MALTA - DIA 05. Isla de Gozo. De Dwejra a Reqqa point

8 de Diciembre de 2021.

El extremo occidental de Gozo ofrece una belleza salvaje, con abruptos acantilados, insólitas formaciones rocosas y cabos partidos por el viento. A este tramo de costa se le conoce como Dwejra y sería por donde comenzaría las visitas en la jornada que acababa de empezar, hallándose tan sólo a dos kilómetros de donde había pasado la noche.

No cabe duda que el enclave natural más famoso del lugar era la famosa Azure Window o Ventana Azul, un espectacular arco de cuarenta metros de diámetro, resultado de la erosión marina sobre la roca calcárea, pero desgraciadamente sucumbió a las fuertes olas que tuvieron lugar en una terrible tormenta en marzo de 2017.

Entorno Antigua Azure Window. Dwejra

En cualquier caso, sigue mereciendo la pena llegar hasta aquí para ver, en invierno, cómo las olas rompen de manera espectacular contra los acantilados, así como algunos otros lugares de interés como pueda ser Inland Sea, una laguna de aguas bajas que se formó al colapsar una enorme cueva y que siempre está en calma. Desde aquí parten las embarcaciones en barco hasta Dwejra Point a través de la hendidura que se puede ver en el acantilado. Lástima, al igual que me pasaría hace unos días con la Blue Grotto en la isla de Malta, el mar estaba demasiado embravecido y hoy no se llevaría a cabo esta actividad.

Inland Sea. Dwejra

Inland Sea. Dwejra

Otro de los lugares que no hay que perderse es el Blue Hole o agujero azul, otro interesante fenómeno natural en el entorno de Dwejra, consistente en una chimenea de unos diez metros de ancho y 25 metros de largo que conecta la laguna interior con el mar abierto a través de un arco subterráneo y que en verano es utilizado como piscina por muchos bañistas. La mejor visión del mismo se obtiene desde justo encima de él, encaramándose a los acantilados.

Blue Hole. Dwejra

Tampoco hay que olvidarse de pasar un rato admirando Dwejra Bay con la inconfundible silueta de Fungus Rock. Esta enorme mole es conocida por los malteses como la “Roca del General” por un militar italiano que murió tras caer por sus acantilados. El hongo que crece en ella y que le da nombre, se pensaba que servía para curar la disentería, la hemofilia y para prevenir infecciones en las heridas, aunque estudios modernos han demostrado que la planta carece de propiedades medicinales. En el pasado la planta era muy apreciada por los caballeros y los que se atrevían a cogerla eran condenados a tres años de calabozo. En la actualidad se sigue prohibiendo el acceso a la roca.

Bahía de Dwejra y Fungus Rock

Finalmente, no hay que pasar por alto, la pequeña torre que fue erigida por los caballeros en el siglo XVI para proteger Fungus Rock y la capilla de Santa Ana, construida en 1963 en el emplazamiento de una iglesia mucho anterior. Está algo descuidada pero es muy querida por las gentes del lugar.

No sería poco el tiempo que disfruté de esta zona y aunque hubiera estado aquí toda la mañana, debía seguir con las visitas que había programado, por lo que me dirigí hacia la basílica de Ta´Pinu a sólo cinco kilómetros de donde me encontraba.

Basílica de Ta´ Pinu. Gharb

En medio de la nada, cerca de la localidad de Gharb, se levanta esta monumental basílica que es el santuario nacional de los malteses. Fue construida entre 1920 y 1931 sobre una anterior, encontrándose precedida por catorce bellas esculturas del Vía Crucis, siendo de estilo neorrománico con un destacado y pronunciado campanario, e interior recubierto de vidrieras que fue visitado por Juan Pablo II en 1990. La fisionomía del templo recuerda a Pisa u otras iglesias toscanas.

Basílica de Ta´ Pinu. Gharb

Basílica de Ta´ Pinu. Gharb

Al parecer la Madonna de Ta´Pinu concede milagros, por lo que hay numerosos y curiosos exvotos que son mostrados en su sacristía.

Tras recorrer otros cuatro kilómetros, había llegado el momento de conocer el lugar más importante de la isla de Gozo. Ni más ni menos que su capital: la ciudad de Victoria, denominada así para conmemorar el cincuenta aniversario de la reina Victoria de Inglaterra, aunque sus habitantes la siguen conociendo como Rabat (efectivamente se llama igual que la localidad adosada a Mdina).

Aunque su lugar más famoso e importante es su Ciudadela, cuya silueta se aprecia desde cualquier punto de la isla, yo comenzaría la visita con algunos otros lugares de la parte baja que también tienen su encanto, como plazoletas, callejones y edificios históricos.

De esta manera y tras dejar el coche aparcado al inicio de la amplia calle Sant Orsola, mis pasos me llevarían a una primera plazuela de lo más tradicional conocida como Plaza Savina, la cual se aprieta de forma irregular entre la pendiente que baja desde la Ciudadela y la ciudad medieval.

Plaza Savina. Victoria

En 1886, se levantó una enorme estructura de hierro en su centro con el fin de servir como mercado cubierto con varios puestos. Se eliminó en 1903, pero la plaza siguió siendo el principal mercado abierto de Gozo y un importante centro de trueque hasta la década de 1960. Los domingos y festivos parece que está a rebosar de gente entre las seis y las diez de la mañana. Todo en ella es objeto de ofertas o trueques: corderos y cabritos, cachorros y pájaros, plantas y árboles jóvenes, cerámica y artículos de hierro, cuerdas y artículos de cuero, casi cualquier cosa que uno pueda imaginar.

En la esquina con Triq Sant´Orsola, hay una hornacina de mediados del siglo XVIII con una estatua de piedra de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen. Originalmente se encontraba sobre un pedestal.

Estatua de la Inmaculada Concepción. Plaza Savina. Victoria

La iglesia que se encuentra en una de las esquinas de la plaza está dedicada a la Natividad de la Santísima Virgen María pero los lugareños se refieren a ella como Ta´Savina, y data de 1903. Reemplazó a una antigua iglesia que se remonta al menos a 1450, cuando servía como iglesia parroquial. Desde 1904, la Iglesia acoge la adoración perpetua del Santísimo Sacramento todos los días del año. Destaca el retablo mayor, de artista desconocido, que representa la Natividad de la Santísima Virgen. Contiene una descripción detallada e invaluable de las fortificaciones construidas en la Ciudadela de Gozo y su barrio medieval.

Natividad de Ntra Sra. Plaza Savina. Victoria

A pocos pasos de la anterior me topaba con la plaza de la Independencia o It-Tokk, traducido literalmente como punto de encuentro, siendo la plaza principal de Victoria. Su topónimo llegó a Gozo desde Sicilia y en última instancia se deriva de thokos, una palabra griego-bizantina que se refiere a una silla, una reunión y, por extensión, el lugar de reunión. En este lugar convergían las dos calles principales de la Rabat romana y medieval.

It-Tokk se convirtió en el lugar de reunión de la asamblea por excelencia en 1661 cuando el gobierno regional medieval de Gozo, trasladó sus oficinas desde la Ciudadela a este punto.

El edificio que más llama la atención es sin duda el que ostenta forma circular que fue inaugurado en 1733 por el gobernador de la isla. Tiene un portal muy ornamentado coronado por el emblema de la Universidad y una inscripción que registra su inauguración. Ahora es la sede del Ayuntamiento de Victoria.

Ayuntamiento o Banca Giuratale. Plaza Independencia. Victoria

En el otro extremo de la plaza se puede observar la iglesia de St. James, dedicada a Santiago Apóstol. Se levantó sobre los restos de un antiguo edificio que se alzó allí al menos desde el siglo XV. Su solar, por tano, ha sido testigo de cientos de importantes funciones religiosas a lo largo de sus más de quinientos años de historia.

Iglesia de St. James. Victoria

Y en el centro del rectángulo se encuentra el Monumento a los Caídos. El Memorial consiste en un pedestal de piedra caliza coralina coronado por una estatua de bronce de Cristo Rey. Fue inaugurado por la reina Isabel II el 7 de mayo de 1954. Cuatro placas de bronce en la parte posterior registran a los civiles, la Armada, el ejército y el personal de la Fuerza Aérea que murieron en defensa de Malta.

Monumento a Caídos II Guerra Mundial. Plaza Independencia.Victoria

Dada la cercanía aprovecharía también para al menos plantarme delante de la fachada del Teatro Astra, toda una institución en la isla desde su inauguración en 1968.

Teatro Astra. Victoria

Retrocedería sobre mis pasos y me dirigiría a la parte trasera de la plaza de la Independencia, donde me iba a encontrar con otro importante punto de reunión social. Me estoy refiriendo a la plaza de San Jorge, creada a finales de 1950 mediante la demolición de varios edificios medievales e incluso una pequeña capilla. Ahora está ocupada por varios cafés al aire libre. En lo alto de uno de los edificios, hay un nicho con la Santísima Virgen María de Loreto, levantada mediante suscripción popular en 1765.

Plaza y Basílica de San Jorge. Victoria

Presidiendo este espacio se encuentra la basílica de San Jorge, caracterizada por su cúpula que se eleva en el corazón de la ciudad medieval. La devoción a este Santo, mártir de principios del siglo IV, se encuentra muy arraigada en Gozo, pues desde tiempos inmemoriales la gente lo venera como su patrón recurriendo a él en tiempos de necesidad.

Fue la primera iglesia construida en Gozo en forma de cruz latina y su principal atracción es una pintura de San Jorge en el momento de su victoria sobre el repulsivo dragón. Otra obra de arte importante es el dosel de bronce sobre el altar principal, la cual es una réplica de la obra maestra de Bernini de la basílica de San Pedro en la ciudad del Vaticano.

Basílica de San Jorge. Victoria

Otro tesoro de incalculable valor es la encantadora estatua de San Jorge. El tercer domingo de julio se lleva a hombros por las calles de Victoria.

Y antes de continuar con las visitas me pareció un buen momento para hacer un alto en el camino y sentarme en uno de los cafés que rodean la plaza y probar allí mis primeros y únicos pastizzi, unos hojaldres rellenos de guisantes o requesón, que están deliciosos. Tendría que esperar un poco hasta poder degustarlos, pero a cambio los probaría recién sacados del horno.

Pastizzi en Victoria

Con las fuerzas repuestas, me perdería por las calles medievales de los alrededores de la iglesia de San Jorge, donde me volverían a sorprender nuevas hornacinas con estatuas de santos o vírgenes y, desde aquí y sin más preámbulos me encaminaría hacia la edificación estrella no sólo de Victoria, sino de toda la isla de Gozo. Efectivamente me refiero a su asombrosa Ciudadela.

Calle Triq Il - Providenza. Victoria

Esta imponente construcción amurallada sería construida por los caballeros de la Orden de Malta para protegerla de las invasiones. Y es que durante muchos años, la isla de Gozo sufrió las incursiones de corsarios, sarracenos y turcos que esclavizaron a sus gentes, siendo tal el peligro que hasta 1673 la población se vio obligada por ley a pasar la noche intramuros por su propia seguridad. Es este sólo uno de los muchos episodios históricos que guarda.

Ciudadela de Victoria

Subiendo por la calle Triq Tal – Belt, lo primero que te impacta son sus recias murallas que deben su actual aspecto a los caballeros, quienes la reforzaron considerablemente tras su victoria contra los turcos en 1565 y es que aunque sofocaron la amenaza, los caballeros temían las represalias.

Ciudadela de Victoria

Acto seguido la propia cuesta te conduce, en el lado derecho, al Centro de Visitantes, ubicado dentro de un antiguo depósito de agua construido en la década de 1870 durante el periodo británico. Aquí se puede ver una pequeña exposición y un audiovisual impactante sobre la fortificación. Tanto esta entrada como la de todos los museos que se encuentran dentro de su perímetro se incluyen en el pase de Heritage Malta.

Una puerta de reciente construcción permite acceder directamente a la inmensa plaza con escalinata que termina a los pies de la catedral de la Asunción de la Virgen y Santa Úrsula, templo que es una reconstrucción del anterior que cayó con un terremoto en 1693.

Catedral de la Asunción. Ciudadela de Victoria

Como suele ocurrir con otros templos, el exterior es austero pero majestuoso y el interior se recrea en formas y motivos. Curiosamente no tiene cúpula y se soluciona con un “trampantojo" o simulación en superficie plana.

A ambos lados de la catedral se levantan sendos edificios, uno era el Registro Público, un edificio del siglo XVII que fue residencia del gobernador de Gozo que representa el poder de los caballeros. A la derecha se halla el Palacio del Obispo y cierra la lista de edificios que asoman a la coqueta plaza la antigua cárcel, con curiosos grabados realizados por los reos en sus paredes calizas.

Ciudadela de Victoria

Es también interesante realizar el paseo por la parte superior de las murallas, apreciando así gran parte de la sección norte de la Ciudadela compuesta por casas, muros y calles en ruinas, que en muchos casos se reducen a escombros, pero que en su conjunto ofrece una bella imagen.

Ciudadela de Victoria

Gozo desde Ciudadela de Victoria

De los museos habría que citar el de Ciencias Naturales, el Arqueológico y la Armería, aunque tampoco ofrecen gran cosa. Sí merece la pena, sin embargo el museo del Folclore, que expone un sinfín de objetos de la vida cotidiana, así como dos destacados molinos, pero sobre todo lo más interesante es poder transitar por las escaleras y patios de las casas antiguas de la Ciudadela, conectadas entre sí, ya que este museo se distribuye entre varias de estas.

Museo de Oficios y Costumbres. Ciudadela de Victoria

Antes de finalizar mi visita me perdería nuevamente por aquellos rincones y tramos por los que todavía no había transitado, consiguiente nuevas y hermosas perspectivas de esta tremenda obra de ingeniería.

Ciudadela de Victoria

Ciudadela de Victoria

Siendo sincero, me quedé con ganas de seguir disfrutando de Victoria, pero todavía me faltaban algunos lugares que no quería perderme en Gozo, por lo que me dirigí hacia los mismos. Pero si se tiene tiempo suficiente, sí que recomiendo pasar un día completo en esta hermosa ciudad.

Mi siguiente parada sería para visitar los importantes templos megalíticos de Ggantija, situados sobre una pequeña colina en la localidad de Xaghra, a sólo tres kilómetros de Victoria.

Como en el caso de Hal Saflieni, constituyen uno de los yacimientos arqueológicos más importantes del mundo y datan de los años 3600 a 3200 a.C.

Su nombre, Ggantija, que en idioma maltés significa gigante, deriva según la leyenda atribuida a las gigantescas dimensiones de los megalitos, lo que llevó en siglos pasados a creer que lo templos eran obras de gigantes.

Templos de Ggantija

El complejo, conocido desde el siglo XVII, consta de dos templos rodeados por una muralla. Algunos de los megalitos tienen más de cinco metros de longitud y pesan más de veinte toneladas. Cada templo tiene cinco ábsides conectados con un corredor central que conduce a la sección del trifolio. Fueron construidos con bloques de piedra caliza coralina rugosa, extraídos de una cantera situada al otro lado del monte y transportados a su ubicación gracias a las piedras esféricas que hay alrededor de los templos.

Templos de Ggantija

El templo más grande y más antiguo se ubica a la izquierda del complejo. Estaba compuesto por varias cámaras circulares con extrañas y antiguas inscripciones en las paredes alrededor de un espacio redondo. En la entrada de esta gran edificación aparecen unos agujeros para bisagras utilizados para colocar unas puertas que previsiblemente separaban a la casta sacerdotal de los fieles. Se cree que el centro de la edificación estaba cubierto con una especie de cúpula. Dentro, se ha encontrado una gran piedra triangular y una talla de forma fálica. En el suelo hay dos agujeros que se cree servían como huecos para la libación en los que se recogía la sangre de los sacrificios.

Templos de Ggantija

En el interior de la menor de las edificaciones, construida dos siglos después y situada a la derecha del complejo, se han encontrado estatuas femeninas, si bien estas figuras son posteriores a la datación del propio edificio.

Templos de Ggantija

La función de estos dos templos megalíticos se cree que fue rendir culto a una deidad de la fertilidad, si bien, no se conoce el uso exacto que dieron los pobladores de Gozo a los mismos.

El moderno centro de interpretación que precede al yacimiento hace de perfecta introducción informativa a los templos. Su visita se encuentra incluida también en el Heritage Malta.

A pocos metros y sin necesidad de tener que coger el coche, aprovecharía para visitar el único molino que se conserva de los doce que construyeron los caballeros, conocido como Ta´Kola. En este museo se pueden visitar absolutamente todas las estancias del molino y ver todo tipo de objetos de la artesanía tradicional maltesa. También se incluye en el pase Heritage Malta.

Molino Ta´Kola. Xaghra

Molino Ta´Kola. Xaghra

Molino Ta´Kola. Xaghra

El tiempo de mí estancia en la isla de Gozo se empezaba a agotar, por lo que no me quedaba más remedio que elegir sólo dos lugares más de los muchos que llevaba apuntados.

Optaría por conducir hacia el norte de la isla, para poder admirar el que dicen que es otro de los paraísos de Gozo. Me refiero a Ramla Bay, una bahía que alberga una gran playa de color dorado, protegida por suaves colinas. Además el atardecer, como era el caso, el color y el brillo de la arena se intensifica, siendo aún más mágico.

Ramla Bay

Tras pasear un rato por la misma me dirigiría hacia el último punto de mi recorrido, que no era otro que Reqqa point, un paisaje de belleza natural formado por centenares de salinas que surcan la piedra caliza al borde del mar. En los temporales de invierno, las charcas se llenan de agua marina, que tras evaporarse con el calor estival, se cristaliza formando la sal.

Salinas de Reqqa Point

Era el momento de abandonar Gozo, por lo que me dirigiría hacia el puerto de Mgarr, donde llegaría sobre las 17:30, una hora más que razonable para que me diese tiempo a cruzar a la isla de Malta y llegar al aeropuerto para entregar el coche de alquiler a las 20:00, la hora pactada, pero un poco más y casi me quedo con el vehículo un día más con la consiguiente multa.

El caso es que al llegar al puerto, sólo tendría que esperar una pequeña fila para pagar en la cabina correspondiente el importe del ferry, que como recordaréis se paga en este momento y no a la ida. El importe sería de 15,70 euros.

Tras ello, un empleado me indicaría en la fila en la que tenía que situarme y sólo quedaba esperar a embarcar. El tiempo fue pasando y hasta pasadas las 18:00 no se produjo este, no soltando amarras hasta casi las 18:30. Encima la salida del puerto sería de todo menos fácil, pues el viento que soplaba era bastante fuerte y el mar estaba enfurecido.

Pasados unos minutos de las 19:00 desembarcaba en la isla de Malta, poniendo rumbo de inmediato hacia el aeropuerto, situado a unos treinta kilómetros y unos 45 minutos de distancia. Las prisas y el tráfico, unido a que tenía que echar gasolina, me harían sobrepasar la velocidad permitida en más de una ocasión y en unas de ellas recibiría un espectacular flashazo que casi me deslumbra. Multa al canto de 70 eurazos que me llegaría al día siguiente y que tendría que pagar sino quería que me la descontaran de mi tarjeta con el correspondiente recargo.

Con el disgusto correspondiente, por lo menos conseguiría llegar cinco minutos antes de que me cerraran la oficina, pero creo que me hubiera salido más barata la multa de la compañía de alquiler por un día extra que la multa de velocidad. Pero bueno, son cosas que pasan.

En cualquier caso, mi viaje no finalizaba aquí, pues todavía me quedaban dos días completos por delante que los iba a dedicar a la capital y a las conocidas como Tres Ciudades, donde podría llegar sin ningún problema en ferry desde Sliema, no teniendo sentido continuar con el coche.

Por tanto, sólo me quedaba ya llegar a mi alojamiento en Sliema desde el aeropuerto, para lo que utilizaría el autobús X2, pagando por el billete 1,5 euros al propio conductor. Lo que no me podía esperar es que, sin tráfico, tardase una hora de reloj en llegar a mi destino y es que no es un autobús exprés, sino uno de línea que va constantemente desviándose con mil paradas. Además el final de línea está en St. Julians, debiendo esperar a que el autobús inicie de nuevo su recorrido para llegar a Sliema. Lo mismo si sois varias personas os sale más rentable coger un taxi que tiene precio cerrado y son 20 euros hasta dicha ciudad.

El caso es que hasta las 21:30 no llegaría a mi nuevo hotel. Se llamaba Azur Hotel y sería todo un acierto ya que aunque es un tres estrellas, su categoría bien podría equivaler a la de uno de cuatro. Lo mejor de todo sería su precio: 33 euros la noche con desayuno incluido. Y es que venir a Malta en temporada baja tiene premio. La habitación era amplísima, baño como nuevo y todo muy limpio. El personal de recepción también era agradable y bastante céntrico, algo menos que el primero en el que estuve, pero sólo con una diferencia de 500 metros.

Después de acomodarme, y aunque era tarde, estaba desfallecido pues apenas había comido nada contundente con el día tan intenso que había tenido, así que me iría a cenar a un restaurante llamado Ta´Kris  de comida tradicional maltesa que me había recomendado un buen amigo mío.

Restaurante Ta´Kris. Sliema

Optaría por pedir una tabla de pates, fiambres y quesos tradicionales malteses. Y no me equivocaría pues estaba todo espectacular. De postre tomaría una tarta de chocolate con base de galleta que también estaba buenísima. Y de beber coca cola. Todo por 15 euros. Así que muy recomendable y la manera perfecta de concluir la jornada.

Plato Maltés. Restaurante Ta´Kris. Sliema


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