La mayoría estaban baldados de la intensa jornada de ayer y
no tenían fuerzas para afrontar otro madrugón consecutivo, por lo que
decidirían quedarse durmiendo unas horas más y llegar algo más tarde al Parque,
aunque ello les supusiera renunciar a alguna atracción.
En mi caso, sin embargo, prefería aprovechar al máximo mi
estancia en Disney y aunque supusiera un esfuerzo extra, sí que quería estar
allí a la hora de apertura de Epcot, el parque temático elegido hoy, para
tratar de adelantarme a las multitudes y conseguir montar, sin apenas filas, en
aquellas atracciones más solicitadas y en las que no contaba con fast pass.
Sólo había un pequeño inconveniente y era como llegar hasta
allí al no tener vehículo, pues este lo necesitaban mis amigos para acudir
después. La solución sería sencilla. Tan fácil como bajarme la aplicación de
UBER en casa, aprovechando el wifi, y solicitar un coche a la hora que
considerara conveniente. De esta manera me estaban recogiendo a las 08:35 y
apenas diez minutos después el conductor me dejaba en la entrada de Epcot. El
servicio no me parecería nada caro, costándome 11,40 dólares. Por lo que puede
ser una opción interesante a valorar, ahorrándote de esta manera los veinte
dólares que cuesta el Parking.
Hay que decir que, en el caso que nos ocupa, la distancia
desde el parking hasta la entrada es bastante inferior en comparación con Magic
Kingdom, pudiendo llegar a pie sin problema, aunque también está el trenecito
que te deja en la puerta para los más perezosos.
A las 08:50 estaba pasando el control de seguridad, que en
este caso sería bastante más minucioso que el del día anterior, pues me
revisaron la mochila con lupa, abriéndome todos los bolsillos y sacándome la
mitad de mis pertenencias para revisarlas.
Después pasaría la tarjeta Disney por el lector, tomarían mi
huella dactilar y en pocos segundos accedía a un nuevo mundo, que nada tenía
que ver con el de ayer, llamado Epcot.
Esfera Central de Epcot |
Este era un sueño de Walt Disney, el cual estaba obsesionado
de cómo sería la vida en el futuro, quedándose al final en eso, porque ni
llegaría a verlo ya que se inauguró en 1982, quince años después de su muerte,
y su proyecto inicial en nada tenía que ver con lo que se hoy se puede
disfrutar. Su idea inicial era crear un complejo futurista cuya superficie
estuviera exenta de vehículos y carreteras, construyéndose estas en el
subsuelo, reservando de esta manera la zona superior a las personas, que
podrían desplazarse caminando o utilizando un sistema de monorail para acudir
sus lugares de trabajo, colegios, centros de ocio o viviendas. Al fallecer el
gran genio, se dieron cuenta que todo lo anterior no era rentable y que lo
mejor era crear otro parque temático basado en el futuro.
Epcot significa Experimental Prototype Community of
Tomorrow, es decir, Prototipo de Comunidad Experimental del Mañana. Es un
parque más educativo y cultural, basándose muchas de sus atracciones en el
aprendizaje, gustando en muchos casos más a los adultos que a los niños, aunque
como siempre digo, dependerá de la personalidad de estos, porque en nuestro
caso, los más pequeños disfrutaron más aquí que en Magic Kingdom. Verlo para
creerlo.
Esfera Central de Epcot |
Se divide en dos grandes zonas perfectamente diferenciadas.
Por un lado, Future World, donde la tecnología, las comunicaciones, la ciencia
y los adelantos del futuro son la pieza esencial, y por otro, el llamado World
Showcase donde los protagonistas son la cultura, la tradición y las costumbres
de diferentes países que se muestran cada una en su pabellón correspondiente, distribuidos
alrededor de un gran lago que hace de nexo de unión entre todas ellos.
Nada más atravesar la entrada de Epcot, lo primero con lo
que te das de bruces es con su característica y famosa bola gigante que se
asemeja a una inmensa pelota de golf, con la diferencia de que los hoyitos son
sustituidos por triángulos de aluminio. Como curiosidad comentar que posee un
sistema de drenaje especial que permite que cuando llueve, el agua se absorba y
se reutilice en diferentes lugares del parque. Justo delante de la misma están
situados los primeros fotógrafos Disney, por lo que aprovecharía la ocasión
para hacerme las primeras fotografías con el símbolo por excelencia de Epcot.
Esfera Central de Epcot |
Desde aquí me dirigiría a paso ligero hacia una de las
atracciones con más demanda del parque y más desde que fue renovada hace poco
más de un año. Me estoy refiriendo a Soarin en la que habíamos decidido no
coger pase rápido para destinarlo a otras atracciones con más demanda aún. Se
encuentra dentro de un gran pabellón dedicado a la tierra, cuya temática está
vinculada a todo lo que tiene que ver con el medioambiente y sus recursos
naturales.
Pabellón de la Tierra y Soarin |
Conseguía situarme en la fila a las 09:05 y aún así me
tocaría esperar veinte minutos, de lo que tampoco me quejo, pues creo que fue
un tiempo más que prudente. Antes de darme cuenta ya estaba entrando en un
inmenso hangar que me conduciría hasta la que iba a ser la zona de despegue,
sentándome en el asiento que me había correspondido en un inmenso brazo
mecánico con varias plazas más.
Pronto las luces se apagarían y, poco a poco, los allí
presentes, nos iríamos elevando, con los pies colgando, y dispuestos a vivir un
viaje muy especial.
Una tras otra se irían sucediendo diferentes maravillas del
mundo, a vista de pájaro y desde la perspectiva que te brinda el ir montado en
un ala delta, realizando suaves giros y ligeros planeos, sintiendo el viento en
tú cara y hasta algunos olores característicos de las zonas por las que
atraviesas, pasando en pocos segundos de un escenario a otro. El Matterhorn,
los fiordos de Groenlandia, el puerto de Sidney, el castillo de Neuschwanstein,
el Kilimanjaro y la sabana africana, la Gran Muralla China, las pirámides de
Egipto, el Taj Mahal, Monument Valley, las islas Fiji, las cataratas de Iguazú,
París por la noche y los fuegos artificiales en Disneyland, cerrando el paseo,
son los paisajes maravillosos que te brinda este pequeño viaje que te hace
vivir una experiencia multisensorial única.
A la salida, me encaminaría, justo en línea recta y en el
lado este de Future World, hacia Test Track, otra de las atracciones más
solicitadas en Epcot, más incluso que la anterior. De hecho los tiempos suelen
llegar, a lo largo del día, a los setenta y ochenta minutos, por lo que no es
ninguna tontería pensar aquí también en el fast pass. En mi caso preferí
arriesgar, sabiendo que madrugaría, y tampoco me saldrían tan mal los planes,
esperando unos treinta minutos.
Test Track |
La atracción consiste en un emocionante y turbulento viaje
que presenta una serie de escenarios de pruebas automovilísticas incluyendo caminos con superficies
resbaladizas, rápida aceleración, frenado repentino, giros bruscos y curvas
pronunciadas.
Test Track |
Parte del recorrido se desarrolla en la oscuridad acompañado
por luces de neón blancas, violetas y azules, mientras que pasado este sector,
afrontas una pista al aire libre donde el vehículo se pone a más de 100
kilómetros por hora, lo que lo hace muy emocionante.
Test Track |
Además mientras esperas a montar en el bólido respectivo,
puedes diseñar este por medio de pantallas situadas en una inmensa sala, donde
vas seleccionando las prestaciones, propiedades y características que deseas,
para que tú coche sea el prototipo perfecto.
Después de bajar del vehículo, te encuentras con un gran
pabellón donde se exponen los últimos modelos de Chevrolet y algún que otro
prototipo del patrocinador de la atracción, a los que además puedes subir para
probarlos.
Pabellón de Chevrolet en Test Track |
Estaba muy contento, pues había conseguido montar en dos de
las atracciones más demandadas del parque en sólo una hora y sin pases rápidos,
lo que no es poca cosa. Así que como se ve a quién madruga Dios le ayuda.
De esta manera, volvía hasta la gran bola de Epcot para
recibir a mis amigos que llegaban justo a tiempo para poder empezar a utilizar
nuestro primer fast pass que lo teníamos de 10:25 a 11:25 en Mission: Space.
No hay duda que el espacio siempre ha tenido un fuerte
impacto emocional para mucha gente, desde la generación de mis padres, que
alcanzó la mayoría de edad durante la carrera espacial, hasta la mía que creció
viendo el lanzamiento de varios transbordadores, ocupando el espacio un lugar
en nuestra imaginación que rara vez se superó. Si a ello le sumamos películas
de ciencia ficción como Star Trek y Stars Wars, está claro que para muchos la
galaxia es un mundo que despierta asombro e inquietudes y que como no podía ser
de otro modo, Disney colabora para acercarnos un poco más a todo ello.
Mission Space |
Aunque estamos a décadas de realizar viajes tripulados a
Marte y todavía quedan enormes obstáculos tecnológicos por resolver antes de
poder poner un pie en el planeta rojo, en nuestra siguiente atracción íbamos a
poder vivir lo que supondría el viaje a uno de los planetas más exóticos de
nuestro propio sistema solar.
Mission: Space ofrece un entrenamiento de astronautas, viviendo
un vuelo por el espacio, dándote a
elegir entre dos misiones diferentes, cada una de un grado de
intensidad. La misión a Marte, de color naranja, es un entrenamiento más
intenso cuyo simulador de movimiento es altamente turbulento, creando fuerzas gravitacionales
durante el lanzamiento y las secuencias de reingreso e incluye maniobras
intensas que pueden provocar mareos y dolores de cabeza. La misión a La Tierra,
de color verde, es, por otro lado, más tranquila y sin giros ni emociones
fuertes, siendo menos probable que cause nauseas o malestar.
Mission Space |
La mayoría optaríamos por la misión a Marte, es decir, la
fuerte. Después de asignarnos a cada uno de los participantes un puesto de
responsabilidad en la nave, desde el comandante al ingeniero, entre otros, y de
hacernos las indicaciones de seguridad y colocarnos las protecciones
respectivas, las compuertas se cerrarían y comenzaría la cuenta atrás.
Mission Space |
Mission Space |
Mission Space |
La emoción es absoluta desde el segundo número uno y el
despegue es algo indescriptible, sintiendo la fuerza brutal de la gravedad
sobre tu pecho, pareciendo que esta va a estallar. Luego, antes de que te
puedas dar cuenta, te encuentras flotando en el espacio, para de repente, estar
otra vez con el corazón en un puño al enfrentarte a una lluvia de meteoritos
que golpean con saña la nave, afrontando como última experiencia el aterrizaje
en el planeta rojo, donde no desvelaré si se culmina o no con éxito la misión.
Una vez en el exterior, después de tantas emociones y cuando
empezamos a calmarnos del subidón que teníamos,
quedaríamos afectados por la experiencia tanto Cristina como yo, pues
nos sobrevino un malestar y una angustia importante, así que estaríamos un rato
sentados, bebiendo unas coca colas y en unos veinte minutos volvíamos a estar
repuestos, por lo que aprovechando que a la salida de la atracción hay una gran
área de juegos interactivos, nos recreamos un rato en esta zona, para afianzar
la total recuperación.
No quedaba mucho para enlazar con el siguiente fast pass,
pero aun así mis amigos quisieron aprovechar el tiempo que quedaba para ir a
Soarin, lo que yo aprovecharía para darme una vuelta por los alrededores con la
suerte de encontrarme la fila para fotografiarse con Daisy, la novia de Donald,
por lo que no desaproveché la oportunidad y no dudé en esperar quince minutos
para conseguir mi primer recuerdo con uno de los personajes clásicos de Disney.
Con Daisy |
Respecto a este tema, para conseguir dichas tomas, hay dos
opciones o la anterior, donde en sitios concretos de los parques y al aire
libre se sitúan los personajes y están allí un tiempo limitado, o en teatros y
lugares cerrados, considerados como atracciones en sí mismas, donde incluso
puedes utilizar los fast pass, ya que la espera en muchas ocasiones supera a
las de otras atracciones importantes. En ocasiones verás a más de un personaje
andar por el parque, protegido siempre por uno o dos empleados del mismo, en
este caso te saludarán y podrás tomarles fotos mientras andan, pero nunca se
detendrán para hacerse fotografías, pues lo que están haciendo es trasladarse
de un lugar a otro.
De 12:15 a 13:15, teníamos el pase rápido para la siguiente
atracción, por lo que quedaríamos en la puerta de la misma, allí me contarían
mis amigos que no les daría tiempo a entrar en Soarin porque ya rondaba la hora
de espera, por lo que es un buen ejemplo de la demanda de ciertas atracciones.
Estábamos justo debajo de la gran esfera de Epcot, el
segundo símbolo más reconocido de Disney World con permiso del Castillo de
Cenicienta de Magic Kingdom y que ayuda, gracias a su inmenso tamaño, a
mantenerte orientado cuando estás explorando este enorme parque Disney.
¿Pero qué hay realmente dentro de esta cúpula? ¿Qué
encontrarás si te adentras en sus entrañas? Más allá de ser una estructura
emblemática, alberga uno de los paseos más populares y queridos de Epcot y, por
tanto, que más tiempo de espera tiene.
Spaceship Earth |
El paseo en una nave especial de casi quince minutos nos
llevaría a un viaje en el tiempo desde la época prehistórica hasta nuestros
días, explorando como la comunicación humana ha ayudado a hacer avances a lo
largo de las edades.
Es una magnífica lección de historia repleta de
animatronics, música y una amena narración, (contada en inglés por Judy Dench
para los que se desenvuelvan bien con el idioma), que atrae y despierta interés
en todas las edades.
Spaceship Earth |
A través de la oscuridad y como si de una máquina del tiempo
se tratara, visitaríamos la antigua Roma, la sabia Grecia, la Edad Media, la
Italia del Renacimiento o la Revolución Industrial, por nombrar sólo algunas.
Así hasta llegar a la tecnología informática donde una de las escenas más
famosas es en la que aparece un hombre trabajando en un garaje a principios de
los años 70. ¿De quién supones que se trata? Efectivamente es él, Steve Jobs,
que representa el comienzo de era informática, recién mencionada.
A todo lo anterior hay que añadirle una divertida animación,
teniéndote a ti como protagonista, en la que se predice cómo será tú futuro, a
raíz de unas preguntas que te formulan en la nave al principio del paseo.
A la salida, y tal y como sucedía en Mission: Space, hay un
área de juegos interactivos enfocados a la tecnología, ideales para los más
pequeños.
Project Tomorrow |
El último fast pass no lo teníamos hasta por la tarde, por
lo que era el momento idóneo para que mis amigos intentaran, por segunda vez,
el acceso a Soarin, aprovechando en mi caso para irme a la atracción llamada
Epcot Character Spot, donde como mencionaba antes, es uno de esos lugares
perfectos para poder conocer a tus personajes Disney favoritos. Pero tenía
claro que no iba a ser llegar y besar el santo, sino todo lo contrario, pues me
supondría cuarenta minutos de espera en la fila. Eso sí, estamos hablando de la
mitad de tiempo de lo que supone en Magic Kingdom, por lo que puedes ser una
opción interesante si visitas los dos parques.
Epcot Character Spot.Con Mickey |
Cada uno en su espacio reservado, podría conocer, abrazar y
hacerme todas las fotos que quise tanto con Mickey, Goofy y Minnie,
consiguiendo así otra de las cosas que mayor ilusión me hacía en Disney World.
Además los fotógrafos profesionales no ponen ningún impedimento en hacerte las
fotos también con tú cámara, por si luego no quieres comprar las que hacen
ellos, así que no te cortes y pídeselo.
Epcot Character Spot.Con Goofy |
Epcot Character Spot.Con Minnie |
Pasada la hora, volvíamos a juntarnos todos en el pabellón
de la Tierra, donde está Soarin, cuyo objetivo, ahora sí, habían conseguido
cumplir mis amigos y habían salido encantados como no podía ser de otro modo.
Dado que estábamos aquí y no había mucha fila, sólo veinte minutos,
aprovecharíamos para conocer la atracción llamada Living with the Land, en la
que se realiza un agradable paseo en barca donde te van mostrando diferentes
ecosistemas como desiertos y bosques, entre otros, concluyendo con la visión de
un invernadero en el que se realizan experimentos genéticos y se pueden
observar tomates y pepinos gigantes, entre otros productos. De todas maneras,
si hay mucho tiempo de espera, es una atracción prescindible.
Living with the Land |
Living with the Land |
En esta zona hay varias opciones para comer, por lo que no
lo dudaríamos y aquí que nos quedaríamos. Optamos por un sitio de comida rápida
llamado Sunshine Seasons, el cual ofrece diferentes stands con distintas
opciones de comida, lo que es ideal para que todo el mundo pueda pedir lo que
más le apetezca. Al ser tantos, probaríamos casi todo: pollo, pasta, salteados,
diferentes guarniciones y, la verdad, que estaba todo muy rico, aunque es
cierto que en algún caso algo picante, por lo que es bueno tenerlo en cuenta si
no te entusiasma la comida así preparada.
Recién comidos, nos apetecía hacer algo tranquilo, por lo
que nos dirigimos a la atracción Disney & Pixar Short Film Festival, donde
sentados en un teatro pudimos disfrutar de tres entrañables cortos de animación
con gafas 4-D y algún que otro efecto especial. Nos encantarían.
Disney & Pixar Short Film Festival |
Eran casi las 16:00 y llegado este momento había que tomar
una decisión, que no era otra si renunciar al pabellón del mar y su acuario,
además de la atracción de Nemo y sus amigos, situada en el interior del mismo.
El motivo que si nos desplazábamos hasta allí y esperábamos la fila por corta
que fuera, luego íbamos a ir muy justos para recorrer con tranquilidad todos
los pabellones que conforman la zona de World Showcase, por lo que al final
optamos por dirigirnos directamente a esta nueva zona, totalmente diferente de
todo lo que llevábamos visto.
Es aquí donde se representan a once de los países más
importantes del mundo por medio de sus respectivos pabellones, como si de una
Exposición Universal se tratara y es que a Walt Disney le encantaban estos acontecimientos.
Todo ello se desarrolla alrededor del inmenso lago que hace de conexión entre
todos ellos.
Laguna de World Showcase |
Laguna de World Showcase |
En los mismos se muestran sus monumentos más famosos, su
cultura y su comida. Además como era el festival de la comida y el vino, había
muchísimas más casetas en las que se ofrecían especialidades gastronómicas de
un sinfín más de países, por lo que el ambiente era total.
Nosotros decidiríamos empezar por el lado derecho, abriendo
nuestro paseo con Canadá donde, como no podía ser de otro modo, destaca uno de
sus iconos como es el histórico hotel Chateau Laurier, localizado en la ciudad
de Ottawa. Igualmente están representados ,en apenas unos metros, los jardines
Butchart de Victoria, las Montañas Rocosas con una cascada precipitándose sobre
una pequeña laguna llena de rocas y, por supuesto, varios tótems.
Afortunadamente tendría la oportunidad de disfrutar de todo ello en vivo y en
directo en el año 2012, junto con Raúl y Javi, y que si te apetece puedes
leerlo en el correspondiente diario.
Pabellón de Canadá. World Showcase |
Pabellón de Canadá. World Showcase |
Como atracción este pabellón ofrece una película llamada
“O´Canada” que se proyecta en un teatro de 360 grados donde el actor Martin
Short es el anfitrión y te va llevando, de forma amena y divertida, por los
principales reclamos culturales del país. Dura unos quince minutos y hay que
estar de pié. Se puede prescindir de él si no se va bien de tiempo.
Nuestro siguiente pabellón sería el del Reino Unido el cual
no ofrece ninguna atracción pero sí que es una zona con gran ambiente en la que
se combina la arquitectura de las calles de Londres con la típica casa de campo
de la campiña inglesa a la vez que paseas por calles empedradas impregnadas del
tradicional olor a pescado y patatas fritas. El edificio que más salta a la
vista es el majestuoso palacio de Hampton Court, sin olvidarnos de una cabaña
con techo de paja que representa la casa de William Shakespeare. Tampoco te
puedes perder las cabinas telefónicas rojas, otro de los iconos del Reino
Unido.
Pabellón de Reino Unido.World Showcase |
Pabellón de Reino Unido.World Showcase |
Justo al lado se encontraba el área reservada a Francia, a
la que llegaríamos paseando por una pasarela inspirada en el Pont des Arts,
donde un fotógrafo profesional inmortalizaría este nuevo momento, para pocos
instantes después llegar a un bonito callejón decorado con jardines y flores,
cafés parisinos y un suelo adoquinado, en el que de fondo se pueden escuchar
melodías románticas. Y por supuesto, que no podía faltar la torre Eiffel con un
tamaño de 1/10 respecto al real y no apartándose un ápice de los planos
originales.
Pabellón de Francia. World Showcase |
Pabellón de Francia. World Showcase |
Aquí se puede pasar a ver un documental llamado “Impressions
de France”, pero todavía nos quedaban muchos pabellones por visitar y
renunciaríamos a ello. Sin embargo no perderíamos la oportunidad de
fotografiarnos con la princesa Bella que en estos momentos estaba por la zona y
que siendo mi preferida no podía quedarme sin el recuerdo.
Con Bella cerca del Pabellón de Francia |
Protegiendo la entrada al pabellón marroquí, se encuentra
una reproducción del minarete de la Koutoubia, que no tardaría apenas en
reconocer, gracias al viaje que realicé a Marrakech hacía poco más de un año.
La torre de oración corresponde a la mezquita del siglo XII localizada en pleno
centro de la ciudad africana. La estructura está perfectamente tallada debido a
que la realizaron artesanos nativos, obteniendo como resultado una calidad
suprema en las formas geométricas. Los edificios de escayola con techos verdes
en medio de callejones serpenteantes y arcos de estuco completan el encanto de
la joya del norte de África. La Medina también queda muy bien representada
gracias a las tiendas y bazares unidos, por su interior, unos con otros que te
permiten no tener que salir a la calle y vivir la esencia de la misma.
Pabellón de Marruecos |
Aquí volveríamos a tener suerte y encontraríamos a la
princesa Jasmín en una pequeña tiendecilla, por lo que no dudamos en espera
unos quince minutos para inmortalizar el momento junto a ella.
Con Jasmín en el Pabellón de Marruecos |
A Marruecos le sucedería Japón, uno de los países más
pintorescos de World Showcase. Dos construcciones te llaman inmediatamente la
atención según llegas a su zona. Por un lado la gran puerta Torii roja
localizada en el lago y que es copia exacta de la situada en el santuario de
Miyajima al sur del país, y por otro lado, la gran pagoda de cinco pisos que
está inspirada en uno de los templos de la localidad de Nara. Ambas me harían
ponerme algo nostálgico al recordar mi paso por los lugares originales en 2015.
Pabellón de Japón |
Pabellón de Japón |
Al tratar de plasmar la esencia del país nipón, era evidente
que tampoco podían faltar sus característicos jardines con arces, bambúes,
pasarelas cruzando arroyos rebosantes de nenúfares y coloridos peces.
Pabellón de Japón |
Llegábamos a la mitad del paseo, justo en la mitad de la
gran laguna, encontrándonos allí con el pabellón de Estados Unidos, presidiendo
la misma. Este está inspirado en una mansión de estilo colonial, cuyas raíces
se encuentran en la arquitectura de edificios tales como la Old State House de
Boston. Aquí también se puede ver una proyección de lo más patriótica pero que
tendríamos que renunciar a ella por la falta de tiempo.
Pabellón de Estados Unidos |
Nos estaba encantando World Showcase, pues todo está hecho
con tal precisión y detalle que en muchas ocasiones te sientes como si estuvieran
en los lugares originales, por lo que si te gusta viajar estás en tu salsa en
todo momento.
La tarde seguía avanzando, por lo que no había tiempo que
perder, siendo ahora el turno de Italia, que se muestra con una réplica exacta
de la plaza de San Marcos y su Campanile, localizados en Venecia. Es tal el
rigor con el que está hecha que el ángel situado encima del campanario está
cubierto de oro, aunque al estar tan alto, no se puede apreciar.
Pabellón de Italia |
Pabellón de Italia |
El romance de Venecia también se muestra en los puentes
venecianos y las góndolas que están amarradas en varios postes de colores del
lago.
Pabellón de Italia |
Uno de los pabellones que más nos gustaría sería el de
Alemania, el próximo al que llegaríamos, y que desde el primer momento te hace
sentirte en un cuento de hadas. Una fuente con una estatua de San Jorge matando
a un dragón, es la pieza central de la plaza de adoquines. La arquitectura
refleja diferentes ejemplos de las regiones alemanas, desde la réplica del
castillo medieval hasta los edificios de estilo bávaro. La torre del reloj
emite una melodía especial cada hora.
Pabellón de Alemania |
Y una vez más la fortuna volvería a estar con nosotros, ya
que tendríamos oportunidad de fotografiarnos con Blancanieves y sin casi
esperar fila, pues llegábamos justo en el momento oportuno, así que no podíamos
pedir más.
Con Blancanieves en el Pabellón de Alemania |
Como se está viendo buena parte de las princesas Disney
rondan su pabellón correspondiente, por lo que si te interesa verlas y
conseguir un recuerdo junto a ellas, no está demás informarse de los horarios
en los que está previsto que aparezcan, más allá que dejarlo a la suerte.
El tiempo se nos empezaba a echar encima para llegar a
tiempo a nuestro último pase rápido, lo que nos haría ver algo más rápido el
pabellón de China, al cual se accede por una puerta ceremonial de tres arcos
basada en el Templo del Cielo de Beijing. Es también muy bonito con tallas
increíbles y pasarelas que se adentran en bosquecillos de bambú, cascadas y
estanques.
Pabellón de China |
Aunque sé que es imperdonable no nos daría tiempo a ver la
réplica del ejército de terracota de Xian, localizado en el interior de unos de
los edificios, pero al final es que es imposible hacerlo todo. También aquí hay
un documental llamado “Reflections of China”, que con mayor motivo tampoco
veríamos.
Otra de las cosas de las que también se puede disfrutar es
de la variada gastronomía de todos los pabellones por los que fuimos pasando,
así como de puestos individuales de otros muchos países, pero ello también te
llevará más tiempo y bastante dinero, pues es caro. Así que como se ve si se
quiere hacer todo no es exagerado decir que lo ideal serían dos días, dedicando
uno a cada zona.
Eran las 19:00 cuando llegábamos al pabellón de Noruega y ya
había empezado a correr el tiempo para gastar el fast pass que teníamos para la
atracción de Frozen Ever After que era de 18:50 a 19:50, aún así, aprovechando
que sólo había veinte minutos de espera, decidiríamos entrar primero en Royal Sommerhus,
una cabaña noruega tradicional, que representa una cabaña de retiro real, ya
que las familias reales en Noruega suelen tener una vivienda donde van en el
verano para alejarse de las presiones de la corte, relajarse y descansar. Esta
corresponde a la familia de Elsa y Anna y está llena de artefactos y elementos
de su infancia. Tras esperar en diferentes habitaciones de la vivienda, el
plato fuerte viene cuando llegas al final y te encuentras con las dos princesas
para hacerte todas las fotos que quieras con ellas.
Con la Princesa Ana en el Pabellón de Noruega |
Con la Princesa Elsa en el Pabellón de Noruega |
Nada más salir nos dirigimos, ahora sí, a gastar el fast
pass en la atracción Frozen Ever After, donde montados en un bote con forma de
tronco, iríamos pasando por los diferentes escenarios de la película, pudiendo
ver el pueblo de Arendelle, el castillo de hielo de Elsa, así como al resto de
personajes de la cinta. Es alucinante lo bien que está hecho todo y bien merece
la pena gastar aquí un pase rápido si eres fan de las princesas.
Fuera ya de ambas atracciones también merece mucho la pena
la iglesia medieval de madera característica de algunas zonas del país, así
como sus tiendas repletas de recuerdos relacionados con vikingos, trolls y
otros personajes típicos.
Pabellón de Noruega |
Sólo nos quedaba un pabellón por conocer, correspondiente a
México y representado por una pirámide precolombina rodeada de un exuberante
paisaje correspondiente a la jungla de Yucatán. A su interior sólo penetraríamos
Ernesto, Sonia y yo, ya que el resto optaría por irse a montar, de nuevo, a
Mission Space. En nuestro caso, hallaríamos un ambiente oscurecido con la
típica plaza de un pueblo mexicano, teniendo como telón de fondo un volcán
humeante y una gran pirámide maya al fondo. Hay coloridos carros y tiendas que
ofrecen artesanía mexicana, cerámica, ropa y artículos de cuero.
Pabellón de Mexico |
Tampoco quisimos quedarnos sin montar en la atracción Gran
Fiesta Tour, donde montados en un bote, seríamos testigos de muchas de las
escenas de la película “Los tres caballeros” de 1944, protagonizada por el Pato
Donald, José Carioca y Panchito, a la par que se nos iban mostrando algunos de
los monumentos más famosos de este país.
Gran Fiesta Tour. Pabellón de Mexico |
Cuando salimos de esta última atracción era ya noche cerrada
y las ocho pasadas, por lo que no dudamos en preguntar a uno de los empleados
del parque cuál era el mejor lugar para presenciar el espectáculo de luces y
sonido que todos los días tiene lugar en Epcot. Muy amablemente nos lo
indicaría y nos iríamos directos hacia allá, consiguiendo un sitio de lujo en
primera fila. Esto gracias a que estuvimos allí cuarenta minutos antes de que
comenzara.
A las 21:00 daba comienzo Illuminations: Reflections of
Earth, el increíble espectáculo nocturno en el que en medio de la gran laguna
se cuenta la historia de la Tierra. Los fuegos artificiales y los láseres
llenan los cielos, mientras las imágenes de video se muestran a través de una
esfera gigante situada en medio del agua. La esfera luego florece como una
flor, exponiendo una bola de fuego que conduce al final del espectáculo, que
tiene una duración de unos 18 minutos.
IlluminaNations Reflections of Earth |
IlluminaNations Reflections of Earth |
IlluminaNations Reflections of Earth |
Como curiosidad decir que 1105 proyectiles de fuegos
artificiales se disparan durante cada show y que 19 antorchas iluminan el lago
de World Showcase.
Para gustos los colores, pero aunque Illuminations es
realmente espectacular, en mi caso no consiguió superar a Happily Ever After de
la noche anterior.
Sólo quedaba ya abandonar el parque, lo que fuimos haciendo
lentamente, aunque no sin hacernos una última fotografía profesional con la
gran esfera, símbolo de Epcot, que ahora brillaba en hermosos tonos violetas y
anaranjados, en un contraste perfecto con la oscuridad de la noche.
Esfera Central de Epcot Iluminada |
Esfera Central de Epcot Iluminada |
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