El valle de Aosta es objeto de continuas ramificaciones a ambos
lados del mismo que te llevan a nuevos y profundos valles repletos de
naturaleza, pequeños pueblos y un sinfín de sorpresas. Y tal vez la mejor de
esas sorpresas pudiera ser encontrar, al final del valle de Valtournenche, el
mítico e inigualable Matterhorn o Cervino.
Si ayer podría presenciar, por primera vez, el perfil del Mont
Blanc y otras famosas cumbres, hoy sería el turno de esta pirámide mágica y
aislada que domina el circo de picos y glaciares que encierran la cuenca del
Breuil, en la cabecera del valle de Valtournenche. Parecía mentira que en tan
pocos kilómetros pudiera admirar tan de cerca estas icónicas montañas de los
Alpes.
BREUIL CERVINIA
Necesitaríamos de una hora para recorrer los sesenta kilómetros
que nos separaban de este pueblo de montaña al que llegaríamos por una
serpenteante carretera, flanqueada por tupidos bosques, permitiendo, desde unos
kilómetros antes de llegar al mismo, apreciar ya la imponente montaña, arrancándome
las primeras exclamaciones de asombro.
El pueblo es el centro de operaciones para acceder a los más de
360 km de pistas de esquí que se distribuyen por los alrededores, por lo que es
un auténtico paraíso para los amantes de este deporte, ya que incluso en verano
siguen disponibles 26 km para esquiar. Por lo que en invierno es uno de los
centros neurálgicos de los Alpes donde se concentran esquiadores de todas las
partes del mundo.
Breuil Cervinia |
En cualquier caso, a nosotros nunca nos ha interesado este deporte, pero sí todo lo que tiene que ver con las montañas y el alpinismo, por lo que no queríamos perdernos este lugar.
Sorprendentemente, Breuil Cervinia ha sabido conservar su carácter
rural, sin abusar del cemento y es un gusto pasear por sus calles flanqueadas
por hermosas cabañas y edificios de madera, decorados con flores y plantas y el
discurrir de continuos arroyos y todo vigilados por la mole del Matterhorn.
Breuil Cervinia |
Breuil Cervinia |
El entorno urbano queda además embellecido por diferentes esculturas colocadas, con buen gusto, en puntos estratégicos que invitan a fotografiarlas. Hay que destacar también la iglesia y un pequeño museo dedicado a las ascensiones al Cervino.
Breuil Cervinia |
Breuil Cervinia |
Tampoco puede faltar el paseo que te lleva hasta la capilla degli Alpini, desde donde se consiguen unas soberbias vistas tanto de la población como de la montaña, a lo que se une el desplome de una cercana cascada. Un entorno idílico al que merece la pena llegar. Nosotros tendríamos que conformarnos con situarnos en los alrededores de la capilla, tomando diferentes caminos, ya que las escaleras de acceso se encontraban clausuradas. Como punto de referencia para llegar es necesario tomar el centro de golf de la población.
Cervino desde inmediaciones Capilla degli Alpini |
Breuil Cervinia desde Capilla degli Alpini |
TELEFÉRICOS PLATEAU ROSA/ LAGHI CIME BIANCHE/ PLAN MAISON
Tras recrearnos con Breuil Cervinia, nos dirigiríamos a realizar
la principal actividad por la que habíamos llegado hasta aquí. Esta no era otra
que tomar los diferentes teleféricos que nos permitiesen llegar a lo más alto de
la zona, pensando así en conseguir las mejores perspectivas tanto del entorno
como del Cervino desde la parte italiana.
Los tickets los compraríamos en la estación inferior de Breuil
Cervinia, los cuales nos supusieron 55 euros por persona. El trayecto para
llegar a la estación superior de Plateau Rosa se realiza en diferentes fases,
debiendo cambiar varias veces de teleférico.
Optaríamos por llegar, en primer lugar, a la estación de Plateau Rosa, la situada a mayor
altitud (3480 metros), debiendo cambiar un par de veces de teleférico. Y contra
todo pronóstico tengo que decir que para nosotros sería decepcionante, ya que
es un lugar en el que, bien se puede decir, que si no vas a esquiar no te
ofrece prácticamente nada.
Vistas desde Estación Superior Plateau Rosa |
Vistas desde Estación Superior Plateau Rosa |
Las vistas del Cervino no son buenas, ya que se encuentran tapadas por la propia estación del teleférico y no se pueden hacer rutas de senderismo ya que todo el entorno está reservado para los propios esquiadores y sería una locura invadir alguna de las pistas, por lo que lo único que puedes hacer es tomarte algo en el refugio del Cervino que allí se encuentra y observar la destreza de los deportistas, como así haríamos desde la terraza, ya que hacía un día fantástico.
Cervino desde Estación Superior Plateau Rosa |
Estación Superior Plateau Rosa |
Refugio del Cervino. Estación Superior Plateau Rosa |
A continuación, descenderíamos hasta la estación Laghi Cime Bianche situada a 2831 metros, donde la perspectiva del Cervino mejora indiscutiblemente al compararla con la de la cota superior. Desde aquí sí que se disfruta de la misma y puedes realizar diferentes rutas desde donde conseguir panorámicas diferentes. Una de las más destacables sería la conocida como Colle delle Cime Bianche, aunque nosotros no la haríamos, ya que estaban con obras en toda la zona y habían drenado parte de los lagos que hay en esta área, afeándola bastante, por lo que tampoco merecía la pena. Para aquellos que les guste montar en Mountain Bike, este es el lugar perfecto, ya que hay infinidad de senderos para esta actividad.
Cervino desde Estación Laghi Cime Bianche |
Cervino desde Estación Laghi Cime Bianche |
Estación Laghi Cime Bianche |
Finalmente, cogeríamos de nuevo el teleférico que nos llevaría hasta la estación de Plan Maison (2547 metros), caracterizada por los hermosos pastizales verdes y la presencia constante de la hermosa montaña piramidal. Es curioso pero para nosotros fue la parada que más nos gustó de las tres. Desde aquí también parten diferentes rutas de senderismo para todo tipo de condición física, siendo una de las más sencillas la que te acerca hasta el lago Goillet, un lado artificial de preciosas aguas azul turquesa.
Lago Goillet desde Estación Plan Maison |
Cervino desde Estación Plan Maison |
¿Merece la pena, por tanto, coger estos teleféricos? Pues creo, sinceramente, que sería suficiente con coger el primero de ellos, el que te acerca hasta Plan Maison, ya que el resto de estaciones no van a mejorar las vistas que se obtienen desde esta y salvo que se vaya a esquiar no te aportará nada nuevo y ahorrarás una fortuna.
Además en verano el terreno agreste y arenoso lo hace mucho menos
atractivo que cuando el paisaje se encuentra todo nevado en otras estaciones. A
esto habría que añadirle, en opinión de mi padre, que estuvo en la parte suiza,
que conociendo las perspectivas desde ese país, no merecen la pena las
panorámicas desde la parte italiana. Aunque tengo que decir que en mi caso,
siendo la primera vez que contemplaba el Matterhorn, sí que fue una experiencia
de lo más gratificante y que me alegro de
haber vivido. Por lo que la conclusión es que si se está por el valle de Aosta
y todavía no se ha contemplado esta famosa montaña merece la pena acercarse
hasta Breuil Cervinia para hacerlo, mientras que si ya se conoce la perspectiva
suiza, lo mismo es mejor dedicar el valioso tiempo a realizar otras actividades
por la zona.
LAGO AZUL (LAC BLEU)
Después de comer unos sándwiches en las cercanías de la cascada
con vistas al Cervino que habíamos visitado esta mañana, nos desplazaríamos en
coche, tan sólo dos kilómetros, para llegar, ahora sí, a un lugar idílico que
ofrece unas maravillosas vistas del Matterhorn bajo un entorno incomparable.
Se trataba del Lac Bleu o Lago Azul, donde sus aguas color
esmeralda resplandecen al incidir los rayos del sol sobre el mismo, la
majestuosidad de los abetos que lo rodean y sus verdes oscuros hacen de
contraste perfecto a la masa de agua, mientras que la majestuosidad de la
montaña triangular, justo detrás, crea una armonía perfecta con el entorno, permitiendo
una de esas panorámicas que se quedan inmortalizadas en tú mente para siempre.
Cervino desde Lac Bleu o Lago Azul |
Además, como es tradición con lugares tan hermosos, este también tiene su propia leyenda. Esta cuenta que allí donde el agua cristalina refleja el imponente Matterhorn, había una vez una cabaña modesta en la que vivían pastores. Una gélida noche, un vagabundo encontró la casa y llamó a la puerta para pedir refugio a sus dueños. Sería un niño el que abriría y al verle le invitó muy educadamente a pasar dentro. Poco tiempo después, al llegar su padre y comprobar la presencia del extraño, decidió expulsar a este de la vivienda y castigar a su hijo por su decisión, mandándole al bosque a recoger leña. A la vuelta, el pequeño vería que la casa ya no estaba y su familia estaba desprotegida a orillas del lago. Una lección que pone de manifiesto el valor de la hospitalidad como uno de los pilares clave en los habitantes del valle de Aosta.
Cervino desde Lac Bleu o Lago Azul |
El lago se encuentra justo al lado de la carretera por lo no es necesario apenas andar, aunque se puede rodear por un pequeño sendero muy agradable que merece la pena. El mejor momento para visitarlo es después de comer ya que el sol se encuentra a estas horas a tus espaldas y se puede disfrutar de la imagen perfecta del lago y la famosa cumbre.
GOUFFRE DES BUSSERAILLES
Y en sólo cuatro kilómetros volveríamos a realizar una parada en
este maravilloso barranco de 35 metros de profundidad y casi 104 metros de
largo que sería excavado a lo largo de los siglos por la fuerza del arroyo
subglacial Marmore y por las aguas provenientes de la cima del Cervino.
Garganta Gouffre des Busserailles |
Se trata de un sencillo paseo de pocos metros de longitud a través de unas pasarelas metálicas en el centro del cañón que desembocan en una estruendosa cascada de diez metros cuya imagen es impresionante dentro del propio desfiladero.
Garganta Gouffre des Busserailles |
Hay que decir que las cuevas son privadas y se llega a ellas atravesando un restaurante donde hay que pagar una entrada de tres euros. Aún así creo que la visita merece la pena. Lo único que hay pocos sitios para aparcar en las cercanías, por lo que si los más cercanos están ocupados lo mismo es necesario caminar un poco hasta la entrada.
VALTOURNENCHE
A continuación, a pocos metros de la anterior, pararíamos en el
pueblo que da nombre al valle, situado a más de 1500 metros de altitud, el cual
gira en torno a la hermosa iglesia de
San Antonio Abate que data de 1450 y fue restaurada a mediados del siglo
XVIII. Se encuentra flanqueada por un campanario blanco del siglo XVIII, que
crea un espléndido efecto óptico dada la presencia de los picos de las Grandes
Murailles al fondo. En el interior se puede admirar dos altares de madera
exquisitamente tallada y un altar mayor de mármol policromado presidido por un
retablo.
Valtournenche |
Valtournenche |
En la plaza que se encuentra justo delante de la iglesia es curioso observar las lápidas colgadas en las paredes de varios edificios dedicadas a los legendarios guías alpinos de Valtournenche.
Plaza de Valtournenche |
Iglesia de Valtournenche |
También habría que destacar el edificio conocido como Maison de I´Alpage del siglo XVII que alberga la oficina de turismo y un museo dedicado a la vida en los pastos de alta montaña.
CHAMOIS
La última visita del día iba a ser a un lugar especial, a un
pueblo al que no es posible llegar en coche llamado Chamois. Este se encuentra
en una terraza natural situada a 1800 metros de altitud, conservando la
autenticidad de esos lugares que todavía no han sido corrompidos por la
masificación ni el turismo de masas. Y es que cuando en 1955 se les dio la
opción a sus habitantes de construir una carretera para comunicar la aldea con
el valle, estos se opusieron y hasta el día de hoy, sólo se puede llegar a
Chamois en teleférico, caminando o en helicóptero.
Nosotros optaríamos por lo más cómodo y más barato, es decir en el
teleférico que conecta la localidad de Buisson con Chamois, por lo que es
necesario dejar el coche en la primera. El precio de ida y vuelta es de siete
euros, ida y vuelta. Sí aunque pueda parecer mentira es económico en
comparación con todos los teleféricos que habíamos cogido hasta el día de hoy y
es que se encuentra subvencionado por las autoridades locales al un servicio de
primera necesidad en cuanto a estar comunicados se refiere.
Teleférico Buisson - Chamois |
Buisson desde Teleférico Buisson - Chamois |
Desde el primer momento que se baja del telecabina, uno queda maravillado por el entorno y la belleza del pueblo. Y es que de inmediato se respira el ambiente de tiempos pasados, donde la naturaleza es la protagonista y el bullicio y el trasiego se olvidan de manera inmediata.
Chamois desde Teleférico Buisson - Chamois |
Chamois |
Al pasear por sus calles se comprueba que la aldea ha conservado las características de un antiguo pueblo de montaña, con típicos chalets de madera y piedra, pequeñas calles adoquinadas y antiguos graneros, así como la bonita iglesia parroquial de San Pantaleón, perfectamente conservada y adornada con flores y prados a su alrededor.
Chamois |
Chamois |
Chamois |
Aunque son muchas las opciones que ofrece el entorno de Chamois, como tomar diferentes teleféricos y telesillas hasta lugares como el lago Lod o las estaciones de Teppa y Falinére, donde desde esta última se puede llegar a un mirador espectacular conocido como Point Sublime, desde el que se consigue excelentes vistas del Cervino, sin embargo, optaríamos por pasar el resto de la tarde disfrutando de unas cervezas bien frías en la terraza de una de las cafeterías del pueblo. Con ese entorno idílico que nos rodeaba y la sensación de encontrarnos en el fin del mundo, alejados de todo, era imposible no tener la sensación que teníamos de absoluta felicidad.
Chamois |
Cervezas en Chamois |
Tras volver a Aosta, no dudaríamos en cenar otra vez en Hostaria del Calvino, tras las buenas sensaciones de ayer, decantándonos por un escalope de ternera con patatas y un clásico como los espaguetis a la carbonara.
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