NAVARRA - DIA 03. Valles de Roncal y Belagua

25 de Noviembre de 2007.

Uno de los valles con más personalidad, mejor definidos y más famoso del pirineo navarro es, sin duda, el valle de Roncal. El río Esca aparece como principal  vertebrador de un territorio en el que reinaron, como verdaderos marineros de tierra adentro, los almadieros, equilibristas que navegaban montados sobre los troncos que extraían de los bosques.

También es una tierra eminentemente de pastoreo, aunque no tanto como en el pasado. Desde la primavera hasta  finales del verano, las ovejas latxas pastan por sus prados, pero antes de que lleguen los primeros fríos, los rebaños descienden hacia la Cañada Real y emprenden el camino de trashumancia que los llevará a las Bardenas, donde los roncaleses tienen derecho sobre los pastos comunales desde el siglo X.

Como se ve las tradiciones más profundas y la naturaleza en su modo más salvaje iban a ser las grandes protagonistas de nuestra ruta de hoy, en la que también encontraríamos preciosos pueblos de calles empedradas y sólida arquitectura popular que guardan tradiciones seculares absolutamente vivas.

Evidentemente, nos ceñiríamos a los lugares más significativos y de mayor interés para nosotros, pues es tanto lo que ofrece esta zona que se necesitarían varios días para poder conocerla en profundidad.

Comenzaríamos por el pequeño pueblo de Burgui que está íntimamente relacionado con el oficio de los almadieros, tal como revela el monumento  a la almadía levantado junto al puente medieval sobre el Esca, o el propio museo  instalado en el Ayuntamiento. El día de la Almadía se celebra a primeros de Mayo. La exposición que ofrece se caracteriza por la abundancia de fotografías, documentos, útiles y múltiple información de este oficio.

Burgui y Río Eska

Cerca del mencionado puente medieval se sitúa la pequeña presa por donde descendían las almadías, cuyo recuerdo evidencia el aprovechamiento de la madera y la ganadería como las principales ocupaciones del pueblo.

Puente Romano sobre el Río Eska.Burgui

Por otro lado, es interesante la iglesia de San Pedro, pues en su interior puede verse el órgano que perteneciera al monasterio de Leire, trasladado aquí tras el abandono en que cayó por efecto de la Desamortización. La iglesia tiene también un retablo barroco del siglo XVI que muestra una escultura de San Sebastián y varios cálices de estilo gótico.

A sólo doce kilómetros del anterior se encuentra Roncal, la villa que da nombre al valle y su centro geográfico.

Río Eska a su paso por Roncal

Aparte de deambular tranquilamente por sus empinadas calles, presididas por la enorme iglesia de San Esteban, hay tres lugares de especial interés: la casa natal del tenor Julián Gayarre; el entretenido centro de interpretación de la naturaleza y el mausoleo donde reposan los restos del tenor.

Roncal desde Iglesia de San Esteban

Iglesia de San Esteban.Roncal

Comenzaríamos por el último de los anteriores por lo que nos dirigimos hacia el cementerio de la población. Allí impacta el mausoleo  que creó para Gayarre el escultor Mariano Benlliure, un magnífico conjunto cuyas figuras son alegorías de la Música, la Armonía, la Melodía y la Fama y que mereció la medalla de honor de escultura en la Exposición Universal de París de 1900.

Mausoleo de Julián Gayarre. Roncal

Julián Gayarre es el vecino más afamado del valle del Roncal. El prodigio de su voz asombró a medio mundo, llegando a convertirse en un tenor lírico universalmente reconocido por la belleza de su timbre. Dado que no existen grabaciones de su buen hacer la mejor forma de acercarse a su obra es visitando el museo instalado en la casona que él mismo mandó construir en 1879. Entre otras muchas curiosidades puede verse su propia laringe así como obsequios y objetos que utilizó a lo largo de su carrera.

Museo de Julián Gayarre.Roncal

Antes de abandonar Roncal nos detendríamos en el Centro de Interpretación de la Naturaleza, un edificio de tres plantas, situado a la salida de la villa hacia Isaba, junto a las piscifactorías, en el que montajes audiovisuales, maquetas y paneles describen los diferentes ecosistemas del valle y las costumbres de sus pobladores.

Busto de Julián Gayarre. Roncal

Siguiendo por la misma carretera NA – 137, en apenas siete kilómetros llegamos a Isaba, la principal población del valle. Situada en la confluencia de los ríos Belagua y Uztárroz, que aquí dan origen al Eska. Isaba tiene un cuidado conjunto urbano en el que puentes, casonas señoriales con arcos góticos y escudos en sus fachadas y casas típicamente pirenaicas se combinan de forma muy armoniosa.

Isaba desde mirador cercano

Casa tradicional. Isaba

Calle de Isaba

Sobre ese conjunto destaca la maciza iglesia de San Cipriano, templo del siglo XVI con claro aspecto de fortaleza que alberga un excepcional órgano barroco y un notable retablo mayor. Además de la iglesia merece la pena visitar el Museo Etnográfico de la plaza Txabalkua, que recuerda el antiguo estilo de vida pastoril del valle, la elaboración del queso y las almadías, que tienen también su monumento a la entrada de la villa.

Iglesia de San Cipriano.Isaba

Valle de Roncal desde Mirador de Isaba

Aunque es continuación del valle de Roncal, por el que llevábamos transitando toda la mañana, cambiábamos de nombre y nos adentrábamos en el valle de Belagua, el único valle navarro de origen glaciar. Como tal, se formó hace miles de años debido a la erosión de las enormes lenguas de hielo que resbalaban desde las alturas pirenaicas hacia las zonas bajas. Ese modelado, que se caracteriza por conformar grandes cuencas de fondo plano, es perfectamente visible desde los miradores que brinda la carretera que une Isaba con la frontera.

Valle de Belagua

Poco a poco iríamos remontando el valle, disfrutando del entorno y las vistas hasta llegar a lo más alto, desde donde pondríamos el colofón con unas excepcionales panorámicas tanto del valle de Belagua como del Roncal.

Mirador del Alto de Belagua

Mirador del Alto de Belagua

Mirador del Alto de Belagua

Eran las 13:15 cuando llegábamos a este punto, por lo que todavía nos quedaba la tarde para continuar haciendo planes, aunque estos ya serían en territorio francés, donde llegaríamos hasta el fabuloso puente de Holtzarte, pero esto ya es otra historia que te invito a leer, si te apetece, en el diario correspondiente en la pestaña de Francia.

No hay comentarios :

Publicar un comentario