Besalú es uno de los pueblos más bonitos de la zona y en su
reducido espacio se concentra una sorprendente riqueza monumental que le ha
valido la declaración de Conjunto Histórico
Artístico. La imagen de su puente en curva sobre el río es una de las más
típicas postales de la provincia gerundense, sus baños árabes destacan por su
rareza y pasear por sus calles y plazas es como retroceder a la Edad Media, por
lo que bien merecía dedicar a una de las poblaciones más antiguas de España al
menos toda la mañana.
Besalú |
Los primeros documentos sobre Besalú datan del siglo X,
cuando al morir Wilfredo el Velloso se convierte en condado independiente,
aunque en el año 1111, al morir Bernat III y por políticas matrimoniales, pasa
a patrimonio de los condes de Barcelona.
Nuestra visita nos llevaría hasta los siguientes lugares de
importancia:
Pont Vell:
también llamado puente fortificado, data del siglo XI y presenta un trazado en
ángulo, forzado por las rocas utilizadas para asentar sus pilares. Volado
durante la Guerra Civil, fue reconstruido respetando su estilo original.
Pont Vell. Besalú |
Pont Vell. Besalú |
Plaza Mayor:
denominada igualmente plaza de la Libertad, se trata de un espacio porticado
cuyo trazado data del siglo XVI y que
antiguamente fue su centro comercial. Aquí se levanta el palacio real del siglo
XIV donde tuvo su sede la veguería (algo parecido a un tribunal de asuntos
menores).
Plaza Mayor. Besalú |
Soportales Plaza Mayor. Besalú |
Calle Tallaferro:
sale de la Plaza Mayor y en ella se verán unos cuantos edificios señoriales con
sus portones y ventanas esculpidos.
Judería o Call:
tenía una cierta importancia, de ahí la existencia de una sinagoga, cuya
autorización para ser construida fue concedida por Jaime I el Conquistador,
cuyos restos fueron descubiertos durante unos trabajos y recuperados entre 2002
y 2005, y unos baños (Miqvé) del siglo XII y únicos en su género. Están dentro
de una casona que conserva una puerta típica románica y se crearon, junto a la
sinagoga, en tiempos de Jaime I cuando concedió este privilegio a los judíos
asentados en la ciudad. Se utilizaban en
ritos de purificación de los fieles en determinados acontecimientos de su vida.
Plaza de Sant
Pere: otro de los centros de Besalú. Aquí destaca la presencia del
Monasterio de Sant Pere, monasterio benedictino levantando en el siglo X del
que sólo queda la iglesia, considerada como uno de los mejores edificios
románicos de Cataluña. En su interior
destaca la girola del ábside central, con ocho columnas y capiteles labrados
con escenas bíblicas, además de una
serie de enterramientos.
Monasterio de Sant Pere. Besalú |
Monasterio de Sant Pere.Besalú |
Museo de
Miniaturas: localizado en la plaza de Sant Pere y abierto todos los
días en temporada alta (10:00 a 19:00). Se trata de un curioso museo privado
que distribuye sus piezas en tres salas: una para las miniaturas, casas de
muñecas y demás, que pueden verse a simple vista; otra para las obras que tienen
que verse con una lupa, y una tercera para las que se necesita un microscopio.
Museo de las Miniaturas. Besalú |
Casa Cornellá:
en la parte contraria al monasterio de Sant Pere, se trata de un edificio
románico del siglo XII que perteneció a la familia Cornellá hasta el siglo XV,
cuando pasó a ser propiedad de la familia Llaudes. Hay que entrar para ver el
patio con su galería y la bodega.
Hospital de Sant
Juliá: hoy convertido en centro socio – cultural, lo más bonito es el
portal con sus capiteles labrados y las arquivoltas.
Sant Juliá:
detrás del monasterio de Sant Pere. Una iglesia y hospital construida en el
siglo XII por los condes de Besalú para acoger a los peregrinos.
Colegiata de Santa
María: en un principio formaba parte de las dependencias del castillo.
De su arquitectura original románica, no conserva más que la cabecera y parte
del crucero. Bonitos capiteles.
Colegiata de Sta María. Besalú |
Iglesia de San
Vicenç: junto al carrer Major. Es una construcción románica del siglo
XII, donde sucesivas reformas y
ampliaciones han alterado su estructura original. Interesante la portada
lateral, de Sant Rafael, con los capiteles decorados con motivos orientales. En
su interior, una tumba de alabastro del siglo XIV y la imagen de la Virgen dels
Dolors, patrona de Besalú.
Iglesia de San Vicente. Besalú |
A todo lo anterior hay que sumarle el continuo encuentro con
hermosos edificios románicos y góticos casi en cada esquina, por lo que cada
rincón de la localidad es un regalo para la vista.
Después de picotear algo en una terraza teníamos claro que
la tarde nos la íbamos a tomar mucho más relajada que la mañana, cambiando
además lo cultural y monumental por un hermoso espacio natural: el lago de
Bañolas o L´Estany de Banyoles.
Situado a tan sólo 14 kilómetros de Besalú, sólo tardaríamos
quince minutos en llegar.
Con más de nueve kilómetros de perímetro y una profundidad
que oscila entre los 6 y 62 metros es el lago más grande de Cataluña. Se
encuentra rodeado en uno de sus lados por montañas, aunque los árboles de la
ribera constituyen su mayor riqueza paisajística, unidos a los juncos y cañizos
que crecen en las orillas, donde estacionan patos y otras aves.
Lago de Banyoles |
Sus aguas, como las de las restantes lagunas de la zona, son
de origen kárstico. Proceden de la afloración a la superficie de aguas
subterráneas infiltradas a través de rocas calcáreas.
Sus agradables paisajes se pueden recorrer por una carretera
que lo bordea casi en su totalidad, destacando especialmente el paraje conocido
como Los Desmais y la fuente del Vilar, con árboles que inclinan sus ramas
hasta la orilla del lago.
Lago de Banyoles |
Otras fuentes como la del Ferro y de Filosa son muy
codiciadas por los excursionistas en verano.
Pero si hay una actividad que destaca sobre las demás esa
sería la de dar una vuelta al lago en barco, como así haríamos. Embarcaríamos
muy cerca de la oficina de turismo. Su precio es de siete euros y la duración
del trayecto es de unos cuarenta minutos.
De verdad que merece la pena la navegación porque las
perspectivas que se consiguen en nada tienen que ver a las obtenidas desde las
orillas, aparte de poder disfrutar de la paz y tranquilidad que se disfruta
desde la cubierta, mientras ves un gran número de aves sobrevolar los
alrededores.
Lago de Banyoles |
Antes de abandonar la zona no desaprovecharíamos la
oportunidad de dar una pequeña vuelta por lo localidad de Bañolas, del mismo
nombre que el lago y asentada en su orilla.
Del siglo XII son su plaza Mayor, cuadrada y rodeada de
arcos, y los restos de la muralla que se pueden ver desde la calle Pia Almoina.
La industria textil medieval ha dejado huellas como la Llotja del Tint, donde
se teñía la lana, actual sala de exposiciones, o la calle gremial de la
Paraireria. También habría que mencionar el monasterio de Sant Esteve y la
iglesia de Santa María.
Plaza Mayor. Banyoles |
Murallas. Banyoles |
Pia Almoina. Banyoles |
Era el momento de dejar esta zona de la provincia y sus
alrededores, por los que nos habíamos movido durante estos cuatro días, y
acercarnos un poco más a la costa para poder tener más cerca los destinos a los
que queríamos acercarnos en días posteriores.
Para evitar el alto coste que supone alojarse en plena Costa
Brava, optaríamos por un alojamiento rural en un pueblo del interior, no
demasiado alejado del mar, pero que hacía bajar el precio de la noche de forma
considerable. La localidad se llamaba Garriguella y nuestro nuevo centro de
operaciones Can Coll, situado en la calle
Sant Sebastia, 3.
Todo en la casa está muy bien cuidado y las habitaciones
están limpias y bien decoradas. Los desayunos con productos locales son dignos
de reseñar y su localización es ideal para conocer la región del Alt Ampurdá y
otros lugares cercanos.
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