DIA 03. CADIZ. Medina Sidonia - Chiclana - Sancti Petri - Puerto de Santa María

15 de Enero de 2007.

Hacía tiempo que tenía ganas de conocer Medina Sidonia, el primer destino del día y localizado a unos cuarenta kilómetros de Cádiz. Su nombre siempre me había atraído, además de ser consciente de que era poseedora de un gran patrimonio monumental y artístico junto con una arquitectura civil reseñable.

Medina Sidonia esparce su caserío señorial entre las tierras adehesadas de la región de La Janda, a un lado de la llamada ruta del Toro Bravo. Por ella pasaron fenicios y griegos; los primeros que levantaron en ella una colonia mercantil a la que dieron el nombre de Sidón (de ahí su apellido, Sidonia). Con posterioridad sería romana e importante ciudad visigoda hasta la conquista árabe, ocurrida en el 712. Alfonso X entró en la villa en 1246, siendo parte del Señoría de los Guzmanes hasta las Cortes de Cádiz de 1812.

Dentro de ella se alza un castillo, un puñado de valiosas iglesias, arcos de época árabe y un delicioso conjunto de casonas de aliento aristocrático. Vamos a descubrirlos poco a poco.

No sería mala idea comenzar a conocer la localidad por sus conjuntos arqueológicos, donde se cuentan hasta tres: el del Castillo, en la parte más elevada del cerro, permitiendo sus restos hacerse una idea de la magnitud de la obra, apreciándose en los lienzos de murallas y torreones existentes; el de Villa Vieja, en el que se puede observar la superposición de diferentes restos pertenecientes a diversos momentos de la historia de la ciudad; y el romano, en el que se puede observar un conjunto de galerías subterráneas cuya función como sistema de alcantarillado en la época romana nos indica el grado de urbanización de la ciudad. La iluminación artificial permite recorrer con toda comodidad los pasadizos y apreciar sus bóvedas. La existencia de cloacas de estas dimensiones, a veces conectadas con otras construcciones subterráneas que servían de bodega, pone de manifiesto la importancia que tuvo Medina Sidonia en el conjunto de la baja Andalucía.

Sta María La Coronada desde El Castillo. Medina Sidonia

En arquitectura religiosa destaca la iglesia de Santa María Coronada, donde destaca su retablo mayor, suntuoso e impresionante, y uno de los más singulares de Andalucía, realizado por importantes artistas y siendo como una biblia dorada y policromada. El claustro también se encuentra bien conservado.

Santa María La Coronada. Medina Sidonia

Medina Sidonia desde Torre de Santa María La Coronada

Otros monumentos religiosos que sobresalen son la iglesia de las Monjas de Arriba, de la que cuentan que sus muros dieron cobijo a una conversa, Simi la Hebrea, una joven judía gibraltareña, la iglesia de Santiago de estilo mudéjar y la Ermita de los Santos, uno de los templos andaluces más antiguos, de estilo visigodo. La inscripción de una de las columnas lo fecha en el siglo VII. De su época de villa romana también se mantiene en pie parte del torreón y algunos capiteles.

Por último habría que citar las tres puertas de su pasado islámico: la puerta de la pastora, el arco de Belén y la puerta del sol.

Arco de la Pastora. Medina Sidonia

Después de disfrutar de esta localidad del interior gaditano era el momento de volver a la costa. Exactamente a Chiclana, situada a sólo 22 kilómetros de la anterior.

Aunque para ser más precisos hay que decir que nuestra única intención en el término municipal de Chiclana era ver su famosa e inmensa playa de La Barrosa, una de las más bellas y limpias del litoral gaditano, donde las aguas embravecidas del océano Atlántico besan su arena dorada. Está adscrita al Parque Natural de la Bahía de Cádiz, encontrándose rodeada por urbanizaciones de casas bajas que han cuidado el entorno adaptándose a un paisaje ecológico y paisajístico de gran valor.

Playa La Barrosa. Chiclana

Hay lugares que al ser tan turísticos imponen e impactan al encontrarlos desiertos y así nos sucedería con esta maravilla, por donde podríamos dar un paseo sin encontrarnos a nadie sobre la arena. También es cierto que no estaría mal poder disfrutar de este popular rincón en la temporada estival, cuando se encuentra en su máximo apogeo y ebullición.

En ambas puntas destacan las dunas de arena blanca, algunas de ellas de carácter fósil, y sus acantilados.

Entre Chiclana y San Fernando se localiza la isla de Sancti Petri, por lo que no desaprovecharíamos la oportunidad de acercarnos a la playa desde la que se puede observar en la lejanía. Sobre las rocas quedan restos de una fortaleza del siglo XIX y una torre de señales. Cuentan que la isla poseía un pozo de agua dulce que manaba en sentido contrario al de las mareas. Documentos antiguos sitúan aquí el templo de Hércules.

Castillo de Sancti Petri

Playa y Castillo de Sancti Petri

En la margen derecha del río Guadalete, donde se supone que tuvo lugar la batalla que concluyó con el reinado visigodo en España, se asienta El Puerto de Santa María, ciudad donde pasaríamos lo que restaba de tarde.

Desde sus muelles saldría el navío comandado por el santanderino Juan de la Cosa, afincado allí, cuya importancia fue capital al dibujar el primer mapamundi que incluía las tierras recién descubiertas. Colón se alojaría en el palacio que los Medinaceli tenían en esta ciudad ribereña, y de allí saldría la expedición que mayores logros geográficos conseguiría, la de Alonso Ojeda. De su primera vinculación con la Carrera de Indias nos habla el hecho de que fue la ciudad en donde se aposentó el control del tráfico con el continente hasta que Sevilla obtuvo el privilegio real del monopolio de la Carrera de Indias. Así que como se puede observar su importancia histórica es crucial en la historia de España y América.

El Puerto de Santa María posee un caserío blanco y numerosos palacios, algunos de ellos convertidos en casas de vecinos como la casa de las Cadenas, en la plaza del Ayuntamiento, uno de los mejores ejemplos de la arquitectura civil andaluza. La casa fue erigida a lo largo del siglo XVII y alojó a Felipe V. Su estilo barroco se manifiesta en su bella fachada en la que destaca su gran escudo de armas nobiliario.

Además, entre sus monumentos más relevantes hay que señalar la Iglesia Prioral, que se alza en la zona alta de la ciudad desde mediados del siglo XV. Sus capillas son hermosas, llenas de luz y aires barrocos, y acogen importantes imágenes religiosas.

Iglesia Mayor Prioral. El Puerto de Santa María

Tampoco podemos dejar de citar el castillo de San Marcos, primero musulmán y después cristiano, y perfectamente restaurado y conservado.

Castillo de San Marcos. El Puerto de Santa María

Alfonso X El Sabio. El Puerto de Santa María

Importante también es la casa – museo del poeta Rafael Alberti, nacido en esta localidad, y donde se acoge buena parte de su memoria con enseres personales, pinturas, libros y manuscritos dirigidos a numerosos amigos.

La población es famosa también por sus bodegas y sus magníficos vinos, además de por las espléndidas playas de Valdelagrana, Vista Hermosa y Las Redes, a las que ya no tendríamos tiempo de acercarnos.

Sin embargo, sí que podríamos dar una vuelta, antes de regresar a Cádiz, por el agradable paseo marítimo y su plaza de las Galeras, donde está la fuente del mismo nombre que abastecía de agua a la población, los barcos y otras ciudades vecinas, así como por  los exteriores de su famosa plaza de toros, que junto a la de Sevilla y Madrid forman la trinidad de los grandes cosos taurinos en España.


Plaza de Toros. El Puerto de Santa María

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