Por fin, el momento para realizar otro de los grandes trekkings de Noruega había llegado y cierto nerviosismo afloraba en nuestro interior no sólo desde que despertamos sino incluso desde ayer, antes de acostarnos. Y es que de las tres grandes caminatas que habíamos seleccionado para realizar en el país nórdico, esta era sin duda la más dura y exigente. (Las otras dos habían sido el Preikestolen y Kjeragbolten).
TROLLTUNGA
Por delante nos esperaba una espectacular ruta de senderismo donde íbamos a caminar por encima de los mil metros de altitud, teniendo como destino final la lengua de troll, mundialmente famosa, también conocida como Trolltunga: la icónica imagen del saliente rocoso asomando al vacío sobre el lago Ringedalsvatnet.
Trolltunga y Lago Ringedalsvatnet |
Habíamos leído en muchos sitios que se recomendaba comenzar a andar a las 08:00, por lo que seríamos obedientes y haríamos lo necesario para estar a esa hora en el sendero oportuno. Para ello tendríamos que salir de nuestra casa cercana a Rosendal a las 06:30 ya que teníamos por delante 66 km que tardaríamos en realizar una hora y diez minutos. Esto implicaba tenernos que levantar a las 06:00, todo un sacrificio que esperábamos mereciese la pena.
Realizar esta excursión no es fácil, ni un paseo sencillo que pueda realizar cualquiera. Es necesario estar en forma, tener cierta costumbre de caminar por terrenos montañosos y estar mentalizado de que las distancias no serán cortas. Esto si se quiere afrontar con garantías de éxito y sin acabar pasando un calvario físico o con alguna lesión, ya que evidentemente hay gente que con una voluntad de acero y sin haberse movido del sofá en meses, lo mismo se mete en faena y la lleva a cabo, pero no es lo usual.
¿Cuánto dura la ruta?
Quien se anime a realizarla debe saber que por delante esperan entre 28 km y 20 km dependiendo de donde se comience a caminar, que la ruta puede durar entre 8 y 12 horas, que se transitará por todo tipo de terrenos con desniveles y ascensiones exigentes y que a lo largo del trekking se puede sufrir todo tipo de inclemencias meteorológicas. Por tanto, es importante comenzar a andar temprano para evitar que se haga de noche.
¿Cómo llegar al
inicio de la ruta?
Para aquellos que apenas quieran conducir antes de empezar la ruta, la ciudad más cercana al Trolltunga sería Odda. Desde aquí se debe llegar al pequeño pueblo de Tyssedal (ruta 13) y luego subir al asentamiento montañoso de Skjeggedal, que se encuentra fácilmente en los mapas o en el GPS del automóvil, donde se encuentra el área de estacionamiento más utilizada y cuya tarifa es de 300 NOK. Para llegar hasta aquí hay que pagar además el propio peaje de la carretera que cuesta 200 NOK.
También se puede optar por aparcar más abajo, en un área llamada Tyssohallen, donde cobran 150 NOK al día. Desde aquí es necesario coger un autobús que te lleve al parking 2 o Skjeggedal.
Finalmente está la opción más ventajosa y la que nosotros utilizaríamos para no malgastar fuerzas. Se trata de un parking llamado Magelitopp que permite ahorrarte ocho kilómetros de ruta entre la ida y la vuelta y 400 metros de desnivel. Eso sí cuesta 600 NOK al día y las plazas de aparcamiento están limitadas a 30 vehículos. La web donde poder sacar la reserva de plaza es: https://www.trolltunganorway.com/en_GB.
También hay autobuses que realizan este trayecto por 150 NOK y cuya reserva se puede realizar en la misma página que acabo de mencionar, con horarios limitados y estrictos.
¿Cuándo realizar la
excursión?
La mejor época para realizar la caminata al Trolltunga es desde principios de junio hasta finales de septiembre. Antes puede estar todavía nevada y después comenzar a nevar, por lo que la situación se puede complicar. Desde mediados de octubre a mediados de marzo la ruta está clausurada y no se puede realizar. Y de mediados de marzo a finales de mayo y de finales de septiembre a mediados de octubre la ruta se podría hacer contratando un guía.
¿Qué llevar para la
caminata?
Aunque creo que es evidente, lo aconsejable para una ruta de estas características es llevar un buen calzado para trekking impermeable que esté en buen estado y preparado para terrenos secos y húmedos, pues no es extraño que pueda llover o haya agua en el camino. También un chubasquero y varias capas de ropa, pues aunque el día esté soleado puede hacer bastante frío en la parte superior. Es aconsejable que los pantalones sean impermeables, así como llevar calcetines y camisetas extras por si los puestos se mojan. Tampoco debería faltar suficiente agua (entre dos y tres litros), almuerzo y refrigerios como frutos secos y chocolate, un pequeño botiquín y un frontal o linterna por si no calculáramos bien el tiempo y se nos hiciera de noche.
Nuestra experiencia
en el Trolltunga
Tras todas las consideraciones anteriores, ahora sí, que nuestra aventura comenzaba en el tercer parking conocido como Magelitopp donde habíamos llegado a las 08:00, tal y como comenté unos párrafos atrás. Ello tras haber mostrado nuestra reserva al guardia que se encontraba en la carretera de acceso, quien nos desearía suerte y nos pediría que fuéramos con cuidado. Nuestras caras fueron esbozando una sonrisa cada vez más amplia al ir ascendiendo la fuerte pendiente y comprobar el enorme desnivel que nos estábamos quitando nada más empezar la ruta. No podía ser más acertada la decisión que habíamos tomado, aunque hubiese supuesto una inversión tan elevada. Además tampoco nos perdíamos nada realmente destacable en estos primeros momentos.
Vistas desde Parking Magelitopp |
Ruta Trolltunga |
Con las mochilas a nuestras espaldas, en pocos minutos, ya estábamos afrontando la primera parte de la ruta, por un terreno uniforme y donde atravesaríamos un par de puentes de madera que ayudan a atravesar las aguas que ha generado el deshielo. Estos arroyos son una buena opción para aprovisionarse de agua pura y fresca, sin ningún riesgo.
Ruta Trolltunga |
Ruta Trolltunga |
Estábamos tranquilos porque podríamos comprobar cómo el sendero se encuentra bien señalizado con constantes T rojas cada poco tiempo, indicando en todo momento el camino correcto a seguir.
Tras atravesar una enorme llanura de lagos y riachuelos nos toparíamos con un cártel en el que se indicaba que si se llegaba a ese punto después de las 13:00 era necesario darse la vuelta, sino se estaba entre mediados de junio y mediados de agosto, ya que de continuar había muchas posibilidades de que se hiciera de noche. No sería nuestro caso ya que todavía era temprano.
Ruta Trolltunga |
Ruta Trolltunga |
Pronto afrontaríamos una exigente subida de una fuerte pendiente e inclinación, obsequiándonos al final de la misma con la vista espectacular de la caída hacia el fondo del valle donde se encuentra el lago Ringedalsvatnet, así como una perspectiva del glaciar Folgefonna hacia el oeste. Sería este un buen lugar para parar y deleitarnos un rato con las panorámicas mientras picábamos algo.
Ruta Trolltunga |
Otra combinación de pequeñas pendientes ascendentes y descendentes, con un entorno salpicado de rocas con formas peculiares y estrambóticas, víctimas de la glaciación, nos harían ir aproximándonos a nuestro objetivo.
Después de caminar casi diez kilómetros, a lo lejos podríamos distinguir ya una masa de personas que se amontonaban en torno a un punto concreto, señal indiscutible de que estábamos a pocos metros del Trolltunga. Aceleraría la marcha y pronto me encontraría a pocos metros de la gran losa de piedra que se proyecta horizontalmente como una especie de trampolín a 1100 metros de altura, 700 metros por encima del lago Ringedalsvatnet, a cuyas aguas parecen querer saltar los excursionistas que posan en su punta para sacarse una foto.
Trolltunga y Lago Ringedalsvatnet |
No tardarían mucho en llegar mis amigos, donde todos juntos esperaríamos para hacernos las respectivas fotografías que iban a inmortalizar un momento único y esperado. El paisaje aéreo es brutal y sólo cuando se está encima de la mole rocosa las sensaciones se multiplican y parece que has tocado el cielo. Aquí se entiende por qué los noruegos lo bautizaron así, pues su nombre significa lengua del Troll y es que realmente parece como si un enorme troll hubiera sido petrificado por el sol cuando estaba sacando la lengua.
Trolltunga y Lago Ringedalsvatnet |
No había demasiada gente y podríamos disfrutar de manera tranquila de la meseta rocosa, sin agobios y haciéndonos las fotos que nos apetecían. También seríamos testigos de lo que suele pasar en estos lugares: siempre hay alguien que arriesga su vida arrimándose demasiado al vacío o acercándose excesivamente al borde del abismo.
Trolltunga y Lago Ringedalsvatnet |
Lago Ringedalsvatnet |
Hay que decir que llegar a la plataforma no es difícil pues existe una pequeña bajada con escalones de metal incrustados en la roca que ayudan a descender. El hecho de que sea una formación que sobresale sobre una vasta extensión en la nada puede provocar escalofríos, pero una vez allí uno puede comprobar que esta es más ancha de lo que parece y su ligera inclinación hacia arriba causa seguridad al no verse fácilmente la caída que hay bajo tus pies.
También es interesante no ceñirse tan sólo a la propia lengua de Troll, ya que en las inmediaciones, moviéndose un poco, se pueden encontrar magníficas perspectivas tanto del lago que está debajo como de la propia formación rocosa que vista desde cierta lejanía provoca igualmente sentimientos de asombro.
Lago Ringedalsvatnet |
Lago Ringedalsvatnet |
Lago Ringedalsvatnet |
Después de dos horas y media disfrutando de este lugar inolvidable había que ir pensando en volver, pues era mucho lo que nos quedaba por deshacer. Poco a poco iríamos retrocediendo y aunque exhaustos llegaríamos al aparcamiento de Magelitopp a las 18:00.
Parecía mentira que lo hubiéramos conseguido. No nos lo podíamos creer y casi que besamos el suelo asfaltado para ser conscientes de ello. Habíamos completado una caminata épica.
Es cierto que para muchos el camino puede ser agotador, largo y estresante, sin embargo las impresionantes vistas que se obtienen a lo largo del sendero, la satisfacción de terminar una caminata exigente y el placer de sentarse o pararse en la cima del impresionante Trolltunga, definitivamente, hará que todo valga la pena.
De esta manera, al realizar de forma exitosa esta excursión al Trolltunga y sumando las del Preikestolen y el Kjeragbolten, completábamos el trío de ases con el que soñábamos en este viaje a Noruega. Habíamos puesto la guinda al pastel. Estábamos pletóricos.
De repente, el cansancio sobrevino y tal vez lo más duro sería tener que conducir el trayecto de regreso a nuestra casa. Tras cenar algo rápido lo único que queríamos era descansar. Creo que no hace falta decir que esta noche dormiríamos como bebes.
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