CROACIA - DIAS 14 y 15. Dubrovnik: reencuentro con "la Perla del Adriático"

3 y 4 de Septiembre de 2021.

Mi viaje anterior, en el que pude recorrer buena parte de Montenegro y algunos de los lugares más significativos de Bosnia – Herzegovina, lo comenzaría con una estancia de tres días en Dubrovnik, como ya sabéis los que me seguís.

En dicho diario, como acostumbro, relato de manera específica todo lo que pude hacer en tan maravillosa ciudad, por lo que creo que es una guía útil de planes e ideas por los que poder optar.

Por tanto, no tenía intención ya de volver a referirme a Dubrovnik, pues esta segunda estancia sería mucho más relajada que la anterior y al estar acompañado haría menos cosas que las que pude hacer en solitario, pero al final, animado por mis amigos, para que el diario de Croacia no se quede inacabado y sea completo, me volveré a referir aquí a varias opciones para realizar en la ciudad, aunque de forma más generalizada y no detallando paso por paso lo que haríamos. Espero que os pueda servir y si no siempre podréis acudir al diario correspondiente de Dubrovnik y Cavtat, donde cuento todo con pelos y señales.

QUÉ HACER EN DUBROVNIK:

1. DAR UN PASEO A LO LARGO DE SUS MURALLAS y disfrutar de las magníficas perspectivas sobre los tejados rojos que se recortan contra el azul del mar.

Y es que antes de lanzarse por las calles de la ciudad, es imprescindible pasearse por las murallas que la rodean. Comenzadas en el siglo VII, fueron reconstruidas en varias ocasiones, mantenidas y consolidadas hasta el siglo XVI. Durante el paseo se contemplan armoniosas sucesiones de tejados de tejas rojas, varios fuertes, discretos patios interiores, jardines, macizas torres de vigilancia, insospechados callejones, bellas residencias adornadas con ricos blasones y hasta dos tramos de muralla que permanecen en ruinas porque nunca fueron reconstruidos tras el terremoto del año 1667. La entrada es bastante cara (200 HRK), pero el paseo bien lo vale.

Dubrovnik desde su Muralla

Dubrovnik desde su Muralla

2. VER LA PERSPECTIVA DE DUBROVNIK DESDE EL FUERTE DE SAN LORENZO, consiguiendo así una de las perspectivas más completas e impresionantes de la ciudad amurallada.

Aunque es cierto que el interior de la fortaleza no merece la pena, pues apenas tiene nada reseñable que ofrecer, sólo por contemplar las vistas desde aquí bien merece la pena hacer el esfuerzo y subir los escalones que te llevan hasta la fortaleza. Es una visión única y que no se consigue desde otros puntos. Además la entrada se encuentra incluida en la de las murallas, por lo que no tendrás que realizar un desembolso extra.

Dubrovnik desde Fuerte de San Lorenzo

3. FRANQUEAR UNA DE LAS PUERTAS DE LA CIUDAD AMURALLADA Y SUBIR POR LA PLACA, LA VIA PRINCIPAL, que parece un decorado de cine.

La pequeña Ragusa fue antaño una isla, y Placa era de hecho el canal que delimitaba su frontera norte. Posteriormente, la ciudad creció y se unió a la ciudad eslava de Dubrovnik. Más tarde el canal fue rellenado. Hoy, las antiguas casas de esta larga vía peatonal conservan sus tiendas en la planta baja, que se caracterizan por sus puertas y ventanas en un mismo marco, bajo un arco semicircular. Lo primero que llama la atención es el color claro de las casas y el pavimento con piedra calcárea de Brac, con una superficie lisa, pulida y lustrada por los siglos. ¡Una maravilla! Quizá os parezca que camináis por un decorado de cine, pero no, no hay ningún efecto especial a la vista…

Calle Placa o Stradun

4. PASEAR POR LAS CALLES, DESGASTADAS POR LOS SIGLOS, DE LA CIUDAD VIEJA, tanto de día como de noche.

En Dubrovnik, una vez que se cruza una de las puertas de la ciudad (Pile y Ploce), la máquina del tiempo se pone en marcha, y es una delicia. Para huir de la aglomeración turística estival de Placa, la avenida principal, vagabundead al azar por las callejas estrechas y las innumerables y empinadas escaleras del norte de la ciudad, donde los gatos descansan y la ropa blanca cuelga de las ventanas. Descubriréis pequeños jardines, portadas góticas, renacentistas y hasta clásicas, ocultas bajo los naranjos. En las fachadas, sobresalen muchas piedras perforadas para meter en ellas un palo del que colgaban las cortinas, o en forma de pico para sostener una tabla, ampliando así el reducido espacio de las casas.

Calle de Dubrovnik

Si tenéis oportunidad no dejéis de dar un paseo a altas horas de la noche, cuando no queda nadie ya por las calles y todos los comercios y restaurantes se encuentran cerrados. Os parecerá otro mundo y quedaréis alucinados del ambiente tan especial que se crea de luces y sombras.

Puerta Pile

Palacio de los Rectores

Catedral de Sta María la Mayor

5. TOMAR EL FRESCO EN EL AGRADABLE CLAUSTRO DEL MONASTERIO DE LOS FRANCISCANOS, uno de los más bellos de Dalmacia.

Todavía habitado por algunos monjes franciscanos, el monasterio alberga una de las farmacias más antiguas de Europa (1317) y un claustro de estilo románico tardío en cuyo centro se despliega una vegetación exuberante. Construido en el siglo XV, en verano es el sitio ideal para tomar el fresco y escapar del sofocante calor mientras se admira la galería de arcos románicos y las pinturas de los muros. Los arcos están sostenidos por columnas geminadas y capiteles finamente labrados, todos diferentes entre sí y con motivos decorativos muy variados: animales, flores, grutescos…

Claustro Convento Franciscano

Claustro Convento Franciscano

6. ADMIRAR LA MAGNÍFICA ARQUITECTURA DEL PALACIO DEL RECTOR.

Observad la riqueza de la fachada exterior, y los marcos tallados de puertas y ventanas y del patio. Este palacio del siglo XIII ha sido varias veces restaurado a lo largo de los siglos y su aspecto actual lleva la impronta del siglo XV.

Palacio del Rector

Hasta 1808, el palacio era la residencia del Rector que gobernaba Dubrovnik. Su mandato renovable, duraba un mes. Durante ese periodo vivía aquí, sólo, y le estaba prohibido salir de sus estancias, salvo para los asuntos oficiales. Hoy, el palacio ha sido transformado en museo. Admirar el bello patio rodeado de arcos, el denominado atrio, es una gozada. Es aquí donde tienen lugar los conciertos de música clásica en verano. La tranquilidad y la acústica son perfectas.

Palacio del Rector

7. VISITAR EL IMPONENTE MONASTERIO DE LOS DOMINICOS, uno de los más bellos edificios religiosos de Dubrovnik.

Construido entre los siglos XIV y XVI para alojar a los monjes de la orden de los Dominicos venidos de Italia, este monasterio mezcla varios estilos: románico, gótico, florido, renacentista y barroco. El claustro es un consumado ejemplo del estilo “gótico florido dálmata” y también un remanso de paz. Formado por un patio interior plantado con naranjos y limoneros, está rodeado por una galería que descansa sobre elegantes columnas. Es interesante el museo, que conserva una colección de pinturas de la escuela de Dubrovnik y numerosos relicarios.

Convento de los Dominicos

Convento de los Dominicos

8. CONTEMPLAR LA CATEDRAL Y SU TESORO, que conserva, entre otras, las preciosas reliquias del santo patrón de la ciudad.

Construida en estilo barroco en el lugar de la catedral del siglo XII que fue destruida por el terremoto de 1667. Aquella primera construcción fue edificada gracias a un donativo de Ricardo Corazón de León, para agradecer a Dios que lo hubiera salvado de un naufragio en la vecina isla de Lokrum.

Catedral de Santa María la Mayor

El interior de la actual, completamente blanco y renovado en un estilo moderno y heterogéneo, provoca pocas emociones estéticas, pero eso no impide admirar su tesoro, que guarda una virgen de la escuela de Rafael y, sobre todo, los famosos y reluciente relicarios de oro y plata de san Blas, donde se conserva el cráneo, media pierna y un brazo del santo (en el relicario principal, en forma de corona bizantina).

Catedral de Santa María la Mayor

9. ALCANZAR LA CUMBRE DEL MONTE SRD y disfrutar de una vista inigualable de la ciudad croata.

Dominando la ciudad desde sus 408 metros de altura, el monte Srd es un mirador excepcional sobre la Riviera dálmata y las islas próximas. En octubre de 1991, muchos habitantes se refugiaron en su fuerte durante el ataque a la ciudad por soldados del ejército serbio y montenegrino, antes de que fuera tomado por el enemigo y sirviera de base a sus francotiradores. Hoy hace las veces de museo con artefactos de la guerra y fotografías de la contienda. La subida se puede realizar en coche por una abrupta carretera de montaña, caminando por una senda muy bien habilitada o mediante un teleférico, que permite alcanzar la cumbre sin esfuerzo en menos de cuatro minutos. Al llegar, descubriréis  una grandiosa vista de la ciudad, la isla de Lokrum y las islas Elafiti a lo lejos.

Dubrovnik desde Museo de la Guerra. Monte Srd

10. PONER RUMBO A LAS ISLAS SITUADAS FRENTE A LA CIUDAD.

A quince minutos en barco, la isla de Lokrum es un paraíso en la bahía de Dubrovnik, ideal para cuando aprieta el calor. No hay habitaciones, ni hotel ni camping alguno. Tampoco hay un pueblo como tal, pero se conservan las huellas de un pasado no muy lejano. El Fort Royal es un recuerdo de la ocupación francesa a cargo del ejército napoleónico. Hoy es un mirador desde el que se contempla una bella panorámica de Dubrovnik.

Fuerte Real. Isla de Lokrum

Costa Croata desde Fuerte Real. Isla de Lokrum

Las islas Elafiti, por su parte,  se encuentran más alejadas y son menos visitadas. Durante el verano son pequeños paraísos en los que bañarse en aguas transparentes.

11. HACER UN TOUR DE LAS LOCALIZACIONES DE LA SERIE JUEGO DE TRONOS.

Los que somos fans de la serie Juego de Tronos ya lo sabemos: Dubrovnik es un lugar fundamental en el rodaje de la serie, puesto que fue elegida para representar Desembarco del Rey, la capital de Poniente. El equipo de rodaje ha visitado la ciudad año tras año y, claro, no ha pasado desapercibido, a la vista de sus impresionantes medios técnicos.

Escalinata Iglesia de San Ignacio de Loyola

Ante esto son muchos los guías que se ofrecen para llevarte a los principales lugares en donde se filmaron muchos de los capítulos. Nosotros no haríamos ningún tour, pero sí que nos informamos de donde estaban estos y llegamos a muchos de ellos, por lo que también puedes hacerlo de esta manera. En el diario de viaje de Dubrovnik te detallo con precisión mucho de esos lugares por si quieres echarle un vistazo.

¿DÓNDE COMIMOS EN DUBROVNIK?

ALA MIZERIJA: se trata de un pequeño restaurante escondido en una cala desde cuya terraza se obtienen unas vistas espectaculares del fuerte de San Lorenzo. La comida además está buena, especialmente su pescadito frito, y a unos precios más que razonables para lo que es Dubrovnik.

Fuerte de San Lorenzo desde Restaurante Ala Mizerija

BALTAZAR: situado en una de las estrechas calles que cortan la principal (Placa) se encuentra este restaurante que pasa desapercibido si no es por la amabilidad de la persona que te ofrece sentarte en una de sus mesas. Fue gracias a eso por lo que decidimos probar después de comprobar que los precios estaban en la media y no eran superiores a los del resto de establecimientos de la zona.

Mariscada en Restaurante Baltazar

La comida por su parte, nos sorprendería, pues estaba bien preparada, era abundante y de calidad y el servicio muy amable y servicial, por lo que es recomendable 100%.

VERITAS: un restaurante sencillo, sin más pretensiones, para salir del paso si está todo hasta arriba, como era el caso en ese momento. Los platos de fácil elaboración y calidad normal. El servicio correcto y, lo mejor, su ubicación en una de las plazas más animadas de la ciudad.

KOPUN: su especialidad, haciendo honor a su nombre, es el capón por lo que decidimos pedir los menús que ofrecen basados en él. La calidad era muy buena y el servicio excelente. Lo que unido a su ubicación, en la plaza donde se encuentra la iglesia de San Ignacio de Loyola, con una terraza cómoda y tranquila, hacen que sea una elección de la que es difícil salir descontento.

Restaurante Kopun

Restaurante Kopun

BUZA BAR: tomar una copa en la terraza de este insólito café, escondido detrás de las murallas, es un experiencia única y el sitio soñado para contemplar una bella puesta de sol.

Cerca del bastión Santa Margarita se atisba un pasaje horadado en las piedras de la muralla, con el mar de fondo. Tras bajar algunos escalones tallados en las abruptas rocas, se llega al más increíble de los bares al aire libre, con terrazas a tres niveles asomadas al Adriático. La gran atracción son los jóvenes croatas que saltan al mar desde lo alto de las rocas.

Isla de Lokrum desde Buza Bar

Ya había podido vivir la experiencia en mi primera estancia en Dubrovnik, pero quería compartir esta experiencia con mis amigos y, como era de esperar, sería todo un éxito y quedarían sorprendidos.

El sábado 4 de Septiembre sobre las 16:30, nos encaminábamos hacia el aeropuerto y decíamos adiós a esta hermosa ciudad posada sobre un gran peñón y que Lord Byron denominó “La Perla del Adriático”, nos despedíamos de las altas murallas bañadas por el mar, paseábamos, por última vez, por sus callejuelas estrechas y sus placitas floridas con adoquines suavemente gastados.

Pero además, también tocaba despedirse de Croacia, tras quince días maravillosos que nos permitieron conocerla un poco mejor, que nos llevaron a espacios naturales únicos y a pueblos de mármol brillante, a calas de aguas transparentes y a importantes escenarios históricos. Un país del que sin habernos marchado, ya estábamos deseando volver y seguir conociendo sus rincones únicos.

¡Hasta pronto, Croacia!


No hay comentarios :

Publicar un comentario