NAVARRA - DIA 05. Artajona - Tafalla - San Martín de Unx - Ujué

27 de Noviembre de 2007.

Si ayer el plato fuerte era la agreste naturaleza, hoy esta iba a dejar paso a una ruta compuesta en su totalidad por lo monumental y cultural, pues en nuestro camino nos esperaban pueblos que esconden la esencia del románico rural de Navarra, sencillas y encantadoras ermitas, iglesias en las que el arte escultórico se expresa a un altísimo nivel y magníficos conjuntos medievales de carácter urbano.

Todo empezaría, casi recién salido el sol, observando en la lejanía la imagen, difícilmente superable, del cinturón de murallas que rodean el casco histórico de Artajona, más conocido con la denominación de El Cerco. Todo él compone, junto con la silueta emergente del templo de San Saturnino, cuya torre campanario hizo funciones de atalaya defensiva, una de las fortificaciones más importantes de Navarra. Su origen se remonta al siglo XII y evidencia el pasado tortuoso de esta villa, sometida a lo largo de los siglos a frecuentes asedios.

Cerco de Artajona

El lienzo de la muralla se ve salpicado en la actualidad  por nueve torreones almenados de planta cuadrangular, de las catorce que formaron las defensas en el pasado.

Cerco de Artajona

La iglesia de San Saturnino, por su parte, forma una de las visiones medievales más pintorescas que se pueden contemplar en España. Su papel defensivo se muestra claramente en los robustos muros, los recios contrafuertes, los pasos de ronda sobre las bóvedas y la esbelta torre de vigilancia, muy decorada con frisos, gárgolas y balaustradas.

Cerco de Artajona e Iglesia de San Saturnino

Iglesia de San Saturnino. Artajona

Iglesia de San Saturnino. Artajona

Continuaríamos dando un paseo por el pequeño casco urbano, centrado en las calles Eugenio, Mayor y de San Pedro, donde no faltan muestras arquitectónicas de los siglos XVI y XVII: casas blasonadas, portadas con arcos de medio punto, palacetes señoriales, incluso un evocador pasadizo.

En la parte baja de la población queda la iglesia de San Pedro, edificio del gótico inicial que conserva un espléndido tríptico flamenco de la Epifanía.

Más abajo, a la entrada de la villa por la carretera, conviene detenerse en la Basílica de Nuestra Señora de Jerusalén, un monumental conjunto de edificios, cuyo templo barroco sustituyó al anterior románico.

Nuestra segunda parada del día sería en la importante ciudad de Tafalla, cuya historia se remonta al siglo X, cuando los reyes navarros crearon una plaza fuerte frente a la presión musulmana, y pronto se convirtió en importante núcleo comercial. Durante la Edad Media estuvo protegida por un recinto amurallado del que quedan escasos restos, y a principios del siglos XIV, el rey Carlos III hizo construir un suntuoso castillo también desaparecido.

Aunque ya no hay murallas, Tafalla, rodeada por campos de cereal, viñas y huertas, conserva en su casco antiguo el trazado medieval, con largas calles que siguen las cotas de nivel de la colina de Santa Lucía y otras perpendiculares a ellas que descienden hacia el río Cidacos.

Lo más esencial para visitar sería lo siguiente:
  • Plaza de Francisco de Navarra: lugar de encuentro para los vecinos de Tafalla, conforma un notable conjunto urbanístico de estilo neoclásico. Se alza sobre el solar del palacio real levantado por Carlos III el Noble entre 1862 y 1866. Dibuja un gran rectángulo recorrido por soportales y arcos de medio punto.
Plaza de Francisco de Navarra. Tafalla

  • Iglesia de Santa María: el templo se levantó en el siglo XVI y se remodeló en el siglo XVII. Exhibe un monumental retablo romanista, además de una imagen del patrono de Tafalla, San Sebastián. Destacar también el Cristo del Miserere.
Iglesia de Santa María. Tafalla

  • Iglesia de San Pedro: construida en estilo gótico y profundamente reformada en estilo plateresco en la centuria siguiente, conserva de la obra original una bella portada y un artístico retablo de la Visitación.
Iglesia de San Pedro. Tafalla

  • Convento de Concepcionistas Recoletas: su gran fachada da paso a un templo de cruz latina y nave única, amplio crucero, cabecera recta y coro alto a los pies.
Convento Madres Concepcionistas. Tafalla

  • Iglesia de los Escolapios: este antiguo convento de los capuchinos data de finales del siglo XVII, aunque cuenta con dos capillas de estilo barroco.
  • Palacio del Marqués de Feria: es un edificio señorial construido a finales del siglo XVIII siguiendo patrones neoclásicos. La fachada aparece presidida por un blasón de piedra de estilo rococó.
  • Palacio de los Mencos: perteneciente a los condes de Guendulain es uno de los grandes de Tafalla. En uno de sus ángulos crece un torreón y se conecta con el convento de Recoletas por un arco. Se accede por un portón de medio punto en el que destaca un balcón y, encima de éste, el escudo señorial.
  • Casa Cordón: magnífico ejemplo de residencia renacentista que debe su nombre a los relieves acordonados que adornan su fachada.
  • Convento de San Esteban: muy poco, casi nada, queda del primitivo monasterio medieval levantado en el siglo XV, origen de la construcción actual. Abandonado como consecuencia de la Desamortización del XIX no volvió a ser ocupado hasta comienzos del siglo XX.

Menos de doce kilómetros nos separaban de San Martín de Unx, nuestro siguiente destino. Esta localidad se halla situada en una zona de viñedos y buenos vinos. Se trata de un pueblo empinado con una iglesia en cada extremo. En la parte baja se alza la sencilla iglesia gótica de Santa María del Pópulo, que alberga una talla de la Virgen del mismo estilo.

San Martín de Unx

Pueblo arriba, en las calles de origen medieval se suceden señoriales  mansiones blasonadas, mientras que en lo alto está la iglesia de San Martín de Tours, consagrada en 1156. Es de nave única y ábside semicircular común para la iglesia y para la cripta inferior. La portada occidental se encuentra bellamente labrada con tres arquivoltas adornadas con motivos vegetales y geométricos que descansan sobre columnas de excepcionales capitales tallados con máscaras, motivos vegetales o incluso un guerrero en lucha con dos bestias.

Casco Histórico.San Martín de Unx

Iglesia de San Martín de Tours. San Martín de Unx

En el interior lo mejor es, sin duda, la pequeña cripta, íntima y misteriosa, con tres naves sobre columnas adosadas al muro y otras seis exentas, todas con capiteles que muestran preciosas tallas vegetales. Imperdonable no verla.

Cripta Iglesia San Martín de Tours. San Martín de Unx

La jornada la terminaríamos en Ujué, población que luce espléndida desde la lejanía: encastillada, en piña sobre un cerro relamido, pirámide perfecta sobre la que  despunta la torre almenada y maciza de su iglesia de Santa María, templo fortaleza nacido para resistir los embates de la guerra. Es un pueblo vigía, una atalaya espiritual de calles empedradas por las que corre el viento a placer, un oteadero de vistas privilegiadas sobre la Ribera y sus llanuras en el extremo oriental navarro.

Ujué

A la entrada, un crucero gótico anuncia el entramado medieval de laberínticas calles estrechas y casas con amplios portales, bastantes de ellas con grandes escudos en las fachadas, y algunas mansiones barrocas.

Casco Histórico. Ujué

Casco Histórico.Ujué

El caserío se adapta como puede a las laderas del cerro dibujando empinadas rampas y calles escalonadas para salvar el desnivel.

Casco Histórico.Ujué

Casco Histórico.Ujué

Ujué también tendría un castillo, pero sería derruido en el siglo XV por las tropas castellanas, y de él sólo queda la Iglesia de Santa María, que con sus torres almenadas y sus pasos de ronda anuncia su pertenencia a la antigua fortaleza.

Iglesia de Santa María. Ujué

Iglesia de Santa María. Ujué

Iglesia de Santa María. Ujué

Pero bajo esta severa apariencia hay un magnífico templo que funde la cabecera románica del siglo XI y la nave gótica del XIV. Dentro hay una bella talla románica de la Virgen, forrada en plata en el siglo XIV, un cáliz de plata dorada y otras obras de arte, además del corazón del rey navarro Carlos II el Malo, depositado  en una arqueta del ábside central.

Si la iglesia apabulla por su arte, la explanada abierta ante ella ofrece unas inigualables vistas sobre las cumbres del Pirineo navarro y aragonés, hacia oriente, y gran parte de Navarra media y de la Ribera, con Montejurra y el Moncayo como telón de fondo. ¿Puede terminarse de mejor manera el día?

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