MALTA - DIA 06. La Valeta

9 de Diciembre de 2021.

Como comentaba en el capítulo anterior, para los dos días que me quedaban en Malta no necesitaría ya disponer de coche, utilizando el transporte público para desplazarme hasta los lugares que quería visitar.

Hoy había decidió pasar el día en La Valeta, la capital de Malta, optando para llegar hasta ella por el cómodo servicio de ferries que parten asiduamente desde Sliema. Desde mi hotel sólo me separaban diez minutos de la minúscula terminal y una vez en ella la espera hasta la llegada del barco no sería de más de otros diez, pues como comentaba cada poco tiempo están pasando. Creo que ahora en invierno la frecuencia que se establece es de media hora. El billete de ida y vuelta me saldría por 2,80 euros.

En diez minutos estaba desembarcando en La Valeta, por lo que como veis el trayecto entre ambas ciudades no puede ser más rápido. Eso sí, el Skyline de la ciudad es maravilloso y eso que ahora por la mañana el sol está de frente. También se consigue una buena visión de la isla y el fuerte Manoel, así como de Sliema si se echa la vista atrás.

La Valeta desde el Ferry


Sliema desde el Ferry hacia La Valeta

Nada más desembarcar optaría por tomar el camino de la derecha, por la denominada Triq L´Assedju L-Kbir, estando flanqueado en todo momento por los descomunales bastiones de St. Andrew y St. Michael, a mi izquierda, y por el fuerte Manoel, a mi derecha. Acababa de llegar y las expectativas de lo que me iba a encontrar no podían ser mejores.

Murallas de La Valeta

Fuerte Manoel desde La Valeta

Dejándome llevar por el propio perímetro amurallado acabaría, casi sin quererlo, en la popular fuente del Tritón, ubicada justo enfrente de la puerta principal de la ciudad, siendo por tanto, uno de los primeros monumentos que todo el mundo ve al ingresar a la capital histórica de Malta. Sosteniendo majestuosamente una bandeja de bronce, los tritones se convirtieron en un símbolo significativo de la fuerza y la relación de la isla con el mar Mediterráneo.

Fuente del Tritón

Acto seguido, era el momento de acceder al centro histórico de la ciudad.

Cuando los caballeros de la Orden de San Juan llegaron a Malta en 1530, la península sobre la cual se construiría La Valeta fue prácticamente despoblada. Esta zona fue inmediatamente destinada por los caballeros como un lugar estratégico para construir una ciudad fortificada. La primera estructura que fue construida fue el Fuerte de San Telmo con la forma de estrella, pero fue edificado con tanta prisa que se decía que era posible que fuera tomado en pocos días.

Superado el Gran Sitio Turco de 1566, sería este año el de su fundación real, bajo el mandato de uno de los Grandes Maestres de la Orden, Jean Parisot de la Vallette que legó su nombre a la nueva capital. Se levantaron rápidamente unas líneas de fortificaciones, y también los primeros edificios. El traslado definitivo de la sede de la Orden de Vittoriosa (Birgu) a Valletta tuvo lugar en 1571. Dichos primeros edificios fueron construidos según el estilo de la época, es decir, del renacimiento y del manierismo. En el siglo XVII fue introducido el barroco, enviándose a importantes arquitectos de diferentes lugares de Europa para seguir con esta tendencia, invitándose también a artistas para decorar el interior de las iglesias y palacios.

Su casco histórico con más de 320 monumentos catalogados de especial interés ha sido declarado por la UNESCO en 1980 como Patrimonio de la Humanidad, por lo que no eran pocas las sorpresas que me iba a encontrar.

Atravesando la Puerta Nueva, la cual te da la bienvenida a la ciudad antigua, uno percibe rápidamente que La Valeta se construyó para ser un baluarte inexpugnable. Prueba de ello son sus enormes muros ante un foso tan profundo que fue uno de los elementos más disuasorios en el pasado. El puente de acceso que lo atraviesa fue en su origen levadizo. Aunque es cierto que, si lo piensas un poco, tal vez lo más correcto sería decir la no – puerta, ya que al arquitecto italiano Renzo Piano, encargado de remodelarla, no se le ocurrió otra cosa que derribarla y dejar una entrada diáfana. Verlo para creerlo.

Puerta Nueva

Fortificaciones de la Puerta Nueva

Dejando las polémicas a un lado, el caso es que nada más atravesarla te sitúas en la plaza de la Libertad donde se descubren los poderosos volúmenes de piedra del nuevo Parlamento, diseñado también por Renzo Piano. Se inauguró en 2015 y su exterior se hizo con piedra local para reflejar la arquitectura antigua de La Valeta. Está levantado sobre pilotes.

Parlamento de Malta

Justo al lado, están las ruinas de la antigua Ópera, arrasada durante la Segunda Guerra Mundial y rescatada ahora como auditorio al aire libre. El magnífico conjunto es conocido como Teatro Rjal y se inauguró en 2013.

Ruinas de la Ópera Real y Teatro Rjal

Pero antes de seguir avanzando en línea recta, optaría por afrontar los tramos de escaleras que se abren tanto a la izquierda como a la derecha, dentro de los muros del bastión, y que proporcionan un nuevo acceso a la parte alta. Empezaría por la izquierda, lo que me haría llegar hasta los  Hastings Gardens, un jardín público ubicado en la parte superior de los bastiones de San Juan y San Miguel.

Es un lugar de lo más agradable, donde sus principales características son, por un lado, las fantásticas vistas que se obtienen desde los mismos, pudiendo admirar la Isla Manoel, Msida, Sliema o Marsamxett, entre otros lugares, y, por otro, la increíble paz que se respira en su recinto, ya que no están tan frecuentados como otros jardines y miradores de la ciudad.

Vistas desde Jardines Hastings

Fuerte Manoel desde Jardines Hastings

Su tamaño engaña y en su perímetro se encuentran algunos monumentos interesantes como el dedicado a Lord Hastings, quien fuera gobernador y comandante en jefe de Malta, el que entregó la comunidad armenia a Malta en señal de la amistad de ambos pueblos o el dedicado al primer presidente de la República Checa.

Los edificios que rodean los jardines están repletos de balcones tradicionales malteses que sobresalen de las fachadas, conocidos como Gallarijas, lo que es un gusto poder admirar algo tan característico de la arquitectura maltesa.

Balcones típicos malteses o Gallarijas

Era el momento de dirigirme hacia la escalera del tramo derecho de la muralla que me iba a conducir a St. James Cavalier, una estructura defensiva amurallada de más de 18 metros de altura cuya función inicial sería la de protegerse de visitantes indeseables, pero que a lo largo de los años sería destinada a otros usos y que, finalmente, ha dado como resultado un espacio completamente renovado y modernizado que acoge un centro de artes versátil comprometido con la promoción de todas las formas de expresión creativa, conciencia e intercambio cultural.

Centro St. James Cavalier

Centro St. James Cavalier

Su interior no me diría gran cosa, por lo que no tardaría mucho en volver a salir. Al situarse en la Plaza de Castilla, me permitiría poder admirar un buen número de edificios sumamente importantes que se encuentran casi al lado como el Banco Central de Malta, la Bolsa de Valores o la oficina de Correos. Pero, no cabe duda, que el más valioso de todos ellos es el Albergue de Castilla, dotado de una bella fachada barroca con una cornisa que enmarca la cubierta y está en plena armonía con los ventanales. Además en la parte superior de la fachada se puede contemplar el busto del Gran Maestre promotor, instalándose posteriormente los dos cañones que flanquean la portada. Actualmente es sede del primer ministro maltés, por tanto no se puede visitar. Anteriormente fue cuartel de las tropas de ocupación británicas.

Albergue de Castilla

Casi adosada a este último se encontraría la iglesia de Santa Catalina de Alejandría, del siglo XVI, con una fachada barroca del siglo XVII, y un interior octogonal con un bonito altar. Fue la iglesia de los caballeros italianos.

Iglesia de Santa Catalina de Alejandría

Justo enfrente estaría la iglesia de Nuestra Señora de la Victoria, la más antigua de la ciudad pues data de 1567, año en que fue levantada en conmemoración del asedio turco. Acogió en un primer momento los restos del Gran Maestre y héroe del sitio Jean Parisot de la Vallette hasta su definitivo traslado a la cripta de la concatedral de San Juan. Sobre la fachada destaca un busto del papa Inocencio XII.

Capilla de Ntra Sra de la Victoria

Detrás de la anterior se hallan destacados palacios y albergues como el Palacio Parisio donde se alojó Napoleón, la Castellanía que alberga los Tribunales y antes Corte de Justicia de los Caballeros o el majestuoso Albergue de Italia.

En esta zona también cabe reseñar la plaza en la que se sitúa la estatua del Gran Maestre Jean de la Vallette, así como el museo Nacional de Arte (MUZA).

Plaza y Estatua de Jean de Valette

Y había llegado el momento de acercarme hasta uno de los sitios que más ganas tenía de conocer. Me refiero a los Upper Barrakka Gardens, unos jardines situados en la cima del bastión de San Pedro y San Pablo. Tienen su origen en lo que en su día fue el campo de entrenamiento y jardines privados de los caballeros italianos de la Orden de San Juan, como atestiguan los restos de las arquerías.

Upper Barrakka Gardens

Upper Barrakka Gardens

No obstante, en el siglo XVIII se produjo su transformación hacia lo que son hoy: los más bellos jardines de la ciudad, desde donde podría contemplar unas de las más hermosas vistas sobre el Gran Puerto y las Tres Ciudades: Cospicua, Vittoriosa y Senglea. También podría admirar diferentes esculturas entre las que resaltan Les Gavroches que representan a un grupo de tres chicos jóvenes, y dos esculturas del primer ministro Lord Strickland y un busto en bronce del ministro británico Winston Churchill.

Tres Ciudades desde Upper Barrakka Gardens

Después de un buen rato disfrutando de todo lo que ofrecen estos jardines, decidiría bajar las escaleras que desde estos te conducen hasta los cuarteles de Lascaris y el Saluting Battery, optando por entrar sólo a estos últimos (tres euros), desde donde antiguamente los cañones disparaban salvas a los navíos visitantes. Hoy se hace la ceremonia a las 12 y a las 16 horas. Respecto a los primeros se trata de unas salas excavadas en la roca en la retaguardia del bastión defensivo, que jugaron un importante papel como Cuartel General del sistema defensivo de la isla de Malta durante los bombardeos ítalo – germanos de la conflagración bélica de la II Guerra Mundial. Ahora albergan un pequeño museo donde se pueden contemplar fotografías, diagramas, maniquíes ataviados con uniformes militares, etc. Como decía decidiría no entrar a estos últimos debido al precio tan alto de la entrada. Nada más y nada menos que trece euros.

Tres Ciudades desde Saluting Battery

Tres Ciudades desde Saluting Battery

Era el momento de empezar a recorrer como es debido la calle principal del centro histórico conocida como Triq ir Repubblika, muy ambientada y llena de tiendas, restaurantes, así como importantes edificios como las iglesias de San Francisco de Asís, Santa Bárbara y San Cristóbal, palacios como el de la Ferrería o el museo Arqueológico, la que sería mi siguiente visita, la cual sí que volvía a estar incluida en el pase de Heritage Malta.

Calle República

Iglesia de San Francisco de Asís

El antiguo albergue de Provenza es el edificio que hoy hace de sede de este museo inaugurado en 1958 y que tras muchas remodelaciones alberga en sus salas tesoros arqueológicos de incalculable valor procedentes de los ricos yacimientos malteses únicos en el mundo y que han merecido la consideración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Así en sus salas se puede disfrutar de una exposición única de objetos del periodo neolítico maltés, que comprenden desde los primeros pobladores de las islas 5500 años antes de nuestra era hasta el final del periodo de los templos hacia el año 2500 a.C.

Las piezas más sobresalientes de esta colección única son las que se corresponden a la antigüedad como las figuras humanas del periodo de los templos (la Dama Durmiente hallada en el segundo nivel del Hypogeum de Hal Saflieni, o la Venus de Malta de los templos de Hagar Qim), las tumbas púnicas y romanas y la estatua monumental de los templos de Tarxien.

Dama Durmiente. Museo Arqueológico

Museo Arqueológico

A la salida apenas tendría que andar unos metros para, desde mi punto de vista, llegar a la que es la visita más espectacular y por tanto imprescindible en La Valeta. Se trata de la inigualable concatedral de San Juan.

Desgraciadamente, el precio de su entrada no se encuentra incluido en la Heritage Malta y supone desembolsar la dolorosa cantidad de 15 euros, aunque es cierto que tras la visita y tras ver tantas maravillas, tienes la sensación de que por lo menos se compensa dicha cantidad. Porque además se incluye una audioguía en tú idioma donde se encuentra todo perfectamente explicado de forma amena y divulgativa, sin que se llegue a hacer excesivamente pesado.

Nada hace presagiar que su austera y sencilla fachada exterior que recuerda los principios originales de rigor y sobriedad de la Orden de los Caballeros sea el reverso de un abrumador interior barroco, donde el esplendor y riqueza de la Orden florece en multitud de tesoros y obras de arte.

Concatedral de San Juan

La catedral es el testimonio del talento del arquitecto maltés Mattia Preti, que tras rediseñar todo el interior entre 1661 y 1666 la convierte en una expresión mundial única del sentir barroco por sus complicados diseños esculpidos en las paredes de piedra, así como por las pinturas en su techo abovedado y en los altares laterales, con escenas de la vida de San Juan Bautista.

Concatedral de San Juan

Sus ocho capillas laterales están destinadas a cada una de las Langues en que estaba dividida la orden. Esto se refiere a que los hospitalarios estaban agrupados por sistemas lingüísticos homogéneos. Existían ocho de ellas y rivalizaban entre sí para crear la capilla más suntuosa. Las de Provenza e Italia serían las más impresionantes de todas.

Concatedral de San Juan

Concatedral de San Juan

Concatedral de San Juan

El suelo de la iglesia es de mármol y bajo unas lápidas yacen los restos de 440 caballeros. Cada una está decorada con el escudo de armas de su difunto aristócrata junto a símbolos que recuerdan la muerte.

Concatedral de San Juan

Descendiendo por una escalera se llega hasta la cripta donde están enterrados los primeros doce Grandes Maestres de la Orden.

Cripta. Concatedral de San Juan

Otro lugar imprescindible sería el Oratorio, el cual contiene dos pinturas de Caravaggio de 1608, consideradas entre las más impresionantes y famosas de la Escuela Italiana como son “La Decapitación de San Juan Bautista” (obra maestra que ejemplifica el dominio de la técnica del claroscuro) y “San Jerónimo escribiendo”.

Oratorio. Concatedral de San Juan

Oratorio. Concatedral de San Juan

Fascinado por el alarde visual de la riqueza e influencia de los poderosos caballeros, abandonaría el interior del edificio y tras una breve parada para asimilar todo lo que había podido contemplar, me desplazaría hasta el palacio Zondadari, que hoy hace las veces del ministerio de economía y posee una interesante portada.

Palacio Zondadari o Ministerio de Economía

Acto seguido me dejaría caer por la céntrica plaza de la República, en la que se ubican comercios turísticos, bares, cafés y la Biblioteca Nacional. Durante el periodo de ocupación británica fue conocida como Queen´s Square y en 1891 erigieron en el centro de la misma una estatua de la reina Victoria de Inglaterra que aún hoy se puede contemplar.

    Biblioteca Nacional

Casi adosada a la anterior me toparía con otro inmensa plaza conocida como Misrah Il Palazz, donde en uno de sus lados se encuentra el importante Palacio del Gran Maestre, el cual fue construido entre 1573 y 1578. Actualmente es la sede de la Presidencia de la República y del Parlamento maltés pero durante más de 200 años fue la residencia del Gran Maestre, jefe supremo de los caballeros de la Orden de San Juan. Aquí recibía a delegaciones extranjeras e invitados ilustres.

Palacio del Gran Maestre

Palacio del Gran Maestre

Palacio del Gran Maestre

Las dependencias están repletas de símbolos que reflejan la gran riqueza e influencia de la Orden y que desgraciadamente no podría visitar, ya que hace mucho tiempo que se encuentra cerrado al público. No sé las razones.

Afortunadamente, en la parte trasera del edificio se halla la armería y esta sí que se encontraba abierta e incluida en el pase de Heritage Malta. Se sitúa en las antiguas caballerizas del palacio y contiene más de 5000 piezas militares. Posee un cañón de bronce, armas de fuego y armaduras que usaron en combate tropas del siglo XVI y XVII.

Armería. Palacio del Gran Maestre

Aunque lo mejor de la colección son las armaduras de gala de los grandes maestres. La que perteneció al gran maestre Alof de Wignacourt tiene dibujos con incrustaciones de oro y plata.

A continuación me desplazaría hasta la basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo cuya cúpula es uno de los puntos de referencia del Skyline de la capital cuando uno se aproxima a ella desde casi cualquier punto. Y es que su forma ovalada de 42 metros de altura es realmente espectacular.

Cúpula Basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo

Aunque la iglesia data de 1570, sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial y sólo se reabrió en su forma actual en 1981 después de 23 años de reconstrucción. El interior presenta columnas prominentes de mármol, que se erigieron durante la restauración, y una pintura de Nuestra Señora del Monte Carmelo del siglo XVII, todo en medio de una mezcla de ricos elementos barrocos y una decoración más sencilla.

Basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo

Otra gran construcción y muy cercana a la anterior sería la catedral anglicana de St. Paul, situada en la plaza de la Independencia, cuya icónica aguja es otro de los puntos de referencia en el horizonte de La Valeta. Forma parte de la diócesis de Gibraltar en Europa y fue encargada por la reina viuda Adelaide durante una visita a Malta en el siglo XIX, cuando se enteró que no había ningún lugar de culto anglicano en la isla.

Procatedral Anglicana de San Pablo

Justo enfrente se puede ver el Albergue de Aragón y en la misma plaza el conmovedor monumento dedicado a Dun Mikiel Xerri, un patriota maltés que participó en la revuelta fallida contra Napoleón Bonaparte, cuando este dominaba la isla, por lo que él junto con otros compañeros, fueron ejecutados.

Monumento a Dun Mikiel Xerri. Plaza de la Independencia

Antes de dejar esta zona, me pasaría también por la puerta del Teatro Manoel, uno de los más antiguos de Europa, inaugurándose oficialmente en 1732 con la representación de la tragedia clásica Merope. Sería completamente restaurado en 1960 quedando como el único escenario teatral de la ciudad.

Teatro Manoel

Mi siguiente parada sería el exterior de la conocida como Casa Rocca Piccola, un palacete construido por un caballero italiano en el siglo XVI que decidiría no visitar, dado que tenía mayor interés en el lugar al que me dirigía de inmediato, pues aunque eran las tres de la tarde, iba justo de tiempo para realizar la visita completa. Me estoy refiriendo al Fuerte de San Telmo y el Museo de la Guerra, ambos en las mismas instalaciones e incluidos en el Heritage Malta.

Casa Rocca Piccola

Edificado en 1552, constituyó el símbolo de la resistencia maltesa frente al Gran Asedio turco de 1565, siendo totalmente destruido por los sitiadores y ejecutados sus pocos defensores supervivientes. Ahora bien, una vez superado el sitio y demostrado el importante valor estratégico el Gran Maestre de la Orden Jean Parisot de La Vallette dio instrucciones para su inmediata reconstrucción y ampliación.

Fuerte de San Telmo

Fuerte de San Telmo

Su forma de estrella permitía situar las torres de vigía y un control sobre los dos puertos naturales que bañan la península en la que se ubica La Valeta, el Gran Puerto y el puerto de Marsamxett. Esta importancia estratégica fue reconocida por los británicos que decidieron volarlo durante su ocupación en los siglos XIX y XX, sufriendo graves daños durante la Segunda Guerra Mundial.

Fuerte de San Telmo

Fuerte Ricasoli desde Fuerte de San Telmo

Fuerte de San Telmo

Rehabilitado y reabierto en 2015 se puede visitar también el Museo de la Guerra en seis bloques situados en salas abovedadas albergando una interesante colección de todo tipo de objetos relacionados con la Primera y Segunda Guerra  Mundial, tales como uniformes, objetos personales de los soldados, armamentos, vehículos militares y la Cruz de San Jorge, que el 15 de abril de 1942 el entonces rey  de Inglaterra Jorge VI otorgó de forma colectiva al pueblo maltés en reconocimiento a su heroicidad, valor y tenaz resistencia frente al asedio y bombardeos de alemanes e italianos durante la Segunda Guerra Mundial.

Fuerte de San Telmo

Fuerte de San Telmo

Fuerte de San Telmo

Después de casi dos horas en el fuerte de San Telmo, al salir casi era ya de noche, pero todavía me quedaría tiempo de hacer una última parada en los cercanos Lower Barrakka Gardens, situados en el bastión de San Cristóbal y al igual que los Upper Barrakka gozan  de unas inmejorables vistas sobre el entorno del Gran Puerto y las Tres Ciudades.

Lower Barrakka Gardens

Tres Ciudades desde Lower Barrakka Gardens

En su interior existen dos monumentos significativos: el primero, su templete de estilo dórico en honor del capitán inglés Alexander Ball, que ayudó a expulsar a los franceses del archipiélago, y el segundo, uno más reciente inaugurado por la reina de Inglaterra en 1992 que conmemora el cincuenta aniversario de la concesión de la Cruz de San Jorge al pueblo maltés durante la Segunda Guerra Mundial, como ya vimos.

Templete Lower Barrakka Gardens

Justo enfrente de los anteriores, podría acercarme al memorial de la Segunda Guerra Mundial, donde se muestra la campana más grande de Malta, rodeada de columnas, pareciendo de esta manera algo similar a un templo neoclásico. La inmensa campana rinde homenaje a todos aquellos héroes que dieron su vida para proteger a los demás.

Memorial de la II Guerra Mundial

A los pies de la misma se puede ver también un sepulcro simbolizando el entierro del soldado desconocido en el mar.

Memorial de la II Guerra Mundial

Memorial de la II Guerra Mundial

La verdad que el conjunto entero está hecho con mucho gusto y rebosa emotividad por todos sus lados.

Aunque era de noche, me quedaba pendiente una importante visita que no había podido realizar al estar cerrada cuando me acerqué al mediodía allí. Ahora sí que podría disfrutar de la iglesia de San Pablo Naúfrago (St. Paul´s Shipwreck), una de las más antiguas de la ciudad. En su interior destaca la capilla del Santísimo Sacramento, diseñada en 1680, así como los frescos que narran diversos momentos  de la vida de San Pablo. Otra de las obras más sobresalientes es la escultura en madera de San Pablo.

Iglesia St. Paul´s Shipwreck

Iglesia St. Paul´s Shipwreck

Cada 10 de febrero, los malteses conmemoran la efeméride del naufragio del santo y sacan en procesión por la ciudad la famosa talla de madera.

Ahora sí que había terminado con todas las visitas que llevaba planificadas, por lo que decidiría hacer una comida – cena, pues eran ya las 18:00 y todavía apenas había probado bocado. Optaría por un pequeño puesto que me llamaría la atención, muy cerca de la anterior iglesia, que tenía el nombre de Grano y donde hacían unos molletes de pan de hogaza tierno que tenían una pinta espectacular. Las opciones eran a cada cual mejor, pero al final tendría que elegir y me quedaría con el de salchichas picadas, queso fundido y otros ingredientes que no recuerdo. Te lo parten en dos y te lo meten en el horno, por lo que de verdad que merece la pena. De postre probaría unos canutillos dulces de nutella, pistacho y chocolate que también estaban espectaculares. Y de beber una fanta típica de aquí que también estaba buena. Todo por doce euros.

Cenando en Restaurante Grano

La cena me la tomaría con bastante relax y cuando me quise dar cuenta tenía el tiempo justo para llegar a coger el último ferry hacia Sliema que salía a las 19:30. Afortunadamente, podría embarcar y diez minutos después estaba en dicha ciudad, donde tardaría lo imprescindible en irme a mi hotel a descansar.

Casi antes de apagar la luz, volvía a pensar en la capital maltesa. En los paseos por la estrechez de sus calles, las subidas y bajadas por sus numerosísimas escaleras, en su monumentalidad que ni siquiera  el furor de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial pudor borrar. Y es que ya lo decía el poeta británico Walter Scott: “La Valeta es una ciudad construida por caballeros para caballeros”. Y es que recorrer la ciudad fortificada y amurallada con sus fortalezas e iglesias te hace tener la impresión de encontrarte recluido en esa ciudad de la soberana y militar Orden Hospitalaria de los Caballeros de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.


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