DIA 04. SIENA y ASÍS. Joyas medievales

28 de Septiembre de 2000.

Hoy era otro día de carretera y manta, pues por delante teníamos más de 300 kilómetros hasta Roma, dado que en el camino nos desviaríamos para deleitarnos, durante unas horas, con otras dos joyas italianas que, al igual que tantas otras, son imprescindibles de ver en algún momento de tú vida. Me refiero, como ya se ha podido ver en el título del capítulo, a Siena y Asís.

A la primera de ella de ellas llegábamos tras unos ochenta kilómetros y una hora y media, dando nuestros primeros pasos por su centro histórico sobre las diez de la mañana.

Si Florencia es la ciudad del Renacimiento, Siena es por excelencia la ciudad del gótico. Sus rivalidades no cesaron durante siglos, hasta que una terrible epidemia de peste negra y el abandono y entrega de Carlos V al duque de Florencia, consiguieron que Siena quedara en el olvido.

La visita a la ciudad la abordaríamos sin tapujos, sin rodeos, de forma directa, pues comenzaríamos por la mismísima plaza del Campo (o simplemente il Campo, como la llaman los sieneses). Su originalidad reside en su trazado con ocho franjas de travertino blanco que dividen en nueve  sectores de ladrillo rojo el recinto, que tiene forma de concha o de abanico y una fuerte inclinación, de manera que todo converge en la zona más estrecha y más baja, dominada por el Palazzo Comunale (en el que están instaladas las dependencias del Ayuntamiento) y la torre del Mangia. En el otro extremo del Campo se puede ver como emana el agua de la fuente Gaia.

Plaza del Campo. Siena

Palacio Comunale. Plaza del Campo. Siena

Es en este histórico lugar donde se celebra, quizás, la fiesta más espectacular de toda Italia, conocida como El Palio. Esta consiste en una carrera de caballos en la que participan diez de los diecisiete distritos con los que cuenta la ciudad, elegidos por sorteo. Cada uno está representado por un determinado motivo, generalmente un animal, y tienen su propia plaza, su museo y su iglesia, en la que los caballos son bendecidos al principio de la carrera. Los jinetes, que cabalgan sin montura,  vienen de fuera, y durante la prueba se les permite todo con tal de vencer a los oponentes, excepto agarrar las riendas de un rival.

El Palio tiene lugar dos veces al año (el 2 de julio y el 16 de agosto) y antes de cada carrera los distritos desfilan con sus banderas y sus trajes durante unas dos horas.

Después de estas interesantes explicaciones por parte de nuestro guía, nos perderíamos por el entramado medieval de callejuelas estrechas y empinadas, con multitud de pasajes, cuestas y escaleras, que nos llevarían de forma directa hasta el segundo protagonista indiscutible de la ciudad: El Duomo, con sus célebres franjas de cebra oscuras, dedicado a Santa María Assunta. Se levantó en la cima de la colina más alta de la ciudad a lo largo de varios siglos de ampliaciones y reformas. Varias partes del mismo, como el rosetón,  fueron diseñados a imitación de los de la catedral de Orvieto.

Duomo de Siena

Duomo de Siena

El interior de la catedral es francamente impresionante: los muros están revestidos de listas de mármol blancas y negras de diferente anchura, cuenta con altísimos pilares que conducen la vista hasta los techos pintados de azul y sembrados de estrellas doradas, las tres naves están decoradas con algunas maravillosas obras de arte, etc. Pero por si todo lo mencionado fuera poco, te aconsejo que tampoco te vayas sin ver la capilla de la Madonna del Voto. No tiene desperdicio.

Sería con esta soberbia construcción con la que terminaríamos nuestra visita a Siena, pues no había tiempo para nada más, así que nos dirigimos al autobús y pusimos rumbo hacia Asís, llamado en italiano Assisi. Hasta esta ciudad teníamos 130 kilómetros, tardando en llegar algo más de una hora y media.

Esta pequeña ciudad de la región de Umbría se encuentra situada sobre una verde colina, desparramándose su enclave amurallado por la ladera del monte Subasio. Su aspecto apenas ha cambiado desde los siglos XII y XIII y todo en ella gira alrededor de la enorme basílica construida en honor a San Francisco. Esta además de importante punto de peregrinación, pues es la tercera ciudad santa del catolicismo, es una de las pinacotecas más importantes de Italia. Los frescos que cubren sus paredes suponen la muestra más amplia del arte prerrenacentista italiano, destacando sin lugar a dudas los frescos dejados por Giotto.

Basílica de San Francisco. Asís

Tanto todas estas pinturas como el propio edificio se verían seriamente dañados tras los terremotos acaecidos en 1997, desprendiéndose un buen número de frescos. Los trabajos de restauración, con la ayuda de los más modernos medios incluidos los informáticos, se han resuelto a la perfección y en un periodo de apenas tres años. Otra de las medidas adoptadas sería la de consolidar el edificio para evitar daños en un posible futuro terremoto, pues no olvidemos que desde su construcción ya ha sufrido más de veinte movimientos sísmicos.

Basílica de San Francisco. Asís

La tumba donde reposan los restos de San Francisco, en la misma basílica, así como el Ayuntamiento y la cercana iglesia de Santa Clara, pondrían el punto culminante a nuestra visita a Asís.

Eran las 18:00 cuando nos poníamos rumbo hacia Roma, nuestro último punto de operaciones del viaje, tardando en llegar dos horas y media, así que la hora perfecta para dejar las cosas en la habitación y bajar a cenar al restaurante de nuestro hotel, donde nos esperaba un buffet libre.

El alojamiento elegido por la agencia para nuestra estancia sería el hotel Ergife Palace, de cuatro estrellas. Para empezar hay que decir que está bastante lejos del centro de Roma y mal comunicado por transporte público, por lo que lo mejor era tomar un taxi que compartido entre cuatro tampoco salía tan caro. La habitación era normal en cuanto a tamaño y aunque un poco antigua, estaba limpia, al igual que los aseos. Las zonas comunes eran lo mejor con cierto aspecto de lujosas. Lo peor sería el desayuno buffet pues no había muchas variedad y había varias cosas que no estaban excesivamente buenas.

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