18 de Noviembre de 2009.
El despertar del día que relato había sido uno de los más
horribles que había vivido en los últimos años, consecuencia de una de las
mejores noches de juerga y borrachera de, igualmente, los últimos años.
Unos golpes fortísimos provenientes de la cristalera que
daba al jardín, por un lado, y de la puerta de entrada a la habitación, por
otro, conseguían despertarme aunque totalmente desubicado y casi sin saber
donde estaba. Cuando abrí la puerta, me encontraría con mis amigos Raúl y
David, metiéndome prisa y pidiéndome que me vistiera rápido, pues en media hora
teníamos en la puerta a Gerardo, el mismo conductor que ya nos había acompañado
hacía dos días, para llevar a cabo otra interesante excursión con la que
conoceríamos los iconos mayas más importantes que nos faltaban.
La verdad que me quería morir y serían muchas las veces que
se me pasó por la cabeza renunciar a ponerme en pié y seguir durmiendo, pero
sabía que eso no me lo perdonaría a posteriori, por lo que haría de tripas
corazón y como pude me vestí y me dirigí al comedor a intentar desayunar algo.
A duras penas conseguí ingerir medio croissant ayudado por un vaso de zumo de
naranja y, sin poder ponerme completamente erguido del dolor de cabeza que
tenía, me introducía en la furgoneta, mientras escuchaba de fondo las sonoras
carcajadas de mis simpáticos amigos que no podían parar de regocijarse con el
mal ajeno.
Eran las 08:00 cuando Gerardo arrancaba el motor del
vehículo y es que hoy no había que hacer tantos kilómetros y los sitios que
teníamos que visitar no contaban con la masificación que tenía Chichén Itzá,
por lo que te lo podías tomar más relajado. El precio pactado en su momento
sería de 120 dólares los cuatro por la franja horaria que iba de las 08:00 a
las 18:00. Por lo que tocábamos a sólo 30 dólares por cabeza.
A medio camino haríamos una pequeña parada para tomar una
coca cola bien fría, aunque la propuesta de Gerardo sería una buena cerveza,
pues según su teoría es la mejor manera de superar las resacas, decidiría no
seguir su consejo, no fuese que acabara de enterrarme. También aprovecharía en
este comercio de carretera para comprar un grabado en piel de cordero con el
calendario maya bordado con intensos colores, que me encantó según lo vi y que
hoy en día sigue colgado en una de las paredes de mi casa.
Tulum era nuestra primera visita del día (Abierto todos los
días de 08:00 a 17:00), uno de los lugares más hermosos de Yucatán, ya que
ofrece la foto perfecta: espectaculares ruinas mayas, bien conservadas,
encaramadas sobre un acantilado lamido por la inmensidad turquesa de las aguas
del océano.
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Ruinas Mayas de Tulum |
Efectivamente, se encuentra localizada frente al mar Caribe,
sobre una alta plataforma y rodeada en sus otras tres partes por una muralla de
seis metros de ancho y cinco de alto.
Juan de Grijalva se quedó sorprendido , al igual que los
otros componente de la expedición que partió de Cozumel a explorar el litoral
caribeño, cuando se encontró con una ciudad maya habitada, al contrario de lo
que hasta entonces había sido lo habitual, es decir, hallar poblados
abandonados. Tulum le pareció tan grande a Grijalva y a sus acompañantes que no
dudaron en compararla con Sevilla. Pero sería el estado de ánimo y el sol
caribeño los que les jugaron una mala pasada a los españoles, pues Tulum medía
y mide no más de 400 metros de norte a sur y 165 de este a oeste.
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Ruinas Mayas de Tulum |
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Ruinas Mayas de Tulum |
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Ruinas Mayas de Tulum |
Además su sorpresa se acentuó cuando comprobaron que entre
los maya residían dos españoles, supervivientes de un naufragio acaecido en 1511,
estando totalmente integrados en la
comunidad, casados y con descendencia. Por cierto que sus destinos serían
completamente opuestos, pues mientras que uno se uniría a Hernán Cortés en la
conquista de México, siéndole de gran ayuda por sus conocimientos de la lengua
maya, el otro decidió permanecer junto a la comunidad y participó activamente
en las luchas contra los españoles.
En la zona arqueológica destacan varios edificios, pero uno
lo hace por encima de los demás al ser el más alto y estar situado cerca del
acantilado. Es El Castillo, que por sus dimensiones y ubicación se supone que
debió ser el templo de mayor relevancia. Es de base piramidal y posee, en la
fachada principal, una escalinata que llega hasta el templo superior. Es
interesante también fijarse en el pórtico con dos columnas con forma de serpiente como las de Chichén
Itzá. La llama del foco que coronaba el
santuario era visible a varios kilómetros de distancia.
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El Castillo. Ruinas Mayas de Tulum |
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El Castillo. Ruinas Mayas de Tulum |
Detrás, y próximo, se alza el Templo del Dios Descendente;
esta deidad, profusamente representada en Tulum, es equiparada por algunos al
dios Tzontemoc del pueblo azteca, símbolo del astro rey al caer la tarde. La
fachada principal del templo mirando a poniente confirma esta interpretación,
fachada que luce, al igual que las esquinas, pinturas murales con el tema de
las serpientes entrelazadas.
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Ruinas Mayas de Tulum |
En el ángulo sureste del recinto se puede observar el Templo
de la Serie Inicial. Su fachada mira al norte y en un pequeño altar es donde se
encontró una estela esculpida de gran importancia.
Otra construcción de relevancia es la conocida como Templo
de los Frescos, situado casi en el centro del recinto. Está formado por varias
superposiciones y adorna su fachada una doble moldura. En él se encontró una
escultura del dios Descendente. Entre las dos molduras y el muro de la fachada
hay representaciones de deidades y serpientes entrelazadas, escenas de ofrendas
de flores y frutos asociados al culto a la vegetación. Al igual que las otras
pinturas de Tulum son simbólicas y para ellas se utilizó el color verde –
azulado sobre fondo negro. La elección de estos colores juega con la
magnificencia del lugar, situado a orillas de un mar luminoso con tonalidades
azul brillante y verde esmeralda,
típicas de esta área, una de las más atractivas de la República.
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Ruinas Mayas de Tulum |
Otras de las construcciones interesantes en Tulum serían la
Casa de las Columnas, la Casa del Halach Uinic, la Casa del Cenote, y el Templo
del Dios del Viento de base redonda, además de reconocerse claramente una calle
Mayor.
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Ruinas Mayas de Tulum |
Serían dos horas las que dedicaríamos a la visita, pues el
recinto es bastante más pequeño que el de Chichén Itzá y aun recreándote es
tiempo más que suficiente para fijarte en muchos de los detalles que ofrecen
las ruinas de la ciudad maya.
Es verdad que tendríamos la tentación de bajar por las
escaleras de madera, situadas en uno de los puntos del acantilado, que conectan
con la playa para pegarnos un buen baño, pues el calor empezaba a apretar con fuerza, pero síntoma de que yo
empezaba a resucitar, decidiríamos continuar con nuestra jornada cultural, pues
ya tendríamos tiempo en los próximos días para descansar.
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Costa de Tulum |
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Costa de Tulum |
Además, todo hay que decirlo, mis amigos habían sido
acribillados por los mosquitos durante la visita y tenían las piernas y los
brazos hechos trizas, así que también tenían ganas de volver un rato a la
protección del aire acondicionado del coche. Así que no olvidéis un buen
protector contra dichos mosquitos o un pantalón largo de tela fina para
aminorar así los picotazos de los mismos.
Para descansar un poco de la arquitectura decidiríamos hacer
una parada algo diferente que nos propondría Gerardo, pues a todos nos pareció
bien. Se trataba de conocer cómo es un poblado maya y cuál es la realidad de
los descendientes de los antiguos mayas que siguen poblando Yucatán.
Sus viviendas están construidas con hojas de palma y plástico, no teniendo
nada que ver con el esplendor de sus antiguas ciudades de piedra. La realidad
es bien distinta y es que viven en condiciones precarias y sufren una
importante discriminación, aun constituyendo el diez por ciento de la población
mexicana.
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Poblado Maya |
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Poblado Maya |
Tendríamos oportunidad de interactuar unos minutos con unos
niños, dándonos cuenta que sus rostros y constituciones son muy parecidos a las
de las estatuas y bustos de hace dos mil años que los arqueólogos han
encontrado en las ruinas.
En cuanto a las tradiciones, conservan sus ritos, pero
mezclados con los de la religión católica en una fascinante armonización entre
ambas, tal y como nos contaba una de las mujeres del poblado.
Nos despediríamos del lugar después de ver algunos animales
autóctonos encerrados en la pequeña granja de la aldea, así como la imagen
entrañable de un niño jugando con un mono, como si se tratara de un animal
doméstico.
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Animales Poblado Maya |
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Animales Poblado Maya |
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Niño del Poblado jugando con un mono |
A casi cuarenta kilómetros al noroeste de Tulum, abierto
todos los días de 07:00 a 18:00, llegaríamos a otra zona arqueológica de
obligada visita en Yucatán. Estoy hablando de Cobá.
Esta fue una enorme ciudad, que en el pasado acogió una
población de 50.000 habitantes y fue la gran rival de Chichén Itzá, controlando
la ruta comercial entre la costa y el centro de la península, relacionándose
además con la lejana región guatemalteca de Petén. Las excavaciones
arqueológicas han identificado más de cuarenta saché, las amplias calzadas
típicas de los recintos ceremoniales de Yucatán. Otro rasgo diferenciador de la
misma es que se encuentra construida alrededor de cinco lagos, algo excepcional
dada la configuración calcárea del suelo de esta área.
Los edificios que se visitan se extienden sobre una enorme
zona de bosques exuberantes y para ver estas construcciones hay que ir
siguiendo diferentes sendas, que aunque cabe la opción de realizarlas en
bicicleta o en taxis conducidos a pedales, dado que no son demasiada largas, se
pueden hacer andando sin problema, como así haríamos nosotros.
En el grupo Cobá, donde se empieza la visita, puede verse un
templo de casi 25 metros de altura conocido como la Iglesia, así como restos de
lo que fueron palacios y residencias. En este mismo grupo, hay un juego de
pelota donde están representados varios prisioneros, así como un basamento
ornamentado con representaciones de cráneos humanos.
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La Iglesia. Ruinas Mayas de Cobá |
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La Iglesia. Ruinas Mayas de Cobá |
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Ruinas Mayas de Cobá |
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Juego de Pelota. Ruinas Mayas de Cobá |
Continuando el recorrido, se llega al Grupo Nohoch Mul,
donde se encuentra uno de los edificios más altos de toda el área maya: la
impresionante pirámide de Nohoch mul, valga la redundancia, de 42 metros de
altura, siendo más elevada que la de Chichén Itzá, contando con 130 peldaños.
En su cima se representa al dios Descendente y se puede disfrutar de unas
vistas de infarto hacia los cuatros puntos cardinales, con un mar de selva y
vegetación que te deja sin palabras. Sería muy emocionante estar allí arriba y
más teniendo en cuenta la prohibición que existe de subir a la pirámide de
Kukulcán de las ruinas de Chichén Itzá, por lo que se valora más aún.
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Pirámide de Nohoch Mul. Cobá |
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Pirámide de Nohoch Mul. Cobá |
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Pirámide de Nohoch Mul. Cobá |
Es cierto que el calor que hacía era abrasador y estábamos
calados de sudor, pero este lugar es tan impresionante y estábamos tan
extasiados con las panorámicas, que nos costaría casi una hora el empezar a
bajar de nuevo. La construcción cuenta con una enorme soga que te ayuda, tanto
en la subida como en la bajada, a superar la inclinación y el tamaño de los
escalones y aunque acabas algo cansado, de verdad, que merece la pena.
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Selva desde Pirámide de Nohoch Mul. Cobá |
Tampoco hay que olvidar en este último grupo, la Gran
Plataforma, un edificio de casi treinta metros de altura, y otra estructura
formada por un conjunto de habitaciones cuyo interés estriba en una gran estela
considerada como la mejor conservada del yacimiento, en la que puede leerse la
fecha maya del 30 de noviembre de 730.
A la salida era ya la hora de comer por lo que le pedimos a
Gerardo que nos llevara a algún lugar agradable donde no hiciera demasiado
calor, por lo que se dirigió hacia un restaurante a orillas del gran lago Cobá,
una inmensa masa de agua donde dicen que hay cocodrilos. Y vaya que si los
había, pues podríamos comprobar cómo los dueños del lugar donde almorzábamos, a
las 16:00 en punto, situaban en la orilla una gran cantidad de comida para que
minutos después hicieran acto de aparición varios de los inmensos reptiles a
devorarla. Sería una experiencia que nos impresionaría bastante pues era algo
preparado por cuenta y riesgo de los propietarios sin ningún tipo de medidas de
seguridad salvo mantenerse alejados unos metros, por lo que nunca se sabe lo
que puede pasar en estos casos.
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Cocodrilo en Lago Cobá |
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Cocodrilo en Lago Cobá |
La comida no había conseguido que nos recuperáramos del
calor sofocante que hacía, por lo decidiríamos ir a un cenote cercano, cuyo
nombre no recuerdo, para refrescarnos, antes de comenzar el camino de vuelta
hacia nuestro hotel, terminando de esta manera las escapadas por la península
de Yucatán, aunque todavía nos quedaban varios días para disfrutar de las
cristalinas aguas del mar Caribe.
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Cenote cercano a Cobá |
Estábamos en México y estaba claro que no podíamos irnos del
país sin asistir a algo parecido a una fiesta mexicana, de lo más turística
pero una fiesta que era lo importante, con música, mariachis y varios juegos
que implicaban a la gente del hotel y que harían que nos lo pasáramos en grande
durante lo que restaba de tarde.
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Fiesta Mexicana en Grand Oasis Riviera Maya |
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Fiesta Mexicana en Grand Oasis Riviera Maya |
Tras una copiosa cena, nos reencontraríamos con la
gran familia que habíamos hecho durante estos días para volver a disfrutar de
una noche de diversión y es que había que amortizar las pulseras al máximo
posible. Menuda excusa…
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