Amanecía un día de cielos despejados y algo frío, las
condiciones idóneas para dirigirnos hacia Sanlúcar
de Barrameda, una villa señorial de origen marinero que aún conserva casas
de arquitectura colonial, junto con otras de bella factura barroca. Sus plazas,
sus iglesias y avenidas miran a la desembocadura del Guadalquivir desde cuyas
orillas se alcanza a ver el horizonte curvo del océano.
Comenzaríamos dirigiéndonos a la parte alta de Sanlúcar que
acoge la mayor parte del conjunto monumental y palaciego de la ciudad. En ella empezaríamos
la visita por el castillo de Santiago,
el más grande de la provincia de Cádiz. La construcción es un libro de
historias y anécdotas. Se dice que fue aquí donde, al acabarse su construcción
allá por el siglo XV, la reina Isabel La Católica divisó por primera vez el
mar. También fue el lugar desde donde Colón partiría para su tercer viaje y donde
Magallanes se aprovisionó para su primera ruta alrededor del mundo. Desde lo
alto de su torre del homenaje se consiguen unas excelentes vistas de la ciudad
y la desembocadura del río.
Castillo de Santiago. Sanlúcar de Barrameda |
Castillo de Santiago. Sanlúcar de Barrameda |
Teníamos también gran interés por visitar el palacio Ducal de Medina Sidonia,
localizado a sólo cinco minutos caminando del anterior. Está declarado
Monumento Histórico Artístico y conserva una gran colección artística de
pinturas y esculturas, un interesante mobiliario y un archivo privado
considerado uno de los más importantes del mundo con más de seis millones de
documentos perfectamente catalogados. Sus jardines también merecen mucho la
pena con arcos árabes y diferentes tipos de plantas. Para quienes se lo puedan
permitir comentar que cuenta con hospedería y consta de nueve habitaciones
decoradas con muebles de época.
Palacio Ducal de Medina Sidonia. Sanlúcar de Barrameda |
Dada la proximidad, no perderíamos la oportunidad de
acercarnos hasta Las Covachas, una
de las mejores obras góticas de Sanlúcar, situada en la Cuesta de Belén. Se
trata de una serie de arcos de piedra decorados y adosados a uno de los muros
que cierran el jardín del palacio de Medina Sidonia. El monumento fue realizado
a finales del siglo XV y destacan las figuras de serpientes aladas.
Las Covachas. Sanlúcar de Barrameda |
Muy cerca, en la plaza de la paz, la iglesia de Nuestra Señora de la O, eleva su torre mudéjar por encima
de los tejados sanluqueños. El templo se construiría adosado a los muros
existentes del Alcázar viejo construido por los árabes en este lugar. En el
exterior destaca su portada gótico mudéjar y en el interior varias capillas,
así como su altar mayor.
Nuestra Señora de la O. Sanlúcar de Barrameda |
A pocos pasos hallaríamos el palacio de Orleans – Borbón, actual sede del Ayuntamiento y el
Archivo Municipal. Su peculiar estilo es una apuesta personal del Duque de
Montpensier que enamorado de la arquitectura árabe y de todo lo oriental quiso
plasmar en su casa las experiencias estéticas vividas en sus viajes al cercano
oriente, a la Alhambra de Granada o a los Reales Alcázares de Sevilla. No
podríamos acceder a su interior pero si pasear por su jardín romántico.
Ya en pleno barrio bajo no podríamos evitar sentarnos en la
terraza de una bar llamado Casa Balbino, situado en la plaza del Cabildo, considerada el centro urbano de Sanlúcar. En
ella se encuentran conventos como el de Santo Domingo o el de Regina Coeli y
edificios civiles como la antigua fábrica de jabón, el palacio del Marqués de
Arizón y la casa de la Cilla.
A una manzana se puede visitar también la iglesia de los Desamparados, cuyos
pasos de Semana Santa son de los más importantes de la ciudad.
Y nuestra visita a Sanlúcar terminaría con el conocido
barrio y antiguo puerto pesquero de Bajo
de Guía, en el que habitaban los marineros. Hoy es un paseo que se
caracteriza por una arquitectura de soportales en los que se alojan numerosos
bares y restaurantes que ofrecen la gastronomía tradicional marinera. Y por
supuesto que su playa desde donde se observa al Guadalquivir besar las orillas
del Parque Nacional de Doñana y donde tienen lugar, todos los veranos, las
populares carreras de caballos, las cuales hace ya más de 150 años que se
celebran cuando llega la bajamar, en un
improvisado hipódromo, donde el atardecer se torna casi mágico, reflejado en
las aguas del Atlántico. Decenas de jinetes arrancan de sus caballos toda la
velocidad posible mientras el público, asentado entre los arenales de la playa,
apuesta por sus caballos favoritos. Ojalá algún año podamos verlas.
Doñana desde Bajo de Guía. Sanlúcar de Barrameda |
Nuestro siguiente destino sería Chipiona del que nos separaban sólo diez kilómetros. No era nuestra
intención en ella profundizar, pero sí que queríamos visitar su lugar más
emblemático: el Santuario de la Virgen
de Regla, el cual se yergue sobre la arena color canela de las playas de la
localidad. Fue construido sobre la fortaleza de los Ponce de León en el siglo
XIV y sufrió numerosas restauraciones y ampliaciones hasta que lo ocupó la
orden de los franciscanos.
Santuario Ntra Sra de Regla. Chipiona |
Consagrado a la patrona de Chipiona, exhala un aliento
neogótico. Merecen especial atención la escalera imperial, que conduce al
primer piso del claustro, y los sótanos abovedados. En el interior destaca un
claustro diáfano con galerías cubiertas por tramos de bóvedas y la decoración
de sus muros con azulejos de Triana.
Es verdad que podíamos haber optado por continuar nuestra
visita por el Castillo o por
iglesias como Nuestra Señora de la O,
pero preferimos dar un paseo por la playa
de Regla, una gran playa que se
extiende a modo de arco, con arena fina y dorada y completamente desierta en
esta época del año. El paseo nos permitiría llegar en un kilómetro hasta el faro, el cual indica la entrada al
Guadalquivir para las embarcaciones que pretendan llegar hasta Sevilla por el
río. Sus destellos pueden llegar a verse a 150 kilómetros.
Gaviotas en la playa de Regla. Chipiona |
Faro de Chipiona |
Ya en vehículo y antes de abandonar la población pasaríamos
también por el cementerio de San José, pues queríamos ver el lugar donde
descansa Rocío Jurado que fallecería en 2005 como consecuencia de un cáncer de
páncreas. Está previsto que en no demasiado tiempo se inaugure un mausoleo en su
honor.
Tumba de Rocío Jurado. Cementerio de San José. Chipiona |
No quedaba mucho para que anocheciera, pero queríamos
concluir la jornada acercándonos hasta Rota,
localizada a 18 kilómetros.
El castillo de Luna
es su principal símbolo, apareciendo incluso en su escudo. La visita de su
interior ha de ser guiada ya que es la sede del Ayuntamiento, por lo que
tendríamos que conformarnos con pasear por su exterior.
Castillo de Luna. Rota |
Justo enfrente está la iglesia
de Nuestra Señora de la O, la más importante de la ciudad.
También habría que destacar la torre de la Merced, lo único que queda del antiguo convento, y el Mercado de Abastos, adosado casi a la
misma. En este último se intercalan los puestos tradicionales, donde comprar
los alimentos básicos, con otros donde degustar los platos típicos y
tradicionales de la región.
Aunque son muchos más los lugares interesantes, sólo
tendríamos ya tiempo de dar un pequeño paseo por las callejuelas cercanas al castillo, que dicen que son de las más
bonitas de la población, con las típicas casas andaluzas de fachadas blancas y
llenas de flores en la época idónea.
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