DIA 01. EEUU. De Nuevo en los Estados Unidos, un año después.Llegada a Washington

13 de Agosto de 2009.

A veces la insistencia, la perseverancia y el ser un auténtico pesado dan sus frutos. Prueba de ello es que me encontraba el jueves al mediodía en el aeropuerto de barajas, con la familia, esperando a que saliera el avión con destino al aeropuerto Dulles de Washington D.C., capital de la gran potencia mundial.

Sólo un año después volvía a este inmenso país tras haber visitado Nueva York en el mes de Julio del pasado año y es que después de repetirle a mi padre más de mil veces que porqué no hacíamos un viaje en condiciones juntos, este no pudo negarse en la ocasión mil una.

Nos ofrecería dos opciones para elegir a mi hermana y a mí. Por un lado Noruega, uno de los países con más paisajes espectaculares del mundo y por otro lado algún destino de América del Norte. Tras valorar las opciones decidimos que como Noruega estaba más cerca y parecía algo más sencillo ir en otra ocasión, al final nos decantaríamos por América que siempre es más complicado poder llegar hasta allí.

Luego no tardamos mucho en elegir el viaje, pues los tres queríamos conocer las cataratas del Niágara, por lo que teniendo clara esa premisa, sólo teníamos que montar el viaje en base a ese destino. Dado que yo ya había estado en Nueva York, decidiríamos combinar los espectaculares saltos de agua con otras ciudades de renombre e imprescindibles en Norteamérica: Washington, una de las sedes del poder del mundo; Boston: una de las ciudades con más historia de la parte norte del continente americano y, por cercanía, Toronto, así también veíamos una ciudad canadiense.

Capitolio. Washington

Cataratas del Niágara

No podríamos incluir nada más dado que mi padre sí que pondría una condición y es que el viaje no podría exceder de más de diez días, por lo que para no ir agobiados y disfrutar al máximo de todo, decidiríamos no visitar ningún otro lugar en el mismo.

Era la primera vez que realizábamos un viaje de estas características en familia y por nuestra cuenta, por lo que estábamos realmente ilusionados y motivados con ello. Y es que aunque por separado ya habíamos salido todos, al menos una vez, de la vieja Europa, es cierto que juntos no lo habíamos hecho nunca y eso era un aliciente extra.

Destino Washington. Aeropuerto de Madrid - Barajas

El vuelo sería agradable y todo transcurriría sin contratiempos llegando a la hora prevista a la capital federal.

Los controles del aeropuerto serían igual de estrictos que siempre, aunque esta vez podríamos acudir los tres a la vez al agente de aduanas que nos correspondería ya que éramos una unidad familiar y en este caso no tienes que acudir por separado, algo que agradeceríamos porque así sería mi hermana, con un nivel de inglés bastante más aceptable que el nuestro, la que contestaría a las preguntas realizadas por el funcionario. Tras quedarse este conforme con las respuestas y tomarnos las huellas dactilares y demás, ya estábamos legalmente en suelo americano y, por tanto, comenzaba nuestra pequeña aventura.

Habían sido casi nueve horas de vuelo por lo que cuando quisimos salir del aeropuerto, entre unas cosas y otras, eran ya más de las ocho, por lo que sólo nos quedaba desplazarnos hasta el que sería nuestro alojamiento durante las próximas tres noches, ya que pasaríamos dos días completos en la capital federal.

Habíamos elegido un hotel a una distancia bastante razonable del centro, en la zona de las embajadas y a pocas manzanas de las famosas tiendas de Georgetown, y que para los precios de la capital no era excesivamente caro en esos momentos. Se llamaba Melrose Georgetown Hotel y estaba situado en Pennsylvania Avenue, 2430. Sus alrededores contaban con amplias avenidas y con un buen número de restaurantes y cafeterías para poder tomar algo en cualquier momento. Además era una zona muy segura y por donde podías estar en cualquier momento del día o de la noche.

La habitación era amplísima y estaba decorada de forma moderna con dos inmensas camas King de lo más cómodas y confortables. Todo estaba limpio y el baño parecía nuevo, con todo tipo de detalles, incluidos los albornoces que podíamos utilizar en vez de las toallas. La verdad que nos quedaríamos con la boca abierta porque es de las pocas veces que un hotel supera con creces las expectativas que tienes de él después de verlo en internet.

El día había sido intenso y estábamos cansados por lo que para cenar optamos por comprar algo en un supermercado cercano y tomárnoslo tranquilamente en la habitación antes de dar por finalizada la jornada.

CONSEJOS PRÁCTICOS:

DOCUMENTACIÓN: Pasaporte en regla no siendo necesario visado siempre que no se permanezca en el país más de noventa días. Será también necesaria la autorización electrónica de viaje ESTA que se puede obtener en la página https://esta.cbp.dhs.gov/esta/. Para Canadá es suficiente con el Pasaporte.

ALOJAMIENTO: Durante la temporada alta que suele ir de Junio a Septiembre conviene reservar con varios meses de antelación ya que así se podrá ahorrar bastante con diferentes ofertas y se evitará que se agoten las plazas en los hoteles con mejor relación calidad – precio. Como casi siempre yo suelo utilizar www.booking.com

ELECTRICIDAD: En Estados Unidos y Canadá es a 110 – 115 V. Las clavijas son planas, por lo que conviene no olvidar llevar un adaptador.

COMPRAS: Por lo general, en EEUU los precios resultan razonables y prácticamente todo (comida, gasolina, cámaras, ropa, etc.) sale más económico que en Europa. En Canadá todo es más caro y a veces incluso más que en Europa. Por economía en el cambio, es aconsejable llevar dólares americanos y canadienses desde España.

SANIDAD: Dado que en EEUU y Canadá no hay una Seguridad Social del tipo de la europea, los particulares se encargan de sus gastos médicos y de hospitalización. Las tarifas son muy altas por lo que es aconsejable llevar un seguro de viaje.

PROPINAS: Hay que tener claro que se puede considerar que son obligatorias salvo que se dé un mal servicio por parte del establecimiento o de la persona que te atienda. Suele ir del 10 al 15 % en base a lo que cada uno considere, pero en más de una ocasión dejando el 10% nos miraban con mala cara.

SEGURIDAD: En ninguna de las ciudades que visitamos tuvimos sensación de peligro, además de poder constatar la presencia continua de policías en todos los lugares de interés. Son ciudades muy preparadas para el turismo al igual que las famosas cataratas del Niágara.

CLIMA: En los meses de verano suele hacer buen tiempo y temperaturas agradables que muchas veces llegan a los treinta grados, por lo que es aconsejable llevar ropa ligera y si acaso un chubasquero para alguna posible tormenta de verano y una chaqueta por si refresca por la noche.

COMIDA: Aunque se pueden encontrar restaurantes de calidad en cualquier parte estos son bastante caros, por lo que si se quiere ahorrar un dinero nada como comer y cenar en las clásicas cadenas de “fast food” donde es cierto que las hamburguesas tienen un sabor y una calidad mayor que en el continente europeo, a parte de las dimensiones que hace que no puedas terminar con el plato en muchas ocasiones. También está la opción de los supermercados donde también se pueden comprar bandejas de fruta, ensaladas y yogures y así darte un respiro en algún momento de tanta comida basura.

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