Tras los madrugones a horas intempestivas durante mi estancia en Pekín, en esta nueva fase del viaje suavizaría un poco la hora de levantarme y me pondrían en marcha sobre las siete de la mañana. Había dormido profundamente y de un tirón, por lo que me levanté con mucha energía para empezar a conocer una de las grandes ciudades del continente asiático: Shanghái.
Cuesta imaginar que el pequeño pueblo de pescadores de principios del siglo XVI se haya convertido en una de las más grandes e influyentes metrópolis del planeta. Aquella aldea marinera situada al sur de la desembocadura del Yangtsé apenas contaba en la historia china y mucho menos podía pensar en rivalizar con las cercana y poderosas Suzhou o Nanjing. Después de muchos avatares y luchas, hoy, la ciudad de Shanghái es una de las urbes más pobladas de Asia, el corazón financiero del país y sobre todo la locomotora que tira de una de las principales economías mundiales.
Shanghái |
La evolución que ha sufrido la ciudad en los últimos veinte años ha sido espectacular, convirtiéndose en un lugar cosmopolita y apasionante, recuperando y superando el glamour de finales del siglo XIX e inicios del XX. Cada día se celebran en ella cientos de actos culturales, muchos de categoría internacional. El mundo de los negocios atrae a miles de personas llegadas de todos los confines; las ferias y congresos son el pan de cada día. Eventos competitivos de primer orden como la Fórmula 1 o el Masters de Tenis, cautivan a multitudes.
Si las calles bullen de vida durante el día, la noche palpita sin descanso abierta al ocio, acompañada de la visión única de los grandes rascacielos realzados con sugestivas iluminaciones.
Sin duda, una ciudad con un encanto especial, gracias a la mezcla única, donde grandes edificios decimonónicos de estilo europeo y rascacielos que crecen a un ritmo vertiginoso se entremezclan con laberínticos barrios chinos, creando una simbiosis perfecta entre presente y futuro.
Una ciudad que reúne tantos y tantos atractivos permite estar en ella todo lo que uno quiera, porque siempre habrá cosas para ver y hacer, por lo que en mi caso había optado por dedicarle tres días completos, dejando los otros cuatro días de los que disponía en la misma para conocer los lugares más emblemáticos y hermosos de los alrededores.
PLAZA DEL PUEBLO
Sólo me haría falta un cuarto de hora para llegar caminando desde mi alojamiento, The Seventh Heaven Hotel, hasta esta descomunal plaza considerada uno de los puntos neurálgicos de la ciudad y el centro de la misma.
People´s Square |
People´s Square |
La verdad que cuando llegué a este inmenso espacio la última sensación que tuve sería la de encontrarme en una gran plaza, debido a las dimensiones, a la ausencia de una forma determinada y a encontrarse dividida por la avenida Renmin Dadao. Pero sí que experimenté encontrarme en algo así como un oasis de paz, ya que aquí se suceden los parques, los espacios verdes y los mejores museos, situados entre las explanadas de hormigón, las grandes avenidas y las autopistas elevadas que la rodean.
People´s Square |
People´s Square |
El origen de la plaza se remonta al año 1862, en el que los británicos construyeron aquí un hipódromo, que desapareció con la llegada de los comunistas en 1949, cuando la plaza fue utilizada para manifestaciones propagandísticas progubernamentales. Pero sólo ha sido en los últimos años cuando la plaza ha adquirido el atractivo aspecto que presenta hoy, con todos los modernos museos, los cuidados parques y la sede del Gobierno Municipal o Ayuntamiento.
Rascacielos en People´s Square |
En la parte norte se encuentra el parque Renmin, un plácido espacio verde en medio del incesante tráfico de la ciudad. Entre las copas de los árboles sobresale la inconfundible figura de la torre del Reloj perteneciente al antiguo club del hipódromo, construido en 1934 y donde hasta finales de 2012 se encontraba el Antiguo Museo de Arte de Shanghái, el cual se trasladó desde ese momento a la explanada en la que se celebró la Expo 2010, ubicándose en un soberbio y peculiar edificio.
Parque Renmin. People´s Square |
Parque Renmin. People´s Square |
Dentro también del parque de la plaza del pueblo, hallaría el MOCA, Museo de Arte Contemporáneo, en el que se realizan exposiciones enfocadas a las nuevas tendencias dentro del mundo del arte en China y otras de carácter temporal de artistas extranjeros. En cualquier caso, optaría por no entrar y seguir recorriendo el gran espacio.
En el parque además se puede ver mucha gente paseando, haciendo ejercicio, volando cometas, etc. Y todo a la sombra de emblemáticos edificios como el Park Hotel, el cual es inconfundible con su silueta piramidal revestido de ladrillos esmaltados de color oscuro.
Siguiendo hacia el sur, alcanzaría el espectacular Gran Teatro de Shanghái, con una arquitectura realmente bella, destacando sus fachadas transparentes. En él se representan las mejores óperas, conciertos y espectáculos de Shanghái. Sus entrañas pueden visitarse de manera guiada, aunque optaría por no hacerlo, dando prioridad a otros lugares.
Gran Teatro de Shanghái. People´s Square |
En las cercanías se encuentra el Museo de Planificación Urbana, sin ningún tipo de interés arquitectónico y en cuyo interior, para los que estén interesados, se muestra el pasado, el presente y el futuro de la ciudad. En mi caso también me lo saltaría.
En el lado sur de la plaza se alza, como si se tratara de un gigantesco ovni de piedra, el Museo de Shanghái. El actual diseño es similar al de los antiguos cuencos de bronce chinos. Había leído hasta la saciedad que se trata del mejor museo de Shanghái y de toda China, por lo que no dudaría en entrar a visitarlo.
Museo de Shanghái. People´s Square |
Museo de Shanghái. People´s Square |
Acoge una rica colección magníficamente organizada en cuatro plantas, con un extenso fondo compuesto por unas 120.000 piezas que datan de todos los periodos de la historia china, cuidadosamente expuestos en las cuatro plantas que conforman el edificio. En la planta baja están los bronces, con una espléndida colección de época Shang y Zhou, de la que dicen es la más bonita de China, y la escultura, donde se expone una muestra de los Reinos Combatientes de finales de la dinastía Ming. Destacan en especial unas espléndidas estatuillas funerarias de madera y terracota, así como una serie de esculturas budistas en bronce, piedra y madera.
Museo de Shanghái. People´s Square |
En la primera planta se encuentra lo relacionado con terracota, porcelana y cerámica, con jarrones con tapa de figuras humanas, de animales y edificios, objetos variados policromados como una lámpara en forma de oso, etc.
Museo de Shanghái. People´s Square |
Museo de Shanghái. People´s Square |
En la segunda planta se encuentra la pintura, caligrafía y sellos, con una muestra que ofrece una panorámica de la evolución artística y de las características de cada escuela desde el Neolítico a la época Qing, con especial detenimiento en las épocas Yuan, Ming y Qing. Se expone también una valiosa colección de caligrafías de los maestros más destacados de la historia de arte chino.
En la tercera y cuarta planta se hallan el jade, monedas, muebles y el arte de las minorías nacionales chinas.
Museo de Shanghái. People´s Square |
Museo de Shanghái. People´s Square |
Museo de Shanghái. People´s Square |
Todos los objetos tienen sus correspondientes explicaciones en inglés, y en la entrada se puede obtener una audioguía para conseguir el máximo provecho de la visita.
El museo es gratuito, aunque es necesario realizar una reserva previa en www.shanghaimuseum.net. Su horario es de 09:00 a 17:00, con la última entrada a las 16:00.
Como se ve la plaza no tiene desperdicio y es una gozada vivir su ambiente durante todo el día y la noche.
TEMPLO DEL BUDA DE JADE
Después de disfrutar de todo lo que ofrece la plaza del Pueblo, decidiría coger el metro en esta misma y haciendo transbordo en la estación Nanjing Road West de la línea 2, me bajaría en la estación Jiangning de la línea 13. Aquí me esperaba la visita del templo más importante de Shanghái.
Dice la leyenda que un antiguo maestro budista, después de haber viajado por China, Tíbet e India, visitando montañas sagradas y monasterios, llegó a Myanmar y conoció el arte de labrar el jade, del cual quedó enamorado. Durante bastante tiempo el maestro se dedicó a pedir limosnas y recoger donaciones hasta que tuvo bastante dinero para hacerse labrar cinco budas de distintos tamaños que se trajo de vuelta a China.
Templo del Buda de Jade |
Sea o no cierta esa historia el templo y lo que atesora es de suma importancia ya que además se salvó de los estragos de la Revolución Cultural gracias a la idea de colgar pósteres con la efigie de Mao en las puertas, convirtiéndolo en intocable para los Guardias Rojos.
Entrando a mano derecha, pueden admirarse las estatuas de madera de Buda y sus cuatro feroces guardianes. En el primer patio se halla el Pabellón Precioso del Gran Héroe, dedicado a Buda vencedor de los demonios, con tres grandes Budas de madera dorada sobre el altar central, flanqueado por diez estatuas a cada lado. El interior es suntuoso, con decoración a base de rojo y amarillo y bandas de seda con oraciones colgadas del techo. Pueden verse los dos instrumentos rituales: la campana y el tambor. Detrás del altar hay una gran representación vertical del paraíso budista.
Templo del Buda de Jade |
Las dos estatuas que dan fama al templo se hallan en el siguiente edificio y en otro lateral a este último. Ambas son de jade blanco y representan una a Buda recostado entrando en el Nirvana y otra sentado. Esta última mide dos metros de altura y presenta incrustaciones de piedras preciosas; pesa 2000 kg.
Templo del Buda de Jade |
EL templo custodia además un tesoro formado por diversas piezas, estatuas y una espléndida escultura de madera.
Templo del Buda de Jade |
Templo del Buda de Jade |
El complejo está abierto al culto y es muy frecuentado. Alberga una comunidad de setenta monjes, celebrándose numerosas festividades religiosas, especialmente las que siguen el calendario lunar china con ritos que empiezan al amanecer y cantos acompañados de instrumentos típicos.
El templo se encuentra abierto de 08:00 a 16:30 y cuesta 20
CNY.
TEMPLO JING´AN
Cogiendo de nuevo el metro, me bajaría en la estación Jing´an, para una vez en el exterior y tras unos pocos pasos encontrarme con este nuevo templo.
Conocido también como templo de la Paz, se trata de un antiguo santuario budista del siglo III (época de los tres reinos), dedicado a Guanyin, con una estatua de mármol en la que aparece la diosa con un loto. No se encuentra en su ubicación actual ya que, en 1216, sería trasladado a donde está ahora.
Templo Jing´an |
El Templo Jing'an combina una mezcla única de arquitectura tradicional budista y elementos modernos. Las edificaciones están construidas principalmente con madera y piedra, y cuentan con tejados dorados que destacan en el horizonte de Shanghái.
Templo Jing´an |
Dentro del templo habría que destacar la estatua de Buda Sakyamuni hecha de jade puro, siendo una de las mayores atracciones del templo.
Templo Jing´an |
Templo Jing´an |
En cualquier caso, el templo ha sido tantas veces restaurado y reconstruido que a mi particularmente me decepcionó, pues su imagen exterior se ve algo afeada en los laterales por las tiendas adosadas a sus paredes, y en el interior la sala principal se encuentra completamente revestida de hormigón, lo que le resta mucho encanto.
El templo de Jing´an se encuentra abierto de 07:30 a 17:00 y la entrada cuesta 30 CNY.
CALLE WUJIANG LU Y ALREDEDORES
A sólo quince minutos caminando del templo anterior, decidiría hacer un alto en el camino en el Centro de Exposiciones de Shanghái, el cual impresiona por sus dimensiones colosales, sus cuidadas fuentes y jardines, así como por sus peculiares esculturas modernistas. En cualquier caso, mi idea era subir hasta el mirador que se encuentra en lo alto de su edificio principal para deleitarme con unas soberbias vistas de la zona, pero una convención que se celebraba en ese momento me lo impediría.
Centro de Exposiciones de Shanghái |
Como estaba animado decidiría hacer a pie el trayecto hasta la calle Wujiang Lu, lo que me llevaría veinte minutos. Me encontraría con una nueva calle comercial pero que en nada tiene que envidiar a Nanjing u otras aledañas, por lo que tampoco me recrearía mucho en ella.
Calle Wujiang Lu |
En otros diez minutos me plantaría en los exteriores del Museo de Historia Natural de Shanghái pues había leído que su exterior futurista no decepcionaba y así fue, pues me dejaría impactado su asombrosa arquitectura en forma de caracol y su exterior acristalado salpicado de formas alveolares y cubierto de césped.
Museo de Historia Natural |
NANJING ROAD
Volvería a coger el metro hasta la plaza del Pueblo, para desde esta recorrer la calle más conocida y más importante de Shanghái desde el punto de vista comercial, con multitud de tiendas y grandes almacenes que atraen a miles de personas cada día.
A cada paso es imposible no sorprenderse con el impresionante gentío de Nanjing Lu, que se desenvuelve entre palacios de época colonial cubiertos de rótulos de colores, dando la impresión de que no hay sitio para tanta gente. Sin embargo, se anda sin agobios, se miran los escaparates y se circula agradablemente, sin la impresión de ser absorbido por esa marea humana.
Nanjing Road |
Nanjing Road |
A la sombra de modernos rascacielos, me toparía con una iglesia que parecía sacada de algún bucólico lugar del norte d Europa; se trataba del templo de Moore, construido a principios del siglo XX por un arquitecto húngaro, en la cual se sigue oficiando para la comunidad cristiana china de la ciudad.
Las tiendas y los centros comerciales se irían sucediendo de un modo vertiginoso a medida que avanzaba por la calle, algunos de reciente construcción y otros, como decía, de épocas pasadas, pudiendo observar que se puede encontrar todo lo habido y por haber. También hay restaurantes, bares y algunos cines.
Nanjing Road |
THE BUND
Y sin mucho tardar, haría acto de presencia en “El Bund”, la avenida más icónica de la ciudad, donde una veintena de grandes edificaciones de los más variados estilos europeos levantadas frente al río Huangpu muestran el que fuera el corazón comercial y financiero de Shanghái y de gran parte de Asia en el pasado.
Otra de sus características es que siempre se encuentra abarrotada de coches sea la hora que sea, para justo al otro lado de la carretera encontrarte con un magnífico paseo desde donde contemplar las vistas de los rascacielos del área de Pudong y los edificios del propio Bund en toda su plenitud.
Skyline de Pudong desde El Bund |
Skyline de Pudong desde El Bund |
Skyline de Pudong desde El Bund |
Una visita al Bund permite comprender el Shanghái de principios del siglo XX, ya que los grandes edificios que la flanquean albergaron en su momento las entidades financieras y los clubes occidentales más prestigiosos de la ciudad, convirtiendo esta avenida en el centro económico de Asia.
El Bund |
El Bund |
Bund es una palabra importada por los primeros ingleses que recalaron en Shanghái, que proviene del hindi y significa “embarcadero”, aunque aquí no había más que una tierra pantanosa cuando llegaron.
No fue hasta la década de 1880 cuando el gobierno municipal decidió hacer una explanada y empezar a construir los edificios que aún hoy se pueden contemplar.
Los estilos arquitectónicos van desde el neoclásico hasta el modernismo y no se escatimó en gastos pues casi todos los materiales fueron traídos desde el extranjero: mármol de Carrara, granito de Japón, mobiliario de Inglaterra, etc.
El Bund |
El Bund |
Después de la llegada de los comunistas en 1949 el gobierno expropió los edificios y los reutilizó de diferentes maneras o se quedaron vacíos. Desgraciadamente, algunos perdieron su decoración interior durante la Revolución Cultural, cuando fueron saqueados y destruidos sin piedad por los Guardias Rojos. Actualmente están declarados patrimonio nacional y la mayoría han sido restaurados. Algunos se han convertido en los centros comerciales más exclusivos de Shanghái, con las más prestigiosas marcas occidentales y los restaurantes más de moda de la ciudad.
Entre los edificios que valen la pena por su historia o interés estarían: el Shanghái Club, donde se reunían toda la jet – set inglesa de la ciudad y en la que sólo los hombres que pertenecían a tan selecto club podían cruzar sus puertas para tomar un té o charlar con sus compatriotas; la Unión de Compañías de Seguro de Guangdong, que hoy acoge el centro comercial Three on the Bund, donde en su séptima planta se puede tomar algo en el bar New Heights, desde donde se contemplan unas maravillosas vistas de la zona; el Hong Kong and Shanghái Bank, sin duda el edificio más impresionante del Bund, con mosaicos en el techo y una riqueza decorativa interior que le valió el título del mejor edificio al este de Suez; la Casa de Aduanas, que constituye el complemento perfecto con el anterior, destacando su impresionante torre del reloj y aún hoy sigue utilizándose como aduana; el Banco de Taiwán, con un bonito vestíbulo recubierto de mármol, al que se puede acceder para echar un vistazo; el Chartered Bank of India, otro de los centros comerciales exclusivos con algunos de los mejores restaurantes y bares de la ciudad; el Cathay Hotel, el hotel mítico de la antigua Shanghái y actual Peace Hotel; el Banco de Yokohama, con una curiosa decoración con esculturas de guerreros japoneses, etc.
El Bund |
La verdad que el paseo por el Bund no te deja indiferente, pues contemplar estos históricos edificios a un lado de la gran avenida, mientras que al otro se disfruta de las espectaculares vistas de Pudong, es toda una experiencia visual.
Al final del paseo, en la parte norte, hallaría el tranquilo parque de Huangpu, antaño un exclusivo lugar que se hizo tristemente famoso por no permitir la entrada ni a perros ni a chinos, aunque nunca existió un cartel que lo certificara. En su interior se levanta el monumento a los Héroes del Pueblo, un monolito de hormigón rodeado de murales comunistas. En sentido contrario se encuentra el famoso Toro que imita al de Wall Street en Nueva York.
Monumento a los Héroes del Pueblo. El Bund |
Toro de El Bund |
Una buena opción para tomar algo, al sur del Bund sería el Atanu Bar, instalado en el piso superior de la antigua torre de señales meteorológicas que hoy está ocupada por el Museo del Bund, frente a Yanan Dong Lu.
BUND
SIGHTSEEING TUNNEL Y TORRE DE SHANGHAI
Aunque no estaba en mis planes, dado que todavía era pronto optaría por añadir a la jornada, una actividad que había previsto para días posteriores, pudiéndome más la impaciencia.
Se trataba en primer lugar de vivir la experiencia de atravesar el conocido como Bund Sightseeing Tunnel, una atracción turística única que conecta dos de los lugares más emblemáticos de Shanghái: El Bund y Lujiazui en Pudong, la zona financiera donde se encuentran las grandes torres. Este túnel atraviesa el río Huangpu y se destaca por ofrecer una experiencia bastante peculiar: un viaje en pequeños vagones a través de un túnel subterráneo iluminado con efectos de luces, música y sonidos futuristas.
Bund Sightseeing Tunnel |
Sería algo divertido, pero me parece exagerada la promoción que se hace de la misma describiéndola como una experiencia multimedia y sensorial.
El viaje dura aproximadamente cinco minutos. Durante el trayecto, se proyectan luces de colores brillantes y patrones abstractos en las paredes del túnel, acompañados por una mezcla de sonidos espaciales y música electrónica, lo que crea una atmósfera de ciencia ficción. Los efectos son simples, pero llaman la atención.
Su horario es de 08:00 a 22:30
A la salida me daría de bruces con la Torre de la Perla, parándome un rato a contemplar su aspecto futurista, para acto seguido encaminarme hacia los otros grandes rascacielos de Pudong.
Torre Perla Oriental. Pudong |
Rascacielos de Pudong |
Entre ellos había elegido la Torre de Shanghái para subir a contemplar las vistas espectaculares que se obtienen de la ciudad. Con 632 metros, este rascacielos es el edificio más alto de China y el tercero más alto del mundo, solo superado por el Burj Khalifa en Dubái y la Torre Merdeka de Kuala Lumpur en Malasia.
Torre de Shanghái. Pudong |
El observatorio, conocido como "Top of Shanghai", está ubicado en el piso 118, a una altura de 561 metros, y ofrece vistas espectaculares de toda la ciudad, incluyendo el Bund, el río Huangpu, y las otras grandes torres de Pudong como la Torre Jin Mao y el Shanghai World Financial Center (SWFC).
La subida es parte de la experiencia ya que el ascensor que te lleva al observatorio es uno de los más rápidos del mundo, viajando a una velocidad de aproximadamente 18 metros por segundo. El viaje dura menos de un minuto, y es tan rápido que apenas notas el movimiento, pero es emocionante.
Ascensor hacia Piso 118. Torre de Shanghái |
Al llegar al piso 118, el observatorio ofrece impresionantes vistas panorámicas de 360 grados de la ciudad. Estaba feliz y es que podría disfrutar de las mismas al 100 % al contar con un día despejado, además al subir al atardecer, lo haría por partida doble, ya que tendría también las vistas nocturnas, respecto a las cuales no hay palabras para describir la experiencia.
Vistas desde Observatorio de la Torre de Shanghái |
Vistas desde Observatorio de la Torre de Shanghái |
Y es que el vasto panorama de luces te rodea por todos lados, y la ciudad parece extenderse sin fin en todas las direcciones. Desde la torre todo se convierte en un mar de luces, con rascacielos, calles, puentes y autopistas iluminados, con los coches y el tránsito asemejándose a destellos que se mueven por las avenidas.
Vistas desde Observatorio de la Torre de Shanghái |
Vistas desde Observatorio de la Torre de Shanghái |
En el observatorio, hay pantallas interactivas y mapas que te ayudan a identificar los edificios y puntos de interés. Además, hay una exhibición sobre la construcción de la torre, sus innovaciones tecnológicas y la sostenibilidad (la torre tiene un diseño ecológico avanzado, incluyendo su forma retorcida que reduce la resistencia al viento). También hay una pequeña cafetería y una tienda de recuerdos, donde puedes comprar desde postales hasta miniaturas de la torre.
Rascacielos de Pudong |
Torre Perla Oriental. Pudong |
La Shanghái Tower se encuentra abierta todos los días de 08:30 a 21:30.
Al bajar volvería al paseo del Bund para disfrutar del skyline del área de Pudong iluminado, impactándome el estallido de color, con miles de luces de colores al otro lado del río Huangpu, destacando especialmente el rascacielos conocido como la Perla de Oriente. Una imagen que no dejaría de observar casi todas las noches durante mi estancia en Shanghái. Y es que repito que era apoteósico. Por cierto, que la iluminación sólo dura hasta las 22:00.
Skyline de Pudong desde El Bund |
Skyline de Pudong desde El Bund |
El Bund |
Sólo quedaba ya buscar un sitio para cenar de camino al hotel, optando por unas sencillas hamburguesas de pollo en una cadena tradicional. De esta manera concluía mi primer día en la mega urbe de Shanghái.
No hay comentarios :
Publicar un comentario