Fort Lauderdale es una pequeña ciudad situada al norte de
Miami que cuenta con kilómetros de playas en su costa, locales de moda y muchos
otros atractivos que se acercan a disfrutar cada año un buen número de
universitarios, famosos de Hollywood que buscan algo de paz, así como familias
con alto poder adquisitivo, pero si por algo es famosa es por el intrincado
número de canales que la atraviesan y que le han dado el sobrenombre de la
“Venecia de América”.
Aprovechando que nuestro hotel estaba localizado en parte de
los anteriores, me pareció una buena idea levantarme un poco antes que el resto
y dar un paseo por los muelles que recorren los mismos, sorprendiéndome el gran
número de yates, barcos y fuerabordas de lujo que se pueden ver casi a cada
paso.
Canal de Fort Lauderdale |
Canal de Fort Lauderdale |
Canal de Fort Lauderdale |
También tendría tiempo de sentarme durante unos instantes en
un pequeño rincón escondido y en él poder leer algo más de este lugar,
conociendo en ese momento que aquí nacieron famosos como Scottie Pipen, el
jugador de los Chicago Bulls que tantas veces acompañó en aquellos partidos
gloriosos a Michael Jordan, o el excéntrico Marilyn Manson. Igualmente
desconocía que aquí se rodaron películas tan taquilleras como Porky´s, El Cabo
del Miedo o Las Horas.
Canal de Fort Lauderdale |
Canal de Fort Lauderdale |
Canal de Fort Lauderdale |
Puente y Canal de Fort Lauderdale |
Momentos después estaba otra vez en el área de la piscina
del Hilton, tumbado en una tumbona y disfrutando de la tranquilidad imperante
en esos momentos, hasta que sobre las 10:00 aparecerían mis amigos, señal de
que había que empezar a moverse.
Hilton de Fort Lauderdale |
Hilton de Fort Lauderdale |
Esta vez la gran mayoría teníamos antojo de dulce para
desayunar, por lo que mejor que ponerle solución dirigiéndonos con el coche
hacia un Dunkin Donuts cercano, donde nos pediríamos una enorme bandeja de los
sabrosos bollos, tocando entre dos y tres cada uno.
Sin más preámbulos, ahora sí, que era el momento de
encaminarnos hacia el inmenso outlet que habíamos elegido para pasar un día de
compras. Nos habíamos decantado por el llamado Sawgrass Mill, el cual nos
habían aconsejado varias personas por ser el más grande de todo el estado de
Florida y cuyas tiendas tienen fama de ofertar los mejores precios con respecto
a sus competidores más directos.
Existen otros como pueden ser el Dolphin Mall o Mall of Americas,
ambos muy cerca del aeropuerto, pero creo que no son tan baratos como al que me
estoy refiriendo.
La decisión de pasar un día en un outlet vendría motivada,
especialmente, por las buenas experiencias que ya tendríamos en Las Vegas y en
Nueva York, donde conseguiríamos renovar nuestro vestuario a unos precios
irrisorios y que en España jamás hubiéramos podido lograr y es que en aquellos
momentos la diferencia entre el dólar y el euro era tal que podías comprar lo
que quisieras. Hoy, sin llegar a aquel cambio, tampoco nos podíamos quejar y se
preveía que no nos íbamos a marchar con las manos vacías.
Sawgrass Mills |
Llegaríamos sobre las 11:00 y lo que ya nos impresionaría
sobremanera sería su inmenso parking en el que podría aparcar toda la Comunidad
de Madrid y sobrar espacio. No había demasiada gente y conseguiríamos
estacionar cerca de la puerta.
Una vez dentro lo primero que haríamos sería preguntar a una
amable chica para organizarnos, la cual nos facilitaría un plano para que
pudiéramos ubicarnos y nos señalaría donde estaban los establecimientos más
famosos y de más renombre, pues nos enfrentábamos a más de 300 tiendas de todas
las marcas posibles. Es por esta razón por lo que conviene traer al menos una
idea de lo que se desea comprar y cuáles son las marcas en las que uno está más
interesado, para así ganar tiempo, ya que si no es así, lo mismo te queda una
sensación agridulce por lo rápido que puede llegar a pasar el tiempo y apenas
haber conseguido nada, si vas dando tumbos de una tienda a otra, sin una idea
precisa.
Cada uno teníamos unos objetivos claros, por lo que tras los
momentos iniciales, decidiríamos separarnos, ya que si no veíamos que no íbamos
a conseguir ni la mitad de todas las cosas que traíamos en la cabeza.
En mi caso tenía claro hacía donde me iba a dirigir,
entrando a tiendas como Tommy Hilfiger donde conseguiría polos por 28 dólares,
Levi´s en la que los pantalones se ofrecían a 40 dólares o North Face donde me
haría con dos prendas de montaña por 60 dólares ambas, cuando sólo una de ellas
en Madrid puede llegar a costar 90 o 100 euros.
Así que como se puede ver estamos hablando de una reducción
en muchos casos del 50% al 70% de sus precios en España, por lo bien merece la
pena aprovechar una oportunidad así.
He puesto ejemplos relacionados con ropa, pero mis amigos
también compraron gafas de sol, relojes y aparatos electrónicos y también
consiguieron auténticas gangas.
Emplearíamos uno cuarenta minutos en comer, utilizando el
resto del tiempo para las compras y saliendo de allí a las 17:30 por lo que
estaríamos unas seis horas de tiempo útil y tengo que decir que aunque parece
mucho tiempo, al final entre unas cosas y otras, se te quedan en nada, por lo
que lo ideal es dedicar un día completo para ir con cierta tranquilidad.
La verdad que me daría rabia porque me quedaría sin poder
comprar muchas cosas para mi familia y bastantes más para mí, aparte que
incluso hubo un sector del gran centro comercial que ni siquiera nos dio tiempo
a llegar, por lo que ello da muestra de las dimensiones del lugar.
Como ya he comentado no hace falta salir fuera para comer,
pues dentro también se dispone de un gran hall, alrededor del cual se
encuentran las franquicias de muchas de las grandes cadenas de hamburguesas,
pizzas y demás restaurantes de comida rápida, hallándose en el medio de todas
ellas un enorme espacio de mesas para sentarte.
Efectivamente habíamos optado por no salir más tarde de las
18:00 de allí y es que todavía teníamos un largo camino hasta llegar a nuestro
siguiente destino: Kissimmee, a muy pocos kilómetros de los parques de Disney
World y de Universal Studios, nuestros objetivos para la siguiente semana y,
tras el día de tránsito de hoy, nuestra segunda fase del viaje.
Serían casi 200 millas que tardaríamos en recorrer una tres
horas, pero hay que tener en cuenta que nosotros salíamos ya desde Fort
Lauderdale, al norte de Miami y por tanto nos habíamos quitado ya los grandes
atascos que se suelen formar y una media hora de camino. Ello supone que si se
sale desde Miami el trayecto puede suponer aproximadamente unas cuatro horas.
Habíamos elegido la pequeña población de Kissimmee porque
consideramos que era mejor centro de operaciones que la propia Orlando, al
encontrarse más cerca de los parques temáticos y ofrecer alojamientos espectaculares
a unos precios bastantes económicos para grupos.
Es por ello que tras buscar un poco en la página www.airbnb.com no tardaríamos mucho en
decantarnos por la vivienda de nuestros sueños. Una preciosa casa de dos plantas
situada en una urbanización de chalets adosados llamada Storey Lake, al lado de
un lago, cuyo desvío está en la misma autovía que te lleva a los parques
Disney. Contaba con un inmenso salón cuya cocina se encontraba incorporada al
mismo con barra americana, dos habitaciones en la planta baja, tres en la
segunda planta y dos baños, cada uno de ellos en una planta. También poseía una
pequeña piscina privada cubierta, donde poder refrescarnos cada noche después
de los agotadores días. Con esta descripción muchos se aventurarían a decir que
seguramente el precio es inalcanzable para buena parte de las economías medias,
pero si digo que siendo siete adultos y cuatro niños, pues se habían
incorporado con nosotros, otra vez, Ernesto y Sonia y sus hijos, pagaríamos 220
euros por persona por ocho noches (contando a cada dos niños como si fueran
uno), por lo que no se llega a los treinta euros por día, lo que creo que es un
auténtico chocho para unas instalaciones de tal categoría.
Chalet de Storey Lake en Kissimmee |
Chalet de Storey Lake en Kissimmee |
Chalet de Storey Lake en Kissimmee |
Eran las 21:15 cuando estábamos entrando por la puerta de
nuestra increíble casa, tomándonos nuestro tiempo para asimilar donde
estábamos, distribuir las habitaciones y deshacer parte del equipaje.
Acto seguido, varios de nosotros volveríamos al coche y nos
marcharíamos al supermercado de la cadena Walmart que sólo estaba a cinco
minutos. La verdad que cuando entramos me quedaría con la boca abierta, pues no
había visto una superficie tan grande en ninguno de los viajes por Estados
Unidos que había hecho hasta ahora. Era tan inmenso que había incluso pequeños
coches eléctricos para que la gente más mayor o con sobrepeso no tuviera que
andar tan enormes distancias.
Aquí haríamos la compra para la semana que íbamos a estar
por aquí, saliendo de allí a las 23:15. Sí, abre las 24 horas, por lo que
puedes ir cuando te plazca.
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