Las Hoces del Cabriel, localizadas entre el límite provincial de Cuenca y Valencia, encierran uno de los parajes naturales más valiosos y mejor conservados tanto de Castilla – La Mancha como de la Comunidad Valenciana. Las aguas del río riegan densas extensiones de bosques sobre los que se yerguen impresionantes farallones de roca caliza. A lo largo de diez serpenteantes y curvos kilómetros el río Cabriel vierte sus aguas por caudalosos meandros y en los barrancos, los arroyos y las crestas montañosas se puede observar un amplio catálogo de flora y fauna.
Por todo ello, durante este primer fin de semana largo del recién inaugurado mes de mayo, aprovecharía, junto a unos buenos amigos con lo que hacía tiempo no realizaba ninguna escapada, para venir a conocer esta área natural que dista de Madrid 240 km y a la que se llega en aproximadamente dos horas y media.
Nuestro centro de operaciones estaría en la localidad conquense de Minglanilla, donde habíamos elegido para alojarnos el Centro Rural Tierras del Cabriel. La casa tenía capacidad hasta para seis personas y era una maravilla. Estaba todo impecable y la atención de los dueños fue de diez. Cabe destacar la amplitud, la limpieza, lo funcional de la cocina, vamos para repetir.
Tras llegar el viernes por la tarde, asentarnos y disfrutar
de la casa, las actividades comenzarían ya de lleno al día siguiente y no
pararían hasta el regreso. A continuación se pueden ver cuáles serían nuestros
planes.
QUÉ HACER EN LAS HOCES DEL CABRIEL:
1. RUTA DE LOS MIRADORES DEL RÍO
CABRIEL
Una de las mejores maneras de empezar a conocer un lugar es realizando una ruta de senderismo que permita hacerse una idea del enclave en el que uno se encuentra. Dicho y hecho eso sería lo que haríamos.
Optaríamos por esta senda circular que nos conduciría a diferentes miradores situados sobre el río Cabriel, desde donde poder observar el discurrir de este y las formas caprichosas que ha ido creando a lo largo de los siglos.
La ruta es de aproximadamente unos catorce kilómetros y tiene un desnivel positivo de 400 metros, por lo que no es especialmente exigente y creo que la puede realizar cualquier persona con un mínimo de condición física, incluidos niños a partir de 7 u 8 años. La duración es de unas cinco horas, teniendo en cuenta las paradas, descansos y fotografías, por lo que si uno no se entretiene y va a tiro fijo, se puede reducir el tiempo considerablemente.
Desde Minglanilla realizaríamos en coche casi 18 km en unos cuarenta minutos hasta un área conocida como Fuente de la Oliva, donde podríamos dejar estacionado el vehículo. Decir como curiosidad que esta zona era atravesada por una calzada romana que unía Toledo con el levante y era un punto de encuentro importante de la trashumancia de la Cañada Real de la Mancha. El pueblo más cercano a este lugar, por si os sirve de referencia, es Casas de Moya.
Por cierto, un poco antes de llegar hasta este punto existe un mirador conocido como “El Fotógrafo” donde ya podríamos tomar contacto con las hermosas panorámicas del entorno.
Mirador del Fotógrafo |
Con todo listo, agua, bocadillos y snacks incluidos, empezaríamos a caminar por el sendero que coincide con las señales del GR 238, para uno metros después desviarnos en dirección al río. Las vistas de la sierra del Rubial y la cima del Moluengo nos acompañaran en estos primeros momentos.
Tras unos cuatro kilómetros llegaríamos al primero de los miradores donde podríamos ver la hoz del Purgatorio y el profundo cañón de enormes paredes por el que transcurre serpenteante el río Cabriel.
Hoz del Purgatorio |
Si vais con niños tendréis que tener cuidado ya que en esta zona no existen barandillas ni protecciones, por lo que puede ser peligroso, pero merece mucho la pena.
Desandando parte de nuestros pasos regresaríamos al camino principal para tras algo más de un kilómetro encontrar el mirador de la hoz de San Vicente, situado a cien metros sobre el cauce del río lo que brinda nuevas panorámicas de impresión. Al igual que con el anterior tampoco existe protección por lo que habrá que tener cuidado. Este es probablemente el más impresionante de todos los miradores.
Hoz de San Vicente |
Un nuevo tramo del recorrido, con continuas subidas y bajadas en el terreno nos conduciría a la hoz del rabo de la Sartén, donde veríamos la tercera y última de las hoces de nuestro recorrido.
Hoz del Rabo de la Sartén |
No obstante, y tras otro esfuerzo con el camino en ascenso, hallaríamos el mirador de Fonseca desde donde se puede apreciar el valle del mismo nombre que aparece como una herida cubierta en mitad de una tierra árida, sin apenas vegetación. Desde aquí se observan también los famosos cuchillos de Contreras, el paraje más conocido y espectacular de la zona que está formado por pliegues del terreno que originan alargadas crestas verticales. Y es que la naturaleza ha modelado durante millones de años formas fantasmales que evocan los pináculos de las catedrales góticas. Es un auténtico paraíso para los amantes de la escalada.
Mirador de Fonseca |
Ya no habría ninguna nueva sorpresa, por lo que sólo nos quedaría seguir el camino repleto de vides hasta completar el recorrido y llegar a la Fuente de la Oliva.
2. RAFTING POR EL RÍO CABRIEL
Si el sábado optábamos por el senderismo, el domingo decidiríamos dividir el día en dos, dedicándonos a realizar dos actividades contrapuestas y que no tenían nada que ver la una con la otra.
La primera de ellas sería una actividad de aventura como el rafting. Elegiríamos para ello contratar los servicios de una empresa llamada Aiguaroca, una de las muchas que hay en esta región. Su página web es www.aiguroca.com
Para comenzar la actividad tendríamos que dirigirnos a la localidad de Venta del Moro donde nos habían citado a las 10:45. Es importante saber que uno tiene que traer bañador, zapatillas que se puedan mojar con suela dura y que cubra todo el pie, toalla y otro calzado de recambio.
Ellos, por su parte, te facilitan el traje de neopreno, el chaleco salvavidas, el casco y algún otro elemento que sea necesario para la actividad.
El recorrido por el río Cabriel es de seis kilómetros y dura como unas dos horas. Es una experiencia muy agradable y divertida acta para casi cualquier persona y enfocada a divertirse y pasar un buen rato, por lo que en ningún momento os penséis que llega al nivel de los ríos del Pirineo, ya que esa es otra historia. Yo he hecho las dos y os aseguro que esta del Cabriel es realmente un paseo.
Rafting por el Río Cabriel |
En principio si se quiere formar un único grupo debéis ser al menos seis, sino hay que esperar a que se forme uno y compartir embarcación, aunque nosotros tendríamos mucha suerte ya que sólo éramos nosotros que éramos cinco y otra familia que eran cuatro, por lo que utilizaron dos balsas y fuimos por separado. La edad mínima es de seis años y el precio de la actividad es de 40 euros por adulto y 30 euros para niños menores de 14 años.
Nuestro guía, Ferrán, era un auténtico crack y nos lo pasamos en grande con él, haciendo diferentes actividades aparte de descender el río, como saltos, piruetas y abordaje de la otra embarcación, cuya guía, Eva, también era encantadora.
Al terminar la actividad optaríamos por comer en el restaurante Alalumbre que era la opción que teníamos más cerca y con buenas referencias en la zona. Aquí optaríamos por una parrillada de carne y dos entrantes a elegir entre varios, optando por morteruelo, una especialidad conquense compuesta por carnes de caza, y huevos rotos con jamón. También incluía la bebida y los postres. Todo nos saldría por 15 euros por persona.
Morteruelo en Restaurante Alalumbre |
3. SENDA DE LOS CUCHILLOS DE CONTRERAS
Después de una copiosa y suculenta comida, la tarde del domingo la íbamos a dedicar a realizar una nueva ruta de senderismo, pero esta vez mucho más tranquila, con menos desnivel y más corta que la que haríamos el día de ayer.
Si ya habíamos tenido oportunidad de observar las hoces del río Cabriel a vista de pájaro, era el momento de descubrirlas desde sus entrañas. Para ello nos desplazaríamos hasta el camping Venta de Contreras, situado justo enfrente del embalse del mismo nombre. Desde Minglanilla sólo nos separaban 12 kilómetros y un cuarto de hora.
Las vistas que se consiguen del embalse desde los alrededores bien merecen una o varias paradas, para así observar las aguas azul celeste del mismo.
Embalse de Contreras |
Embalse de Contreras |
Unas escaleras situadas al lado del camping nos conducirían de forma directa a un camino asfaltado que nos llevaría hasta el centro de Interpretación, el cual se encontraba cerrado a cal y canto.
Serían ocho kilómetros que sin descansos se pueden llevar a cabo en unas dos horas. La ruta es de ida y vuelta y el desnivel es prácticamente nulo.
Si el centro está abierto se pueden adquirir pequeñas nociones acerca de la flora y la fauna que se dan en el espacio natural.
El camino transcurre en todo momento por un camino forestal situado junto al río Cabriel hasta llegar a las fabulosas formaciones de los Cuchillos de Contreras con el salvaje modelado que presentan sus rocas calizas.
Ruta Cuchillos de Contreras |
El entorno aporta, además, información de cómo eran en tiempos remotos estos parajes, que han sufrido una escasa transformación. Resulta evidente porque el hombre no ha sido capaz de asentarse en este accidentado relieve y es que la naturaleza impone reglas demasiado duras para su aprovechamiento.
Ruta Cuchillos de Contreras |
Ruta Cuchillos de Contreras |
Un poco más allá podríamos observar un puente de hierro que indica el final del camino a seguir, por lo que deberíamos dar la vuelta y volver sobre nuestros pasos.
Ruta Cuchillos de Contreras |
El Parque Natural de las Hoces del río Cabriel es una maravilla, y realizando sólo dos rutas nos habíamos sumergido entre cañones y meandros, entre escarpadas paredes y desfiladeros impenetrables, vigilados por el volar majestuoso de águilas perdiceras o culebreras. Quién nos iba a decir que en esta región encontraríamos semejante tesoro de la naturaleza.
4. CATA DE VINOS DE LA REGIÓN
Hoy volvíamos a Madrid, terminando nuestra estancia en la zona con un plan bastante más tranquilo que el de los días anteriores. Haríamos una cata de vinos de la región en la bodega Chozas Carrascal, localizada muy cerca del pueblo de Requena. Además de la visita al propio centro. Su página web es www.chozascarrascal.com
Bodega Chozas Carrascal |
En dicha página rellenas un pequeño formulario y el equipo de las bodegas se pone en contacto contigo para concertar el día y la hora de la visita. A nosotros nos citaron a las 11:00.
Así, una vez en el centro y tras la correspondiente presentación por Paula, una enóloga de lo más simpática, esta nos invitaría a acompañarla a realizar un paseo entre sus viñedos ecológicos, donde nos explicaría las diferentes variedades de uva con las que trabajan, así como las propiedades de estas.
Bodega Chozas Carrascal |
A continuación se haría referencia al proceso de la elaboración, haciendo un recorrido desde la vendimia hasta que llega a los establecimientos, pasando por el embotellado y el resto de fases.
Bodega Chozas Carrascal |
Bodega Chozas Carrascal |
Tras alguna que otra sorpresa más en el recorrido la visita culminaría con una cata de un cava, tres vinos diferentes y otra de aceite de oliva Virgen Extra que también producen, donde podríamos degustar la excelente calidad de todo ello. De acompañamiento, nos obsequiarían además con lomo, queso, chorizo y salchichón. Y para la más pequeña chocolate.
Cata de Vinos en Bodega Chozas Carrascal |
La visita duraría casi tres horas, por lo que terminamos a las 14:00. Aunque en principio pensamos en comer por los alrededores, la información que nos llegaba de fuertes tormentas por la tarde y un tráfico cada vez más intenso de regreso a Madrid, nos haría replantearnos los planes y poner pies en polvorosa, optando por comer unos bocadillos en el camino, algo que agradeceríamos más tarde, ya que el colapso de la carretera según avanzaban las horas, fue cada vez peor.
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