Nos encontrábamos a más de 200
kilómetros de Budapest por lo que con la idea de que la mañana nos cundiera nos
levantamos a las 07.00.
Anoche cuando me acostaba no
dejaba de darle vueltas al planning de hoy. Había preparado dos o tres sitios
interesantes para visitar que nos pillaban de camino a Budapest y donde apenas
había que desviarse de la autovía. Por un lado, como es evidente, me apetecía
mucho conocer estos, pero por otro lado, me daba cargo de conciencia que mis
amigos se fueran de Hungría sin conocer Sopron, por lo que al final pudo más la
voz de la conciencia y les sorprendía dirigiéndonos hacia allí. Aunque cuando
se dieron cuenta de hacia dónde íbamos trataron de disuadirme para que cambiara
de rumbo, la decisión estaba tomada, no se iban a quedar sin conocer esta
monumental villa, aunque eso supusiera renunciar a otros lugares.
Hoy era sábado y el tráfico era
intenso aunque se circulaba sin demasiados problemas, por lo que llegaríamos a
Sopron sobre las 08.30.
Aparcaríamos al lado del centro
histórico, ya que hoy no se necesitaba utilizar los parquímetros, y seguiríamos
una ruta similar a la que haría yo ayer, aunque sin recrearnos tanto, por lo
que en apenas una hora estábamos saliendo otra vez de allí.
Fö Ter o Plaza Mayor.Sopron |
Calle del Centro Histórico.Sopron |
Ahora sí que era el momento de
empezar a deshacer kilómetros y dirigirnos hacia Budapest. Para ello
necesitábamos recorrer una parte del camino que se dirigía hacia el lago
Balatón y a las fronteras austriaca y eslovaca, por lo que cuando fuimos a
salir de Sopron nos encontraríamos un atasco monumental ya que el cruce que lleva
hasta todos esos sitios estaba completamente colapsado.
Perderíamos, nada más y nada
menos, que una hora de retenciones hasta que conseguimos tomar la carretera con dirección a Budapest, pero
todavía quedaba unos tramos de doble sentido en el que también había obras y
volveríamos a perder otra media hora entre los cortes de tráfico en un sentido
y otro y la circulación lenta que había.
Cuando quisimos llegar a nuestro
siguiente objetivo: la ciudad de Gyor eran casi las 13.00, por lo que aunque
nos metimos en el centro y en un primer momento dimos una vuelta para buscar
aparcamiento, al final nos dimos cuenta que era un locura intentar ver algo con
el poco tiempo que nos quedaba y que si lo intentábamos era más que probable
que no llegáramos a tiempo para entregar el coche de alquiler, por lo que
tuvimos que conformarnos con pasar por una inmensa plaza con edificios
monumentales, y meternos otra vez en la autovía para seguir directos a la
oficina de Dollar, muy cercana al aeropuerto de Budapest.
Aunque fastidiados por no poder
ver esa monumental ciudad, sería una buena decisión, ya que entregaríamos el
coche sólo 20 minutos antes de la hora máxima de entrega: las 14.00.
Cuando comprobaron que todo
estaba en orden, un trabajador nos llevaría hasta la terminal 2b donde operaba
Wizz Air.
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