Extendido a lo largo de un tajo, Arcos se puede sentir
orgulloso de estar considerado como uno de los pueblos más bonitos de España.
Un paseo por sus blancas y empinadas calles, evoca en numerosos momentos los
pueblos andaluces del norte de África. Esta impronta árabe se ve rota en cada
momento por las fachadas renacentistas o platerescas que hacen resaltar su
presencia entre la blancura de sus calles y los arcos que cruzan de una acera a
otra.
Arcos de la Frontera |
Después del sabroso y contundente buffet libre del parador y
de dejar las maletas en consigna, nos dispusimos a conocer los monumentos más
importantes de Arcos, antes de regresar a Madrid.
El pueblo seduce por su belleza y uno no se cansa de subir y
bajar por las empinadas callejuelas donde a veces los forasteros, ante la falta
de práctica, se ven envueltos con sus vehículos en alguna complicada situación,
haciendo maniobras imposibles para salir de la misma.
Dicho lo anterior, en su casco antiguo, medieval, declarado
Monumento Histórico – Artístico, destacaría lo siguiente:
Basílica de Santa
María: el templo que corona Arcos de la Frontera se abre a la plaza del
Cabildo a través de un altivo torreón que nace de la portada principal. Sería
erigido sobre un antiguo templo visigodo y los restos de una mezquita tras la
conquista de la plaza por Alfonso X El Sabio. La torre sufriría graves daños
durante el terremoto de Lisboa de 1755, por lo que debió ser reparada, y de ahí
su aire barroco actual. El interior cuenta con tres naves donde se abren
diferentes capillas.
Basílica de Santa María de la Asunción |
Balcón de la Plaza
del Cabildo: en la misma plaza que la basílica, es el antiguo patio de
armas del castillo, un arco blanco donde hay que asomarse para contemplar la
vista del meandro del río Guadalete.
Ayuntamiento:
en uno de los laterales de la plaza del cabildo se levanta la Casa
Consistorial, con una portada rematada con un San Miguel.
Iglesia de San
Pedro: el templo es barroco y en su interior destacan la capilla del
Reloj y el retablo de Nuestra Señora de la Soledad. El altar mayor es una buena
muestra de pintura y escultura de los siglos XVI y XVII. Merecen también la
pena visitarse las capillas de los Ayllones y de la Divina Pastora. Como
curiosidad mencionar que entre esta iglesia y la de Santa María existe una
antigua rivalidad, pues durante mucho tiempo mantuvieron un pleito sobre su
antigüedad e importancia, hasta el punto que tuvo que intervenir El Vaticano.
El tribunal de Rota dictaminó a favor de Santa María. En 1760 el cura de esta
iglesia trajo de Roma dicho veredicto y la imagen conocida como “El Niño de Roma”, que se saca todos los años
en la procesión del Corpus, para envidia del bando contrario.
Iglesia de San Pedro |
Castillo:
también en la parte más alta de Arcos, sería levantado por los árabes y jugó un
importante papel durante los reinos de taifas en el siglo XI. En 1264 fue conquistado
por los cristianos y a partir de ese
momento sería una de las principales avanzadillas castellanas en la
conquista del reino árabe. En el siglo XVIII tendría que ser restaurado a raíz
del terremoto de Lisboa de 1755.
Ayuntamiento y Castillo |
Palacio del Conde
de Águila: situado en la cuesta de Belén posee una interesante fachada
gótica.
Palacio del Conde del Aguila |
Iglesia de los
Jesuitas: en la calle Olivares. Las obras para la construcción de este
grandioso templo se emprendieron en el siglo XVIII, pero al ser expulsada la
orden de España, al poco tiempo se suspendieron los trabajos. Hoy puede verse
la fachada hasta un par de metros de
altura y el Mercado de Abastos en su
interior.
Palacio del
Mayorazgo: tiene fachada renacentista y un balcón de piedra.
Actualmente alberga la Casa de Cultura, así que es recomendable entrar para ver
los patios interiores.
Palacio del
Marqués de Torresoto y
Palacio Juan de Cuenca: dos palacios más, uno frente a otro.
Puerta de Matrera:
también llamada de la Traición, es de origen árabe y estaba flanqueada por dos torres,
de las que ya sólo queda una.
Arcos de la Frontera |
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