4 de Abril de 2010.
Pero que pronto se acaba lo bueno y es que sin apenas darnos cuentas ya se
habían terminado los días festivos y hoy teníamos que regresar a casa.
Afortunadamente, Oporto se volvía a vestir con sus mejores galas y después de
enseñarnos su cara gris y oscura de hace dos días, hoy nos mostraba otro de
esos cielos azules cuya claridad y luz animarían al más depresivo, así que no
tardaríamos mucho en marcharnos a disfrutar de la ciudad después de otro contundente
desayuno.
Creo que es complicado encontrar a una persona a quien le
guste más el fútbol y mejor se sepa las alineaciones de todos los equipos
nacionales y la casi totalidad de los europeos, como a mi amigo Raúl. Es
sorprendente como es capaz de recordar quienes metieron los goles en este o
aquel partido de hace cinco años, o qué nuevos fichajes se realizaron y cuales
causaron baja en aquella temporada ya olvidada por todo el mundo, o qué equipos
subieron a primera división y cuales bajaron a segunda en los últimos diez años
recordándolo como si fuera el Padre Nuestro. En fin que bien podría ser Maldini
reencarnado, el experto periodista deportivo radiofónico y televisivo.
Ante el panorama anterior, es evidente que no podíamos irnos
de Oporto sin acercarnos al famoso estadio
do Dragao o de los Dragones, propiedad del F.C. Porto, y que fue construido
para sustituir al anticuado estadio das Antas. Fue inaugurado a finales de 2003
con un partido amistoso con el FC Barcelona y, desde entonces, ha sido sede de
importantes eventos como la Eurocopa 2004 y varios conciertos. Con capacidad
para 52000 espectadores, este estadio ha servido de inspiración para construcciones
similares en otros países.
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Estadio do Dragao |
Aunque posee un museo interactivo con hasta 27 áreas temáticas,
nosotros nos conformaríamos con dar una vuelta por el exterior mientras veíamos
como en los diferentes paneles allí situados se hacía referencia a la Copa de
Europa ganada por el Club en el año 2004 y a los jugadores que fueron
protagonistas de aquella odisea dirigida por José Mourinho.
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Estadio do Dragao |
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Estadio do Dragao |
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Estadio do Dragao |
Después de varias fotografías para la posteridad, volveríamos
a coger el metro para dirigirnos al centro de Oporto con la intención de
atravesar, otra vez, por su parte superior, el puente Don Luis, pues queríamos ver, de nuevo, las excepcionales
panorámicas que se obtienen desde él, pero con el día despejado, pues en nada
eran comparables a las divisadas hacia dos días con los cielos encapotados.
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Puente Don Luis I |
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Oporto desde Puente Don Luis I |
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Oporto desde Puente Don Luis I |
Tras disfrutar un buen rato de ello, bajaríamos hasta
la orilla del Duero en la parte correspondiente a Vila Nova de Gaia y buscaríamos una terraza con buenas vistas del
famoso río y sus barcos rabelos, el puente Don Luis y la mejor panorámica de
Oporto, en la que poder degustar, una vez más, unas cervezas frías antes de
marcharnos. ¿Había mejor manera de terminar nuestra estancia en la tierra del
vino? Indudablemente, no.
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Oporto desde Vila Nova de Gaia |
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Oporto desde Vila Nova de Gaia |
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