22 de Agosto de 2024.
Tras cuatro años de infinidad de viajes por Europa, en parte
motivados por la pandemia mundial, que tantas restricciones nos traería a
todos, en parte por propia iniciativa personal, al querer descubrir destinos
que llevaba muchos años queriendo conocer, tenía decidido que este año volvía a
ser el momento idóneo para afrontar un gran viaje fuera del viejo continente.
Tenía muchísimas ganas de hacer algo diferente, algo que se
saliera de lo normal, afrontar una gran aventura de las que dejan huella para
el resto de tu vida. Me apetecía romper con los viajes más tradicionales de los
últimos tiempos, salir de mi zona de confort, volver a experimentar el
nerviosismo propio que se crea ante momentos inesperados, sentirme extraño en
un mundo completamente diferente al que estoy acostumbrado, sorprenderme
constantemente por un choque cultural, en definitiva, me apetecía vivir algo
inédito, insólito, único.
Y si hay un destino en el mundo que pueda cumplir, para un
occidental, con todas las expectativas expuestas en el párrafo anterior, no
cabe duda que ese lugar es China.
China es un país inmenso donde las distancias multiplican por tres y por cuatro los recorridos habituales en cualquier país europeo, un país con tradiciones milenarias y una cultura en completa contradicción con la occidental, con una comida que en nada tiene que ver a lo que estamos acostumbrados a consumir; con un idioma de imposible comprensión salvo años de estudios, etc. Por todo ello viajar a China por libre se convierte en una aventura única incluso para el viajero más experimentado.
Gran Muralla. Sector Mutianyu |
Desde el primer instante que tomé la decisión de viajar por libre y en solitario al inmenso país asiático, fui consciente de que iba a ser, probablemente, el viaje más complicado de afrontar de todos los que llevaba hechos hasta ahora, pero, sin embargo, también sabía que si lo seguía retrasando y dejaba pasar más años, era probable que no me atraviese ya a llevarlo a cabo.
Crucero por el Río Li |
Así es como, sin pensármelo demasiado, compraría el vuelo de ida directo de Madrid a Pekín y el regreso desde Hong Kong a Madrid con escala en Pekín, cuando vi la oferta de Air China de 780 euros. Una auténtica ganga en comparación con los precios que llevaban dándose este último año, siempre hablando del periodo vacacional.
China es el tercer país más grande del planeta en extensión y el primero de toda Asia, encontrándose completamente dentro de este continente, por lo que en un territorio tan inmenso existen todo tipo de maravillas históricas, naturales, culturales y arquitectónicas distribuidas por el mismo. Es por ello que no queda más remedio que elegir y seleccionar lo que se quiere ver, pues es imposible abarcarlo todo en un solo viaje, ya que sus lugares de interés se encuentran muy lejos los unos de los otros. Teniendo esto claro desde el primer momento, lo más importante a continuación es planificarse y no dejar demasiadas cosas a la improvisación, pues no es un país fácil con el que lidiar y cuantos menos problemas o complicaciones se generen a lo largo del viaje mucho mejor, pues te dará mayor tranquilidad.
Pudong Skyline. Shanghái |
No voy a negar que cuando empecé a investigar acerca del patrimonio cultural y natural que posee China me agobié y mis primeros borradores de rutas que hacer por el país serían una auténtica locura, incluso irrisorios. Afortunadamente, tras dejarme asesorar por varias personas que ya habían viajado al país asiático varias veces y después de leer algunos de los blogs más famosos de internet, asentaría la cabeza y realizaría una planificación mucho más sensata y tranquila, siendo incluso, para algunos, poco ambiciosa o en la que se dedica demasiado tiempo a un mismo lugar o región.
Sin embargo, ahora tengo que decir que sería todo un
acierto, ya que por mi manera de viajar pude disfrutar, sin agobios y sin
prisas, de muchos lugares a los que llevaba soñando mucho tiempo ir, pudiendo
visitarlos sin la necesidad de estar sujeto a tiempos marcados, realizando
todas las paradas que quise e incluso quedarme en modo contemplativo en
multitud de ocasiones.
Por tanto, en este primer viaje, me ceñiría a las tres grandes urbes chinas: Pekín, Shanghái y Hong Kong, combinándolas con icónicos lugares de sus alrededores tales como las tumbas Ming o la Gran Muralla en la primera, Hangzhou, Suzhou y otras ciudades del agua, en la segunda y el Gran Buda o Macao, en el caso de la tercera. Además antes de llegar a Hong Kong, pasaría cinco días disfrutando del maravilloso entorno de Guilin y Yangshuo, donde me hubiera quedado más tiempo todavía.
Ciudad de Tongli |
Efectivamente, renunciaría en este primer viaje a lugares tan famosos como Datong, Pingyao, Xian, Chengdú o la provincia de Yunnan, entre otros muchos sitios, pero no quería prescindir de Shanghái y las ciudades del agua en este primer viaje y ello me suponía hacer encaje de bolillos para mezclarlo todo. Además con esta ruta como primer acercamiento a China, conseguía no complicarme demasiado con los transportes y desplazamientos, siendo ideal para coger confianza y en el futuro volver a conocer todos esos lugares mencionados.
Y ahora sí, antes de entrar de lleno en el viaje en
cuestión, veamos algunos datos prácticos que son esenciales a la hora de
preparar una aventura de este calibre por cuenta propia.
DATOS PRÁCTICOS CHINA:
REQUISITOS DE
ENTRADA: Son muchas las
novedades para este año 2024 con respecto a años anteriores, pues el gobierno
chino ha apostado por el turismo extranjero y ha decidido facilitar
increíblemente la entrada a algunas de sus ciudades más importantes, no
exigiendo el visado si se cumplen una serie de requisitos, algo que hasta hace
nada era impensable.
En
cualquier caso lo primero que se necesita para viajar a China es el pasaporte
con una validez mínima de seis meses a partir de la fecha de presentación y dos
páginas en blanco (si fuera necesario el visado).
A día de
hoy los ciudadanos de varios países, entre ellos España, no necesitan visado si
van a permanecer en China menos de quince días con motivos turísticos o si se
permanece en tránsito de hasta seis días en ciudades como Pekín, Shanghái y
otras provincias, siempre que el vuelo desde estas luego sea a un tercer país,
no siendo válido regresar al mismo desde donde se voló. También es necesario,
si se trata de un viaje por libre, que este sea afrontado al menos por dos
personas. En principio estas medidas se van a mantener vigentes, como prueba
piloto, hasta el 30 de noviembre de 2024, revisándose después.
En mi caso
no cumplía con ninguno de los requisitos anteriores, ya que viajaba sólo y mi
viaje tenía una duración de 26 días, por lo que no me quedaba más remedio que
tramitar el visado. La estancia máxima dentro de China con fines turísticos es
de treinta días.
Lo
solicitaría personalmente en la Oficina
de Solicitud de Visado Chino de Madrid, localizada en la calle Agustín de
Foxá, 29. Desde el 20 de noviembre de 2023 ya no es necesario solicitar cita
previa. Sólo hay que acudir en el horario establecido de 09:00 a 15:30 en días
laborables.
Allí hay que acudir con la siguiente documentación:
- Formulario de solicitud debidamente cumplimentado que se obtiene en la página: https://www.visaforchina.cn/#/nav/applications/applicationFormSection0?visacenterCode=MAD2&request_locale=sp_SP&site_alias=MAD2_SP
- Pasaporte original y fotocopia de la primera página de información personal. Debe estar en buen estado y sin deterioro, con una validez mínima de seis meses y tener dos páginas en blanco.
- Fotografía con los mismos requisitos que se solicitan para la del pasaporte.
- Billetes de avión de entrada y salida del país impresos.
- Reserva de todos los hoteles en los que te vayas a alojar dentro del país.
Si todo es
correcto, en un periodo máximo de cinco días te citarán para recogerlo y en ese
momento se deberá pagar en efectivo o tarjeta la tasa del pasaporte que en este
momento me costaría 111,55.
El visado
sólo tiene una duración de tres meses por lo que es muy importante no
anticiparse demasiado al viaje para que no caduque. Con solicitarlo un mes y
medio o un mes antes sería suficiente.
En mi caso
tendría que tramitar el visado de dos entradas ya que a la vuelta tenía que
hacer tránsito en Pekín, pues volaba desde Hong Kong, aunque fuese sólo de dos
horas, y la funcionaria que me atendería consideró que esto era lo más
conveniente. En cualquier caso el precio sería el mismo que el de una sola
entrada. Por cierto, si se viaja sólo a Hong Kong y Macao no es necesario
ningún tipo de visado durante noventa días.
En
cualquier caso, lo mejor si se tienen dudas es consultar toda la información en
la página https://www.visaforchina.cn/MAD2_ES/, donde viene todo
perfectamente especificado.
CUÁNDO IR: Al ser un país tan
inmenso es complicado determinar cuál es la mejor época, en general, para
visitarlo, ya que depende mucho de la región a la que se vaya a viajar. Si
hubiese que recomendar alguna tal vez lo idóneo sería de marzo a mayo, por un
lado, y de septiembre a principios de noviembre, por otro. Si se puede, lo
mejor es evitar las vacaciones escolares, que en China coinciden con las
europeas, es decir julio y agosto y los festivos nacionales donde es una locura
el tránsito de personas por todas partes y la saturación que se produce en los
principales lugares turísticos.
MONEDA/TARJETAS: La moneda oficial de
China es el Renminbi, conocida coloquialmente como Yuan. El cambio es
aconsejable realizarlo siempre en el Bank
of China para garantizarse un cambio oficial y correcto. Todos los
comercios, restaurantes y demás servicios aceptan pagos en efectivo, aunque
cada vez está más generalizado entre la población el pago con aplicaciones
móviles. Las dos más famosas son Alipay
y WeChat. Los extranjeros podemos
bajarnos estas aplicaciones en nuestro móvil y vincular la tarjeta de crédito a
las mismas para así hacer los pagos del mismo modo que el resto de la
población. De verdad, que diría que es casi esencial contar con ellas, ya que
la comodidad es absoluta y no es necesario contar con nada de efectivo en todo
el viaje. Yo lo poco que llevaba lo acabé utilizando en el pago de algún hotel
para no volver a perder dinero al cambio al regresar a España. Por lo que como
veis las monedas y billetes ya prácticamente no son utilizadas aunque se
acepten.
También es
interesante hacerse con algunas de las tarjetas que ofrecen pagos y sacar
dinero de cajeros sin comisiones en el extranjero, ya que pueden ser muy útiles
con el fin de ahorrarse una fortuna con el cambio. Las más famosas son Revolut y N26, las cuales se contratan rápidamente en sus respectivas
páginas. En mi caso utilizaría Revolut y funciona perfectamente, ahorrándome un
dineral en comisiones.
SANIDAD: En el caso de
Pekín, Shanghái, Guilín y Hong Kong, no hay vacunas obligatorias. En caso de ir
a regiones más remotas o fuera de las rutas convencionales conviene consultar
al Centro de Vacunación Internacional. En cualquier caso, es muy aconsejable,
por no decir casi imprescindible, llevar contratado un seguro médico por si hubiera
algún imprevisto. Yo sacaría el de IATI
Seguros, que es bastante económico y llevo utilizándolo desde hace varios
años.
IDIOMA: En china es
complicado encontrar a alguien que hable inglés, siendo casi imposible
conseguir alguien que entienda español, por lo que es importante bajarse alguna
aplicación que permita traducir de un idioma a otro, evitando así situaciones
complicadas que se pueden plantear a lo largo del viaje. Yo utilizaría Google
Translate, la cual permite traducir hasta 59 idiomas sin conexión a internet.
ELECTRICIDAD: El voltaje que se
tiene en todo el país es de 220 v -50 Hz, siendo los enchufes que se pueden
encontrar tanto en la China continental, como en Shanghái, como en Hong Kong y
en Macao de tipo A, C e I. Aunque las más comunes son las dos primeras,
especialmente en hoteles. En cualquier caso conviene llevar un adaptador
universal para evitar llevarse sorpresas.
TELEFONÍA,
INTERNET: Para poder
utilizar nuestro internet en China es imprescindible hacerse con una tarjeta SIM
que tenga incorporada VPN (Virtual Private Net), gracias a la cual se consigue
romper el cortafuegos con el que el gigante oriental impide la conexión a
aplicaciones tan usadas por nosotros como Google, Instagram, Facebook y otras.
Para no
complicarme, yo compraría una tarjeta ESIM de Holafly que ya tiene incorporada VPN. Ahora ya no se envía a casa
sino que se instala con un código QR en pocos minutos. Se pueden contratar
datos ilimitados por los días que uno necesite y tiene servicio de asistencia
en español incluido. La web es https://esim.holafly.com/es/# . Es muy
importante tener un móvil compatible con la misma, ya que si no se puede
contratar. El listado se encuentra en la misma página, por lo que es
fundamental mirarlo antes de proceder a contratar los servicios de Holafly.
TRANSPORTES: La mejor manera de
moverse en China es a través del tren, en primer lugar, y del avión, en
segundo. La red de ferrocarriles chinos de alta velocidad es la más extensa del
mundo y conecta todas las ciudades importantes del país, por lo que salvo que
las distancias sean gigantescas es la forma más fácil y cómoda de llegar a un
destino. La mejor opción para reservar y comprar los billetes es la aplicación Trip.com. Además ahora ya no es
necesario pasar por la estación a recogerlos como sucedía antes. Los billetes
son electrónicos y tú pasaporte es la llave para acceder tanto a la estación
como a la vía desde donde sale tú tren, por lo que es muy cómodo y sencillo y
exento de complicaciones.
El avión es ideal para conectar destinos muy lejanos que
incluso en tren pudiese llevar demasiadas horas. En mi caso sólo cogería un
billete interno de Shanghái a Guilín con la compañía China Eastern Airlines,
siendo buena la experiencia.
Respecto al autobús, debido a las inmensas distancias, sólo
es recomendable para trayectos cortos o pequeñas excursiones.
GASTRONOMÍA: La cocina china es
una de las más importantes del mundo por su refinamiento y la extraordinaria
variedad de sus platos. Al ser un país tan extenso, más que de una cocina se
debe hablar de una cocina regional muy variada con una base común. Las técnicas
culinarias más comunes son la cocina al vapor o los salteados en sartén, además
de los fritos, asados y estofados. Así entre otras muchas cosas habría que
destacar el pato laqueado que requiere una preparación lenta para obtener que
la piel quede crujiente y rebozada en el punto justo. Por supuesto, que no
pueden faltar los tallarines, las gyozas, los panecillos y ravioli rellenos, el
pollo y el pato al limón, las gambas al vino dulce y las setas al jengibre.
Otro
clásico sería el Dim Sum, un tentempié servido en cestillos de bambú que,
además de constituir el desayuno de muchos ciudadanos, también se toma en las
principales comidas: son ravioli fritos o cocidos al vapor rellenos de carne y
verduras.
Otras
especialidades un poco más peculiares serían la sopa de serpiente, la tortuga
estofada, la aleta de tiburón y los nidos de golondrina, por no hablar de las
brochetas de escorpiones y otros bichos e insectos que se pueden conseguir en
algunos mercados chinos, aunque yo no probaría nada de esto.
A grandes
rasgos estas serían las cuestiones más importantes a tener en cuenta al
preparar un viaje a China, aunque luego pueden ir surgiendo otras muchas dudas
o peculiaridades que creo se pueden ir solventando sobre la marcha y en el terreno
o informándose en las páginas oficiales del gobierno chino o consultando un
gran número de blogs que dan muy buena información.
VUELO A PEKÍN
Y ahora sí, sin más preámbulos, mi viaje comenzaba, como todos los años, en el aeropuerto de barajas, donde llegaría dos horas y media antes de la salida del vuelo, para facturar mi maleta tranquilamente y pasar los correspondientes controles de seguridad.
La compañía que había elegido para volar era Air China, de la que había oído de todo, tanto buenas como malas referencias, aunque con las malas se te ponían los pelos de punta. Aún así me arriesgué, ya que conseguir un vuelo de ida y vuelta por 780 euros en los tiempos que corren no se consigue tan fácilmente.
El despegue del vuelo se produciría a la hora prevista, es decir a las 13:10 sin el mayor contratiempo. Cada asiento contaba con pantallas individualizadas que ofrecían una gran variedad de opciones de entretenimiento, como películas, series, música, juegos, etc. Lo malo que sólo vienen en chino, inglés y francés, por lo que si no te desenvuelves bien con estos idiomas es una faena.
Vuelo a Beijing Los Alpes desde el Vuelo a Beijing
La comida me la servirían en dos ocasiones y para mi gusto estaba buena y sabrosa, por lo que creo exageradas algunas críticas que he leído diciendo que no se puede comer.
Tras casi
once horas de vuelo directo, por fin aterrizaríamos en el aeropuerto de Pekín a
las 06:00 de la mañana, seis horas más que en España, del casi recién empezado
día 23. Para empezarlo con emoción por delante tenía los debidos controles de pasaporte
y la llegada al hotel, para después empezar las primeras visitas en la capital
china, pero todo ello te invito ya a seguirlo, si te apetece, en el siguiente
capítulo.
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