como el Don, no les diga
nada, seguro que si ven su logo con un caballero español envuelto en una capa
de estudiante que le cubre el rostro, con un sombrero cordobés y sosteniendo
una copa de porto en la mano, la cosa ya cambia y se asocia rápidamente.
También es famosa por ser la primera ilustración en la historia de los vinos.
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Bodegas Sandeman |
Durante la visita
aprenderíamos muchas cosas interesantes como que el vino se impuso como uno de
los principales productos portugueses de exportación durante el siglo XVII,
siendo el destino principal Reino Unido, debido a que las guerras entre este
país y Francia conllevaron la reducción drástica de la exportación de vinos
franceses a las islas británicas. Incluso se le llegó a conocer como “vino de
los ingleses”, dando origen, en 1757, a la región con denominación de origen
más antigua del mundo.
La guía que nos había
correspondido, ataviada igual que el logo y pareciendo la viva imagen de la
película El Zorro, nos mostraría el proceso de elaboración del caldo, su
historia y su presente, terminando, como no podía ser de otro modo, con una
cata de algunos de sus mejores productos.
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Bodegas Sandeman |
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Bodegas Sandeman |
A la salida había parado de
llover, así que aprovecharíamos para deleitarnos con más calma del diseño
monumental y escarpado de la ciudad de Oporto, justo enfrente, mientras los
barcos rabelos, varados en el Duero, completaban la idílica imagen.
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Barcos Rabelos en Vila Nova de Gaia |
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Oporto desde Vila Nova de Gaia |
Teníamos ganas de andar,
pues la verdad que hoy tampoco habíamos caminado demasiado entre la lluvia y la
visita a la bodega, así que nos animaríamos a llegar de este modo hasta los
jardines del Palacio de Cristal, los
cuales deben su nombre al magnífico edificio que, en hierro y vidrio, en otros
tiempos, existió en este lugar. Lástima que fuera demolido y sustituido por un
pabellón de Deportes. Hay decisiones difíciles de comprender.
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Pabellón Rosa Mota |
Afortunadamente, todo el
área que lo envolvía permaneció deslumbrante y magnífica y tal y como había
sido pensada por su creador, un arquitecto paisajístico alemán.
Es por ello que se puede
disfrutar desde una imponente avenida de tilos donde se encuentra la Concha
Acústica, hasta un jardín aromático y otro conocido con el nombre de los
Sentimientos, sin olvidarnos, gracias a su localización, de los increíbles
miradores que permiten una fantástica vista del río Duero y su desembocadura.
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Jardines del Palacio de Cristal |
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Desembocadura del Duero desde Palacio de Cristal |
Es así como terminaríamos
la jornada de hoy pues, ya con la noche como acompañante, empezaría otra vez a
llover, por lo que no dudaríamos en comprar algo para picar y cenarlo
tranquilamente en el hotel.
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