El desastroso tiempo que daban
para hoy en cualquier punto de la costa de Bohuslän, parecía indicar que apenas
iba a haber un momento de tregua en ninguna parte, pero no me quejaría pues en prácticamente todo el viaje había
disfrutado de una climatología excepcional, así que pondría buena cara y optaría
por elegir los lugares donde más posibilidades tenía de ponerme a cobijo y no
calarme demasiado y sin duda eso me lo iban a brindar las dos fortalezas más
importantes y espectaculares de todo el oeste sueco: Marstrand y Kungälv.
Comenzaría desplazándome hasta Marstrand, situado a 75 kilómetros de
Uddevalla, tardando en llegar una hora. Según llegas a la población encuentras
un parking gigantesco habilitado para vehículos, tanto privados como
turísticos, donde se puede estacionar. Sólo hay que buscar los de pago que
tienen las máquinas para sacar el ticket respectivo al lado. En estas fechas
sólo cobraban 30 SEK por un día, por lo que no dudé en echar el importe máximo
para ir tranquilo.
Acto seguido continuaría
caminando a la contigua terminal de ferries donde compraría el ticket para
llegar a la isla donde se encuentra la fortaleza
de Carlsten, que así se llama (ida y vuelta por 30 SEK). No recomiendo
llegar allí con el coche pues apenas hay sitio y todo se puede hacer andando.
En tan sólo cinco minutos se cruza el estrecho que separa la isla del
continente.
Marstrand y Fortaleza de Carlstens Fästning |
Diluviaba, por lo que no dudé en
entrar en una pequeña tiendecita, situada enfrente del muelle, que hacía
también las funciones de puesto de información turística. Aquí me darían
información sobre el castillo y las rutas de senderismo que se pueden hacer por
la isla, aconsejándome eso sí que hoy no era el mejor día para ello, algo con
lo que, por una vez, estaría de acuerdo y suprimiría de mis planes.
De repente, la lluvia comenzaría
a amainar, lo que aprovecharía para dirigirme hacia la fortaleza y tomar una
pequeña senda que rodeaba toda la construcción y permitía obtener diferentes
perspectivas de la misma, así como una parcial visión de la costa. La alegría
me duraría media hora escasa, poniéndose, de nuevo, a diluviar, por lo que no
me lo pensé, busqué la entrada del castillo y me metí en su interior. (95 SEK).
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Cuando el tratado de paz fue
firmado en Roskilde, Dinamarca, en el año 1658, la región de Bohus pasó a ser
sueca. El rey sueco Carl X inmediatamente se dio cuenta de la importancia del
puerto de Marstrand y dio orden de que construyeran atrincheramientos y así
poder protegerlo.
La primera “fortificación” fue
construida de tierra y madera, pero pronto comenzó la construcción en piedra.
Una torre cuadrada era un costado de la fortaleza y los otros tres, que
encerraban el patio, fueron edificados en piedra. Los muros contenían cuartos
para las guarniciones. En 1667 estaría lista por fin, aunque posteriormente se
darían cuenta de que necesitaba más ampliaciones. Es por ello que en la década
de 1680 la torre fue construida y obtuvo una forma circular, además de
realizarse el segundo patio. La construcción continuaría con más muros
exteriores, baterías, fosos secos y de agua, hasta que en 1860 el portentoso
castillo fue declarado totalmente completado.
Como curiosidad hay que contar
que al inicio de su construcción no había suficientes trabajadores para ello,
por lo que hubo que recurrir a los presos como fuerza de trabajo. “El trabajo
de Marstrand” fue introducido como castigo en la ley sueca en el año 1680,
durando hasta 1854, pues por el riesgo de guerra no era bueno tener tantos
presos en una de las fortalezas más importantes del país.
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
A lo largo de los siglos la
construcción ha sido objeto de numerosos ataques por parte de noruegos y
daneses cayendo la mayoría de las ocasiones en manos del invasor como
consecuencia de la psicología y el sitio pero no de la fuerza.
La visita es apasionante y merece
mucho la pena, pues está repleta de recovecos, rincones, pasadizos, túneles,
escaleras que te llevan de una habitación a otra, retrocediendo a su época
histórica y haciéndote olvidar la actual.
Fortaleza de Carlstens Fästning. Marstrand |
Marstrand desde Fortaleza de Carlstens Fästning |
Marstrand desde Fortaleza de Carlstens Fästning |
Otra de sus historias más
fascinantes es la de su preso más famoso de nombre Lasse – Maja, el maestro
ladrón alias Lars Larsson Molin. Este hombre fue encarcelado en el año 1813
después de haber sido sentenciado a trabajo perpetuo en la fortaleza. Así lo
hizo acarreando piedras con los otros presos hasta que el comandante se dio
cuenta de que sabía cocinar. Entonces Lasse – Maja pasó a ser cocinero para los
oficiales hasta 1839 cuando fue indultado por el rey Carl XIV por haberle
preparado una magnífica cena francesa.
Tras dos horas de apasionada
visita me dispondría a abandonar su interior, encontrándome que la lluvia
seguía siendo igual de intensa que cuando entré. Si el tiempo hubiese sido
bueno me habría entretenido haciendo alguna de las rutas de senderismo que
rodean la isla, pero con el panorama que había hubiese sido una locura hacer
tal actividad, así que optaría por volver a coger el ferry y una vez en tierra
firme encaminarme al coche y comerme allí los sándwiches de rigor.
Al terminar recorrería 26
kilómetros hasta la localidad de Kungälv,
donde me esperaba otra espectacular fortaleza que impresiona más si cabe que la de Marstrand, al menos
exteriormente, porque en lo que se refiere a su interior la otra gana por
goleada, al sólo quedar ruinas de la de Kungälv. La entrada cuesta 100 SEK,
aunque si tienes la Gotemburgo pass está incluida en el pase. De hecho yo lo
valoré cuando tuve el pase, pero suponía abarcar demasiado aquel día, por lo
que desistí de ello.
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
La fortaleza de Bohus, que así se llama, se alza en una privilegiada
posición estratégica entre dos ríos, ocupando un antiguo asentamiento vikingo
del siglo X. La construcción la mandaría realizar el rey noruego Haakon
Magnusson en 1308, siendo erigida en un primer momento en madera y luego en
piedra, estando siempre en primera línea de fuego durante las guerras entre
Suecia, Noruega y Dinamarca. Sólo en la paz de Roskilde, en 1658, pasaría
definitivamente a manos suecas, pero aún así fue objeto de catorce asedios,
aunque nunca llegó a ser conquistada.
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
En 1678, 900 suecos resistieron
el ataque de 9000 noruegos y 7000 mercenarios alemanes. En el siglo XVIII, el
castillo fue transformado en prisión y en 1789 se destruyeron todas las torres
salvo la principal, conocida como Fars Hatt (Sombrero del Padre).
El día más dramático en la
historia de la fortaleza tendría lugar en 1566 en la Torre Roja. Esta sería
volada y varios cientos de soldados suecos murieron, describiendo, un
observador de la época, la escena como dantesca, en la que los soldados volaban
por los aires como si de cuervos se tratasen, sin que nadie lograra escapar con
vida de allí.
Entre sus muros también vivirían
ilustres personajes, como el rey Magnus Eriksson y la reina Blanka que ocuparon
las cámaras reales mientras gobernaban y asistían a la primera unión entre
Noruega y Suecia. Hay incluso una canción sobres este hecho histórico.
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Como decía líneas atrás el
castillo se encuentra en ruinas por lo que no hay demasiadas habitaciones que
se puedan visitar, siendo buena parte de la ruta en exteriores, por lo que me
tocaría ir con chubasquero durante casi la totalidad del recorrido. Ello me
supondría acabar casi calado, pues aunque pueda parecer mentira seguía
lloviendo a cántaros.
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Entorno Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Tras casi hora y media
entretenido decidiría zanjar aquí las visitas culturales de hoy, pues el
tiempo, cada minuto que pasaba, era cada vez más endiablado y era
desmoralizante. Aún así estaba contento con lo que había conseguido hacer en
semejante día de perros.
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Fortaleza de Bohus Fästning. Kungälv |
Había leído que muy cerca de
donde estaba había un supermercado que vendía las famosas galletas suecas a
precios irrisorios como consecuencia de que la fecha de caducidad de las mismas
estaba cercana, aunque estamos hablando de más de 6 meses vista. Así que no lo
dudaría y me dirigiría hacia allí. Su nombre es Goteborgs Kex.
Tras hacerme con un buen número
de ellas, volvería al coche para afrontar los sesenta kilómetros que me
separaban de mi alojamiento. Serían un auténtico infierno pues me tocaría
hacerlos bajo un aguacero infernal donde casi no se veía la carretera.
Afortunadamente llegaría sano y salvo, comprobando como las gastas la
meteorología sueca cuando está de malas.
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