FLANDES OCCIDENTAL Y BRUSELAS - DIA 5. Un poco más de Bruselas, antes de volver

8 de Abril de 2012.

Después de desayunar un croissant y un zumo en un café cercano (4 euros), comenzaba el día con algunas cosas que me habían quedado pendientes el día anterior y que, además, tenía muy cerca, al ladito de la Grand Place, como el edificio de la Bolsa; la Jeanneke Pis o niña meona, competencia del niño desvergonzado (está al fondo del callejón llamado Fidélite); la galería Saint-Hubert , chulísima, me recordó mucho a la galería de Víctor Manuel II, en Milán, incluso casi que me gustó más esta con un montón de chocolaterías en sus laterales. Se te hacía la boca agua mirando los huevos de Pascua; el mercado de Les Halles de Saint-Géry y la bohemia plaza donde se encuentra, etc.

Palacio de la Bolsa


Galerias Reales Saint-Hubert

Jeanneke Pis

Cuando acabé esta pequeña ruta, había llegado el momento de ver cómo podía llegar al famoso Atomium, teniendo en cuenta que no había medios de transporte. Lo primero, me fui a una parada de taxis a preguntar por cuanto me salía el llegar hasta allí y ¡joder!, me soplaban 20 euros sólo por la ida. Por supuesto que no estaba dispuesto a pagar tanto, así que como vi a unos policías patrullado cerca, les pregunté y ¡bingo!, se les ocurrió que porqué no cogía el bus turístico, ya que este te deja allí mismo. Fue una buena idea que a mí no se me ocurrió en ese momento. Costaba 20 euros, pero por lo menos era para todo el día y a la vuelta, cuando tuviera que ir hacia la estación, me valdría el mismo billete. Además, así me enteraba un poco más de la historia de Bruselas y de sus monumentos, gracias a los auriculares que te dan y veía la ciudad desde lo alto del segundo piso del autobús, lo cual te da otra perspectiva distinta.

Sobre las 11.30 llegaba al famoso Atomium, construido para ser el símbolo de la Exposición Universal de Bruselas de 1958. Representa un átomo de hierro ampliado 165.000 millones de veces y está formado por nueve esferas, conectadas entre sí por tubos con escaleras mecánicas.

Atomium

Atomium

Estuve dando vueltas a su alrededor y viendo la mole desde todas las perspectivas posibles y cuando fui a entrar dentro, me encontré una cola considerable en las taquillas, así que desistí, además tampoco estaba muy convencido de entrar porque había leído en mucho sitios que no merece demasiado la pena, así que mira. Además eran ya las 12.30 y todavía tenía que llegar al aeropuerto, por lo que iba bastante justito. Menos mal que el bus turístico llegaría pronto y en tan sólo 15 minutos me había dejado casi al lado de la estación norte de Bruselas. En ella cogería el tren que en otros 10 minutos me llevaría hasta el aeropuerto (5,40 euros). Los trenes de largo recorrido y de conexión entre ciudades sí que funcionaban, menos mal. A este llegaría sobre la 13.10. Entre que pasaba los controles, llegaba a la puerta de embarque y comía algo rápido, me dieron inmediatamente las 13.50, hora en la que empezaría el embarque, para a las 14.20 en punto, despegar con destino Madrid.

Todo había salido bien, lo que significaba que de aquí en adelante, a pesar del inconveniente del idioma, seguramente me animaré a hacer más de un viaje en solitario a países donde no hablen castellano. El tiempo dirá donde y cuando.

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